Mina
Había invitado a casi todos mis amigos. Significa que no invité a dos personas. Una es Nayeon que por razones específicas decidí darle tiempo. Y la otra es la chica que me rechazo y que casualmente estoy viviendo con ella porque me obligaron.
Me la pasé comprando bebidas alcohólicas para divertirme un poco, Chaeyoung no salió de su habitación, no me interesaba su reacción por hacer una fiesta con casi todo el equipo de jugadores y porristas de la escuela.
Agarré una cerveza y esperé a los primeros chicos que vendrían. Puse un poco de música que luego irá subiendo con el pasar de las horas, y encendí las luces de colores que había descubierto hace unos días. Todo estaba perfecto, sólo faltaba que se ponga fastidiosa, me reproche, terminemos discutiendo, nos besemos en medio de la discusión, vayamos a su cuarto y que terminemos haciendo el sin respeto. Pero no iba a pasar ni drogada.
Cuando estaba parada en frente de su puerta, dispuesta a ver si se encontraba bien porque aún queda algo bueno en mí, la escuche hablar y nombrar a ese tal "Yoongi" que había conocido hoy y unas cuantas risas. No sé que pasó, pero quería entrar ahí y romperle la cara a él y luego a ella por ser tan idiota.
Calma Mina. Cerré mis puños tan fuerte que mis nudillos dolían, al menos me controlé de haber roto alguna pared y volví.
-¿Qué haces? -preguntó a mis espaldas mientras elegía la música y daba un sorbo a mi cerveza -¿Eso es alcohol?
La ignoré.
-¡Hey! ¡Te estoy hablando! -tomó mi brazo bruscamente y me giró.
-¿Qué es lo que quieres? -dije irritada.
Miró a su alrededor y lo dedujo perfectamente.
-Estás... ¿Estás organizando una fiesta? ¿En mí casa? -frunció el ceño y sonreí -¡Ni se te ocurra!
-¿Y qué si quiero hacerla? -me miró mal.
-¡Es mí casa! ¡No puedes hacerlo! -gritó.
-Claro que puedo, permíteme recordarte que tu padre me dejo a cargo de la casa, así que eso significa que puedo hacer lo que se me de la puta gana -gruñí.
Se quedó callada unos segundos y me miró pensativa.
-¿Es porque te rechace? ¿Es por eso que estás tan molesta?
Diste en el blanco. Pero no voy a permitir que ella haga lo que quiera conmigo.
-No.
-Es eso -musitó.
-¡Te dije que no!
-¿Entonces por qué estás así? Si es que esa no es la razón -me quedé muda. Me atrapó -¿No quieres hablarlo? No me dejaste responder la última vez, Mina.
No hay nada de que hablar. Haré lo que quiera y se acabó.
-Pero... Mina, escúchame -tomó mi brazo y con ello mi mano.
Que insistente es esta chica, por dios.
-Dije que no hay nada de que hablar -quité mi brazo bruscamente -Y te puedes ir a tu cuarto por las siguientes cinco o seis horas.
Lo único que escuché es un gruñido de molestia y pasos que seguramente se dirigían a su cuarto seguido de un portazo.
A pocos segundos, el timbre suena y con ello recibo a los nuevos invitados.
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Chaeyoung
Son las tres de la mañana, la música resonaba por toda la casa y no consigo pegar un puto sueño.
Mina se está comportando como un perro, hace lo que quiere, cuando lo quiere, y eso me molesta mucho, odio esa actitud de agrandada.
No entiendo la razón de su estúpida actitud hacia mí. Cree que la rechacé por el simple hecho de no contestar a su confesión. No es que la rechace, sólo me tomé mi tiempo para ver si mis sentimientos hacia ella no eran una simple atracción como cualquiera. Debió tomarlo como algo mal y por eso su actitud molesta, lo sé perfectamente aunque me lo niegue.
Sumando que está celosa porque hablé con Yoongi, mi compañero de clase, y tampoco me deja explicarle que él tiene novio.
