Dos meses han pasado desde aquella conversación en la habitación de ambas chicas, Mina y Chaeyoung se habían vuelto muy buenas amigas rápidamente, teniendo una buena química.
Chaeyoung se había esforzado en ayudar a Mina con su fobia, aunque la curiosidad de la coreana por saber por qué la japonesa padecía aquel problema, se limitaba a asentir y entender lo poco que le contaba.
Si bien, Mina seguía susurrando y seguía sin hablar con las personas, aún le costaba mucho desenvolverse en público, pero con Chaeyoung, todo se había vuelto más fácil al punto de decir oraciones largas mientras hablaba con ella.
Con la coreana podía hablar tranquilamente sin sentir miedo, sin sentir inseguridad y eso le agrada.
Era sábado y ambas chicas se encontraban caminando en un zoológico.
Chaeyoung: ¡Mina, mira! - exclamó acercándose a la castaña con una sonrisa - ¡encontré a tu familia! - dijo riéndose mientras se acercaban a la exhibición de pingüinos.
Mina se sonrojó y rió negando con la cabeza, desde que Chaeyoung la vió con aquel mono de pingüinos no ha dejado de decirle así.
Aunque tenía razón, la castaña tenía un cierto parecido a ese animal, sobretodo al caminar.
Mina: ¿V-vas a seguir con eso? - preguntó en un susurro alto.
Chaeyoung: Por supuesto, siempre vas a ser mi pinguinita - sonrió.
La japonesa no pudo evitar que nuevamente un rubor fuerte se situara en sus mejillas, ¿qué le pasaba? habían pasado a penas dos meses, pero sentía que conocía a esa pequeña chica de toda la vida. Mina jamás tuvo una pareja antes, nunca había tenido sentimientos por alguien como los tenía con Chaeyoung, bueno, exceptuando a esa chica del kínder que le pegaba chicles en el pelo y le daba besitos en la mejilla bajo la mesas escondiéndose de la maestra, Mina la recordaba como Solar.
Mina no se etiquetaba, desde pequeña mostró tener una mente abierta si de homosexualidad se trataba, para ella las chicas eran la perfección y los hombres... bueno, los hombre podían darle nietos a sus padres, realmente nunca se sintió atraída por ellos, aunque su mejor amigo Jungkook le parecía lindo, pero todos sabían que ese chico era más gay que él mismo, además babeaba por Taehyung.
Mina sonrió y miró a la castaña que corría hacía una gigantesca jaula, en su interior yacían descansando cuatro tigres... en un extremo había un tigre blanco y uno "normal" que la japonesa dedujo que eran machos, mientras que al otro extremo había una tigresa amamantando a un pequeño cachorro tigre.
Mina no pudo evitar sentir ternura al ver como el cachorro se separaba de su madre para bostezar, su mirada se dirigió a su amiga y esta estaba bostezando a la par del cachorro, ambos soltando un gruñido al terminar.
Mina: ¿Vas a seguir negando que eres un pequeño tigre bebé? - murmuró llegando por la espalda de Chaeyoung que sonrió sonrojada - ¿no vas a salu..sa-saludar a tu hermano? - susurró en tono de pregunta.
Chaeyoung asintió y se acercó hacia donde se encontraba el cachorro bebiendo agua.
Chaeyoung: ¡HEY! ¡HERMANITO GEMELO! - gritó llamando la atención de varias personas y la de la castaña - ¡Lamento haberme ido de la manada! - seguía hablando y ahora el tigresito ya miraba a la pequeña con curiosidad, el cachorro se acercó - ¡Sí, yo también te extraño! ¿¡Pero sabes!? ¡No puedo volver porque encontré a una pinguina hermosa a la que debo proteger por sobre todas las cosas! ¡Prometo algún día presentártela, ella es genial! - exclamó riendo.
Las mejillas de la castaña no podían estar más rojas, su corazón latía de manera incontrolable, sus manos comenzaron a sudar y una corriente eléctrica la recorrió por completo.
Un círculo de personas se había acercado a la pequeña chica que seguía teniendo una amena conversación con el cachorro que la miraba atentamente, como si la entendiera.
Chaeyoung: ¡No! ¿¡Qué cosas dices!? - exclamó con las mejillas sonrojadas al momento que el tigresito gruñó en respuesta - ¡Bueno, tal vez un poco, pero es un secreto así que shhh! - rió - ¡Bueno, gemelo, debo irme o seré comida para pingüinos! ¡Prometo volver a visitarte pronto, cuida a nuestra madre por mí! ¡Y sí, yo trabajaré para que la pinguina a la cual quiero tanto sea la chica más feliz del mundo! - el cachorro gruñó a gusto y levantó su patita en dirección a la pelicorto que hizo una seña con la mano, simulando una despedida.
