Segador

Autorstwa Nega-Activity

711 52 35

El orden, el equilibrio. Palabras muy relacionadas entre sí, coaccionadas casi para lo mismo. Si, tal vez. Si... Więcej

Capitulo I

Capitulo II

262 23 22
Autorstwa Nega-Activity

Tan pronto y terminaron las clases se habían dirigido a un edificio, más One-Samas de la Academia, Rias y Akeno se reunieron junto a una niña de cabello blanco en una habitación aparentemente oscura, era alumbrados por unas pocas velas aromáticas de color rojo. La niña de de pelo banco de nombre Koneko había visto a Muerte hasta que salió de los terrenos de la Academia, sentía algo raro en el, no sabía que era.

—A ese hombre, nunca lo e visto antes —Frunció el ceño Rias, estaba sentada en un sofá verde mientras tenía las piernas cruzadas y tomaba un sorbo de té.

—No parecía de la Academia y nunca e visto a alguien parecido para decir que es un familiar —dijo Akeno, estaba al lado de Rias, ella estaba de pie, un rostro pensativo adorno su rostro.

—Su rostro pálido me pone los pelos de punta —dijo Koneko.

—Es curioso sabiendo que es guapo —sonrió levemente Rias.

—¿Oh?, buchou... al parecer alguien llamó su atención —Akeno dijo descaradamente mientras ella soltó una sonrisa.

—No es eso, no siquiera se su nombre —sonrió consciente de las burlas de su amiga—. Sin embargo, hay algo de él que me intriga de él, su aura.

—¿Quiere que lo vigilé, buchou? —pregunto la niña.

—No, tengo la sensación de que pronto nos volveremos a encontrar —volvió a sonreír para después tomar un sorbo—. ¿Y que pasa con Hyōdō Issei?

—Al parecer tenía razón con el, buchou —respondió Koneko.

—¿Y que hacemos ahora? —pregunto Akeno—, supongo que seguiremos el plan.

—Si —respondió—, necesito los preparativos. Todo lo demás es esperar los resultados —sonrió colocando una pieza de peón en el tablero de ajedrez.
___________________________________________________

Muerte tenía una pista, una muy buena... oh, bueno... eso cree el. No puede decir si esas chicas son demonios, de no serlo podrían ser sucios sacando su sed de lujuria. Más solo era una insignificante teoría. Pero necesitaba a información, y como no un demonio de amplios conocimientos del universo como Vulgrim. Apostaba todo el dinero del mundo a que estuvo un buen tiempo en la tierra intercambiando objetos de precioso valor por algunos otros. Había pensando en matar al demonio muchas veces por romper las reglas, pero sus amplios conocimientos y ayuda demostraron ser útil. Eso lo salvo del destino de tener todavía su cabeza donde debe de estar.

Se acerco cerca de la roca donde estaba el glifo. Era el atardecer, el sol ocultándose mientras adornaba un glorioso color naranja. Al acercarse al glifo el demonio salió estrepitosamente.

—¿Qué necesitas, jinete? —pregunto Vulgrim. Polvo se puso en el hombro de Muerte, sus ojos brillaron pasándole toda la información al demonio. Obtuvo una imagen mental de lo que el jinete buscaba, la información sobre Rias y Akeno.

—Unos buenos ejemplares —sólo una risa espeluznante al aire—, pensaba que los negocios que necesitaban el jinete pálido aquí eran más interesante —soltó su mítica sonrisa.

—Necesito información de ellas, tal vez me ayuden en algo, aparte de ti —Dijo la Muerte.

—Se hará, tendrás toda la información relevante de estos ejemplares —Dijo Vulgrim, dio una pequeña inclinación antes de retirarse en su glifo. Muerte salto al árbol más grande, usando las ramas como impulso.

Cuando cayó la noche Muerte se quito su disfraz, era sofocante algunas veces tenelo puesto. Agradecía que actividades diarias mortales no fueran impuestas a ellos: dormir, comer, beber. Podría estar siempre a su cien porciento sin preocuparse de las actividades triviales. Durante veinticuatro horas del día está despierto para cualquier peligro, pero aveces era aburrido tener que esperar otro día.
___________________________________________________

Al día siguiente, cerca de alcanzar las doce de la tarde, Muerte había ido hacia donde se escondía Vulgrim. Descendió de la copa de un árbol. Cuando estuvo de pie Vulgrim había aparecido.

—¿Qué tienes? —pregunto Muerte. Vulgrim apareció callado, Muerte gimio y dio una bolsa llena de oro a Vulgrim.

—La chica pelirroja se llama Rias Gremory, la próxima en Ascensión a jefa de la casa Gremory. Tiene un hermano llamado Sirzechs Lucifer, líder de los demonios.

