MÍA.
Finalmente si escogimos una película, aunque ninguno de los dos le daba demasiada atención porque preferíamos hablar. Justin repetió mil veces lo mucho que quería poder estar junto a mí de la manera que fuera, él solo quiere ganarse mi confianza y yo realmente quiero poder confiar en él.
-¿Por qué yo? -dije y mi voz sonó nerviosa, sus ojos estaban fijos en los míos.
-¿Por qué tienes que buscarle razones a todo? A veces las cosas simplemente pasan, no puedo preguntarle a mi corazón porque comenzó a latir así cuando te vio, o por qué me preocupo si no te veo feliz, o por qué me alegro tanto cada vez que te veo sonreírme -acarició mi mejilla-. No sé que razones existen, solo sé que te quiero.
Mi cuerpo se tensó ante esas dos palabras que significaban un sentimiento, algo que no pensé escuchar de él.
-¿Me... quieres? -hablé pausadamente y él asintió.
-Te quiero -susurró.
Apoyé mi cabeza en su pecho y él acarició mi cabello en silencio, toda esa tranquilidad que él me daba ahora era la que había extrañado por tanto tiempo. Miré sus brazos tatuados mientras me acariciaba, no pude evitar recordar lo que me había dicho Tomás.
-A mi mamá le encantarías -dije de repente.
-¿Sí? ¿Por qué lo dices? -respondió sin dejar de acariciar mi cabello.
-Porque a ella le gustaban los tatuajes, aunque le daba miedo hacerse uno -reí un poco-. Era bastante moderna, por eso era mi mejor amiga, podía contarle cualquier cosa y no me juzgaba.
-Me hubiera encantado conocerla.
-A mi también me hubiera encantado que te conociera, hubieran sido buenos amigos -suspiré.
-Sé que la extrañas mucho, pero sabes que a ella le gustaría que estuvieras feliz, que continuaras con tu vida.
-Lo sé, pero es difícil hacerlo, a veces necesito decirle tantas cosas y simplemente no está aquí, no puedo hacerlo, no puedo hablarle y esperar sus consejos -las lágrimas amenazaban con llegar.
-Si puedes hablarle Mía, ella siempre está escuchándote, quizá no puede responder con palabras pero si de otras maneras, como enviándote buenas personas a tu vida, como Any, como Dylan.
-Como tú -lo interrumpí y hubo un silencio de minutos-. Tengo miedo de quererte -me alejé para mirarlo a los ojos.
-¿Por qué?
-Porque ya no confío en la vida, las cosas pueden estar tan bien y de repente todo se desmorona de un momento a otro, la vida te quita a las personas que mas quieres sin previo aviso.
-Mía, no puedes pensar así, las cosas simplemente pasan pero...
-Mi vida era perfecta, pero no me refiero a lujos -lo interrumpí-, me refiero a que era feliz con mi madre, ella era la mejor que pudo existir en este mundo, mi hermano es mi vida y mis amigos eran geniales, me gustaba mi vida, pero de un segundo a otro ella se fue y tuve que abandonar mi antigua vida, perdí todo lo que tenía -una lágrima cayó por mi mejilla y la limpié enseguida-. Lo primero que pensé cuando supe que debía venir a vivir con mi padre es que no quería encariñarme con nadie, no quería sufrir nuevamente cuando la vida sorpresivamente me hiciera perder todo, pero aquí estoy, con dos amigos que me han hecho sentir increíble y... contigo, que me haz demostrado que las apariencias engañan.
-Lo siento, realmente siento por todo lo que haz tenido que pasar -acarició mi mejilla-, pero debes superar las cosas, la vida no es cruel Mía, simplemente no es fácil, no estamos libres de las cosas malas, pero junto a ellas pueden venir otras buenas, tú lo haz dicho, tienes dos amigos increíbles y me tienes a mí -besó mi mano-. Y no te dejaré Mía, no amenos que tú me lo pidas, realmente quiero estar contigo y ni la vida ni el destino podría alejarme de ti.
-¿Por qué? Justin, me estoy muriendo por dentro y nadie se da cuenta de eso -dije y una lágrima rodó por mi mejilla nuevamente en ese instante-. No soy buena para nadie, te voy a invadir con mis problemas.
-Yo sí me doy cuenta de todo lo que te pasa -secó mi lágrima al tiempo en que habló-. Yo me di cuenta desde la primera vez que vi tus ojos tristes, pero no dejaré que muera ninguna parte de ti y lo único que haces en mi vida es mejorarla, jamás vuelvas a decir que no eres buena para nadie porque realmente no sabes lo increíble que eres para mi.
-No puedes hacer nada, nadie puede -negué con la cabeza.
-Sé que puedo. Con dedicación y con cariño las heridas sanan -besó mi frente-. Te quiero, de verdad te quiero.
-Yo no lo sabía hasta ahora, pero creo que estoy aprendiendo a quererte -lo abracé.
