•Little Lies. |PJM

By gypsymin

245K 22.9K 11.2K

Dos familias muy diferentes ante la sociedad. Puertas adentro tenían algo en común. Envueltos en pequeñas me... More

Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve. I
Nueve. II
Diez.
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Quince.
Dieciséis.
Diecisiete.
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Veintiuno.
Veintidós.
Veintitrés.
Veinticuatro.
Veinticinco.
Veintiséis.
Veintisiete.
Veintiocho.
Veintinueve.
Treinta.
Treinta y uno.
Treinta y dos.
Treinta y tres.
Treinta y cuatro.
Treinta y cinco.
Treinta y seis.
Treinta y siete.
Treinta y nueve.
Cuarenta.
Cuarenta y uno.
Cuarenta y dos. I
Cuarenta y dos. II
Cuarenta y tres.
Cuarenta y cuatro.
Cuarenta y cinco.
Cuarenta y seis.
Cuarenta y siete.
Cuarenta y ocho.
Cuarenta y nueve.
Final.
Agradecimientos✨
Extra #1
Extra #2
Extra #3
Extra #4
Extra #5
Extra #6
Extra #7
Extra #8
Extra #9
Extra #10
Extra #11

Treinta y ocho.

3.2K 306 135
By gypsymin

EunBi

Me desperté, estaba sobre una cama, pero no era mi habitación. Enseguida todo lo que había pasado llegó a mi mente.

Comencé a llorar entrando en pánico, me habían secuestrado, sentía el cuerpo muy pesado y como pude me levanté de esa cama. Era una habitación grande. Caminé hasta la puerta pero como suponía estaba cerrada y mi llanto fue incrementando. Tenía demasiado miedo, lo único que pensaba era que nunca más volvería a ver a mi hermana y a mi madre.

Miré hacia la ventana pero esta estaba cubierta, claramente para evitar que pudiera escapar o ver hacia el exterior. Me dejé caer en el suelo, me sentía débil y mareada.

Sólo podía llorar y temblar de miedo.

No sabía cuanto tiempo había pasado, pero de un momento a otro sentí pasos acercarse, así que me arrastré hacia atrás y llegué a apoyarme de la cama, pero la puerta se abrió y no podía creer que la persona que estuviese frente a mi fuera HoSeok. Llevaba un cubrebocas y cerró la puerta detrás de sí.

Él fue quien entró al apartamento de Cassie, yo me había terminado de vestir cuando abrieron la puerta y sólo pude ver a alguien con el rostro cubierto y una chaqueta roja antes de que todo se volviera negro. Era él.

–Hola, amor. –Dijo bajándose el cubrebocas, tenía una gran sonrisa plasmada en su rostro, me miraba como si nada. Me dio repulsión que me llamara como solía hacerlo.

–HoSeok... ¿qué hiciste? –Solté un sollozo, tapándome la boca.

–Te saqué a dar un paseo. –Su sonrisa se transformó en una mueca que denotaba pura maldad y me dio mucho miedo. Definitivamente este no era el HoSeok que yo creía conocer, nunca lo conocí realmente.

–¿Dónde está mi hermana? ¿P-por qué hiciste esto? ¿Qué me v-van a... a hacer? –No podía hablar claramente debido a los espasmos que atacaban mi cuerpo.

–Cassie sigue en casa, es una lástima que no pudo acompañarnos. –Se encogió de hombros– ¿Por qué lo hice? Por dinero, pequeña. Y con respecto a lo otro, no lo sé, posiblemente mi jefe te lleve a China, eres suya ahora. Él no podía decidirse entre tú y Acassia pero creo que le gustan más las sumisas. –Sonrió divertido. Y a mi me dieron náuseas, muchas cosas se me vinieron a la mente.

Entonces Cassie no estaba aquí, pero ¿y si le habían hecho algo de todas formas?

–¿Qué le hicieron a Cassie?

–Nada –contestó sin borrar la sonrisa–, pero tú tienes que cooperar ¿si? Así no la perjudicas a ella.

No confiaba en su palabra, si le habían hecho algo malo a mi hermana, yo no sabía si podría soportarlo.