—¿Qué traición es esta? El próximo a Príncipe de Las Tinieblas es Samael —Muerte frunció el ceño.

—Al parecer hubo una rebelión, a diferentes maneras fueron desterrados a las partes más profundas del infierno y fue creada una sociedad más civilizada —dijo Vulgrim—, algo más parecida a la sociedad humana.

—Y aún así mantenieron ciertas costumbres —Dijo Muerte—, usan a los humanos para sus beneficios y tengo que eliminarlos. ¿Y que tienes de la otra?

—Es un ángel caído, hija de una humana y un ángel caído. Su nombre es Akeno Himejima.

—¿Un hijo bastardo? —dijo Muerte—, no me sorprende, son ángeles que sucumbieron antes sus deseos que al mismo creador.

—Si —respondió Vulgrim—. De hecho, a diferencia de sus hermanos que aún sirven a su creador, estos están dispuesto a sembrar caos en cualquier planeta que toquen. Por eso tiene fuerzas aquí.

—No por mucho tiempo —respondió Muerte, se estaba colocando su disfraz humano, listo para partir.

—Oh, también tiene una herencia excepcional hacia los truenos y relámpagos, se le conoce en el inframundo como la sacerdotisa del trueno —Dijo Vulgrim—. La ejemplar demoníaca pura igual, pose una herencia de poder demoníaco, no será un problema para ti y tu regeneración, pero es un poder a tener en cuenta si fuera el hermano, pero en igual caso, no es un gran problema para los jinetes.

—Gracias por la advertencia —agradeció Muerte, sus orbes fijos en la ciudad para comenzar a partir, el demonio solo se limito a ocultarse en su glifo.

—X—

El estaba caminando en los terrenos de un parque, había querido hablar con Rias Gremory y Akeno Himejima, pero no quería revelar su ubicación, o su disfraz, no es como si no las quisiera matar, Muerte nunca fue conocido por sus asesinatos sin sentido después de todo. Pero no quería ser vigilado, estaba jugando a algo parecido a las escondidas no quería ser encontrado pero no atrapado.

Había caminado en los terrenos más profundamente en el bosque. Sin embargo, tenía que convencer a la Gremory a llevarlo con su hermano. La primera opción era someterlos y obligarla, pero antes quería ver algunas cosas más.

—Fue la mejor cita que tuve —dijo una voz era una chica pelinegra, sentía una aura extraña en ella. Sin embargo, no le presto atención, suspiro antes de irse.

—Morirías por mi —esas palabras acatarán inmediatamente la atención de Muerte, motivado por las palabras frunció el ceño. Corrió detrás de los arbusto para atacar furtivamente.

—Uh, ¿Qué dijiste? Algo debe estar mal con mis oídos, no creo haber escuchado correctamente, ¿podrías repetirlo una vez más? —río nerviosamente, la situación no era precisamente cómoda como el lo esperaría. La chica se acerco casualmente a su oído.

—Quiero que mueras por mi —dijo abandonando su disfraz, se hecho a reír inocentemente antes de que sus ropas explotarán y el chico se quedara embobado viendo la figura desnuda y sus pechos. La Muerte había preparado sus armas, la batalla sería leve, pero no le importaba. La chica se había terminado de transformar, cargan un traje que apenas contenía por su cuerpo. Sus alas habían sido desplegadas, el chico sucumbió a sus piernas y tambaleaban cediendo a miedo, intentaba arrastrarse por el suelo debido al shock, sucumbió al terror, no quería morir siendo virgen.

—Un ángel caído —dijo Muerte, su ceño se frunció aún más.

—Debo de admitir que me divertí hoy. Eso teniendo en cuenta de lo idiota y estúpido que eres. Después de todo, pudo haber sido peor, ¿no? —río perversamente. Miro su muñeca izquierda con malicia— Gracias por el regalo —su mano derecha resplandecía y una lanza de luz se formaba.

—¡Yuuma, no lo hagas! ¡Espera! —grito el chico, cerro sus ojos por el terror y la conmoción del momento.

—Supongo que es tiempo de morir —ella río, lanzó la lanza de luz al chico que en ese momento no hacía más que mirar impotente. Sin embargo, la muerte había dado un tiro con Redención al tiempo que salió de los arbusto, no necesito sus guadañas en este momento.

—¡Quién eres?! ¡¿Como fuiste capaz de romper mi lanza de luz, la gran Reynare?! —gruño molesta, si indignación salió a flote mientras miro al responsable de la acción contra su lanza.

—Tu fin —dijo, la aura sombría había ocultado su disfraz, absorbiendolo dejando verse en su verdadero ser. La caída había comenzado a obtener un rostro de horror, dio pasos hacia atrás, sus piernas temblaron furiosamente... tenía en frente un ser capaz de hacer temblar dioses, el ser más fuerte y temido de todo el universo.