Descubrí que en verdad estoy enamorada de ella, que esto es real y no una simple atracción pasajera. Que cuando ella me toca mi cuerpo tiembla, cuando me besa me siento en el mismísimo paraíso, o que cuando estoy a su lado me siento segura, a salvo, o me pongo nerviosa. Cosas así significan un enamoramiento y eso me lo dejó bien en claro Jihyo, quién rió en mi cara por no creer en sus palabras desde un principio.
Decidí bajar para hablar con Mina a solas y arreglar todo esto de una buena vez. Habían personas bailando, bebiendo y haciendo una sesión de besos por toda la casa, ew.
-¡Mina! ¡Unnie! -grité pero al parecer nadie me escuchó. Algunos me miraban raro, no me importó.
Un cuerpo chocó con el mío haciéndome tropezar y caer. Esperé la caída, pero mi culo nunca golpeó el piso.
-¿Estás bien? -dijo la voz que perfectamente conocía.
-¿Yoongi? ¿Qué haces aquí? -dije mientras me reincorporaba.
-Jeongyeon me invitó -se encogió de hombros -¿ Y tú que haces aquí?
-Yo vivo aquí.
-¿Qué? -hizo una mueca de confusión -¡¿V-Vives aquí?! ¿Pero quién organizó a fiesta?
-Mina, quién más -rodé los ojos al recordar su actitud de cabra con período.
-¿Qué hace ella aquí? Digo... ¿no era que se odiaban?
-Larga historia -sonreí de lado -¿La has visto?
-Sí, estaba en la cocina con su novio hace un rato.
Su novio, ugh.
-Gracias.
Me dirigí a la cocina y lo primero que vi fueron algunas personas que había visto en la escuela. Me adentré más en esta y encontré una horrible vista.
Mina siendo besada y toqueteada por BamBam. No, a mi chica no la tocas.
-¿Qué crees que haces con ella? -me puse a su lado. Ellos eran un poco más grandes pero eso no quita que les tenga miedo.
-Chaeyoung, te dije que te quedes en tu cuarto -musitó en mi oído -Por favor -suplicó.
-No hasta que arreglemos las cosas pendientes que tenemos.
-Amor, ¿qué hace este aborto en la fiesta? -me miró con asco mientras agarraba bruscamente el brazo de Mina, por esta acción ella soltó un quejido de dolor.
¿Acaso acaba de lastimarla? Oh no, eso sí que no.
-¿Quién te crees que eres para agarrarla así? -grité.
-Soy su novio, fenómeno, y yo hago lo que quiero con ella -iba a golpearme pero tomé su muñeca.
-La violencia conmigo no funciona, amigo -su otro brazo iba a volver a golpearme, pero hice una llave y lo arremetí contra el mostrador, quejándose de dolor.
-¡Suéltame! -apreté más el agarre y soltó un gemido de dolor.
La gente a nuestro alrededor empezaron a murmurar cosas, otros grabando y la mayoría yéndose.
-No quiero que la vueltas a lastimar -apreté más mientras gritaba -¿Entendiste?
-Nunca haré lo que digas, aborto -apreté aún más y un grito desgarrador salió de su boca -Yo puedo hacer lo que quiera, puedo tocarla, besarla y tener sexo como quiera y cuando quiera -dijo jadeando -Ella nunca te va a querer ya que eres un asco de persona, Son.
Deduje que sólo la usaba para el sexo. Que maldito bastardo.
-¿Quieres ver que me quiere más que a ti, bastardo? -apreté con furia.
-Quiero verte intentarlo.
Lo solté. Pero como no quiso escucharme intentó atacarme pero un golpe lo derribó. Sí, era de Mina que acabó por dejarlo inconsciente de un golpe en la cabeza con una botella de vodka.
Tomé su brazo y rápidamente la llevé a mi cuarto, aseguré la puerta con llave para que nadie nos interrumpa.
-¿Q-Qué fue eso? -dijo atónita.
-No quería que te lastimase -jugué con mis dedos. Oh no, nerviosismo, vete de aquí por favor.
-¿Y qué es lo que querías? -volvió a su tono frío.
-¿Podemos hablar?
-Chaeyoung, ya te dije que no hay nada de que hablar -me paré en frente de ella.
