Andrés había despertado con la resaca fuerte y el dolor de cabeza.Comenzó a mirar al techo blanco mientras recuerda lo que sucedió anoche en el club y en su habitación
Él no consumió mucho alcohol, tenía la responsabilidad de estar pendientes de Carla, su hermana y Sam. Esta ultima si se pasó con las bebidas y sabía que eso fue el detonante para que ella se acercara él.Habían bailado durante la noche, la pasó bien, sin estar insultando o peleando con ella, sabía que desde hace un tiempo esa chica le atrae como ninguna, se podría decir que está enamorado de ella, pero en secreto.
Ni su hermana sabia lo que está sucediendo, ella solo piensa que ellos se caen mal, se insultan y esas cosas, cuando la realidad es que Andrés lo hace porque le gusta mirar a la amiga de su hermana enojada.
Suspira.
Anoche le sorprendió que ella fuera la que ocasionara todo, la que se atrevió ir más allá. Bailando se dieron su primer beso, luego se volvieron a besar cerca del baño y apenas llegaron a casa, Sam se coló en su habitación y comenzó a besarlo de nuevo, pero con más intensidad. Una cosa llevó a la otra y la ropa comenzó a estorbar, pasaron de besos a caricias y terminaron teniendo sexo durante el resto de la madrugada hasta quedar dormidos.
Se dejó llevar, sabía que había cometido un grave error en hacerlo, estaba consciente de lo que estaba haciendo, aunque el alcohol estuviese en su organismo.
Había ultrajado la pureza de la chica, él no se detuvo y menos cuando Sam le susurraba al oído que le gustaba y que pobre de él sí se detenía.
Se sentía mal, horriblemente mal, no quiere que piensen que es un abusador, mucho menos Sandra, a la que le tiene mucho cariño y respeto.Tenía que pensar y buscar la manera de hablar con ella y ofrecerle disculpa; que no piense mal y mucho menos que todo esto traiga conflicto.
Así que, decidido a conversar con Sam, retira la sabana percatándose de que tiene y usó un preservativo, la cual le alivia un poco, e iba a levantarse, pero un grito logra asustarlo.
— ¡Asqueroso! ¡Tapate no quiero ver tus miserias! — Andrea necesitaba hablar con su hermano y entró a su habitación, decidiendo esperar a que despierte, ya que seguía dormido, tomó asiento en una silla y comenzó a esperar y así realizar el respectivo reclamo cuando despierte.
Andrés se tapó hasta el cuello observando con el entrecejo fruncido a su hermana.
— ¿Estas locas? ¡¿Qué haces aquí?!
— Esta habitación huele raro... Todavía no puedo procesarlo.
— No has respondido a mi pregunta. Eres una acosadora.
— No me importa; se trata de mi hermano y de mi mejor amiga que perdió lo más puro que tenía contigo y no es que me moleste que ustedes estén justo, claro que no, lo que me molesta es que pasó esto con alcohol de por medio. Ni tú y ni ella estaban conscientes de lo que estaba sucediendo.
El rostro un poco nervioso de Andrés hizo que la rubia se diera cuenta.
— ¡Ay no! — llevo sus dos manos a su rostro.
— ¡Lo siento, de acuerdo! ¡No sé que me paso, lo permití y es tarde de para arrepentirse! ¡Estaba borracho, pero un poco consciente y nos dejamos llevar! ¡¿y sabes que?! ¡Me gusta tu mejor amiga! El asombro llega a su rostro, no podía creer lo que estaba escuchando.
— ¿Qué?
— Lo que escuchaste.
Su hermano le comentó lo que estaba sucediendo desde hace mucho un tiempo. Comenzó con una pequeña atracción y trató de olvidar ese pequeño sentimiento, pero mientras pasaban los días y la miraba sus sentimientos más fuertes se hacían.Deseaba poder decírselo, pero sabía que ella lo tomaría mal, ya que cuando estaba cerca de ella, lo insultaba.
— Papá quiere hablar contigo, supongo que lo hará más tarde. No sé que decirte sobre esto, nunca imagine que ustedes dos... Es que es increíble, se la pasan peleando por cualquier tontería.
— Pues... Ya ves que no — el chico se levanta de la cama envuelto en la sabana cubriendo su cuerpo — voy a bañarme, deberías hacer lo mismo — la rubia asiente y observa a su hermano entrar al cuarto de baño.
Andrea suspira y sale de la habitación de su hermano para entrar al de ella.
Un olor característico la recibe, ella camina y observa la chaqueta de Carla a la orilla de su cama.
La toma y la lleva a su rostro para aspirar el olor tan delicioso que tiene esa chaqueta mezclada con la esencia de alcohol.
Ese olor que le hace recordar el baile que tuvieron y que desea volver a repetirlo una vez más.Suspira y se acuesta en su cama confirmando que su almohada huele a esa castaña que comienza a colarse en su cabeza de manera rápida y le da mucho miedo que se intensifique esa pequeña atracción.
Estuvo disfrutando un rato de esa fragancia hasta que su celular suena y lo toma para mirar un mensaje de Carla.
⊘ Este mensaje fue eliminado.
— Lo siento.
— ¿Qué eliminaste?
— No me hagas descargar WhatsApp plus.
— jajajaja nada en serio es que...
— Tu chaqueta está conmigo y ahora es mía.
— ¿Qué? Noooo.
— Es mi favorita y por eso te mandé mensaje para que por favor mañana la lleves al instituto y me la devuelvas.
— No. Ahora es mía.
— Miaesta.
— ¿Qué?
— Nada olvídalo, mañana llevas la chaqueta y punto.
— ¡Oblígame!
Sonríe al darse cuenta de que la dejó en visto y se desconectó de la aplicación de mensajería para dejar la chaqueta a un lado de la cama e ir a su cuarto de baño para realizar sus necesidades.
Pero no podía olvidar el tema más importante, necesita hablar con su mejor amiga sobre lo ocurrido y lo hará lo más pronto posible.