—No... no... no.... ¡No puede ser! —grito la caída de puro horror. El jinete se agacho levemente y tomó sus queridas guadañas en un agarre invertido. El chico detrás de él sólo se arrastraba, intento alejarse lo más que pudo antes de sentir como se chocaba con árbol, su cuerpo estaba paralizado, su mente recurría a mil por horas pensando en una ruta de escape viable, pero era imposible si incluso lo intentará. Estaba literalmente muerto de miedo, curioso sabiendo quien estaba al frente de él, la Muerte.

Esteba temblando del miedo, joder si estaba temblando, tenía a la Muerte misma al frente de ella. Sus piernas temblaron de ira. Sabía que lo más probable es que iba a morir, pero no se iría sin antes luchar. Lanzó a quemarropa la lanza de luz, tomo una de sus guadañas y corto hacia la mitad, se había dividió causando daños al bosque. Comenzó tirando aún más lanzas de luz, Muerte esquivaba ágil mente, un brazo espectral había salido disparado hacia la ángel. Dio un salto con sus dos guadañas al frente suyo dando un corte, las alas se habían desprendido de su espalda. Aterrizo, instintivamente había movido su cabeza hacia la izquierda.

—Uhm, ¿refuerzos? —dijo sombríamente, se dio la vuelta esquivando otra lanza de luz.

—Raynare, muévete... nos encargaremos de él —un hombre con un abrigo de cuero y sombrero vociferó. Sus ojos fijándose en la Muerte lanzado su instinto hacia el. La Muerte sólo dio una pequeña risita.

—¿Ray... Raynare? —pregunto el chico.

—No te preocupes ahora, nos encargaremos del monstruo que te ataco. —dijo la rubia, los dos caídos más una chica de cabellera azul se acercaron al jinete.

—¡¿Que hace?! Todo lo que hacen es querer morir —grito la chica con nombre Raynare revelado. Sin embargo, para la mala suerte de ellos estaban demasiado atentos al jinete como para poder centrarse en las palabras de su compañera.

Ella tenía una muy buena razón para huir. Sin embargo, miro al chico atentamente, sus ojos miraron con dagas. Antes de que la lucha comenzará habría matado al chico, entonces tendría una razón más para salir más rápido.

Había comenzado a esquivar las lanzas de luz de los caídos, pero había escuchado un grito de la chica que le había cortado las alas. Raynare, quien había soltado una lanza de luz al chico atravesandole el pecho. Entonces  Muerte había mirado hacia atrás de él. Vio como el chico caía tumbado al suelo, sus ojos perdiendo lentamente los brillo de la vida. Sus ojos se abrieron un poco. Sin embargo, esto enfureció a la Muerte aún más. Había invocado su forma de caos, la Segadora había sido invocada en su mano derecha, dio un corte horizontal sobre los ángeles caídos en un solo golpe de su fiel guadaña. Con sus cuerpos dividos en dos cayendo sin vida.

—Mierda, ella se escapó —gruño Muerte, se maldijo a sí mismo por bajar la guardia con el chico—, ¡Polvo, búscala rápido! —el cuervo dio un chirrido, antes se surcar en el aire alejándose del bosque. 

—M... Mie...rda —dijo agonizante, aferrándose a todo la esperanza de vida que tuviera. Pensó en sus pensamientos pervertidos, los pechos de Raynare, como jamás pudo perder su virginidad. Hasta que surgió Rias Gremory, su cabello carmesí era igual que la sangre que goteaba de su pecho, su mente pervertida pensó en ella, desnuda con sus pechos al aire para su contemplación.

—Estas muriendo, chico. Lo siento, pero lo único que puedo hacer es terminar con tu agonizante dolor —La Muerte dijo, recuperando su forma "humana" sin usar el disfraz.

Sin embargo, ocurrió un evento que nunca espero.

—¿Uhm? —fue todo lo que pudo decir para el mismo, vio como el bolsillo de niño comenzó a brillar. Desconocido para el, un panfleto con un círculo mágico rojo comenzó a brillar, flotando en el aire. El niño reconoció el panfleto rojo que le habían dado. Vio como un círculo mágico nunca antes visto para el comenzó a aparecer, sus ojos mirando fijamente el evento había comenzado a desenfundar sus guadaña y reponerlas en su singular pose, sus guadaña invertidas en el agarre mientras se agacha a un poco.

El círculo comenzó a ser más grande, comenzó a descender mientras la figura que se daba a ver era se le hacía terriblemente conocida a Muerte.

—Fuistes tu el que me convoco, ¿verdad? —La mujer del cabello carmesí dijo, dándole la espalda. Se dio la vuelta, su expresión se remplazo en un rostro azul. Había el terror palpable en sus ojos, después d todo... estaba en frente de algo que ni en sus peores pesadillas pudo imaginar ver.

