Aire... ¡necesito aire! Boqueando como un pez mí vista, se desplaza entre Samuel y Viviana. Los socios al ver mi condición se acercan a mí con preocupación.
- ¿Sabrina? - Viviana extiende su brazo para tomarme. Por acto de reflejo me alejo de ella, huyendo de su toque.
Su preocupación fue reemplazada, por pena o impotencia no lo sé.
Alexander intenta tomarme entre sus brazos- ¡no! No me toques. No ahora - mi cuerpo tiembla como una hoja con el viento.
Sin soportar más esta sensación de asfixia salgo corriendo de esa sala, lo más rápido que me permites estos tacones, al ver que ellos no cooperaban con mi huida sacudí mis pies. Haciendo que los zapatos cayeran con un sonoro ¡trac! En el suelo.
Llego al elevador, pulso desesperadamente el botón para que este se abra.
- ¡Sabrina! - grita una voz con notorio desespero. Giro mi cabeza y veo que es el.
Las lágrimas no derramadas complican mi visión. Un din me dice que él ascensor ya ha llegado, entrando él apretó el botón para que las puestas se cierren. Mi ruego fue escuchado, Alexander tira de su cabello con una cadena de maldiciones y groserías. Me deslizo por la pared del ascensor hasta caer al suelo. Dejo que las lágrimas caigan libremente de mis ojos.
Él elevador llega rápidamente a recepción, antes de salir del observo mi reflejo en el espejo de cuerpo completo que tiene, estoy hecha un completo desastre... la máscara de pestañas me ha dejado efecto mapache alrededor de mis ojos, estos están tan rojos e irritado, hasta duelen.
Cabizbaja salgo del ascensor, sin darme cuenta me doy un golpe con algo. Hecha una furia levanto mi cabeza para cantarle las cuarenta.
-discúlpese, por chocar conmigo señor- exijo enojada.
- ¿Perdón? la ignorante que chocó conmigo fuiste tú.
Jadeo sin aceptar lo que ese animal dijo- ¿tu? ¿Ignorante? - Gruño irritada.
Dios por que debe ser tan alto este hombre, apenas le llego al pecho y eso definitivamente me molesta más.
- ¿Por qué esta descalza? - pregunta mirando mis pies.
Me cruzo de brazos - eso a ti no te incumbe
-con que fiera eh? - me da una sonrisa de lo más perfecta, el condenado
- ¿con que un Idiota presente en mi empresa eh? - levanto una ceja.
Su sonrisa se borra de golpe - ¿como te llamas?
Elevo mi mentón y saco pecho- soy Sabrina Hernández ¿y tú?
El mido llena sus facciones- yo lo siento señora, señorita. Yo no quise faltarle el respeto de esa manera.
-por lo que veo creo tu eres un trabajador mío- él se tensa de pies a cabeza- bingo... estas despedido Retira tus cosas y vete. Mañana a primera hora tu finiquito estará listo.
Sin más, camino a la salida leo al verme se acercar y abre las puertas para que salga a la calle.
Este no dice nada al ver como estaba. Apenas salgo a la vereda
Estiro la mano haciendo que se detenga un taxi. Podría haber tomado uno de los autos que mantengo en la empresa, pero he salido sin mi bolso ni celular.
entro al taxi respirando rápidamente -a la dehesa- estiro un billete de 20 pagando el recorrido- no suba ningún pasajero más, quédese con el cambio.
-claro señorita, muchas gracias- toca su cabello canoso.
Observo por la ventanilla del taxi el recorrido, hace aquel señor luego de 20 minutos me deja en el portal del condominio
-Muchas gracias. Que tenga un lindo día señorita-suelto una risita por el gesto del caballero
-le deseo lo mismo a usted, buen día- salgo y cierro la puerta
Camino a la caseta del guardia toco su puerta, este sale observándome con detenimiento
-Sabrina Hernández- el inclina su cabeza, apretando el control de mando el gran portón. este se corre dejando la entada libre.