-De hecho sí, y hay mucho de que hablar. De esta no te escapas.
-¿No podrías esperar a que la fiesta termine?
La verdad que sí. El ruido me molestaba y con gente en la casa me ponía más nerviosa.
-Sólo serán unos minutos, lo prometo -se excusó.
Abrí la puerta y luego ella se marchó.
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Dijo que serían unos minutos y tardó una hora y media. Tocó la puerta, y la abrí para luego volverla a cerrar pero esta vez sin llave. La música ya no se escuchaba, ni tampoco gritos, eso sí, de seguro y estaba del asco allá abajo que estaba por seguro que limpiaría ella.
-Ahora, ¿Qué era lo que me querías decir? -cruzó sus brazos.
Nervios por favor no aparezcan.
-¿Te acuerdas cuando te me declaraste? -dije tímida.
-Sí, y que me rechazaste -musitó rodando sus ojos.
-Déjame terminar -me excusé.
Bufó y se sentó en mi cama. Hice lo mismo mientras no dejaba de observarme atenta a cada movimiento.
-Sigue -agitó su mano.
No por favor, nervios, váyanse. Sentía mis piernas temblar y mi corazón latía a mil.
-Ese mismo día p-pensé que era una broma de tu parte y me puse algo enojada -arqueó una ceja.
-¿Tú crees que jugaría con algo así contigo? -me miró seria. Me di cuenta que iba en serio su pregunta y debía contestar.
Suspiré.
-No lo sé -la observé -Mina, no creo que estés enamorada de mí verdaderamente.
-Mira Chaeyoung -suspiró -Te voy a contar una cosa que no se la dije a nadie, jamás -asentí para que siga hablando -Cuando entraste a el salón el primer día de clases, me había fijado en ti. No sé porque, pero te veía interesante en ese entonces... hasta que conocí tu condición.
Me acuerdo perfectamente.
-En los vestidores del gimnasio -agregué y asintió.
-Fue el día en el que me interesé más en ti -la observé sorprendida.
¿Fijarse en mí?
-¿Y por qué me trataste como la mierda todos estos años?
-Las personas que me rodeaban me llevaron por un camino diferente. Me lavaron el cerebro -reí y sacudió su cabeza -El punto es que...
-¿Es qué...? -alargué.
-Es que sí me interesas, pero nunca tuve el valor de hablarte y conocerte mejor -suspiró -Yo sólo lo hacía a través del odio, burlas, cosas horribles que te terminé haciendo. Todo por dejarme influenciar por las personas de mi alrededor... Yo de verdad me enamoré de ti.
Tomó mi mano y la puso en su corazón.
-¿Sientes esto? Desde que llegué aquí no ha parado de latir así de rápido.
Estoy acabada, muerta, no puedo con tanta dulzura.
-Mina... -musité acercándome a ella.
No puedo más, no aguanto las ganas de besarla. Lo hice, necesitaba volver a probar esos hermosos labios que me volvían loca.
-¿Dejarías que te explique mi punto? -me dio un pequeño beso. Lo tomé como un sí.
-Lamentablemente, sí -reí y le di un codazo.
-Me tomé mi ti tiempo para averiguar si mis sentimientos eran reales -me miró atenta.
-Y...
-Y me di cuenta que en ese tiempo, me faltabas, me hacías mucha falta -sonrió.
-¿Y eso quiere decir? -dijo divertida.
-Que sí estoy enamorada de ti -dije tímida.
-¿Es en serio? ¿No es una clase de broma? -miró hacia ambos lados en busca de una cámara.
-¡Claro que no! -fruncí mis labios.
Podía ver su alegría con tan solo observar sus ojos. De un movimiento rápido ya estábamos en la cama. Ella me abrazaba y me hacía cosquillas con pequeños besos en el cuello, lo sé, está muy feliz y eso no se lo voy a quitar.
-¡Mina! ¡Basta! -reí.
-¡Jamás! -siguió.
-Entiendo que estés feliz y toda la cosa -frenó y volvió su vista a mis ojos -Pero tienes que limpiar mi casa.