—Gremory —rugió vehemente, sus orbes verdes dándole vista de la chica al frente suyo. Ya sabía que era un hecho que era un demonio, pero esto lo confirmaba aún más.

Sin embargo, la chica estaba asustada. Siempre pensó que los cuatro jinetes eran un cuento que su padre le contaba para asustarla, para asustar a los niños que no podían dormir, cuando ella era una niña en su estancia en el inframundo. Pero ver a uno y ni más ni menos que al líder de los cuatros, un ser que incluso el creador le temía le hizo perder cualquier determinación acumulada.

—Habla rápido o muere rápido —dijo la Muerte, una mezcla de frío y sombrío había adornado la oración. Sintió su corazón latir tan rápido como se podía. Tenía que pensar algo para salvarse a sí misma y al niño también, lo necesitaba después de todo.

—Hay una forma de de salvar al chico —dijo intentando aparentar determinación en su voz. Sin embargo, no ayudaba mucho el terror que aún sentía—, pero sólo si me permite​s acercarme.

—¿Como? —pregunto la Muerte.

—Solo déjamelo a mi. ¡Por favor! —ella rogó, la Muerte, aún tentaba con dividir a la diablesa en dos, pero uno: la necesitaba con vida, su hermano era el príncipe del infierno. Y dos: necesitaba corregir el error de bajar la guarida y dejar que ángel apuñale al chico. Pero no quitaba el hecho que si lo hacía enfurecer lo suficiente la dividirá en dos y buscaría la manera de entrar al infierno de una manera u otra. Después de una mirada que le dio a la demonio, asintió silenciosamente, alejándose del chico. Ella sonrió victoriosa, sacó piezas de ajedrez, ella se arrodillo.

"¿Piezas de ajedrez?" pensó, pero fue solo hasta que las piezas de metieran en el chico que se dio cuenta de lo que hizo. ¡Estaba esclavizado al chico! Lo estaba devolviendo a la vida. Ella suspiro de alivio, pero esa expresión fue cambiada a terror cuando vio a Muerte levantándose del suelo, la mirada de enojo en su rostro, sus guadañas lista para cortar cada extremidad de ella. Afortunadamente para ella, o no tanto. La Muerte tenía planes para la Gremory, pero ella no iba a salir ilesa del parque.
___________________________________________________

Lejos de ahí estaba el séquito del a Gremory. Akeno estaba esperando a su mejor amiga regresará, había pasado treinta minutos aproximadamente desde que se había ido. Habían dos miembros acompañándola en el club, ubicado en el edificio abandonado. La niña llamada Koneko Toujou y un rubio con facciones algo afeminados llamado Kiba Yuuto.

Una pregunta rondaba en las mentes de los integrantes del Club de Investigaciones Ocultas.

—¿Donde está Buchou? —pregunto Koneko, sus ojos fijados en Akeno, estaba comiéndose una rosquilla tranquilamente mientras estaba sentada en el sillón del lugar.

—No lo se, Koneko —fue todo lo que se limito a decir la pelinegra, sus ojos fijos en la Academia—deberia haber llegado hace treinta minutos, tal vez haya habido un fallo en la resurrección —dijo Akeno curiosa. Sin embargo, prestaron atención al ver al cuerpo de Rias lanzado abriendo bruscamente las puertas dobles.

—¡Buchou! —gritaron alarmados e inmediatamente estuvieron al lado de Rias.

—¡Rias!, ¡¿Quién te hizo esto?!  —Las lágrimas pasaron en el rostro de Akeno al ver a su mejor amiga ensangrentada y golpeada de manera tan brutal, podría decirse que irreconocible.

—El... jine... jinete —habló débilmente Rias, sus pocas vitaliades cada vez disminuyendo más lentamente.

—Jinete, ¿de que está hablando, Buchou? —pregunto Kiba, los tres fruncieron el ceño ligeramente al ver una sombra abrir las puertas con brazos espectrales. Los ojos de Rias se abrieron de manera inmediata cuando el jinete pálido había abierto las puertas, su rostro estaba horrorizado. Sólo esperaba su juicio por haber reanimado aquel chico al frente de él.

—¿Qué le hiciste a Buchou? —pregunto amenazante Akeno, sus pequeños gruñidos intentado contener la ira.

—Vas directo hacia el suelo —Dijo Koneko, apretaba sus puño y dio pequeños pasos al frente, Akeno gruño mientras invocaba sus rayos rayos, Kiba solo preparo sus espadas con rabia.

—Así que ustedes son sus sirvientes, supongo que los controlará por el alma —dijo la Muerte para si mismo mientras preparaba su agarre inverso.