Camino en silencio por aquel condominio hasta cuando una voz de lo más chillona como un pito se burla de mi
-cariño vives en unos de los lugares más prestigiosos del país y tu llegas descalza- ríe con sus amigas.
Giro mi rostro y me encuentro la con la rubia de mi vecina
Sacando paciencia de donde no tengo, le sonrío agitando mis pestañas -y tu querida vives en el lugar prestigioso del país. solo porque amarraste a al pobre hombre con un niño, que ni siquiera es del, ese Pablo debería dejar de ser tan tonto y pedir una prueba de ADN - sonrío de forma sarcástica.
Las mujeres que están con ella me observan como si fuera un bicho raro, pero ninguna dice algo.
Camino hasta llegar a mi gran casa elegante, con estilo moderno, nada más al entrar me dirijo a la cocina.
Belén mi chef y amiga está cantando a pleno pulmón, rio por lo desafinada que llegar a ser- Belén amo esa canción, deja ya de destrozarla.
- Y a ti que viento te ha tirado por estos lugares- me siento en me unos de los taburetes que tiene la encimera.
Me encojo de hombros- ningún viento me vino a dejar a mi casa.
- Aja claro, yo nací ayer, bueno ¿entonces por qué estas descalzas?
Refunfuño por lo bajo- deja de molestar, porfis- le hago ojitos
Ella suelta un suspiro- pelea en el paraíso- ríe por el comentario que soltó.
-ja como crees...- mis ojos se aguan al recordar la última mirada que me dio Samuel. - si hay problemas- le digo a mi amiga tratándome de quitarme la presión del pecho.
Belén rodea la encimera, para luego darme un abrazo- tranquila, de seguro que se arreglará.
Me despego de ella secándome la última lagrima de mi mejilla- mejor trae un vino don Melchor, concha y toro de pasada trae dos copas
Suelta un silbido- si quieres vino es porque la pelea fue mala.
-deja de sacar conclusiones no hubo pelea fin, si quieres saber trae eso, te espero en las hamacas.
Salgo enojada de la cocina- voy enseguida cariño- grita Belén.
Salgo al gran patio para ser pleno verano, el aire este fresco, me acuesto en una hamaca, aun en mi ropa de trabajo.
Dios quien pensaría que hoy sería una porquería de día. Viviana esta toda una señorita, joder como duele desprecie su ayuda en esa sala.
La herí estoy segura.
- El vino y las copas están a la orden de la jefa- hace tintinear las copas, y menea el vino.
- Como odio que me digas jefa. - Pongo mi antebrazo sobre mis ojos
Belén se sienta en la mecedora que esta frente de la hamaca.
descorcha el vino con un sonoro ¡pop! llena la copa moviendo la cabeza negativamente.
-Si sabes que mañana trabajas cierto? - me tiende la copa
La tomo de sus manos- si, lo se
Mi amiga se sienta a lo indio- pues bien soy toda ojos y oídos- se balancea adelante y atrás
Quedando semi acostada bebo el líquido de mi copa. - recuerdas mi historia pasada. - hago círculos con la copa mirándola fijamente.
- Si, como olvidarla fue una santísima porquería- pone cara de desagrado.
- Pues hoy en la empresa he visto a mi hermana menor Viviana- Belén escupe el vino devuelta a la copa-
- Iugh eso fue asqueroso- reclamo mientras veo como ella limpia sus comisuras
- Que has dicho Sabrina Hernández- se limpia la gota que había en su comisura. - pues a cualquiera se le escaparía el vino con una noticia de ese nivel. Y como la viste... fue así como así.
- Niego con la cabeza- teníamos una reunión con los socios de la empresa, me presenté a un abogado, justo cuando dije mi nombre ella se percató de que estaba hay. Se acerco a mí y yo Salí corriendo fin de la historia. - bebo un gran sorbo del líquido
-debe ser una joda- Belén estaba con la boca abierta de par en par. - déjame adivinar lo siguiente saliste corriendo, la ricura de mi jefe fue a la cola tuya. Pero tu fuiste más rápida y lo dejaste hay sólito, con todas esas hienas. - me mira con enojo.
