Sakura había pasado la noche despierta, no podía pegar el ojo, en cuanto los cerraba, se transportaba a esa terrible escena en donde se entera que su lobito está comprometido, esa situación le dolía en el alma.
Todo le estaba saliendo mal, primero perdió el master por el accidente que le ocurrió, ahora se entera que Shaoran está comprometido... ¿Qué más le podría pasar? Había tenido mucha ilusión en viajar a Hong Kong con su lobito, pero ahora, el viaje se había convertido en una completa pesadilla.
–Sakura, vamos a desayunar –llamó Tomoyo– no te hagas... estás despierta...
–No tengo hambre... vayan sin mí –Sakura se cubrió con las sábanas–
Lo que Sakura no sabía, era que la estaban esperando, Shaoran se la había pasado montando guardia en la puerta de la habitación, así quiera o no Sakura, tendría que escucharlo.
Al ver a Tomoyo salir, supo que el plan del desayuno no había funcionado, era más que obvio que la castaña no iba a querer salir, Shaoran les pidió un momento a solas con ella, la amatista no estaba muy segura de dejar sola a su amiga en estos momentos, pero al ver la cara de desesperación del ambarino, decidió irse, salió junto con Eriol de la habitación, dejando a la pareja solucionando sus problemas.
–¿Crees que Sakura quiera escucharlo? –quiso saber Eriol mientras caminaba junto a Tomoyo–
–No, pero no pierde nada haciendo el intento...
–Perdón por no haber llegado... nos pasamos de copas, fue una noche difícil –se excusó Eriol, era su oportunidad de arreglar las cosas con su novia–
–Procura no beber... sobre todo si sabes cómo te pones luego, no me molestó que no hayas llegado, estaba preocupada –Tomoyo miró a Eriol– la próxima vez, solo intenta avisar o dejar encendido tu móvil.
–Te prometo que no habrá próxima vez, te amo mucho.
Por lo menos, una pareja ya había solucionado sus diferencias, faltaba la otra, esta sería la más complicada, debido a que la situación es más delicada, aunque en realidad, en esta vida, nada es tan complicado cuando se quiere solucionar las cosas.
Shaoran había respirado profundamente, necesitaba todo el valor para explicarse con Sakura, sobre todo, porque sabía que tendría que batallar en que lo escuchen y corría el riesgo, por más mínimo que fuese, de que la castaña lo dejara, aun así, quería solucionarlo, pase lo que pase, tenía que explicarse.
Sakura se negaba a levantarse, tendría un viaje en unas cuantas horas, pero mientras tanto, podía tener el placer de negarse a volver a su realidad, prefería estar acostada y pensar que solo había sido una pesadilla, una de la que quería despertar y nunca recordarla.
Shaoran la vio recostada y se fue acercando poco a poco a ella, no quería asustarla, pero tampoco quería dejar que se vaya, por lo que antes se aseguró de ponerle llave a la puerta, así no podría huir de él, se sentó junto a ella y comenzó a apartarle la sábana, Sakura pensó que era Tomoyo quien le estaba quitando la sábana, pero gran sorpresa se llevó al ver al ambarino frente a ella.
–Necesito que me dejes explicarte... –comenzó a decir Shaoran, pero no hubo ninguna respuesta o movimiento que lo hicieran ponerse en alerta– Sakura, yo no me comprometí con ella, eso fue un arreglo entre nuestros padres, un arreglo que yo jamás he aceptado y jamás aceptaré y sabes ¿por qué? –tomó las manos de la castaña y sonrió al ver que ella negaba con la cabeza– jamás acepté porque estaba enamorado de una niña de ojos verdes que se parecen a las esmeraldas más hermosas, su cabello estaba corto pero ahora con el cabello largo se ve mucho más hermosa... estoy enamorado de la misma niña desde hace quince años y esa niña... hace unos meses me dijo que podría ser Shaoran Kinomoto –al escuchar eso, Sakura sonrió, no pudo evitar recordar aquel día– Sakura, te amo mucho y jamás te he mentido en eso... y jamás te mentiré, lo del compromiso no es nada, el único compromiso que tengo es contigo.