—¡No! ¡Por favor! ¡No les hagas daño! —Rias rogo intentando levantarse sobre sobre sus pies— Te llevaré con mi hermano... pero por favor, no les hagas nada, no tienen nada que ver con tus motivos.

—Es lo único que necesito es que me lleves hacia tu hermano —dijo la Muerte.

—No, antes pagaras por hacerle eso a Buchou —gruñó Kiba, cargo con su espada lista es sus manos.

—¡Kiba, no lo hagas! —gritó desesperadamente, intento levantar sus manos. Pero ya era demasiado tarde. Vio como la Muerte había parado la espada con una de sus guadaña y con la otra mano guadaña había cortado en su pecho, cortando horizontalmente.

—¡Kiba! —gritaron Akeno y Koneko. Koneko, enfurecida, ataco. Sin embargo, la Muerte interceptó su ataque con una mano espectral. Soltó una patada lo suficientemente fuerte como para estrellarla en la pared, su conciencia fue desapareciendo y sus respiraciones suavizando.

—¡Koneko! —gritó Akeno, se fijo en Muerte, sin atreverse a abandonar a Rias después de lo que acaba de ver.

—Ahora tu, 'Sacerdotisa del Trueno' — Muerte se burló, sacó sus guadaña y las tomó en su agarre inverso mientras caminaba hacia ella.

¡No más, por favor! —rogó Rias, aún intentando levantarse —Te llevaré con mi hermano, pero por favor... para —Rias rogó desesperadamente. Simplemente era todo lo que podía hacer como alguien como Muerte, era el ser mas temido de toda la creación. ¡Inclusive más que sus hermanos mismos! Ella lucharía hasta el final, intentaría hacer todo lo que pudiera, siempre estando de pie, pero era la Muerte... ¿Qué posibilidades tendría ella?

La Muerte finalmente dejó de caminar mientras se rehuía a su posición inicial. Tal vez exagero sólo un poco al castigo de la chica cuando vio fijamente sus lesiones, pero no significaba que estaba arrepentido, ¿cuando se había arrepentido el? No, en lo más mínimo. De no ser por sus relaciones con el actual príncipe de las tinieblas la abría matado sin pestañear. Pero no podía esperar a que se recuperará de sus heridas, para su mala suerte... tendría que darle una poción de curación par allegar a su hermano mucho antes.

—Ten —dijo, lanzándole una pócima curativa a Akeno, su mente pasó de estar asustada a confundida por la acción del Jinete.

—¿Qué... qué es? — pregunto vacilante Akeno.

—Un elixir curativo o poción —respondió La Muerte—, dásela —Akeno siguió mirándolo perplejo, aunque aún contenía una pizca de temor.

—¡Ahora! — gruño la Muerte. Akeno se estremeció y abrió la tapa del vial mágico rociandolo en la boca de Rias ayudándole a beberla. Después de unos momentos sus heridas se curaron, para su alivio, terror, confusión y sorpresa.

—Uhm, ¿mis heridas? —Dijo para inspeccionar su cuerpo y ver que no tenía un solo corte, moretón o raspadura, como si nunca hubieran sido infligido.

—He perdido tiempo contigo, pequeña 'demonio'. Ahora llévame con tu hermano o te mataré junto a tus siervos y haré una purga a tu raza antes de llegar a tu hermano —Amenazó Muerte en tono espeluznante y escalofriante.

—Si, señor. De inmediato vamos —Dijo Rias, su cara volviéndose azul por momentos.

—Espera, ¿que hay de Koneko y Kiba? —pregunto Akeno.

—No es mi problema —fue lo último que dijo antes de fulminar con la mirada a Akeno, sus labios al parecer se cerraron por el terror. Rias atendió su ropa y creo un círculo mágico al inframundo.
___________________________________________________

Después de unos Momentos, Rias los teletransporte en una enorme mansión. Por muy extraño que le parezca a Muerte la similitud con la arquitectura humana. ¿Donde estaban los bastiones puntiagudos o los abismos oscuros? Oh, bueno. Según Vulgrim habían cambiado radicalmente. Sus arquitecturas y civilizaciones son más bien parecidas a las de los humanos, sus costumbres e incluso ciertas tradiciones e igualmente ciertas tradiciones. Tal vez se querían formar una civilización algo más civilizada. No estaba ni cerca de cuando viajaba al Reino Oscuro.

Todo estaría bien, e incluso podría dejarlos vivir, con un par de moretones y unos cortes adornandolas.

—Sigame —dijo Rias. Todavía sintiéndose terriblemente mal, aún asustada... se dirigió hacia la mansión con Muerte siguiendo su ejemplo. Su intención asesina no ayudaba de mucho, aumentaba sus náuseas todavía aun más.