Mi llanto no paraba, mi cuerpo dolía al igual que mi corazón. Nunca hubiese podido imaginar que HoSeok llegara a hacer algo así.

Él llevó su mano hacia mi rostro pero yo rehuí a tal contacto por inercia.

–No quieres que te toque, cuando antes me rogaste para que no te dejara. –Soltó con fingido pesar y chasqueó la lengua. Me agarró bruscamente de la mandíbula, ocasionando que soltara una queja por el dolor. –¡Ya deja de llorar! Así no es divertido. ¿Por qué no eres como Acassia?

Me soltó y sólo se dedicó a observarme. Nunca pensé que sentiría terror al estar junto a HoSeok. De un momento a otro me tomó por la parte de atrás, agarrando mi cabello en un puño y haciendo que alzara la cabeza para después estampar su boca con la mía, traté de apartarlo de mi pero eso ocasionó que incrementara su agarre y me besara con brutalidad. Por un momento pensé que quería abusar de mi y comencé a desesperarme, pero sentí algo punzante en mi cuello y no hice más que quedarme quieta. Al separarse mordió muy fuerte mi labio haciendo que sangrara. Me llevé ambas manos a mi boca.

Vi que sostenía una navaja, pero la guardó en el bolsillo de su chaqueta mientras se relamía los labios. Las náuseas incrementaron.

–Sé una buena chica como siempre y no tendrás problemas. ¿Entendido, amor? –Esperó a que respondiera pero yo estaba paralizada. –¡¿Entendido?! –Alzó la voz haciendo que me sobresaltara y yo asentí varias veces. –Bien.

Se colocó de pie, tomó su chaqueta y se dio la vuelta para salir del cuarto.

–Nunca me amaste. –Pronuncié sin poder evitarlo.

Él volteó sosteniendo el pomo de la puerta, me miró con odio y con una sonrisa de lado: –¿Te quedan dudas sobre eso?

Y se fue.

Mis sollozos se hicieron descontrolados y me acosté en el suelo haciéndome un ovillo, abrazando mis piernas con fuerza.

Todo fue una mentira. No podía entender la razón del por qué HoSeok estuvo conmigo si nunca me amó, si dejaba claro que no sentía ni un poco de cariño por mi.

Se mostró ante mi tan descaradamente, estaba seguro de que la policía, en tal caso de que me estuviesen buscando, no me encontraría y por ende no lo atraparían.


No sabía cuanto tiempo estuve en esa posición, ni me di cuenta que me había quedado dormida hasta que sentí que movían mi brazo. Me reincorporé de inmediato estando alerta y vi a un chico delante de mi, se podría decir que de mi edad o un poco mayor. Nunca lo había visto, tenía algunas perforaciones en la cara. Su expresión era neutra y se levantó aún observándome.

–Debes comer, ven. –Dijo señalando hacia la puerta que estaba abierta.

–No tengo hambre. –Musité. Me sentía débil por haber llorado tanto, pero mi estómago estaba revuelto aún.

–No te estoy preguntando, es una orden. –Se acercó a mi y me tomó del brazo haciendo que me levantara.

Sin soltarme me haló un poco hasta salir de la habitación, me di cuenta que era una casa, caminamos por un pasillo amplio con varias puertas a los lados las cuales se encontraban cerradas pero pude escuchar gritos y llanto al pasar por frente de estas. Tenían a otras chicas aquí también, eso hizo que el nudo en mi garganta volviera.

Llegamos a unas escaleras y bajamos, era una casa muy grande casi como la mía. El chico seguía sin soltarme pero su agarre no me lastimaba, pasamos por una estancia, me di cuenta que todos los ventanales estaban cubiertos así que no sabía si era de día o de noche, seguimos hasta llegar a la cocina. No había nadie, pero pude ver varios platillos sobre la barra. Parecía haber sido preparado por un chef, lo cual me pareció extraño. ¿Por qué las otras chicas no estaban aquí? ¿Por qué tendrían este trato conmigo si se supone que estaba secuestrada?

