Decisiones y arrepentimientos

Від DalhiaOkazaki

40K 4.2K 2K

Levi vuelve agotado tras perder a Farlan e Isabel. Intentando comprender cuál debe ser su razón para luchar e... Більше

Añoranza
Una obsesión con la limpieza
El examen
Antes de partir
Reconocimiento
La nota
Calor humano
Misión suicida
Moblit Berner
Monstruo
Gracias
La habitación de al lado
El escuadrón de Levi
Muros y piedras
Dos palabras
Después de la caída
Infiltrados
El séptimo
Capitán Kenny Ackerman
Carnada
Narcolepsia
Enterrada
Palabras ahogadas
Fase 1
Fase 2
Fase 3
Estrategia
Perseguida
Cádaver vacío
Para siempre
Gestación

Bienvenido de vuelta, capitán

1.4K 146 61
Від DalhiaOkazaki


Snk pertenece a Hajime Isayama.

.

.

.

Los delgados rayos de sol acariciaban su cabellera con cuidado. Calentando su fría piel. Sus pestañas se deslizaron lentamente hasta abrirse por completo. No llevaba la cuenta de las horas que había dormido, pero le parecían muchas más que de costumbre. Y conocía perfectamente la razón de ello.

Intentó girarse con cuidado para no despertarla, sus leves gemidos en sueños le consternaban. Probablemente pudiera dormir en cualquier tipo de situación, y transmitía esa tranquilidad a cualquier persona a su alrededor, incluido él mismo. Llevaba cuatro días seguidos colándose en su habitación por la noche y quedándose dormida en su cama. Aquella noche había sido diferente, se había tumbado junto a ella mientras le hablaba de uno de sus experimentos. Ni tan siquiera recordaba haberse quedado dormido con ella.

Observó con cuidado sus facciones mientras dormía, completamente relajada. No se sentía incómodo, era una sensación rara que solamente recordaba haber tenido cuando dormía con su madre. ¿Acaso aquella mujer era cómo una madre para él? No, era distinto. Algo que conocía muy bien e identificaba.

Los mechones desordenados que caíansobre su frente comenzaban a molestarle, tapaban su cara y no le permitían ver su delicado rostro. Acercó la mano con cuidado intentando apartar aquellas hebras que le restaban visión. Mientras sus párpados permanecían cerrados también le arrebataban otro tipo de visión. La de aquellos ojos que usualmente se emocionaban mientras hablaba, a los que miraba a escondidas. Una mirada intensa y un brillo que nunca desaparecía de ellos.

- Buenos días, Levi – susurró mientras abría sus ojos.

- Tché – se apartó bruscamente mientras su mirada se cruzaba con la de él. – Deberías dejar de dormir en mi cuarto.

- Erwin ya sabe que duermo aquí a menudo – replicó mientras se frotaba los ojos – Me dijo que no le importaba siempre y cuando no afectase a mi trabajo.

- ........

- ¿En que estabas pensando antes? Has estado un rato mirándome mientras dormía, ¿verdad?

- ........ - en tus malditos ojos.

- Cuentamelo, somos amigos.

- Roncas – mintió– Estaba preocupado porque tus ronquidos tirarían abajo las paredes de esta habitación.

- Je. - sonrió  mientras se acercaba más a él – Mentiroso.

- .......

- Si me fijo bien –la distancia cada vez se reducía más mientras ella se acercaba a él– tus ojos son más azules de lo que pensaba, desde lejos parecen bastante grises.

- ¿Y eso que importa?

- Son bonitos. Me gusta tu mirada.

- ......... - en ese instante se maldijo a sí mismo por no poder tener el valor suficiente y responder lo mismo.

- Hace frío –sus brazos rodearon su pequeño cuerpo mientras la distancia desaparecía – Tu cuerpo es siempre muy cálido.

- Idiota... –imitó su gesto acercándola aún más – Aún es temprano, vuelve a dormirte.

- No puedo, tengo que reunirme con Moblit. Tenemos que hacer bastantes pruebas con la red de caza, si pudieramos lanzarla cómo si fuera una bomba, podría convencer a Erwin de que me deje capturar tirantes.

- Estarás otra vez  encerrada semanas en ese asqueroso laboratorio.

- Moblit lo limpia a menudo así que ya no está tan sucio.

- Pues dile a ese idiota que se pase por tu sucio cuarto y acabe su trabajo.