Entraron a la mansión, fueron recibidos con la atención de una chica de cabello plateado y un traje de maid, cuando vio a la persona la cual no esperaba.

—Bienvenida, Rias-Sama, es un gusto verte... supongo que viene a ver a Sirzechs-Sa... —levanto la mirada, su expresión había cambiado a una mirada de horror y sorpresa cuando vio la mirada asesina oculto en su máscara de verdugo.

—Es un gusto verte, Grayfia —dijo Rias, intentando formar una sonrisa en sus labios. Sin embargo, no pudo. Fue imposible para ella. Estaba carcomida hasta los huesos en el terror.

—Es un gusto, jinete. ¿En que lo puedo ayudar? —pregunto Grayfia. Sin embargo, el miedo igualmente la sometía. "¿por qué está el jinete pálido? ¿qué está mal?"

—Llévame a Sirzechs Lucifer —respondió secamente la Muerte.

—Como desee. Por favor, hágame el favor y sígame —asintió Grayfia, intentando mantener una calma casi imposible de lograr teniendo a al mismo Segador. ¿Qué estaría yendo mal como para que el mismo líder de los jinetes viniera?

—Es es uno de los cuatro.

—Imposible, es la Muerte.

—Se aproxima malos presagios para el inframundo.

Fueron los susurros que se escurrieron sobre la habitación. Muerte ignoro los comentarios mientras seguía a Grayfia, aunque le molestaba el ruido generado.

Se habían dirigido a una gigantesca puerta, entro encontrándose un trono, un hombre del mismo color que el cabello de Rias junto a uno más pequeño, una versión más pequeña de él estaba a su lado. Era Sirzechs Lucifer, jugando con su hijo, Millicas Gremory. Su atención se dirigió al ver las puertas dobles abriéndose, dejándose ver una figura muy conocida.

—Oh, Grayfia. Ven, entra —sonrió alegremente Sirzechs, viendo la sonrisa de su hijo creciendo.

—Eso tendrá que esperar, me temo. Tenemos un invitado algo inesperado —dijo Grayfia con una voz fría y muerta, Sirzechs se preocupo, se sabía que Grayfia en sus horas de trabajo era sería, sin embargo no lo era tanto, no así. Hizo incluso a su hijo curioso y confundido de la situación.

—¿Enserio? —pregunto Sirzechs, sus ojos curiosos fijándose en la puerta al frente de él, pero grata fue su sorpresa al ver a su hermana.

—¡Ría-Tan! Oye, eso es una bonita sorpresa, hermanita —Dijo Sirzechs con una sonrisa, dirigiéndose a abrazar a su hermana, pero una vez más su sonrisa desapareció cuando vio el ceño fruncido de su hermana.

—¿Qué está mal? —pregunto, mirando directamente a Grayfia que también contenía un rostro azul ligeramente pálido. No pronunciaban una palabra, tenían ese rostro fruncido de tristeza, dolor, miedo.

El jinete no demoro mucho para entrar a la habitación, algo que Sirzechs no hubiera imaginado en sus peores pesadillas. Encontrar a Muerte, el líder de los jinetes pisoteando la misma habitación que el. El pequeño Millicas se aferro a el.

—Papá, ¿quién es el? Se ve aterrador  —dijo Millicas con voz temblorosa.

—Grayfia, saca a Millicas de aquí, ahora —Dijo Sirzechs. El pequeño Millicas estaba a asustado, ¿quien era el para que su padre fuera tan serio? Nunca lo había visto así, pero para su suerte Grayfia estaba a su lado, cuando ellos pasaron al lado de Rias, Millicas tomó tu mano para llamar su atención.

—Rias-Obasan, prométeme que todo está bien —Rias no dijo nada, la Muerte estaba ahí, ¡nada estaba bien! Sin embargo, sonrió, aun sabiendo que nada estaba bien.

—No te preocupes, solo hablaremos con este hombre unos momentos y luego jugaremos cuando siempre vengo, ¿esta bien? —dijo Rias, para aliviar los temores crecientes de Millicas, funcionó un poco. Pero sus temores volvieron al ver al hombre alto con una complexión algo esquelética y máscara de verdugo que se veía enojado. Rias se arrodillo y le susurro —todo va a estar bien, ¿verdad? —Rias dijo, dando una sonrisa antes de mirar a Grayfia suplicante. Grayfia asintió, siento el dolor de ver como su hijo estaba nervioso. Cuando se fue de la habitación, Muerte había lanzado a Rias hacia Sirzechs.

—¡Rias! —grito Sirzechs, corrió a su dirección estando atento de Muerte. Este solo camino hacia delante.

—Responde a mi pregunta y te dejaré en una pieza —gruño la Muerte, Sirzechs no dijo nada intentando ayudar a levantar a Rias.

