Sehun
Me quedé en blanco, ¿qué le iba a decir? Yoona me tomó tan fuera de base que no sabía ni cómo reaccionar. «Malditas mujeres, siempre contándose todo», pensé.
Maldije a Seohyun por un momento, aunque traté de calmarme. No sabía ni por qué me sorprendía si era de esperarse, Yoona siempre había sido más cercana a ella. Y tampoco entendía por qué había esperado lealtad por parte de Seohyun. Aunque en medio de todo era mi culpa, la había involucrado en algo que ella no sabía.
En momentos como estos, era cuando más solía pensar en irme lejos de acá con Luhan, lejos de toda esta gente que nos quería separar, que me lo querían quitar.
Respiré hondo y me armé de valor.
—Mira Yoona, primero, el día en el que Luhan se escapó yo también estaba buscándolo, fui a revisarlo esa mañana y no estaba, yo fui el que puso la alerta—Mentí, en realidad fue la cocinera quien se dio cuenta cuando fue a llevarle el desayuno—Fui a buscarlo por los alrededores del edificio.
—¿Entonces por qué me mentiste diciendo que habías estado con Seohyun?
—Si te decía que lo estaba buscando, me ibas a salir con lo mismo de siempre, que Luhan me importaba mucho, que estoy enamorado de él y más cosas de ese estilo—Yoona bajó la cabeza, ella sabía que yo tenía razón—Entonces preferí decirte mentiras.
—¿Y cómo explicas lo de la respiración?—Cambió el tema.
—¿Te acuerdas hace un año cuando Seohyun nos hizo una capacitación? Nos explicó sobre la apnea del sueño y la importancia de la respiración de nuestros pacientes—La miré de arriba abajo—Vaya, sí que pusiste atención ese día.
Yoona se quedó callada pensando en qué más decir. Seguramente estaba buscando más razones para pelear conmigo y sacarme de quicio como lo había venido haciendo desde hace algunos días.
—¿Algo más que preguntar?—Le solté con fastidio. Ya quería que se fuera de mi cuarto.
—Sólo una cosa más, ¿por qué estuvieron a punto de besarse en la enfermería?
—Me levanté muy rápido y perdí el equilibrio. Caí sin querer sobre él, ¿o hubieras preferido que me cayera al piso y me hiciera daño?—Pregunté levantando una ceja.
—No, claro que no... yo—Era lógico, ahora Yoona estaba apenada por haber armado un escándalo por cosas sin sentido.
—Si ya se terminó el interrogatorio, entonces retírate—Di media vuelta y me encerré en el baño. Sentí cómo bufó exasperada y salió cerrando la puerta con fuerza como era normal en ella.
Yo también necesitaba una ducha. Me quedé pensando en lo ocurrido hace un momento y me dije a mí mismo: «sí, oficialmente soy el rey de las mentiras». Pero era eso, o que Luhan y yo nos metiéramos en problemas. O más bien, en más problemas.
Dejé que el agua me recorriera el cuerpo. De un momento a otro, me llegaron imágenes a la mente de Luhan siendo mío, de esa forma de mover su cadera, de besarme, de morderme, de pedirme más, de gemir... cuando reaccioné, tenía mi mano sosteniendo mi miembro. Quería tocarme para liberar las tensiones que gobernaban mi cuerpo, pero una preocupación más me atormentó.
Cerré la llave, me vestí lo más rápido que pude y salí corriendo de mi habitación. Me dirigí al primer piso en donde se encontraba el celador principal del edificio, Tao. Llegué dónde él y toqué a su puerta suavemente. Él me abrió y con una cálida sonrisa me dió a entender que podía seguir.
Tao era muy amable, noble y comprensivo. Siempre me trataba muy bien y se dirigía a mí con respeto. Aunque, a decir verdad, casi todos me tenían respeto. Llevaba trabajando acá 4 años, era el más antiguo.
Tao notó mi gesto de preocupación y me puso una mano en mi hombro—¿Pasó algo? ¿En qué te puedo ayudar?
—Necesito pedirte un favor, aunque podría meterte en problemas—Tao abrió sus ojos asombrado y se sentó recto.
—¿De qué se trata?—Me miró serio y yo me intimidé más.
—Te contaré algo, pero no lo puede saber nadie—Lo miré firme y él asintió—El día que Luhan "se escapó", en realidad estaba conmigo. Necesito que elimines los registros de las cámaras de ese día que apuntan hacia mi habitación.
Tao negó con la cabeza—No puedo hacer eso Sehun, si me piden esos registros, ¿qué les voy a decir?—Me miró buscando explicaciones.
Maldición, en medio de todo Tao tenía razón, pero no podía permitir que Yoona o Seohyun tuvieran acceso a los registros de las cámaras del primer piso en donde se ubicaba mi habitación. Si se enteraban, sería el fin de mi trabajo, pues seguramente me echarían de ahí, y además, sería el fin de mi relación con Luhan. Me estremecí de sólo pensarlo, no quería dejar de verlo, no quería dejar de tenerlo cerca.
—Por favor, Tao. No puedo dejar que nadie vea esos registros, por mi bien y por el de Luhan—Tao siguió negando con la cabeza, así que me tocó usar otros recursos—Sé que sales con Kris desde hace un año.