- Necesito a Moblit haciendo otras tareas aparte de la limpieza. El usualmente redacta los resultados y los ilustra, así cómo le pido que recoja información y busque algunos suministros que necesito para el laboratorio.

- El chico de los recados.

- Jajaja, tal vez.

-Erwin quiere que en la expedición del mes que viene tu escuadrón y el mío hagamos de cazadores de esas asquerosas bestias.

- ¿Cómo la otra vez?

- Sí, pero en esta ocasión tu escuadrón no será el cebo, manteniéndose a distancia. Y en el mío, la mayoría no han salido nunca afuera. Son unos mocosos que se mearán encima en cuanto vean al primer enemigo.

- ¿Estás preocupado?

- ......

- Puedo posponer algunos de mis experimentos hasta que volvamos de la misión. Supongo que será mejor que practiquemos la infiltración con los equipos.

- ¿Y qué hay de tus planes de captura?

- Pueden esperar un poco más. Esto es lo único que puedo hacer para merecerme el título de capitana. Hasta que no consiga que todos ellos vuelvan vivos tras combatir a mis órdenes no puedo considerarme su superior.

- Idiota.........

- Levi, si acabamos la misión y conseguimos el objetivo, ¿puedo dormir aquí otra vez?

- Deberías ordenar tu maldito cuarto y dormir en tu cama..........

- ¿Te molesta que venga aquí?

- .........- muy al contrario, deseaba poder dormir con ella más a menudo, pero de nuevo su cobardía le impedía ser sincero – Puedes dormir dónde quieras.

Ella siempre hacía cualquier cosa sin pedir permiso. Con demasiada confianza y familiaridad, pero nunca se sentía realmente molesto por aquella familiaridad que demostraba tener con él. Ni cuando le abrazaba, ni cuando se cambiaba delante de él o dormía en su cama. Lo único que había comenzado a ser un problema eran aquellos besos. Demasiado intensos.

Cuando antes sentía el contacto de su boca, sentía que algo se despertaba pero era capaz de controlarlo. Pero ahora había probado el sabor de su interior y no podía dejar de pensar en ello. Sus labios se movían mientras hablaban de una reunión temprano con su comandante, algo apenada por tener que abandonar su cama. Pero él solo seguía el movimiento de su lengua, ansiando poder volver a sentir su tacto. ¿Aquello era normal? ¿O solamente le ocurría en su presencia?

Hacía más de cuatro meses que había tenido ese sabor dentro de su boca. No podía controlarlo, no podía arriesgarse más. Por mucho que lo ansiara, debía ser consciente de sus limitaciones. Cada vez que se besaban, una bestia se apoderaba de él y destrozaba la ropa de ella. Un instinto extraño, distinto al que le poseía cuando se enfrentaba a un enemigo. Un instinto que apenas lograba dominar. La última vez apenas había conseguido dejar su camisa intacta. Pero ahora aquel monstruo que albergaba en su interior no dejaba de pensar en el suave gusto de sus labios.

- ....besarme siquieres....... - interrumpió sus pensamientos de repente, ¿había dicho besarme?

- ¿Qué? - comenzó a ponderarse dejar de evadir su mente cuando hablaba sin parar.

- Llevas un rato mirándome la boca. He dicho que puedes besarme si quieres. Hace tiempo que no eres tú el que lo hace.

- Ya sabes la razón.

- Te dije que no me importaba. Puedo quitarme mi pijama así no tendrás miedo de romperlo.

- Imbécil..........eso es peor - ¿acaso no era consciente del peso de sus palabras? ¿acaso no comprendía lo que suponía que se quedase medio desnuda en su cama mientras la besaba?

- ¿Nunca volverás a besarme?

- ............. -aquella pregunta era demasiado difícil, no poseía suficiente vocabulario para responderla - ¿Por qué quieres volver a hacerlo?

- Me gusta hacerlo.

- .........

- ¿No notas una sensación agradable cuando nos besamos? A veces, cuando hablo contigo, me gustaría que no amaneciera y poder hablar contigo un  poquito más. Cuando te beso, no tengo sensación de espacialidad. Y eso es agradable. Me agobia no tener suficiente tiempo para cumplir mi rol en este ejército. Contigo consigo olvidar ese agobio.