-Pero... tú empresas... tú familia... –Sakura no sabia como darse a entender–
–Las empresas no son mías, renuncié a ellas al regresarme a Japón, en cuanto a mi familia... estarán bien... ¿dejarás que eso nos separe? –Shaoran miraba con insistencia a la castaña, ya que no emitía palabra alguna, pasaron así minutos–
–No quiero apartarme de ti, pero... debes arreglar eso, no quiero que más tarde se vuelva en un problema –Sakura hizo una mueca y se quitó el anillo que Shaoran le había dado– hasta entonces, será mejor que no tengas ningún compromiso conmigo...
Shaoran aguantó la respiración, sabía las consecuencias, pero le dolía estarlo enfrentando, negó con la cabeza y se apartó de Sakura, sentía que estar cerca de ella le quemaba.
–Entonces ¿dejarás que eso nos separe? –Shaoran no quería sonar evasivo, pero le dolió ver la decisión que estaba tomando la castaña–
–No... te estoy diciendo que lo soluciones... hasta entonces, será mejor continuar siendo...
–No lo digas... –la interrumpió, sabía que él era el responsable de todo, o más bien que tenía parte de la culpa, porque la responsable era únicamente su propia madre–
–¿No quieres que continuemos siendo novios? –preguntó Sakura al ver a la defensiva a Shaoran–
–Creí que dirías amigo –el ambarino acortó la distancia
entre ambos, quería estar cerca de ella, y al menos ser novios, aunque ella no lleve el anillo de compromiso, era algo bueno ¿no? –
–Te amo, eso jamás cambiará, aunque pase el tiempo... pero no puedo aceptar ser tu prometida, sabiendo que estás comprometido con otra, sin embargo... puedo ser tu novia, eso nadie me lo impide, solo te pido que, por favor, lo soluciones –Sakura tomó ambas mejillas del castaño– te amo, pero igual tengo sentimientos y perdón que te diga esto, pero si no lo solucionas pronto, entonces si pasaremos a ser solo amigos.
Las palabras de Sakura le cayeron muy mal al ambarino, técnicamente le estaba poniendo fecha de caducidad a su relación, no esperaba la respuesta que le había dado, pero tampoco le agradó mucho, si quería estar con ella, pero la condición era absurda, más porque no estaba en sus manos el famoso compromiso con Akiho, eso era entre su madre y la familia de la joven, aún así tendría que ver la manera de salir bien librado de eso, no estaba dispuesto a perder a Sakura por esa confusión.
–¿Y de cuánto tiempo dispongo para solucionar esto? –le sabía muy mal preguntarlo, pero la fecha de caducidad era muy importante tenerla en cuenta, y más porque se trataba de perder al amor de su vida definitivamente–
–Eso decídelo tú... me dejas descansar, en un rato me regreso a Japón –Shaoran frunció el ceño, la actitud de Sakura no era la misma–
–También regresaré a Japón, ¿Sakura, estás segura de que todo seguirá igual? O mejor dime de una vez cuál será el resultado final.
–Ya te dije que estoy cansada... no veo el problema en querer descansar –resopló Sakura– no pienso compartir cama contigo por ahora...
–Si sabes que eso será un problema, dormimos juntos desde que te mudaste a mi casa –Shaoran comenzaba a impacientarse, esto no era lo que esperaba–
–Eso lo resolveremos luego, aquí no hay necesidad de estar juntos.