- ¿tal vez fue eso lo que paso? - suspiro de forma dramática
- ¡dios bendito!, algo mal debí hacer en mi vida pasada por tener una amiga como tu- se soba la frente, ese gesto de ella me saca una risita.
- ¡Sabrina! - la voz de Alexander nos pone en alerta a las dos.
- ¡oh mierda parece que está enojado el ricura! - nos levantamos en tiempo récord- ¿qué aras?
- Pues ¿hablar con él? -
- -puis hablir cin il, señor dame paciencia- nos enganchamos del brazo, dirigiéndonos a la casa.
Al entrar vemos a un muy pero muy alterado Alexander, tratando de regularizar su respiración. El parece sentir mi presencia, porque se gira lentamente.
- Por dios mas te vale, que tengas una buena explicación Sabrina- camina hasta donde yo me encuentro parada.
Abro la boca para explicarme, pero la mirada que me da me corta completamente, arrugo el entrecejo con irritación.
- ¡Estoy aburrido! ¡Estoy hasta la mierda de la situación! quiero saber todo de ti Sabrina. Pero cada vez que yo pregunto algo para poder entenderte me mandas a buzón. - una chispita dentro de mi se incendia haciendo que saque mi mal carácter a flote
- ¿Por qué quieres siempre controlarlo todo eh? ¡Siempre presionando y presionando!, ¡crees que me complacen tus interrogatorios! ¡no es una maldita obligación contarte toda mi vida! - agito mis brazos en el aire furiosamente.
Los dos olvidamos que Belén estaba presente hasta que su voz detiene la pelea por un momento
-uhg calabaza calabaza es hora de que me vaya a mi casa- Belén me da un achucho- no te alteres, conversen y por favor no grites, chao Alexander.
-Adiós- se despide a secas de mi amiga.
Belén se marcha dejándonos a solas, apenas cierra la puerta Alexander ataca.
- Ya es la maldita hora de que me cuentes tu vida, la que tenías antes de que tú y yo nos conociéramos- se pellizca la punta de su nariz caminando de un lado a otro.
- No quiero- me cruzo de brazos. Intentando apagar el miedo con supuesto enojo
- O me cuentas tu pasado o me voy- me rodea mis brazos con sus manos. Quedando cuerpo a cuerpo con el
Siento como mi corazón arde y se rompe en trisas por sus palabras. Se que lo que el dice no es solo una simple amenaza se que él es capaz de irse y dejarme sola, Trago con fuerzas y de un empujón lo alejo de mí.
- Pues ya sabes donde está la salida- Alexander me observa con frialdad.
Soy tan tonta cada vez que las cosas se ponen malas entre nosotros solo se encerrarme en mi. Se que lo lamentare, pero tengo miedo, mucho miedo
Dolor y miedo es lo que tengo. ahora el silencio le da mi respuesta.
Retrocede de espaldas sin perder el contacto visual conmigo.
- No recordabas que fueras tan mierda Sabrina, no me esperes a la noche- me regala una de sus sonrisas que tanto amo, pero esta tiene algo diferente el miedo baja por mi columna vertebral- quizás vaya donde Támara, quizás ella estará complacida de recibirme en su cama ¡y por qué no también entre sus piernas!
-Ya que mi mujer y mi esposa no accede su parte del pasado que necesito saber- solo trago fuerte sin perder nuestro contacto visual
- estas mal sabría, estas mal – esas fueron sus ultimas palabras antes de irse.
Sin mas toma sus llaves del auto y su chaqueta. al salir de nuestra casa cierra silenciosamente
Me derrumbo en el suelo de cerámica dejo salir un gran grito cargado de dolor, otra vez no ¡otra vez no!
No soportare que mi corazón llegue a ser roto otra vez por la persona que mas amo.
-Alexander... no me abandones por favor. Sin mas caigo en un sueño profundo.
Despierto a las 03:00am desorientada enciendo las luces de casa, el que estuviera del todo despiertahizo que buscara a Alexander por todos los lados, sin encontrar rastro de él.
!Estaba alejada de la escritura pero volvi!