- .... - pero nunca olvidaba su rol, cómo si estuviese sujeta a ello, atada de por vida, hasta el día de su muerte – No viviré por siempre. Ni tú tampoco. No somos inmortales. Puede que mueras en la siguiente misión o en la otra, o que muera yo.

- Soy consciente de ello, Levi. ¿Tienes miedo de crear vínculos conmigo cómo hiciste con Farlan e Isabel?

- .......... - ya era demasiado tarde para ello, ¿que pasaría si ella muriera dentro de un mes? ¿Se arrepentiría de no haberla besado todo lo que pudo? Parecía que su vida aquellos últimos años estaba sujeto a sus propias decisiones y arrepentimientos.

- Yo he creado vínculos con mis compañeros. Aquellas mujeres que dormían en mi mismo dormitorio. Aquellos que solía ver en el comedor, y ahora ya no están – su voz se tornó más triste, haciendo que el pequeño hombre comenzara a incomodarse – Pero el vínculo que creé junto a ellos aún permanece dentro de mí.

- ¿Tantas personas tienes ahí dentro?

- Miles de ellas. Miles de personas, de nombres, de rostros. A veces me despierto y temo haber olvidado sus facciones, su carácter. Es demasiado difícil recordarlos a todos con exactitud. Pero al menos, intento llevarlos aquí dentro – señaló a su pecho con tristeza – De alguna manera, ellos son la razón de que yo aún continúe viva.

- Tienes que tener un corazón jodidamente grande.

- Erwin, mi escuadrón, tú. Vosotros también estáis aquí dentro. Cómo si estuvieramos conectados por un fuerza extraña que nos une a todos. ¿Yo estoy dentro de tu pecho?

- No entiendo demasiado bien tus chorradas sobre almacenar gente dentro del pecho. Pero sí. Lo estás - ocupando un maldito espacio enorme .

.

.

.

Tal vez eran más de 30 hectáreas o incluso 40. No sabía con exactitud cuanto terreno habían recorrido con aquellas bengalas, pero sin duda había sido excesivo. Aquel malgasto iba condicionado por el plan de  aquel hombre. No era la primera vez que seguía aquella estrategia suicida. Erwin Smith era inteligente, sabía perfectamente cómo  debía llevar a cabo sus planes.

Hacía tan sólo unos meses que se les había notificado una sobrepoblaciónde titanes en la zona este, haciendo peligrar la muralla. Originalmente se designó a varios soldados a realizar una primera incursión para alejarlos. Insuficiente. Demasiado insuficiente.

Solamente había servido para perder vidas innecesarias y huir antes de que fueran más las bajas. Pero aquel hombre siempre iba un paso más allá de las absurdas órdenes que dictaminaba el gobierno. Era capaz de anticiparse a sus burdos planes. Sabía que acatar aquella orden solo implicaría perder un par de vidas. Pero era un sacrificio que había decidido aceptar para conseguir su auténtico objetivo.

Apenas habían conseguido dinamitar sus defensas. Aquel muro de piedra no aguantaría si aquellas feroces bestias continuaban agolpándose. Era consciente de ello. Pero, jamás había pensado que debía haber una razón para que se encontrasen allí reunidos. Ni siquiera era una posibilidad que se ponderara, pero él sí. Y ello hacía que su cerebro pudiese haber elaborado aquella enrevasada misión.

Tal vez demasiado complicada para aquellos novatos que galopaban tras él. Escoró su cabeza hacia su costado comprobando que su compañera mantenía la distancia suficiente para abarcar más terreno, pero no demasiada para no alejarse. Aún la tenía bajo su vista. Encabezando aquella improvisada formación. Dentro de poco aquellas monturas se cansarían y dejarían de ser útiles hasta su regreso. Debían llegar al punto acordado y ponerlos a salvo.

Se giró hacia atrás comprobando que aquella muralla comenzaba a estar más despejada. ¿Conseguiría Erwin su propósito?

.

.

.

- ¿Qué se supone que estamos buscando, Erwin? - Mike se apoyó sobre la pared aún colgado por su equipo mientras comprobaba la frialdad de aquella piedra que les protegía – Te dije que podía unirme a la avanzadilla junto a Levi y Hanji. Van acompañados de novatos, nada te garantiza que puedan derrotarlos a todos.

- No me interesa que los derroten. Sólo quiero que los alejen – sus dedos acariciaron la pequeña capa de polvo que se había originado entre los pequeños resquicios – Se que ellos dos serán capaces de huir si es necesario.

