De pronto el cielo se volvió oscuro quizá era el último atardecer que vi en tu mirada o el principio de un nuevo amanecer, fue algo tan hermoso ya que te tenia abrazando fuerte tratando de hacerte saber que estaría hay para ti aun sabiendo que tu no lo estarías, ese día fue el más maravilloso, ya que sentí por primera vez lo que era el amor de verdad, no sabía cómo describirlo, como decir que te amaba más de lo que pensabas sabiendo que el destino estaba lejos de nuestras manos y que solo éramos marionetas de nuestras acciones y pensamientos, hay estabas tú.
Fue placentero saber lo que llevabas dentro, el desahogo era evidente en nuestros ojos, aquellas ventanas del alma que suelen decirte mucho sin tener que decir alguna palabra. Mi alma, mi corazón y todo estaba a tu servicio como también estas locas ganas de verte sonreír de nuevo, el miedo de perderte desenvolvió todo mi ser, trataba de entender todo lo que había pasado echándome la culpa de todo aun sabiendo que la decisión fue tuya por el error de conocer a personas malvadas, necesitaba una razón de vida ya que no había luz ni sol que opacara este sentimiento de tristeza que llevaba por dentro, pero, hay estabas tú.
Dichosa la fuerza del corazón y la vida misma porque te cruzaste frente a mis ojos, no encuentro motivos para dejarte ir, solo ganas diarias de amarte más, con una razón,cambiar tus ganas de amar y que llegues a sentir amor como antes, que tu ser recupere la primavera y la sensibilidad de una flor naciente recibiendo los rayos de voluntad que nos da la naturaleza de ser nosotros mismos, pues ya no tengo nada más que buscar si solo hay estas tú.