—¿Eres Sirzechs Lucifer? — pregunto la Muerte.

—Si —fue su respuesta, para continuar:—, ¿me puedes decir por que fue tu trato así hacia Rias?

—Cuida tu lengua —le advirtió Muerte—, su presencia pone en riesgo al reino del hombre, convirtió en un demonio a un chico humano —dijo Muerte con veneno presente fuertemente en sus palabras.

—¡No lo esclavice! ¡Solo le di una oportunidad nuevamente! —Rias protesto.

—Como tu esclavo de tu vil juego —gruño Muerte fríamente.

—Con permiso, pero nunca hemos obligado a humanos a unirse a nosotros en contra de su voluntad. Nunca los tocamos o matarlos, esta fuera de nuestras leyes —Dijo Sirzechs, fruncir do cada vez más el ceño.

—Sin embargo, al parecer aprovechan cada ocasión que pueden ver que esta al borde de la muerte como para convertirlo en uno de los tuyos —La Muerte dijo furiosamente, con un ceño todavía más fruncido.

—Está vez fue una excepción, tenía una Sacred Gear todavía muy poderoso —ella dijo intentando aparentar valentía, pero fue inútil. Pensó que si cuidaba su vocabulario sería mejor, pero no se dio cuenta que había revelado su ambición.

—¿Sacred Gear? —pregunto en total ignorancia Muerte.

—Artefactos sagrados creados por el creador y otorgados a los humanos. Debido a la carga mágica que generan junto a su estrés, no es otorgado a todo los humanos, la gran mayoría de veces que uno obtiene un Sacred Gear el humano alcanzar grandes logros — explicó Sirzechs— Sin embargo, algunos de estos son incontrolables y las ansias de poder domina al humano, lo que lo hace peligroso en el mundo humano. Es cierto que algunos demonios piensan que no lo merecen, todo estos demonios fueron asesinados para mantener el orden en el mundo del hombre —Terminó de explicar.

" ¿A esto se refería el consejo a que sería una fuerza a tener en cuenta?" pensó Muerte, su curiosidad por estos artefactos creciendo.

—Lo reviví ya que la ángel caída Reynare tenía un orquestado con otros ángeles para detener su futuro crecimiento. Además de revivirlo por ser de los pocos raros con Sacred Gear —dijo con firmeza Rias ahora que estaba más calmada.

—Eso no te absuelve, Rias Gremory. Tu sola presencia es un peligro y en tus acciones también hubo interés propio —respondió la Muerte.

—Sabíamos que esto infligiria las reglas cuando tocaramos el mundo humano —frunció el ceño Sirzechs.

—¿Quieres que te haga un pequeño recuerdo de lo que ocurrió? ¿O al parecer tienes mala memoria? Cuando las tres facciones se escondieron bajos los humanos escondiéndose y cortejandolos para unirse a ustedes — La Muerte dijo macabramente.

—Sabemos bien lo que ocurrió, tanto como tu lo sabes —respondió Sirzechs sombriamente, dando gravedad a sus palabras.

—Oni-Sama —exclamó Rias preocupada, el corazón de Sirzechs se encogió. Estaba adolorido de ver a su querida hermana así, indefensa y asustada. Sin embargo, no podía hacer nada, ¿quien haría algo contra él ser más fuerte del universo?

—Rias —dijo Sirzechs—, ¿Recuerdas cuando te dije lo que ocurrió en las guerras de las tres facciones? —Rias sólo asintió—Es falso, nunca fue la guerra lo que bajo nuestros números hasta quedarnos al borde de desaparecer... fueron los cuatro jinetes.

—¡¿Qué?! —exclamó asustada Rias—P...pero nunca me contaste eso.

–Fue un acuerdo entre los líderes de lo que quedó de nosotros —respondió Sirzechs—nos dios vergüenza ese día. Se juro jamás contarlo, ese día fue demasiado vergonzoso para nosotros. Ni un hijo del cielo, un caído del cielo o demonio del infierno de ese retorcido abismo fue capaz de tan sólo hacerle un rasguño, los dragones celestiales fueron creados a partir de que el líder de los jinetes los había cortados sus cuerpos y encerrando sus almas en artefactos que fueron utilizados como armas.

—Fueron asesinados sin remordimientos, durante esa batalla las tres facciones fueron aniquilada a casi la mínima expresión. Sólo somos una sombra de lo que eramos antes —Dijo Sirzechs, dando su mirada a Rias —. Como sabrás, nos separamos de los demonios brutos y viles del abismo, creamos una sociedad más justa con algunas casas de los pilares. Pero eramos pocos números, así que utilizamos humanos para extender nuestros números.

—Utilizaste al hombre como medio para reponerte, atrayendo a humanos y cortejandolos con trampas —gruño Muerte señalando al Rey Demonio.