Mina se atragantó con su propia saliva al escuchar eso, ¿la...ella... Cha-Chaeyoung la quería?
De repente, la castaña se percató del cúmulo de gente que la observaba con una mueca de ternura y una sonrisa, algunas le sacaban fotos y otras no dejaban de repetir "LINDA".
La pequeña se sonrojó bajando la mirada y caminó hacia su compañera que de encontraba igual o peor que ella por la vergüenza.
Mina: Así que... pinguina hermosa, ¿eh? - susurró burlándose de la pequeña.
Chaeyoung: ¡Yah! ¡Minari, no te burles! - exclamó cubriendo su rostro con las manos lo que causó ternura y una suave risa en la castaña.
Mina: Está bien, tigre, lo siento... - susurró con una sonrisa - vamos a comer, este pingüino muere de hambre.
Mina tomó la mano de Chaeyoung y la jaló en dirección a la cafetería del zoológico. Mientras caminaban, ambas chicas tenían las mejillas rosadas y sonreían bobamente, sin soltarse la mano. En un movimiento, la japonesa entrelazó sus dedos con los de la pequeña y esta inconscientemente acarició su mano con el pulgar, mandándole corrientes eléctricas al cuerpo de la mayor.
Xx: ¡CHAEYOUNG-AH! - gritó una voz de ardilla, muy chillona.
La nombrada suspiró y ambas chicas se voltearon para encontrarse con una rubia alta que sonreía de oreja a oreja. Mina rápidamente soltó la mano de la pequeña y se sonrojó mirando el suelo.
Chaeyoung: Ro-Rosé, hola - saludó dándole una sonrisa falsa, Mina pudo jurar que escuchó un tono de fastidio en la voz de la pequeña.
¡Y ES QUE SÍ ESTABA FASTIDIADA! La estúpida Chipmunk había hecho que Mina soltara su mano.
Rosé: Qué hermosa sorpresa encontrarte aquí - sonrió con sus mejillas sonrojadas - oh, hola, muda - saludó a Mina que simplemente agitó su mano sin levantar la mirada.
Chaeyoung: Eh, sí, decidimos que era buena idea salir un rato del instituto, no hay mucha diversión ahí que digamos - rió incómoda rascándose la nuca.
Rosé: ¡Tan tierna! - exclamó invadiendo el espacio personal de la coreana dándole un abrazo - ¿algún día saldremos nosotras dos juntas? - preguntó con una sonrisa pícara.
Chaeyoung: ¿Eh? Digo... y-yo... no... bueno, n-no lo sé - murmuró más incómoda que antes.
Mina miraba el suelo pero sus mejillas ardían de rabia, mordía su labio con fuerza y apretaba sus nudillos al punto de que estos se pusieran blancos. La maldita rubia cara de ardilla no sólo había interrumpido la salida con Chaeyoung, sino que también estaba tratando de ligar con ella. Pero entonces levantó un poco su cabeza y lo vió, Rosé besaba numerosas veces la mejilla de la coreana que tenía una gran mueca de disgusto en su rostro, eso fue lo que rebalsó el vaso.
La sangre de la japonesa hervía pero su semblante se mantenía tranquilo, se acercó con cuidado tomando la mano de la coreana jalándola hacía ella y la abrazó por la espalda.
Mina: Chaeyoungie~ - susurró poniendo sus manos en la cintura de la pequeña - tengo hambre, ¿podemos irnos ya? - preguntó alzando la voz poniéndola en su tono normal al decir lo último.
Chaeyoung se sorprendió al escuchara, era la primera vez que Mina hablaba fuerte y claro, y también era la primera vez que la abrazaba de esa manera tan... posesiva.
Le encantaba.
Chaeyoung: S-sí, ya nos vamos - dijo sonriendo de oreja a oreja - nos vemos en el instituto, Rosé - se despidió de la rubia que pisó fuerte el piso y se fue a regañadientes.
Mina al verla desaparecer soltó un suspiro y se alejó de la pequeña para retomar su camina a la cafetería rápidamente.
Chaeyoung: Mina, ¿sucede algo? - preguntó apurando el paso para alcanzar a la japonesa.
Mina: ¡Me cae mal! ¡Siempre está colgada de ti, te da besos, te abraza e intenta coquetear contigo en frente de mí! ¡Maldita ardilla regalada! - exclamaba en voz alta.
Wow, su voz normal era mucho más linda que sus susurros estilo Selena Gomez. La pelicorto sonrió por un momento.
