Rex:
Los días pasaban más rápido de lo habitual, en cada instante conocía más y más a ese chico que se me declaro, siempre me sorprendía con algo nuevo, debo de admitir. Aunque no todo era color de rosas, pues en algunos casos no sé el por qué, pero el simplemente me dejaba de hablar por horas, y sólo por la salida se despedía de mí con un "adiós" entre dientes. Realmente no me molestaba cuando no me hablaba, pero sí que me preocupaba. Al principio pensé que sería por el estrés de llegar de la escuela, hacer tarea y luego tener que trabajar y cuidar de su hermano, ya que a veces le veía unas grandes ojeras en el rostro que me preocupaban cada vez más, aunque si lo preguntan, era completamente inútil preguntar qué es lo que tenía, ya que me respondía siempre con "nada, es normal" o cuando no me quería dirigir la palabra "no te preocupes, sigue en lo tuyo amigo", llego el punto en el que me decía amigo, eso realmente me dolía más que otra cosa, ya que me había acostumbrado a escuchar sus lindas frases cuando se dirigía a mí, pero, ¿amigo? No lo era, pero siempre decidí darle su tiempo, de nuevo, pensé que sería la mejor opción para ambos, no quiero que se molesté o se frustre más de lo que está si le pregunto o algo parecido.
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Días más pasaban, la actitud de Leonardo ha mejorado, un poco pero ha mejorado, ya casi no llega molesto a la escuela, sin embargo, se comporta algo distante conmigo. Cuando llego a saludarlo, él de la nada se va, me ignora por completo y se va a otra parte, eso hacía que me doliera más mis sentimientos hacia él, pero no podía decirle nada, no quiero que se moleste, como dije antes...
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Algo nuevo sucedió, ¿recuerdan que Leonardo se sentaba detrás de mí? Pues sorpresa, ahora ya no lo hace. No lo entiendo, pero se ha distanciado tanto de mí, y sólo de mí, pues a los demás les habla como si nada, ¡Inclusive al abusivo de Nick! No sé, pero... Me he enojado bastante por eso, no soy de las personas que guardan rencor por otras, pero con él, me siento así, me siento "celoso", y si es lo que quiere, está bien, yo haré lo mismo...
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Leonardo:
¿Cómo empezar a relatar todo lo que ha sucedido? Problemas y más problemas, no hay otra palabra que pueda describir lo que estoy pasando ahora, de alguna forma, mi madre se ha enterado que salgo a escondidas con mi pequeño tiburón, y eso no es lo peor, lo peor es que ya me ha prohibido poder hablarle... Y aquí es donde pongo en juego todo mi amor a mi madre, y el que le tengo a Rex, ¿qué es más fuerte? ¿El amor de tu propia madre que busca tu "bien"? ¿O el de una persona que ha hecho cambios positivos en ti, te ha ayudado en todo, y sobretodo, ambos se tienen un amor profundo...? Mi cabeza me daba vueltas, ya no podía dormir por las noches, cada día que llegaba a la casa escuchaba regaños por parte de mi madre, si bien, ya no veía más a Rex a escondidas, mi madre seguía gritando a mis oídos lo mal hijo que soy... Y, en una noche, llegue a una conclusión, quería el bien para todos... Así que decidí escuchar a mí madre...
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Un mes ya ha pasado desde eso, me he distanciado demasiado de esa persona que amo con todo mi corazón, cada vez que él me habla, con esa sonrisa en su rostro, y yo tengo que ignorarlo, mi corazón se parte a la mitad, no podía aguantar ver como se quedaba parado tras ver como yo me retiraba de él, pero tenía que hacerlo, me di cuenta que no soy lo suficiente para él, no así, menos así... ¿Pero qué podía hacer yo? Soy un estúpido que siempre ha escuchado a su madre, ella es todo para mí, incluso más que Rex... ¿Pero por qué siento que el tiburón ha hecho más cosas por mí que mi madre? ¡¿Por qué diablos pienso eso?!... Los días se iban volando, cada vez que llegaba a casa, esperaba otro regaño de mi madre, ya no los aguantaba más, me sentía cada vez más decaído, deje de comer, de cuidarme, incluso deje de usar la bufanda que me regalo mi Rex, y lo que hasta la fecha me sigo arrepintiendo, es haberla roto y tirado lejos de mí, pero mi mente ya no sabía qué hacer, hasta que llego el día en el que colapse, ya no lo soportaba más, necesitaba gritar, necesitaba llorar, ¡Necesitaba a Rex! ¿Pero él me necesitaba a mí después de todo? ¿Después de dejarlo así como si nada? ¿De hacer una promesa que nunca cumplí?
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Un día, mientras caminaba por la escuela, se me hizo raro no verle con sus amigas, sin embargo lo vi en aquel árbol el cual era mi segundo amor, Rex estaba sentado abrazado de sus piernas ahí mientras miraba el cielo nublado arriba con seriedad, aunque conociéndolo ya, sabía que se encontraba triste. Me acerqué a él para saludarlo, pero al momento en el que me vio de reojo, aparto su vista de inmediato, una gran apuñalada en mi corazón, pero aun así no pare hasta llegar con él y sentarme a su lado, mi cuerpo temblaba como la primera vez que pise la escuela, tenía un gran miedo en mi cuerpo, pero ya no había vuelta atrás.