—Te lo aseguro, después de la guerra se desconoció mucho sobre nosotros o cualquier ser sobrenatural.  Además, somos más diplomáticos que los demonios que están en el infierno. Otros venían por el hecho de deseos propios, lo cual los convirtió en sirvientes voluntarios —dijo seriamente Sirzechs.

—Lo dudo, pero no me explica el hecho de que tu hermana esté escondida sobre los humanos. Vuelve a evitar el tema y mataré a cada demonio en el reino del hombre, empezando por tu hermana —Dijo Muerte. Sirzechs tenía sus venas abultadas por la ira, apuntó de atacar al jinete, pero sabía que lo llevaría a su desapareció de la existencia misma, su alma siendo purgada, incluso teniendo el un poder inmenso.

—Los Angeles de la casa blanca y los Caídos de Grigory hacen lo mismo, hicieron Kuoh como una base de operaciones. Lo tuvimos que hacer para evitar cualquier ataque hacia nuestra gente —terminó Sirzechs.

—Eso no te excusa, pudiste haber informado al concejo carbonizado en cualquier momento, para algo existen los círculos de comunicación —Reprochó Muerte.

—Con permiso, pero... ¿Puedo saber por qué estas en el mundo del hombre? —Pregunto Venelana otorgado por primera vez una de sus palabra con su melodiosa voz.

—La Gran Guerra final podría iniciar por este desbalance —Respondió a la pregunta impuesta por Venelana—, tengo que evitar que el equilibrio y que los siete sellos se rompan antes de lo previsto. Dado hasta que descubra el causante de esto, me quedaré con Rias Gremory mientras tanto —Terminó de explicar.

—¡¡¡Qu... QUÉ!! ¡¡JAMÁS OCURRIRÁ!! ¡¡NO HE HECHO NADA PARA MERECER TAL Trato!! —Exclamó Rias indignada y con las lágrimas casi saliendose de sus cuencas, haciendo todo lo posible para evitar este hecho.

—No pedí tu opinión —Respondió la Muerte —Te voy a dar tiempo para que te despidas de tus familiares. Y recuerda, Gremory. La única razón por la que te perdone la vida fue por tu relación con el actual rey demonio.

La muerte abandono la sala en un silencio incómodo, dando lugar a las lágrimas de Rias y su hermano y padre a consolarla...

—Rias —se acercó Sirzechs a tomarla y darle un abrazo, mojando su ostentoso traje de sus lágrimas—, Si estas en problemas, no dudes en llamarme, iré a auxiliarte en cualquier momento.

Tardaron unos minutos en calmarla, hasta que por fin rompió el silencio Zeoticus.

—Jamás pensé esto, ni siquiera en mis peores sueños —Se reprochó, mientras caminaba en círculos por la sala con cierto tic de nerviosismo.

—¡Te lo dije! Jamás tuviste que dejar que fuera al mundo humano, aquí habría recibido muy buena educación —Le grito enojado a su padre.

—No es momento para lamentos, Sirzechs... tiempos oscuros asolan la casa Gremory... —Dilo Zeoticus, mirando a su hija—Rias, cariño.

Levantó la mirada hacia su padre con sus ojos todavía rojos de las lágrimas.

—Se que esto fue un gran shock para ti, hasta para nosotros lo fue. Pero por favor, se fuerte... sabemos que es el ser más fuerte de la existencia misma, tal vez no te llevaras bien con el. Sin embargo, ¿puedes por lo menos seguir sus instrucciones —dijo Zeoticus con un tono de preocupación, todavía sin dejar de mirar a su hija fin profunda culpa y lástima.

—Me iré ahora —Dijo levantándose todavía del suelo, perdiendo su agarre de su hermano—, no es una idea sabia dejarlo esperando tanto tiempo.

—Cuidate hermano, y por favor... pídeme ayuda si la necesita —Suplico Sirzechs.

—Gracias —Fue todo lo que respondió antes de abrir las puertas y tomar rumbo al reino del hombre.

Serían tiempos oscuros para el duque Gremory. Tomando como base de operaciones el club de ocultismo y como uno de sus soldados a sus sirvientes a esta casa. Su familia solo puede rogar que este bien, es todo lo que pueden hacer.
_________________________________________________________

Me acorde que existía, de nada.

Dejen su voto, lo me comenten alguna duda, etc, etc...

Adiós

PD: No soy Nega-Activity


































































Czytaj Dalej

To Też Polubisz

286K 22.7K 51
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
257K 18K 91
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
610K 16.7K 74
"...Vamos a pecar juntos..." ❝One-Shots sobre personajes masculinos del anime "Naruto" , escritos por un fan para otros fans , con alto contenido +18...
95.5K 2.6K 28
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...