El chico indicó que me sentara frente a toda la comida y él lo hizo a mi lado pero con cierta distancia.

–Come.

No tenía hambre pero tampoco quería que me lastimaran por no acatar a lo que me decían, así que tomé los palillos y lentamente fui tomando de cada cosa. Mi labio inferior ahora estaba un poco hinchado y pude saborear la sangre en éste.

Miré al chico que revisaba su celular, pero a cada tanto me echaba vistazos para comprobar si estaba comiendo.

–¿Qué hora es? –Me atreví a preguntarle, me sentía desorientada. Él simplemente me ignoró y no respondió a mi pregunta.

Luego de un rato sentía que no podía ingerir nada más y dejé los palillos a un lado.

–Estoy llena. –Dije, esta vez me miró y asintió. Se levantó tomándome de nuevo por el brazo y salimos de la cocina.

Subimos, y de una de las puertas salió un hombre pero solo me dirigió una mirada para seguir con su camino por el pasillo. El chico me dejó en el cuarto de nuevo y cerró la puerta, pude escuchar como le pasó seguro del otro lado.

Llegué a la cama y me senté. Estaba aterrada de lo que harían conmigo, aún si no me estuviesen golpeando o matándome de hambre como se veía en la mayoría de los casos, de igual manera temía por mi destino. Me puse analizar lo que HoSeok había dicho, según él su jefe me llevaría China, dijo que era suya, es decir ¿que me había comprado? ¿quién era su jefe? Sólo esperaba que alguien me estuviese buscando y que Acassia estuviese bien realmente. Comencé a llorar de nuevo, quería devolver el tiempo y volver a estar con ella en casa pero era algo imposible.










No sé cuantos días han pasado, solo me sacaban de la habitación para comer y siempre era el mismo chico que venía. Él me había traído ropa y cosas de aseo personal, dentro de la habitación había un baño, todo era muy limpio a decir verdad.

No había visto a HoSeok.

Muchas veces llegaba a escuchar gritos lejanos, eran como si a las otras chicas que estaban en la casa, las torturaran. Y para mi era una tortura mental, no podía dormir y lloraba todo el tiempo. Sólo podía pensar en mi hermana, en mi madre, en papá, en JungKook...

La puerta se abrió y por esta entró HoSeok, pero no venía solo, estaba tomado de manos con una chica y era la misma con la que lo vi una vez afuera de una tienda.

–Pequeña, levántate –me miró desde arriba ya que yo estaba en el suelo junto a la cama– JeongIn será tu estilista por hoy, nos iremos en un rato.

Al ver que ni me moví, me haló por un brazo pero me solté de mala gana, a este punto ya no me importaba lo que hicieran conmigo. Estaba cansada.

–EunBi... –Advirtió, pero esta vez me agarró del cuello e hizo que me levantara. –Colabora si no quieres que busque a Acassia y te juro que no voy a tener piedad con ella.

–No... No le hagas nada. –Balbuceé con dificultad.

–Entonces sé buena, amor. –Sonrió ampliamente y me soltó. Antes esa sonrisa me provocaba muchas cosas bonitas, ahora solo sentía temor y a su vez rencor cuando lo veía.

Así fue como esa chica procedió a sacar de un bolso, tijeras, guantes, tintes para el cabello entre otras cosas.   HoSeok no salió de la habitación se quedó a vigilar que yo no hiciera nada.

Ver como mi cabello caía a mis pies y no poder hacer nada al respecto, hizo que soltara lágrimas pero de rabia y HoSeok parecía divertido al verme así.

Un tiempo después la chica colocó un espejo delante de mi, mi cabello ahora era muy corto y de un rojo intenso, sólo me miré por unos segundos antes de desviar la mirada. Odiaba como me veía, me sentía humillada.

–Te ves hermosa, cariño. –Dijo HoSeok sarcástico.

La chica recogió todo y antes de salir le dio un beso a HoSeok. Nos quedamos él y yo solos.

–Vendrá alguien a buscarte en unos minutos. –Se acercó a mi, acarició mi mejilla y dejó un beso, inevitablemente mis manos se volvieron puños. Pude respirar cuando se alejó y salió sin más.