«Esperen un momento... ¿le cae mal? No me digan que...» pensó Chaeyoung.
Chaeyoung: Mi-Mina... ¿Estás celosa? - se atrevió a preguntar nerviosamente.
Mina: ¡Por supuesto que estoy celosa! - exclamó con fuerza y la castaña la miró divertida - ¿Qué no te das cuenta que esa maldi...ta... espera, no... n-no estoy celosa... - iba bajando el volumen de su voz hasta que finalmente volvió a sus susurros.
Chaeyoung rió en alto muriendo de ternura al ver como las mejillas de Mina se tornaban de un color rojo brillante. La coreana negó con la cabeza y abrazó a la japonesa, para luego ponerse levemente de puntitas y depositarle un tierno beso en la mejilla.
Chaeyoung: Tranquila, pinguina celosa - sonrió escondida en cuello de Mina - la única que me interesa en este momento eres tú - afirmó antes de alejarse y volver a entrelazar sus dedos con la mayor para así finalmente dirigirse a la cafetería de una buena vez.
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Al caer la noche, ambas chicas se encontraban boca arriba en sus camas riendo mientras hablaban de cómo lo habían pasado en su pequeño paseo.
Mina: Cuando te mordió ese mono pensando que tu meñique era un maní casi me hice pipí de risa... -
murmuró riendo.
Chaeyoung: ¡No te rías! - exclamó sonrojada - pude haber muerto - exageró dramáticamente causando más risa en la japonesa.
Mina: Eres una llorona... - susurró con una sonrisa que se esfumó rápidamente al recordar las palabras de la pequeña en la jaula de los tigres - o-oye... Chaeng... - murmuró.
Chaeyoung: ¿Qué ocurre, Minari? - preguntó preocupada mirando a la japonesa.
Mina: T-tú... tú dijiste... cuando... tigre... yo.. - la castaña fruncía el ceño frustrada.
Chaeyoung: Respira, bebé - dijo suavemente levantándose de su propia cama para dirigirse a la de la contraria para acostarse a su lado.
Ambas chicas se pusieron de costado quedando frente a frente, en la oscuridad de la habitación sólo escuchaba sus respiraciones tranquilas y tenues.
Mina respiró lentamente y suspiró antes de hablar.
Mina: Hoy... Hoy en la jaula de los ti-tigres dijiste muchas cosas - susurró y Chaeyoung se sonrojó asintiendo - y... y tú... tú dijiste que... dijiste que me ibas a proteger y que... que me que-querías y... y-yo me preguntaba si... si acaso... uhm... tú... ¿tú me quieres? - preguntó en un murmuro sin más.
Chaeyoung se quedó pensando un poco, ¿la quería? obviamente la quería, Mina era el ser más hermoso y puro que este mundo no merece.
Chaeyoung: Claro que te quiero, pinguina - sonrió acariciando la mejilla de la nombrada - eres la mejor persona que he conocido y... y... siempre... escúchame bien, siempre voy a protegerte,
no voy a dejar que nadie te haga daño, a todo aquel que se atreva a siquiera hacer que tu sonrisa desaparezca va a vérselas conmigo... Mina, mientras yo esté a lado no tienes que tener miedo de nada ni de nadie - dijo y miró fijamente a la japonesa que la miraba sus ojos con un brillo único y una sonrisa genuina - además, te has convertido en la mejor amiga que he podido tener - rió pellizcando la mejilla de la mayor antes de levantarse y volver a su propia cama.
«Amiga...» pensó la castaña tristemente «sólo soy su amiga...»
Chaeyoung frunció el ceño al ver que Mina cambió su semblante y ya no la miraba con ese brillo hermoso en los ojos, su sonrisa desapareció y parecía perdida entre sus pensamientos.
Chaeyoung: ¿Qué pasa? - preguntó sacando a la japonesa de sus pensamientos - ¿dije algo malo?
Mina negó con la cabeza y le regaló una sonrisa llena de tristeza que la coreana no notó.
Mina: Es-estoy bien... sólo tengo sueño - respondió con su típica voz baja y suspiró - buenas noche, Chaeyoungie... - murmuró sin más y se dió la vuelta quedando de espalda a la nombrada.
Chaeyoung: Buenas noches, Minari... - dijo con una extraña sensación en el cuerpo, como de culpabilidad de algo que no sabía qué era.
Chaeyoung se quedó dormida rápidamente mientras que a su lado, en la otra cama yacía una linda japonesa con sus mejillas empapadas de lágrimas.
Mina: ¿Por qué no me quieres como yo te quiero a ti? - musitó con la voz temblorosa antes de dormirse entre lágrimas.