–Te estás contradiciendo enormemente, pero si así lo deseas... yo estoy tratando de solucionarlo y para tú información esto no es algo que los novios tengan que pasar... –la paciencia de Shaoran se estaba yendo al caño, no le gustaba el rumbo de la conversación, pero aquí no solo Sakura estaba mal, y eso no lo quería ver la castaña-–
–Toda pareja tiene problemas, discusiones y aprenden a enfrentarlos, no me estoy contradiciendo, simplemente quiero descansar ahora, quieres hablar, hablaremos más tarde, ahora no –sentenció a castaña–
Shaoran se dio la vuelta y salió de la habitación antes de decir o hacer algo de lo que se arrepintiera más tarde, era mejor dejar las cosas como estaban ahora, no la culpaba de cómo se sentía, pero había maneras de manejar la situación, no solo evitándolo o devolviéndole el anillo, el ambarino se quedó de pie mirando el pequeño anillo que había elegido para ella, nunca pensó tenerlo de regreso y menos tan pronto, el gusto de que fuese su prometida solo lo había tenido tres semanas.
Sakura por su parte, se había quedado echa pedazos, la decisión que había tomado le dolía, pero lo que si tenía claro, era que no podían comprometerse si él ya lo estaba, aunque él dijera lo contrario o se negara, estaba comprometido y ella técnicamente era la otra, de solo pensarlo así, se le estrujaba el corazón.
Lo peor del caso es que no podría regresar a su casa, ya que eso sería darle la razón a Touya y darle motivos sólidos para odiar y querer destruir a Shaoran y además porque su hermano había llevado a Nakuru para comenzar algo más formal, que ella regrese sería algo muy incómodo y tampoco se trataba de huir, tal y como le dijo a Shaoran, los problemas existen, y esta es solamente una prueba más, si lograban salir victoriosos de esta prueba, entonces solo entonces, podrían vivir bien y saber que son el uno para el otro, si no lo consiguen, sus caminos tendrían que separarse.
**************
–¿Qué es lo que piensas hacer ahora? –cuestión Eriol a Shaoran al verlo tan abatido–
–Me quedaré a solucionarlo, no regresaré a Japón hoy –comentó este con la mirada perdida– creí que los quince años separados eran más que suficientes, últimamente he pensado que el destino no nos quiere juntos, solo tenemos problemas tras problema.
–Pero esos problemas los han solucionado, este también lo harán –Eriol palmeó la espalda de su amigo– ¿dejarás que tú madre se salga con la suya?
Cuando Eriol terminó esa pregunta, Shaoran abrió su mano, para enseñarle lo que traía agarrado con tanta desesperación, el joven de los anteojos solo se quedó en silencio, no pensó que la cosa fuera tan seria.
–Me dijo que podríamos seguir siendo novios, y que tengo que solucionarlo o simplemente seremos amigos –sonrió con amargura el castaño– creo que mi madre ya se salió con la suya.
–¿Solo porque te devolvió el anillo? ¿Así de rápido de darás por vencido? Ese no es el lobo que conozco, que tengas de nuevo este anillo es tú oportunidad de demostrarle lo mucho que la amas, soluciónalo todo, sorpréndela, no todo está perdido.
Las palabras de apoyo funcionaron un poco, no sabía qué era lo que pasaría, pero la determinación de quitarse de encima a Akiho y a su madre era el principal de sus objetivos, no iba a dejar que ninguna empañara su felicidad, mucho menos cuando la felicidad la tenía en casa y es una joven de ojos verdes y cabello largo y castaño, no la iba a dejar ir tan fácilmente, aunque su vida dependiera de ello, cómo una vez le dijo Sakura cuando eran unos niños y se habían metido en serios problemas "pase lo que pase... todo estará bien".
Acompañó a los tres al aeropuerto, en todo el camino él y Sakura no se dirigieron la palabra, cada acercamiento que tenía Shaoran hacía Sakura, era evitado por parte de la castaña, ni siquiera lo miraba, únicamente se limitaba a alejarse de él, no le agradó nada el saber que Shaoran se quedaría en Hong Kong, si quería que lo solucione, pero no así, no dejándola sola.
"En cuanto lo solucione estaré en casa" Fueron las palabras que usó Shaoran tras explicarle que se quedaría, desde ese momento, ella había marcado distancia entre ambos.