Me metí al baño, abrí el grifo del lavamanos y junté mis manos para agarrar agua, comencé a restregarme la cara con fuerza sobretodo donde HoSeok me había besado. Mis lágrimas salieron y terminé por apoyarme del lavamanos, respirando de forma agitada. Sentía demasiada furia dentro de mi, tomé un adorno que estaba en justo al lado del grifo y lo estrellé contra el espejo que estaba frente a mi

En ese mismo instante escuché que la puerta de la habitación se abrió, para ese momento me deslicé hasta el piso, algunos de los pedazos de vidrio hicieron cortes en mi mano y ahora sangraba.

El pelinegro apareció en el baño, viendo todo lo que había hecho.

–EunBi ¿que mierda hiciste? –Se agachó frente a mi y examinó mi mano. No lo veía a excepción de cuando venía a buscarme para bajar a comer. –Ven. –Hizo que me levantara, a diferencia de HoSeok él no era brusco conmigo.

Metió mi mano bajo el grifo que seguía abierto, sentí un leve ardor. Mis sollozos no paraban, estuve algunos segundos con la mano bajo el agua y él sosteniéndola.

–No habías hecho nada estúpido hasta ahora. –Chasqueó la lengua en molestia. Sacó mi mano del agua, tenía unos pequeños cortes superficiales en algunos de mis dedos. No vi de donde agarró unas banditas, pero me las puso.

Me dejó en el baño y regresó con un suéter en su mano un segundo después.

–Ponte esto, debemos irnos.

Lo agarré y lo pasé por mi cabeza, pensé que en cualquier momento me gritaría a causa de mi llanto, pero no lo hizo.

Al salir del baño, sentí que llevó un trapo a mi nariz y todo se volvió negro de repente.










Me desperté con un dolor punzante en la cabeza, miré a mi alrededor y me encontraba en una sala pequeña sobre un mueble. No era la casa donde estaba anteriormente, pero de igual manera las ventanas estaban cubiertas.

Me fijé en el chico pelinegro delante de mi, estaba con las manos metidas en los bolsillos de su sudadera mirando hacia la nada, pero cuando notó que me moví, centró sus ojos oscuros en mi.

–¿Dónde estamos? –Sentía mi boca algo pastosa, justo como cuando desperté en la otra casa.

–Jeju. –Respondió, aunque no esperé que lo hiciera.

–¿Por qué? ¿Q-que me harán?

Esta vez no respondió a mis preguntas, salió de allí y pude ver por un segundo que era de día, y me pareció ver un jardín.

Él no saber que me esperaba me causaba terror, llevé mis piernas a mi pecho. En esa sala no había nada, y creo que estaba sola porque no escuchaba ni un pequeño ruido, tampoco me atrevía a subir las escaleras. Pero después de unos minutos me decidí y lo hice, caminé por el pasillo pero todas las puertas estaban cerradas, sólo había tres. Bajé de nuevo y caminé hacia el pasillo que había a un lado y llegué a una cocina, las ventanas estaban tapadas de igual forma. Abrí las gavetas pero todas estaban vacías y los estantes también.

Regresé a sentarme al mueble donde estaba antes. Luego de un rato, el chico regresó y me sacó de esa casa, ya era de noche. Descubrí que era algo así como una casa de invitados y caminábamos hacia una más grande.

Entramos directamente a la cocina, pude escuchar voces de hombres, y risas de mujeres algo lejos. El chico me llevó al comedor donde había una caja de pizza, la abrió en cuanto me senté en la silla. Tomó un trozo y se alejó unos metros de mi.

Yo no tenía hambre, así que me dediqué a ver las banditas en mi mano, aún me sentía algo adormecida y un poco mareada.

Se me vino una duda a la mente, ¿las chicas de la otra casa estarían aquí?
Escuché unos pasos y pude ver como entraba un hombre sujetando a una chica de cabello oscuro, la estaba arrastrando porque la chica se resistía. De un momento a otro ella le escupió al hombre y fue entonces que el caos se desató.