- ¿Y qué hay de sus escuadrones? La mayoría de ellos nunca han salido aquí afuera.

-............ - detuvo su mano mientras escuchaba sus palabras –Lamento oír eso, pero es necesario. Necesito saber porqué estaban todos aquí. Qué era lo que les atraía. Bajemos más abajo.

-Entendido........

¿Cuántos años hacía que lo conocía? En su época de entrenamiento solía  hablar de una extraña fábula que su padre solía contarle. Pero poco a poco se había vuelto alguien más reservado que apenas era capaz de mostrar lo que realmente sucedía en su cabeza. Continuó descendiendo hasta que sus pies tocaron el áspero suelo de tierra que permanecía semihundido del peso de aquellos titanes.

Si volvía su vista hacia arriba podía atisbar a ver los arañazos que habían apenas dañado la estructura. Sin embargo, no habían conseguido tumbarla. No poseían la fuerza ni el tamaño necesario. Solo eran eso, arañazos en su superficie. ¿Por qué razón permanecían allí? Viró sus tobillos en busca del equipo de apoyo que continuaba vigilando, aquellas criaturas aún no habían vuelto. Aún persiguiendo a sus amigos.

Su comandante permanecía agachado escarbando los finos surcos de tierra que habían generado aquellas enormes pisadas. Sus manos estaban completamente manchadas de barro, ¿qué era aquella ansiedad que percibía? No, no era ansiedad. Era un olor que le transportaba y le dominaba. Y provenía de la zona dónde estaba escarbando.

- Espera Erwin, huelo sangre. - se agachó hasta su posición buscando el origen de aquel aroma.

-¿Humana?

- Sí.

- Bien. Continuemos – ayudandose de su espada comenzó a escavar más hondo, permitiendo que ampliase su rango de búsqueda y liberando con sus manos desnudas aquellas piedras que impedían su avance.

- Erwin, ninguno de nuestros soldados ha muerto a los pies de las murallas. Todos han perecido en el campo de combate. No tiene ningún sentido que encontremos un cadáver aquí enterrado.

- Creía que tus labores de rastreo eran más precisas, Mike. Fíjate bien. Aunque el terreno se haya deformado al ser pisado por esos titanes, aún se conservan algunas pistas.

-¿Pistas?

Su alma comenzó a temblar cuando unas pequeñas pisadas destacaron entre el resto. Tal vez para una persona normal serían algo prácticamente imperceptible. Apenas podía visualizar el empeine de aquellas pisadas. ¿Alguien corriendo había dejado aquellas marcas? Comenzó a andar en aquella dirección. Apenas quedaba rastro de aquellas pisadas, pero si se concentraba podía ver cada pequeña pista. Como un reguero de migas de pan. Oculto en un vasto prado.

Un pequeño tallo levemente dañado. Algo de tierra removida con cautela. ¿Desde dónde venían aquellas pisadas? Comenzaba a perder el rastro, pero probablemente continuasen a través de varios kilómetros más allá de su posición.

Se estremeció al agacharse sobre una huella más nítida. Observando el trazo que había hecho la suela de aquel zapato. Distinto al que solía ver. Más vulgar. No estaba diseñado para realizar aquel tipo de esfuerzo físico. Sin duda la persona que había corrido hasta allí no pertenecía a aquel ejército.

-¿Puedes constatar quién era? - murmuró su superior a su espalda mientras observaba aquella huella.

- Es un aldeano. No se que hacía aquí fuera. Pero probablemente fue devorado – resopló con desánimo mientras se giraba hacia su viejo amigo – Erwin, te has equivocado. No hay ninguna conspiración aquí. Sólo un estúpido aldeano que salió y fue devorado. Eso atrajo a los titanes a la muralla. Habla con Pixis y dile que refuerce la vigilancia. Sus malditos soldados borrachos no son capaces de evitar que un ciudadano salga afuera.

- ¿Estás seguro de ello? - desenrolló una pequeña pieza de tela mientras mostraba un pequeño pedazo de carne humana, apenas pudo contener sus naúseas mientras constataba que era una mano humana.

- Erwin, eso solo constata mi teoría de que fue devorado. Ordena a Pixis que refuerce su vigilancia. Voy a reunirme con Levi y Hanji. Esos novatos no se merecen morir de esa forma sólo para que nosotros desenterremos cadáveres de aldeanos despistados. - se volvió hacia atrás mientras hacia unas señas - ¡Nanaba, reúnete con Gelger y traed los caballos!

