Ni siquiera Yoongi podía creer que estaba justo al lado de Jimin, una cita, increíble, él aceptando una cita de su enemigo, ¿qué demonios ha pasado con él?
- Te queda muy bien mi suéter -menciono Jimin.
Sintió sus mejillas calentarse ante el comentario, Yoongi no había querido quitarse aquel suéter, le parecía bastante cómodo, además de que el aroma de Jimin estaba perfectamente presente en la tela, y le agradaba, pero no lo admitiría en voz alta.
- Te lo devolveré no debes preocuparte, ¿quién querría tener un suéter tuyo entre sus cosas?
- Muchas personas les gustaría eso, pero, en ti se ve mucho mejor, no me molestaría que te lo quedarás, ¿sabes?
- Definitivamente no me lo quedaré.
Jimin soltó una suave risa, llevo sus manos a los bolsillos de su pantalón, seguían caminando, Yoongi tenía sus manos al aire libre, y las sentía como témpanos de hielo, totalmente congeladas, odia el frío, definitivamente.
- Maldición, ¿hasta donde planeas llevarme?
- Es una sorpresa, ¿por qué? ¿Te estás congelando?
- ¡Por supuesto que sí, idiota! Odio el frío.
- ¿Por qué lo odias? Es agradable, solo piénsalo, inclusive al hacer ejercicio es mucho más agradable.
- También odio hacer cualquier deporte.
- Eso es mentira, te he visto jugar baloncesto.
Yoongi se detuvo en seco, ¿lo ha visto? Se suponía que eso siempre lograba hacerlo a escondidas, se suponía que nadie más lo estaría vigilando, definitivamente tendría que cerrar las puertas de las canchas para que Park Jimin dejase de espiarlo, un segundo...
- ¿Me espías?
- Todo el tiempo -lo había dicho tan natural, como si no tuviera ningún rastro de importancia-, te ves lindo con shorts, resaltan tus lindas piernas.
- ¡¿Por qué carajos me espías?!
- ¿No te quedo claro con el beso que te robe en la cafetería? ¿Quieres otro? Tal vez así puedas tener más claras las ideas.
- ¡No te atr..! -y lo besó.