Un fin de semana de mayo, me encontraba en un bar, estaba aburrido, buscaba algo que me llamara la atención, giré sobre mi silla mientras daba un último trago a mi cerveza.
Una chica, bastante hermosa, me analizaba con la mirada, hasta que sus ojos se juntaron con los míos, en ese momento sentí la conexión.
Me miraba de una forma tan ridícula y luego ví como se levantaba de su silla, caminando hasta donde estaba yo, cada paso que daba me desesperaba y quería que diera el siguiente para estar ya a mi lado.
"Hola lindo, ¿Cómo te llamas?" Lo dijo con una voz tan angelical que dolía.
"Me llamo Shawn, ¿Y tú?" Sonreí mientras trataba de examinar ese bello rostro, lo más rápido que podía.
"Por ahora no te diré mi nombre, luego lo sabrás" Y me guiñó un ojo, estaba a nada de besar esos labios tan carnosos. "¿Quieres tener una pequeña aventura conmigo?" A lo que sonrió coqueta y esperó impaciente mi respuesta.
"Seguro" Contesté tan seguro de mí mismo y sonreímos sincronizadamente.
Lo siguiente que sentí fue cuando agarró mi mano y nos guió fuera del bar, específicamente a la parte trasera de su auto.
*
Ahora me encontraba fuera de su casa, estaba lloviendo y sentí como ella se abalanzaba encima mío y me besaba, bajo la lluvia.
Luego de varios besos ella me invitó a entrar y comenzamos a beber, mientras bailábamos una que otra canción que sonaba en la radio, estaba sosteniendo su cintura con una mano y con la otra sostenía mi vaso, mientras hablábamos un poco.
"¿Ya me dirás tu nombre?" Le susurré en su oído, notando como se estremecía.
"Claro bombón." Se separó de mi y acercó su rostro al mío para luego sólo robarme un beso.
Toda esta historia era tan ridícula. Mientras reíamos y con nuestros vasos de alcohol en las manos, terminó arrastrándome por las escaleras. Dándome cuenta que esto era ya algo serio.
*
Abrí mis ojos y luego me moví un poco para poder darme cuenta que estaba desnudo, y al otro lado de la cama estaba ella, lucía tan espectacular como anoche. Me levanté de la cama para vestirme sin hacer mucho ruido, y decidí irme. Después de todo me dijo que sólo era 'una aventura'.
Al salir de esa casa supe que nadie nunca podría cambiar este recuerdo.
*
Hoy me encuentro a millas de distancia, sin poder verla. Apago las luces y pienso en ella, el recuerdo de nuestro beso bajo la lluvia se repite como si de una película se tratase, nosotros en su cama, no puedo olvidar mi amorío inglés.