- Sólo he encontrado la muñeca. No hay ni rastro del resto del cuerpo. Es demasiado sospechoso.

- El pobre diablo estará criando malvas dentro del estómago de alguno de esos cabrones. ¡Nanaba! - volvió a insistir.

- Ellos no realizan la digestión. Hanji lo ha constatado y lo sabes. Vomitan aquello que devoran.

-Erwin....... te conozco desde hace demasiado tiempo. Pero en ocasiones te obsesionas demasiado. Como amigo tuyo debo insistir en que repliegues al ejército. Esta misión no ha servido para nada.  Hanji y Levi ya los han alejado. Ahora deja que ellos puedan volver –notó que se destensaba mientras intentaba mantener su mirada – Lo habrá vomitado en otro lado, esa es toda la explicación que necesitas.

- Fíjate bien – sus dedos señalaron los delicados cortes de su muñeca –Es un corte demasiado recto.

- No entiendo lo que quieres decirme.

- Este brazo ha sido cortado. Y a juzgar por el ángulo de entrada, este individuo cortó su mano con la otra y luego huyó.

- ¿Se cortó su propia mano? - levantó la mano indicándole a su equipo que no se acercara. Podía oír los golpeteos de sus caballos, necesitaba ese momento de intimidad para constatar aquella información.

- Has visto los arañazos.

- Los habrán hecho ellos.

- Hay distancia entre ellos y algunos de esos arañazos están muy altos, mayores del tamaño que tenían esos titanes – señaló sus propios dedos manchados de tierra mientra intentaba enfocar sus palabras –Como si escalara.

- Si un titán hubiese escalado esa muralla nos habríamos enterado.

- Del mismo modo nos hubieramos enterado si un ciudadano hubiese llegado desde el exterior con una mano cercenada y sangrando.

- ¿Qué significa todo esto, Erwin? ¿Tienes alguna idea?

- No –sonrió mientras abrazaba aquella pequeña extremidad – Pero estamos a un pequeño paso más de la verdad.

.

.

.

El calor que emanaba de sus mejillas le indicaba que la sangre de aquella bestia comenzaba a evaporarse. Ya llevaba más de diez derrotados. Sus oídos le transmitieron una pequeña resonancia de espadas. Ella continuaba viva. A varios metros de allí, aún combatiendo. ¿Qué había de sus subordinados? Intentó buscarlos en la espesura. Se negaba a realizar otra incursión más y volver solamente acompañado de un montón de cadáveres o soldados asustados.

Una cabellera rubia que giraba en el aire. Su segundo al mando. Bajo él, uno de sus últimos incorporados que acababa de lanzarlo. Utilizando su propia técnica para abatir a uno de doce metros. Una extraña sensación cubría su pecho. ¿Orgullo? ¿Satisfacción? El chico moreno esquivó el ataque de otro de ocho metros mientras volaba buscando el brazo de su compañero. Otro ataque en conjunto que el mismo había desarrollado. Y ambos lo dominaban a la perfección.

-¡Gunther! - vociferó en su dirección – Dírigite hacia la zona dónde está esa maldita cuatro ojos. Estos asquerosos monstruos se están agolpando allí. Nos reuniremos en 20 minutos.

-¡Entendido, señor! - se alejó con cautela mientras continuaba manchando sus espadas de la sangre de aquellas bestias.

Su segundo al mano tomó posición a su lado. Comenzó a rellenar las pequeñas botellas de combustible que aún quedaban a sus costados. Intentó forzar su capacidad auditiva, no oía ningún grito en la dirección de Hanji. Solamente aquel sonido que indicaba que habían derrotado a otro. Tampoco detectaba el olor de la sangre humana. Pero eran demasiados. ¿Para qué les había enviado Erwin cómo cebo? No podían derrotarlos a todos. No con esa cantidad de gas.

Apenas habían recibido instrucción. Pero todos la habían acatado fidedignamente. Conocían las limitaciones. En cuanto aquella situación resultase peligrosa todos ellos se reunirían con el equipo de apoyo que guardaba los caballos en una zona alejada de aquella. Huir de allí, volver dentro de aquellas murallas una vez más.

