Caminé dentro de mi casa, sin saber qué hacer.
Parecía una ermitaña y no tenía idea de cómo superar el hecho de que Calum quizá termine conmigo por un trabajo. ¿Romántico, no?
Pero a él le encantaba eso.
Ugh. No sabía si sentirme bien, o mal.
De todos modos, lo único que hacía era comer helado – no de chocolate. De limón- y ver televisión.
Hasta que alguien tuvo la fastidiosa idea de venir y tocar el timbre.
Me paré refunfuñado y abrí la puerta.
Y ahí estaba él.
Calum.
Hola-dijo cabizbajo.
¿Qué quieres?-pregunté.
Vine a decirte que…-dijo pero no le dejé.
¿Qué terminaras conmigo? Pensé que ya lo habías hecho. No directamente pero si lo hiciste.-dije y él me miro mal.
No.-respondió.-Vine a decirte que… que renuncié.
Dijo y le mire sorprendida.
¿Por qué?-dije.
Porque no soporto de la idea de estar sin ti.-respondió me entrego un ramo de flores, que escondía detrás de su espalda.
Las dejé a un lado y me acerque a besarlo. Luego lo abrece y lo bese. Y así.
¿Y qué significa ahora todo esto?-dije.
Que estamos juntos ¿no?-coloco cara de pánico. Yo asentí y él se alivió- y que tendré que dedicarme solo a la banda.
¿Qué les dijiste a los chicos y al manager?-dije.
Les conté todo. Y se lo tomaron bien. Me dijeron que al final mi película fracasaría, por el hecho de que necesitaban que fuéramos pareja.-rodó los ojos. – y además ahora me darán otra. Bueno seré el hermano de Ashton en esa película, pero igual.-soltó una risa.
Igual es importante.-dije y nos besamos.-Y te apoyaré en todo ¿ok?
Gracias. Yo a ti también.-dijo y nos besamos, sumidos en nuestro amor, que crecería durante el tiempo. Por siempre.
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