Tao se sonrojó y estuvo a punto de atragantarse con su propia saliva. Se aclaró la garganta—Está bien, Sehun. Esto es lo que haré, esconderé esos registros en otras carpetas. Si alguien que no sea el jefe me los pide, les diré que ese día las cámaras fallaron, pero no borraré los registros, ¿de acuerdo?—Estaba asombrado de la decisión con la que Tao hablaba, así que asentí. Por lo menos sabía que estaba a salvo.
—Gracias, Tao—Le palmeé la espada como muestra de agradecimiento y estaba dispuesto a salir cuando un comentario de Tao me detuvo.
—Sehun, hoy por las cámaras vi que un paciente se escapaba de su habitación, así que fui a comentárselo a Kris—Asentí—Pero... hubo algo raro...
—Tao, ¿qué pasa?—Me volví a acomodar en la silla.
—No quiero meterme en problemas, pero... el paciente salió en compañía de la doctora Yoona—Mi mente quedó en blanco de nuevo, no entendía a qué se refería con eso. Volví a sentirme confundido otra vez.
—¿Qué? Tao, por favor, ¿podrías dejarme ver las cámaras?—Tao asintió.
Tao comenzó a teclear varias veces sobre la pantalla del computador y escribió claves de acceso para poder ingresar a los archivos de las cámaras. Localizó la cámara y avanzó el video hasta llegar a la parte que yo necesitaba ver.
Quedé en shock, pues vi cómo Yoona caminaba por el pasillo asegurándose de que no hubiera nadie cerca. Después de unos segundos entró en la habitación de Kyungsoo. Estuvo hablando con él cerca de 20 minutos.
Mi mente daba vueltas, todavía no entendía bien qué estaba pasando.
Yoona salió de la habitación otra vez observando que no hubiera nadie. A la salida se encontró con un grupo de enfermeras, habló con ellas y trató de distraerlas. Le hizo una seña a Kyungsoo para que saliera y él lo hizo, salió con la cinta en la mano. Subió las escaleras y comenzó a buscar con la mirada lo que supongo que es el número del cuarto de Luhan. Cuando lo encontró, entró en él y cerró la puerta.
Yoona, por su lado, dejó de hablar con las enfermeras y se dirigió hacia otra parte, la cual supongo que es el pequeño restaurante del lugar.
Estaba confundido, dolido, sentido, con rabia, tenía tantas emociones juntas que sentía que iba a explotar. Tenía que aclarar este malentendido o no iba a poder dormir esta noche pensando en esto.
Le agradecí a Tao por confiar en mí, él me dijo que por favor no le dijera a nadie lo de su relación con Kris, yo asentí y salí del cuarto.
Tenía ira, mucha ira, muchos sentimientos encontrados. Muchas ganas de desaparecer de este lugar y aparecer en otro con mi pequeño ciervo.
Subí las escaleras con la rabia a flor de piel. Busqué el cuarto de Kyungsoo y me adentré en él. Por suerte el chico seguía despierto, mirando a la ventana.
Me vió entrando y se alejó de mí como a la defensiva—Ya, ya... perdón. No volveré a tocar al chico castaño—Dijo excusándose.
—Kyungsoo...—Dije detenidamente y me senté en la silla de su habitación con la mirada fija en él—Necesito una explicación y quiero que me digas la verdad—Mi semblante cambió a uno totalmente serio.
El chico recogió sus pies con miedo en la cama y asintió.
—¿Por qué hiciste eso hoy?—Esperé a que respondiera, pero él tenía la vista fija en el suelo—No vas a tener problemas si me lo dices, te lo aseguro.
El chico suspiró—La doctora Yoona vino a hablar conmigo.
—¿Me quieres contar sobre qué?—Cambié mi actitud a una más amable para que el chico se animara a contarme todo.
—Ella vino a preguntarme cómo estaba, le hablé sobre...—Tragó saliva y sus ojos se cristalizaron—Sobre mi ex novio. Le dije que necesitaba olvidarlo y ella me respondió que no se trataba de olvidarlo, sino de reemplazarlo.
—¿De reemplazarlo por quién?—Le pregunté inocentemente como si no conociera la respuesta.
—Me dijo que en el tercer piso había un chico castaño que era muy guapo. Me dijo que fuera y que él me ayudaría a olvidar a Jongin—Hice mis manos puños y mi respiración se aceleró, al igual que mis latidos—Me dió una cinta para el pelo... le pregunté que para qué era y ella sólo respondió: "haz lo que quieras con el muchacho".
A medida que Kyungsoo avanzaba con su historia, sentía más rabia, más ganas de alejarme de Yoona, de alejarme de toda esta gente. Más ganas de proteger a mi ciervo de todas estas personas con las que convivíamos.
—Entonces la idea fue de ella...—Dije casi en un susurro.
—Yo subí...—El chico continuó con su historia—Y vaya sorpresa, el chico en realidad sí era hermoso, su blanca piel resaltaba por lo rayos de luz que emanaban por la ventana... me perdí en él—Abrí mis ojos y una extraña sensación me recorrió el pecho—Él era la persona perfecta para que Jongin saliera de mis pensamientos.
—Gracias, Kyungsoo, creo que ha sido suficiente por hoy. Te agradezco tu sinceridad—Salí de la habitación dejando al chico un poco desconcertado.
Cerré la puerta y me quedé pensando en el oscuro pasillo. Toqué mi pecho con incomodidad. Tenía mil sensaciones a la vez, pero la que más sobresalía, eran los celos. Sí, estaba completa y jodidamente celoso.