Movimiento a su izquierda. Dos figuras que se movían con algo de pavor. Miedo. Conocía demasiado bien esa sensación. Para huir y mantener su vida era necesario apoderarse de esa sensación, hacerla suya y no dejar que los dominase. Pero aquellos dos últimos incorporados se estaban consumiendo en ella.

- Eld. Yo iré por la derecha, tu evita que esos dos imbéciles hagan alguna estupidez más.

-Entendido señor.

Mientras la ingravidez se apoderaba de su cuerpo comenzó a tener una mayor visión de esos dos soldados. Temblor en sus piernas mientras sostenían sus espadas. Giró su cabeza hacia atrás. Dos titanes anormales. Acechandólos. ¿Acaso podían oler su miedo?

La chica se levantó, sus piernas apenas podían mantener su peso. Se acercó corriendo hacia el primer titán anormal e intentó clavarle su espada en el ojo. Aquella horrible bestia se anticipó y golpeó su brazo arrojando su arma lejos de ella. Podía ver el pánico en sus ojos. Un segundo manotazo la enviaría lejos de allí. Su mano se alzó con dominancia mientras parecía ser consciente del pequeño aperitivo que se encontraba delante de él.

Pero se detuvo en el aire mientras una pierna detenía su avance. Un sonido sordo que crujió mientras empujaba a su compañera hacia atrás. El dolor recorrió toda su espina dorsal mientras se concentraba en su fémur, posiblemente roto.

Levi se precipitó hacia aquella primera bestia abatiéndola. El humo comenzó a aparecer en su cuerpo mientras indicaba que comenzaba a desvanecerse. Se giró con brusquedad buscando al segundo atacante. Que comenzaba a correr en dirección a su subordinada que estaba refugiada entre los brazos de aquel otro novato. El pánico de nuevo en sus caras que se reflejaba en su aspecto y en sus pantalones.

No pretendía encontrarse con aquella situación tan literal. Pero parecía que el miedo los había dominado. Giró en el aire mientras sus espadas rasgaban el aire a su paso, creando una sensación de vacío que sólo aumentaba su velocidad. La sangre de aquel segundo enemigo volvió a expandirse por el aire. Otro derrotado. Pero podía  oír a más acercándose. Si esos dos soldados no eran capaces de levantarse, no podría protegerlos eternamente.

-C-capitán – balbuceó la chica mientras intentaba secarse las lágrimas – Y-yo..... L-lo siento...

- ¡Deja de llorar y ponte a combatir!

-P-pero.... - insistió el chico mientras observaba el aspecto que tenían ambos, cabello despeinado y sucio, sus pantalones manchados por aquella sustancia que emergia de su entrepierna y que simbolizaba el profundo temor que sentían en aquellos instantes.

- ¡No seáis imbéciles! ¡Al enemigo no le importa una mierda si habéis manchado vuestros estúpidos pantalones! ¡Así que levantaos y luchad! ¡Yo os he entrenado! ¡Si no sois capaces de matar a uno sólo me habréis demostrado que llevo cuatro meses perdiendo el tiempo!

Los ojos del chico comenzaron a abrirse con admiración mientras recogía su espada. El miedo comenzaba a desaparecer de sus pupilas y comenzaban a llenarse con otro sentimiento. Determinación. Pasión. Y arrojo. Lanzó un grito de furia y envió sus cables hacia el otro lado de aquel bosque derribando a un titán a su paso.

La chica de cabello rojizo siguió sus pasos hasta reunirse con él. Un pequeño suspiro de alivio escapó de sus labios. Aquellos dos mocosos estaban colaborando para derrotar a aquellos más próximos. Manteniendo la posición de defensa mientras él se acercaba a su segundo al mando cuya pierna continuaba rota.

Le acercó una mano y le permitió apoyarse sobre él.

-Volvamos a la base. Nuestro trabajo aquí ha terminado.

.

.

.

El horrible traqueteo de aquel carro le revolvía las entrañas. ¿Acaso habían decidido conducir por el terreno más inestable de toda aquella extensa ciudad? La preocupación comenzaba a crecer mientras la buscaba entre el gentío. Ni siquiera habían podido reunirse en aquel maldito bosque. No sabía absolutamente nada de su condición tras aquella carnicería.