Él comenzó a dejar pequeños besos por mi cuello hasta llegar a mi boca, escucharlo hablar así sobre mí me hacía sentir increíblemente bien, por momentos olvido todo su pasado tan reciente, pero no tardo mucho en volver a recordarlo. Nos besamos por tantos minutos que pensé que no dejaríamos de hacerlo jamás, él poco a poco comenzó a bajar sus manos hasta mi cintura y presionaba su cuerpo contra el mío, se posicionó sobre mí y abrió mis piernas quedando él en medio de ellas, el beso estaba comenzando a intensificarse, su boca pasó por mi cuello nuevamente mientras una de sus manos subió por mi espalda llegando a mi sujetador, mi cuerpo se tensó totalmente, pero antes de que yo lo frenara él se alejó en segundos de mí, lo que me hizo pensar que era yo la que hizo algo mal, a pesar de que pretendía frenarlo realmente me sorprendió que él se frenara a sí mismo.
-Lo siento, lo siento de verdad -dijo enseguida sin mirarme a los ojos.
-Justin...
-Lo siento -repitió interrumpiéndome-. No quiero que pienses que solo quiero sexo contigo, porque realmente no es así, solo me dejé llevar por el momento, pero no se volverá a repetir -me miró por fin-. Perdóname, por favor.
-Tranquilo, supongo que lo entiendo, no estoy molesta, gracias por haberte frenado.
-Sé que acabo de retroceder mil pasos luego de haber dado solo quinientos -negó con la cabeza-. Soy un imbécil.
-Basta Justin -reí levemente-, olvida esto, para mi es mas importante todo lo que hablamos antes, jamás le había hablado a nadie de mi madre de este modo.
-Gracias por hacerlo conmigo.
-No tienes que agradecer, tú te haz ganado todo lo que soy contigo, en realidad creo que tú haz hecho que vuelva a ser la Mía que era antes y te lo agradezco.
-Eso me hace sentir mejor -sonrió mirándome-. De verdad no quiero solo sexo contigo, pero esta situación me hizo actuar por instinto.
-No sigas repitiéndolo, esta bien, fue mi culpa también, olvidemos eso. Cambiemos el tema -suspiré y en ese momento sonó mi celular, miré la pantalla y era Liss-. Debo contestar, es mi amiga de Chicago, no hablamos muy seguido.
-Adelante -sonrió él.
-Hola. ¿Cómo estás Liss? -hablé enseguida.
-¡Mía! ¿Muy bien y tú?
-Bien también.
-¿Ya estás de vacaciones verdad?
-Sí.
-¿Y podrás venir? -preguntó enseguida.
-No lo creo, mi papá no me va a permitir viajar sola y podría escaparme, pero no tengo dinero para eso.
-Puedes pedirle a tus abuelos y ellos podrían hablar con tu papá.
-Dudo que me lo permita Liss, pero haré el intento al llegar, no estoy en casa.
-¿Dónde estás a estas horas de la noche? -se escuchó preocupada.
-Estoy fuera de la ciudad -reí.
-¿Con quién? ¿Tus nuevos amigos? Ya me estás cambiando mala amiga, te odiaré toda la vida si no vienes por estar con ellos.
-No te he cambiado y es solo con uno de ellos, haré lo posible por ir Liss, lo prometo.
-¿Con quién estas? Cuéntamelo todo, ¿cómo es que te vas de la ciudad con un chico y no me lo cuentas? -rió.
-Es una larga historia, no puedo contártelo ahora -miré a Justin y él observaba la televisión atentamente.
-¡Al menos dime como se llama! -exigió mi amiga.
-Liss, esta a mi lado -reí y Justin me miró por el rabillo del ojo con una leve sonrisa al saber que hablaba de él.
-¡Que importa! Dile que soy una de tus mejores amigas y debes contarme todo.
-Se llama Justin y espero que algún día lo conozcas -dije segura y él me miró sonriendo.
-Iré a verte y lo conoceré, le voy a advertir mil cosas y a ti ahora te advierto que no relajes la pelvis -rió.
-No seas idiota -negué con la cabeza aunque no pudiera verme.
-Envíame una foto, por favor, me mata la curiosidad de ver quien es el chico que logró llegar al corazón de mi mejor amiga.
-Está bien -rodé los ojos-. Te la enviaré enseguida, te quiero.
-También yo, esperaré atentamente -cortó la llamada.
-Mi amiga quiere ver una foto tuya -dije algo avergonzada-. Lo siento, si no se la envío ahora probablemente me llamará cada dos minutos durante toda la noche.
-Enviemosela -dijo enseguida tomando mi celular y seleccionando la cámara.
-Solo tú debes salir en la foto -reí cuando vi que intentaba tomar una foto de ambos.
-Estoy seguro que le gustará ver una de ambos.
Miré a la cámara resignada y sonreí levemente, tomó unas cuantas fotos y luego las vi, él no estaba mirando hacia la cámara, estaba mirándome a mí y sonreí por eso. Envíe la foto a mi amiga enseguida y en segundos llegó su respuesta.
"¡Totalmente aprobado! Debo decir que esta bastante atractivo, perdóname jaja. Espero que sea tan bueno contigo como es de atractivo, se ven muy lindos juntos"
Ambos reímos al leer el mensaje de mi amiga, yo tenía mi cabeza en el pecho de Justin y él jugaba con mi cabello.
-Duerme -me susurró-. Prometo dejarte dormida y luego irme a la otra habitación.
-No me gusta esa idea -le respondí en otro susurro.
-¿Por qué?
-No quiero que te vayas -apreté su mano que estaba junto a la mía-. Quiero despertar contigo aquí.
-Entonces no me iré -besó mi frente y comencé a cerrar los ojos con una levemente.
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