- Hola. - lo salude de forma cálida, sentándome a su lado sin verle a la cara
- Hola Leonardo. - su voz era la misma de siempre, pero se le notaba sus pocas ganas de hablarme
- Veo que hoy no estas con tus amigas, je... ¿Paso algo entre ustedes tres? - que descarado soy
- soltó un gran suspiro antes de responderme - No, ¿sabes? Los AMIGOS siempre están ahí contigo, pero hoy necesitaba tiempo a solas, y ellas entendieron a la perfección. - claramente era una indirecta para mí, y otra gran apuñalada que yo mismo me gané
- Sí, supongo que así debe de ser... Perdón por quitarte el tiempo, no sabía que necesitabas tu tiempo a solas. - antes de levantarme, Rex me tomo de la mano, estaba temblando al igual que yo, y cuando lo voltee a ver, tenía su cabeza entre sus piernas, podía escuchar sus pequeños llantos que estaba sacando
- ¿Por qué? ¿P-por qué te distanciaste de mí? ¿Por qué te alejaste de la nada de mí? ¿Por qué llegas ahora como si nada hubiera pasado? ¡¿Por qué?! - estaba llorando, pero no me dejaba ver su rostro para poder secarle sus lagrimas - No sabes el gran dolor que estoy pasando ahora que ya no estás, cada segundo que no te tengo a mi lado, es una gran tortura para mí, ¿de verdad no entiendes lo mal que me siento? ¿No entiendes lo importante que te has vuelto para mí? - suspiró nuevamente, pero su llanto seguía
- Perdón... Pero me deje llevar, quise hacer el bien para ti... Para mi madre... Pero más bien hice un gran daño que no sé si pueda reparar ahora mismo... - ante dichas palabras, me dejo ver un poco de su rostro cubierto de lagrimas, no pude evitarlo, y yo también me solté en lagrimas, aunque quisiera mantener mi postura, ya no podía resistir más el llorar - ¡Perdón! ¡Todo esté maldito tiempo he estado escuchando a mi madre! ¡Ella ya no me dejaba verte, ella me prohibió todo que estuviera relacionado contigo! Y yo... Y yo... ¡Yo no supe que hacer! - estaba gritando, estaba demasiado agitado en estos momentos - ¡¿Qué diablos se supone que debería de hacer?! - me sostuve la cabeza, mis lagrimas cada vez empeoraban más, Rex me veía con pocas lagrimas que al cabo de tiempo se secaba - P-pero... Yo te amo, te amo de verdad... No hace mucho me cuestione lo importante que eres para mí, pero mi madre... Mi madre lo es de igual forma, y ella siempre ha estado para mí, siempre he escuchado todo lo me dice, ella es una buena mujer, pero... Ahora... Yo no sé qué hacer...Sólo quiero pedirte disculpas, disculpas por todo lo que hice, por todo el daño, por conseguir que estuvieras así, por hacerte daño, por hacer que lloraras... - esas fueron mis últimas palabras para quedar completamente en silencio, estaba esperando la respuesta de Rex, pero no recibía nada
- Mírame... - su voz era demasiado sería, me temía lo peor, pero le hice caso y lo voltee a ver - ¡Eres un completo Idiota Leonardo! - antes de que pudiera bajar la cabeza, Rex se lanzo a mí, esperaba a que me golpeara o algo, pero sin embargo, me beso, me beso de forma repentina que no supe de que forma responder, me quede completamente estático hasta que se detuvo - ¿Por qué diablos no me dijiste desde más antes? Me hubieras dicho que estaba pasando, y yo lo entendería sin decirte nada, porque yo también te amo, te amo demasiado... - y así estando tirados en el suelo, Rex recargo su cabeza sobre mi hombro, estaba encima de mí
- No quería que te preocuparas más por mí, lo siento por no pensarlo desde más antes... - lo abrace con todas las fuerzas que tenía, Rex seco mis lagrimas, y algo que me molesto mucho, fue que unas pequeñas gotas empezaron a caer desde el cielo, estaba más nublado de lo normal, empezaría a llover muy pronto, y cuando menos me di cuenta, una gran tormenta se vino, así que nos tuvimos que levantar muy rápido ambos para salir corriendo de ahí, no sin antes un comentario de mi tiburón
- Hey, si llego antes que tú al salón, tendrás que jugar una partida contra mí en voleibol. - y así ambos salimos corriendo hasta el salón, que para mi suerte llegué segundo, pero no me quejaba de nada, aunque todavía me sentía demasiado apenado por lo que pase, aunque Rex ya estaba como si nada, tenía una gran sonrisa en su rostro, ¿y saben? Aunque todos estuvieran en el salón gracias a la lluvia, hasta el profesor de deportes, no me contuve y tuve que besarlo en sus labios, aquel beso que me dio antes no pude devolverlo bien, así que ahora me tocaba a mí darle uno
- Rex... ¿Quieres ser mi novio?