Comenzó a mirar a sus extremos. En otro carro a una distancia cercana, sus dos subordinados agachaban la cabeza mientras ocultaban el aspecto de su uniforme con una manta. Volvió a girarse. Delante de él podía distinguir a una chica con cabello corto. La recordaba, formaba parte del escuadrón de Hanji, pero seguía sin haber rastro de ella. A su costado, a unos metros, Gunther informaba a Erwin de lo sucedido en el bosque. Pero hasta que no llevase a su segundo a la enfermería no podría constatar dichos datos. ¿Dónde estaba? Usualmente siempre volvía sentada en su caballo. Pero no parecía distinguirse subida a ninguno de ellos. La ansiedad comenzó a apoderarse de él.

El carro se detuvo en la puerta del cuartel mientras una horda de enfermeros salían en su ayuda. Bajó del carro y le tendió una mano a Erd que bajó con dificultad. Permitió que apoyara todo su peso en su espalda mientras lo llevaba hasta aquel lugar antiséptico.

Paredes de piedra que eran continuamente manchadas por la sangre de aquellos soldados que salían en busca de la libertad. Un doctor le cedió el puesto mientras ayudaba a su subordinado a sentarse en una cama.

- No se preocupe, capitán – murmuró mientras le indicaba que podía marcharse – Soldará rápido. Para la próxima expedición podrá volver a salir de las murallas.

- Bien.

Dirigió  sus pasos fuera de allí, observar a tantos soldados mutilados le invadía el estómago y le provocaba una sensación demasiado díficil  de comprender. Sangre, descomposición. Muchos de ellos deberían abandonar filas. Otros no pasarían de aquella noche.

-.....capitana Zoe........ herida está ya curada por lo que.....

Se giró buscando el origen de aquella voz. Una de las enfermeras parecía estar hablando con alguien. ¿Acaso aquella imbécil había vuelto  dañada? Había enviado a un miembro de su maldito escuadrón a asegurarse de que su equipo volvía a salvo. Comenzó a comprender porque no la había visto subida a su caballo. Probablemente, tumbada en algún carro lejando con alguna de sus extremidades cercenadas.

Miles de posibilidades comenzaron a agolparse en su cabeza. La imagen de aquella cicatriz que cruzaba su pecho tras la última expedición. Ella se arriesgaba demasiado. Era incapaz de ser consciente de su propia fragilidad. ¿Acaso había vuelto a clavarse una rama? ¿O tal vez también se había roto una pierna? Tan sólo tenían que mantenerlos distraídos mientras los alejaban de las murallas. Ni siquiera era necesario combatir. Pero ella había decidido combatir. Ignorando las órdenes iniciales y lanzándose a la lucha antes de que pudiera replicar.

Mientras comenzaba a combatir en la espesura de aquel bosque la había perdido totalmente de vista. Si hubiera sabido que aquella estúpida idea suya terminaría con sus huesos rotos los habría roto él mismo. El enfado comenzó a crecer en su interior mientras encontraba la habitación de la que provenía aquella voz.

No necesitó más de un par de minutos para encontrarla sentada de espaldas hablando con el personal médico.

- Tú, sucia cuatro ojos – murmuró a su espalda mientras sentía que una oleada de alivio se fundía con su alma – Te dije que tu absurda idea era una imbecilidad.

- ¿Levi?- se giró hacia él algo sorprendida.

- ¿Y bien? ¿Qué es lo que te has roto esta vez? ¿Un brazo? ¿Una pierna?

- ¿Roto?- se levantó con tranquilidad hasta encararse con él – Yo no estoy herida.

- ¿Cómo?- la examinó con cautela, a pesar de la aparente suciedad de su uniforme, no parecía especialmente herida, algún rasguño leve, pero ninguna lesión - ¿Qué mierdas haces aquí entonces? Erwin dijo que le dieses tú el maldito informe.

- Ah, sí. Perdona por eso, le pedí a tu subordinado que se lo pasase a Erwin mientras me adelantaba hasta la enfermería.

- .......- se dirigió hasta la cama más próxima dónde un hombre que conocía demasiado bien le fulminaba con su mirada - ¿Qué mierdas le ha pasado?

- Ah, Moblit ayudó a una de mis subordinadas cuando estaba en peligro y se dañó el costado – sonrió con despreocupación mientras entregaba unas autorizaciones a una de las enfermeras – Sólo son unas costillas rotas. Se recuperará pronto. Moblit es un tipo duro.