–¡¿Quién mierda te crees maldita zorra?! –El hombre gritó enojado y la empujó haciendo que ella cayera al suelo. –Ahora verás quien manda.

Yo estaba estática en la silla, vi como se subió sobre ella y la golpeó dos veces en el rostro, después se quitó la correa que cargaba y bajó el cierre de sus jeans. La iba a violar ahí mismo, la chica lloraba y gritaba, y yo no podía con la imagen. En un impulso me levanté y me fui contra el hombre empujándolo, pero de inmediato sentí un golpe en mi cara.

–¿Tu también quieres un poco? ¡No me importa que seas la de Nam!

Escuché otra voz pero sólo podía sentir el dolor intenso en mi cara, el tipo no conforme con eso me propinó varias patadas en el abdomen, haciendo que se me fuera el aire por unos segundos. Nunca antes había sentido un dolor semejante y sólo podía encogerme en el suelo. Sentía que en cualquier momento me desmayaría, tosí y pude ver algo rojo en el piso.

–JB, llévatela de aquí antes de que haga algo peor y nos cueste.

Sentí que me levantaban en el aire y dejé salir un grito de dolor, cerré los ojos y justo en ese momento deseé morirme. No podía más, no quería existir más.

Al rato sentí una superficie debajo de mi, ni siquiera quería abrir los ojos o moverme, la simple acción de respirar me dolía.

–EunBi, escucha –sentí unas manos en mis mejillas– mírame, tienes que irte.

Abrí los ojos al escuchar aquello, el pelinegro me veía seriamente, estábamos en la otra casa de nuevo.

–Te ayudaré ¿está bien? Tienes que hacer lo que te diga.

¿Y si era una trampa?

No podía pensar correctamente, me dolía demasiado el cuerpo.

Ese chico, que ahora sabía que se llamaba JB o era su apodo, nunca fue malo conmigo pero aún así formaba parte de todo esto y no sabía si confiar en él.

–EunBi, en serio quiero ayudarte, tu no mereces estar aquí.

–¿Por qué quieres... hacerlo? –Mi voz salió ahogada y temblorosa.

–Ellos están emborrachándose justo ahora, no estarán atentos –habló ignorando mi pregunta– iré a la casa para no levantar sospechas y volveré, pero tienes que aguantar ¿entiendes?

Solo pude asentir lentamente, queriendo creer en lo que me decía y él se levantó, dispuesto a salir.

–Ayuda... Ayuda a esa chica. –Le pedí.

–Haré lo que pueda. –Y salió.

Me quedé quieta soportando el dolor y pensé en Acassia, en que si lograba salir de aquí la vería. Tenía que ser fuerte como lo era ella. Mi hermana siempre era la que me daba fuerzas.

Mis esperanzas se desvanecieron cuando ya había pasado un buen rato desde que JB se había ido. Hasta que escuché la puerta ser abierta y era él, tenía una botella de agua en la mano.

Me ayudó a sentarme en el mueble y me ofreció la botella de agua después de abrirla. Sorbí un poco y lo escupí en el piso por la sangre, y luego tomé un trago.

Dejó la botella a un lado y me tomó por la cintura para levantarme, llevando mi brazo alrededor de su cuello, apreté los labios tratando de ignorar el dolor. Salimos y el echó un vistazo hacia la casa grande, antes de comenzar a caminar hacia la parte de atrás de la casa de invitados.

–¿Y la chica?

–No pude sacarla.

Hice una mueca, no me sentía bien dejándola allí pero no podía hacer nada.

–Hay una puerta, esta casa queda en una pequeña colina deberás bajar y saltar la pared del final, no es tan alta. Tienes que usar todas tus fuerzas, del otro lado está la calle. –Llegamos a dicha puerta y la abrió. –Aléjate lo más que puedas y pide ayuda.

–¿N-no hay seguridad?

–No.

Quitó mi brazo de su cuello y me empujó un poco para que atravesara la puerta. Tenía mucho miedo, miré hacia abajo y pude ver la pared y la calle, parecía un conjunto residencial.

Vi como el chico daba vuelta para regresar a la casa.