Para cuando escucharon que debían abordar, Eriol se despidió de su amigo, al igual que Tomoyo, Sakura y Shaoran, sólo se miraron, la ojiverde dio un paso hacía él, pero luego retrocedió, le dirigió una última mirada para irse lo antes posible de allí con el corazón echo pedazos, algo en ella le decía que esta sería la última vez que lo vería y si se despedía, solo lo estaría confirmando, en cambio, si solo se iba, mantendría la esperanza de que Shaoran volvería.
–Estás siendo muy dura con él –atacó Eriol una vez estando en el avión–
–No te metas –espetó la ojiverde, no estaba dispuesta a soportarlo, al menos hoy no–
Tomoyo se interpuso entre ambos, así evitaría el enfrentamiento, no le gustaba estar en medio de esta situación, pero entendía perfectamente lo que estaba pasando, Eriol quería apoyar a su amigo y Sakura tenía sus razones para actuar de esa manera, no podría ponerse de parte de alguno, pero al menos evitaría cualquier roce que llegasen a tener.
Esta era una situación que rebasaba a los tres, sobre todo porque cada quien tenía su opinión, la amatista sabía que Eriol no le veía el problema, Shaoran fue claro al decir que el compromiso había sido entre sus padres, que él no estaba involucrado ¿cuál era el problema?, Sakura por su parte, sabía perfectamente que aunque él no lo quisiera, muchas veces el deber era lo primero, y la situación en ese momento y cómo se lo escupían a la cara, era que su familia les debía demasiado a la familia de esa joven, casarse no es la solución, pero es lo que ambas familias habían arreglado años atrás ¿quién era ella para interferir?
Cuando llegaron a Japón, Sakura no sabía si ir al departamento de Shaoran, pero no tenía otro lugar al que ir, así que cuando la dirigieron hacía aquel lugar, no le quedó de otra que bajar con su maleta e irse a encerrar en la habitación que habían estado compartiendo hasta hace tres semanas, era increíble lo que podía pasar en un solo fin de semana, se sentía tan abatida.
–Dijiste que volverías a casa... no me falles... –Sakura tenía abrazada una fotografía del ambarino contra su pecho, no estaba contenta por sus decisiones, pero no le quedaba de otra–
Dejó la maleta en un lado y se fue a acostar, al menos en la cama podría sentir su aroma, y fingir que nada de eso había pasado, eso sería lo mejor, fingir por unas horas y ya mañana, afrontar las consecuencias.
***
De: Sakura
Para: Shaoran
"Ya estoy en casa"
***
Hubiese preferido llamarle, pero si escuchaba su voz iba a terminar por romperse y necesitaba estar bien, mañana tendría que ir a trabajar y no se podía permitir que sus emociones repercutieran, si escuchaba la voz de Shaoran, su instinto sería ir con él y acompañarlo hasta que lo solucione, no podía hacerlo, ella tenía que cumplir con su trabajo, aunque eso supondría un gran esfuerzo.
El ambarino leyó el mensaje, al menos tenía un poco de esperanza en que todo estaría bien, después de todo, Sakura había llegado con bien y estaban en la que ahora y esperaba que por siempre fuera su casa.
***
De: Shaoran
Para: Sakura
"Descansa amor,
Te amo"
***
Esperó tener alguna respuesta, pero pasaron los minutos y el móvil no emitía sonido alguno, el rayo de esperanza seguía, pero con poca intensidad.
Sakura leyó y releyó el mensaje, escribía una respuesta y luego lo borraba, así se la pasó por casi una hora, hasta que decidió dejar el móvil, era mejor dejarlo de esa manera, con la fotografía aún abrazada, se recostó y dejó que el aroma de la almohada de Shaoran le inundara y solo así pudo conciliar el sueño.
-->Espero que les haya gustado el capítulo, espero sus comentarios, les agradezco mucho por seguir leyendo esta historia, les informo que esta misma historia la tengo en Facebook y en Fanfiction solo que en éste último todavía lo estoy subiendo.
¿Vamos bien? Estoy segura que pensaron que lo dejarían en la Friendzone jajaja niéguenlo 😏😂
Un beso 😘