- Ya veo que tienes más pelotas de lo que parece.

-Gracias........ capitán – musitó sin dejar de penetrarle con la mirada.

Hanji se acercó a él y le estrechó la mano mientras le agradecía su trabajo. Sonrío con satisfacción y comenzó a salir de allí mientras arrastraba a Levi del brazo. Aquel soldado caído solo pudo observar con cierta envidia cómo ella continuaba hablando con alegría mientras le sujetaba cada vez con más fuerza del brazo.

Cuando  la figura de ambos capitanes salió de aquella enfermería no necesitó demasiadas explicaciones para saber cuál sería su siguiente destino.

.

.

.

- ....Así que Nifa intentó derrotarlo, pero al no tener gas suficiente no pudo terminar de rebanar su cuello e intentó retroceder, pero uno de diez metro intentó atraparla. Moblit se dio cuenta antes que yo y la sacó de allí.

-Parece....... útil.

- Oh, sí. Moblit fue una gran elección. Me alegra que Erwin me sugiriese que entrase en mi equipo. Al haber sido compañeros de igual rango antes creí que no podríamos trabajar juntos, pero es muy eficiente. Hemos conseguido matar a más de tres docenas. Aunque los más nuevos apenas han podido colaborar, han prometido entrenar más para ayudar en la siguiente misión.

- A mí se me han meado dos nada más salir.

- ¿Y qué han hecho al final?

-Después de lloriquear en mitad del campo de batalla, han decidido hacer algo más y se han cargado a cuatro.

- Debes sentirte orgulloso.

- Ellos han trabajado bien...

Hanji se desperezó mientras observaba la oscuridad a través de la ventana. Se quitó las gafas y frotó sus ojos. Realmente no sentía cansancio pero sabía que no debía permanecer a aquellas horas en su habitación. Comenzó a caminar hacia la puerta hasta que su voz la detuvo.

-¿Adónde vas?

- Es tarde, me iba a dormir a mi habitación.

- Hace  un maldito mes me pediste dormir aquí después de esta maldita expedición.

- ¿Puedo dormir aquí entonces?

- Sí.

-Fántastico, tengo aún muchas cosas que contarte. Espera un momento– volvió a dirigirse hacia la puerta.

- He dicho que puedes dormir aquí, ¿adónde mierdas vas?

- Se que no te gusta que me cambie en tu cuarto, así que voy al mío a ponerme mi pijama.

- Tche. Eso....... - esquivó su mirada mientras cerraba las cortinas impidiendo que entrase la luz de los candiles del patio – Hoy no hace falta que te lo pongas.

- ¿Vas a dejarme algo tuyo?

- No –se acercó con cautela hasta que apenas había unos pocos centímetros entre ellos desaparecieron, posó un brazo en su cintura acercándola aún más – Hoy no te va a hacer falta.

- ¿Levi? ¿Qué haces?

-Ahora........ - intentó buscar las palabras suficientes para poder expresar aquella emoción que había sentido al verla ilesa y hablando con orgullo de aquellos soldados que aún continuarían combatiendo junto a ella - ¿Ahora si te sientes una aútentica capitana?

-¿Estabas preocupado por eso? - depositó sus brazos alrededor de su  cuello mientras comenzaba a abrazarse con más fuerza – Yo también  me he sentido muy orgullosa cuando hemos cruzado las murallas.

- Bien –comenzó a andar hacia atrás mientras no dejaba de sujetarla por la cintura – Entonces voy a cumplir mi estúpida promesa.

-¿Promesa?

.

.

.

Si no recordáis esa promesa os recomiendo que vayáis un par de capítulos atrás para averiguarlo.

Продовжити читання

Вам також сподобається

943 65 5
solo les puedo decir que esta historia es 🔞 (se recomienda discreción xd). no les prometo subir seguido pero tal vez 4 vesez a la semana. EDADES: K...
7.6K 651 9
Una historia de T/n y Lee Christmas. La mayoria de los personajes pertenecen a la franquicia de The Expendables. Que disfruten la historia.
27.6K 2.1K 112
pasate por aquí :v si tienes ganas ❤ Si no pos pasate igual 7-7 #787 en humor ~20\10~ #553 en humor 22\10~:3
174K 5.1K 147
Aquí te dice que te toca desde en relacion con un creepypasta o sola 13/03/2020 #1 en pasta 04/11/2020 #1 en crepy