–Gracias. –Pronuncié en voz baja.

No sabía sus motivos para querer ayudarme pero le agradecía de todo corazón.

Él volteó a verme y simplemente asintió, antes de seguir su camino y cerrar la puerta.

Comencé a bajar lentamente, con una mano en mi abdomen, me resbalé y caí, pero volví a levantarme. Habían bancos de madera en varios sitios, con piedras grandes alrededor.

Al llegar a la pared vi que debía tomar impulso, pero me sentía muy mal. Lo intenté varias veces pero no tenía suficiente fuerza en mis brazos para subir. Las banditas en mi mano se habían despegado y los cortes me ardían muchísimo. La frustración llegó junto con el miedo, pensé que en cualquier momento alguien descubriría que no estaba y comenzarían a buscarme.

–Sólo tienes que saltar la estúpida pared y estarás fuera de aquí. –Me dije a mi misma.

Pensé en mi papá, le pedí que me diera fuerzas, y después de dos intentos lo logré. Llegué arriba, con mucho esfuerzo y dolor, pero fue tanta mi desesperación que no calculé como caería, cuando me di contra el pavimento y sentí como un estallido en mi brazo, también en el costado de mi cuerpo. Me llevé una mano a la boca para evitar hacer cualquier sonido, mis lágrimas saliendo a borbotones, traté de recuperar el aire.

Duré unos segundos tendida en el suelo cuando decidí levantarme, solté varios quejidos y me di cuenta que no podía mover mi brazo izquierdo sin sentir un dolor terrible. Me apoyé de la pared, mi tobillo me dolía pero podía apoyarlo y empecé a caminar calle abajo. No veía a nadie, sólo casas y uno que otro carro en las aceras. Debía ser muy tarde.

No sé cuanto caminé hasta que vi a un señor con un perro, mi vista ya casi no me daba y sentía ganas de vomitar. El señor justo volteó en mi dirección y al fijarse en mi abrió los ojos y su expresión fue una de horror. Se acercó corriendo a mi y yo me dejé caer en el suelo, escuché los ladridos del perro.

–Ayúdeme... p-por favor. –Pedí respirando aceleradamente.

–Eres Won EunBi –afirmó– ¡Dios! Llamaré a emergencias –soltó apresurado, percibí los nervios en su voz– ¿qué te sucedió?

Antes de que pudiera decir algo, escuché como hablaba por su teléfono dando explicaciones, que a ese punto yo no comprendía. Después se agachó frente a mi.

–Mi... mi ex novio me tenía s-secuestrada... él me secuestró –pensé en que si me pasaba algo al menos alguien debería saber quien era uno de los culpables y que había sucedido– tenían a m-mas chicas... hace un rato me golpearon... a una chica, yo... no quise que la v-violaran... y me... me metí. –No sabía si el señor me entendía o si lo que yo le decía tenía coherencia, mi vista comenzó a llenarse de puntos negros y los sonidos se fueron haciendo más lejanos, entonces supe que no iba a poder aguantar más.

Pensé en Acassia antes de sumirme en la inconsciencia.












~~~~~~~~~

Ahora ya saben quien fue el que atacó a Cassie  :c

Espero les haya gustado, gracias por leer💜

Pásense por OLIMPO (nueva historia) espero le den mucho amor

Continue Reading

You'll Also Like

3.7M 216K 34
Orden de la saga: Nuestra Fugitiva Nuestra Niña Diosa de Chocolate Roger Sola en la carretera, a las tres de la madrugada, descalza, con un vestido...
4.2M 546K 21
Jungkook fue la persona especial de Taehyung. Y Taehyung, para Jungkook, fue su verdadero milagro.
2.2M 253K 23
Quiero que el mundo se joda. Quiero que se joda mientras estoy en tus brazos, y sonreírle al caos mientras me fundo en tus labios. ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⇢ship;...
2.3M 60.6K 13
«Antes compartiamos recuerdos. Ahora solo formo parte de ellos.» Grace Abrams tenía de todo, sin embargo la autoridad paterna interfiere con su deseo...