-Ugh, bien, lo haré -plantó un beso en mi frente -Pero luego -negué divertida -Sólo disfrutemos el momento.
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-Ni te atrevas a tirarme esa cosa, Son -gritó desde afuera de la piscina mientras miraba su celular en el pequeño sofá que había allí.
-¿Y? Es agua -dije divertida mientras apuntaba mi pistola de agua a su cuerpo.
-Lo haces y te violo -amenazó.
Salí de la piscina y me acerqué a ella, quien se levantó para cubrirse de que no le tire agua.
-Quiero verte intentarlo -sonreí cínica mientras disparaba y el agua salía, mojando todo su cuerpo.
-Mañana te va a doler tanto el culo que no va a poder sentarte -me miró enojada.
-Esa sería mi línea -rió.
-Lo digo porque te meteré un palo si no corres en los próximos cinco segundos.
Me acerqué a ella y le di un beso rápido en los labios.
-¿Te meterías a la piscina conmigo?
-No -dijo seca -Se me va a arruinar el pelo y es lo más precioso que tengo -arqueé una ceja -Luego de ti, claro -sonreí.
-Oh vamos, será sólo por un rato. Te prometo que tendrás la sesión de besos más larga que hayas tenido en tu vida -supliqué.
Sonrió pícara. Camino hacia el borde de la pileta y se sacó la blusa. Creo que morí con ver su hermoso abdomen y pecho.
-¿Qué esperas? Tenemos una piscina que ocupar.
Me dirigí hacia ella y nos lanzamos juntas.
-¡Está fría! -gritó mientras temblaba.
-Oh vamos, ¿tanto frío tienes? ¡Estamos a treinta y cinco grados! -exclamé.
-No me culpes, no tengo el mismo cuerpo que tú -me acerqué y rodeé mis brazos sobre sus hombros.
-Eres una cobarde -posó sus manos en mi cadera y me acercó a ella.
-Como digas -me besó.
Estuvimos besándonos por más de treinta minutos. Tomabamos aire y seguíamos, volvíamos a tomar aire y seguíamos. Lo bueno es que aclaramos las cosas y realmente nos amamos.
Al salir de la piscina, limpiamos la casa, obviamente le ayudé ya que era un tremendo chiquero. de vez en cuando me daba un golpe en el trasero, me lo acariciaba o hacía silbidos.
Termino un hermoso domingo, y las dos estábamos bien. Pero no todo va a ser así, ya que BamBam vendrá a golpearme a mí y luego lo hará a ella. Si no me mata ahí con algún otro golpe en el pecho, cabeza o entrepierna.
Era la una de la mañana y no podía conciliar el sueño.
-¡Chaeyoungie! -gritó desde su habitación.
-¡¿Qué?! -grité desde la mía.
-¡¿Estás despierta?!
-¡Tú que crees! ¡Si no no te estaría contestando!
-¡¿No tienes sueño?!
-¡No puedo dormir!
-¡Yo tampoco! -reí.
-¡¿Y qué quieres hacer?!
-¡¿Podrías venir a mi cuarto?!
Sin pensarlo dos veces me dirigí a su habitación. Ella estaba acostada en su cama, casualmente, dejando un espacio del lado de la pared.
-¿Qué pasó? -musité.
-¿Podrías dormir conmigo?
¿Qué? ¿Dormir con ella? ¿En la misma cama? ¿Compartiendo calor corporal? Esto no va a terminar bien.
-¿Q-Qué? -dije atónita.
-Lo que escuchaste -palmeó el lado vacío -Ven.
Caminé hasta su cama y gateé hacia el lugar libre. Ella me abrazo y puse mi cabeza en su cuello.
-Buenas noches, Chaeyoungie -plantó un beso en mi frente.
-Buenas noches, Minari -cerré los ojos.
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-Chaeyoung, ¿qué es esto duro que siento en mi muslo? -preguntó tocando la zona, con ello, mi miembro.
-Es... -bajé mi mano para tocar la cosa dura y eran mis llaves. Se las mostré -Es mi llave -rió.
Las tiré por algún lugar de la habitación y ahora sí pude dormirme, feliz.
[pUERK el que lo malpiense ahre]