La primera foto que Emma recibió de su novio besándose con Zendaya llegó cuando ella pensó que estaban bien. No le dio importancia, al principio creyó que la foto era editada, después quiso pensar que era parte del guión en la película donde estaban trabajando juntos pero al final lo aceptó.
Aceptó que su novio había besado a otra.
Sólo fue una vez.
Y vinieron las otras fotos.
Emma estaba afuera de su casa, sentada, con las rodillas cerca de su cara y sus padres a su lado. Después de haberle dado la bofetada a Zendaya, la rubia le sonrió con cinismo, le ofreció su mano y dijo: —Es un honor conocerte en persona. Mi nombre es Emma Valentine y te besaste con mi novio.
Sorprendentemente no hubo más gritos porque la chica salió de ahí y no volvió a aparecerse. Había pasado media hora desde eso.
—En algún momento tendrás que entrar, Emma —le dijo su mamá.
— ¿Puede ser cuando ya no haya nadie y tenga que limpiar mi casa?
—Puedes entrar cuando quieras, hija —habló Josh—. Pero que sea hoy.
—No quiero. No puedo —dijo—, ¿por qué dejaron que Tom entrara a mi propia casa con ella?
Josh y Amanda se miraron entre sí. Al principio ninguno de los dos quiso aceptar a Zendaya, ni siquiera a Tom aunque estuviera invitado, pero Summer fue quien les dijo el plan que tenían y, muy a su pesar, terminaron aceptando. Por supuesto que Claire no estuvo de acuerdo, demonios, no quería que su sobrina estuviera triste en la fiesta de su época favorita del año y la del estreno de la nueva temporada de Stranger Things.
—Deberías hablar con ellos para averiguarlo.
—Ah, no, mamá, no utilizarás psicología inversa para hacerme hablar con ellos.
Amanda entrecerró los ojos: —No es psicología inversa, te estoy diciendo que hables con ellos.
—Y ya dije que no quiero.
—Es una verdadera lástima —dijo Josh—, porque lo harás.
— ¡Pensé que estabas de mi lado!
—El Team Emma lo lidera Claire, no yo —su padre se encogió de hombros—. Y creo que sería bueno que hablaras con ambos. Debes hacerlo, y si algo pasa tu mamá y yo estaremos aquí listos para patearles el trasero.
—Y con "tu mamá y yo" se refiere a que Claire se lo pateará. Y Jason.
Los tres soltaron una carcajada.
—Tienes razón —admitió Emma—. Sobre lo de mi tía y Jason, digo.
—Emma.
— ¿Y si me pongo a llorar?
—Llevas llorando mucho tiempo por eso, cariño —le respondió Amanda—, ¿qué más da si lloras con los que te hicieron llorar?
Amanda se puso de pie momentos más tarde para ir en busca de Tom y Zendaya después de que Emma haya aceptado hablar con ellos, lo hizo con rapidez antes de que su hija cambiara de opinión.
— Recuerdo cuando tu madre y yo nos separamos —habló Josh—, no te dijimos bien qué estaba pasando pero de alguna manera notabas que algo iba mal. Cuando dejaste de vivir conmigo para irte con tu madre no dijiste ni hiciste nada. No lloraste como lo esperábamos, pero sí empezaste a actuar diferente.
— ¿A qué te refieres?
—Empezaste a hacerte más cercana a personas adultas que no éramos nosotros. Tu tía, Milo Ventimiglia, y evitabas hablar con nosotros hasta que un día...
—Lo hablamos. Y yo lloré, lo recuerdo.
No dijeron nada durante un tiempo hasta que Emma tronó la lengua.
—Necesito un cierre, ¿cierto?
Josh no pudo contestar porque frente a ellos aparecieron las tres personas a las que esperaban.
Emma alzó la vista y los vio.
Tom Holland y Zendaya.
(...)
Emma le había dado una bofetada a Tom antes de que siquiera pudieran empezar a hablar.
Luego empezaron los gritos que no había habido dentro de la casa.
— ¡Trajiste a Zendaya aquí, Thomas!
—Emma, es que tú no...
— ¡Estoy hablando con Tom, no contigo! —Dijo Emma— ¿Qué haces aquí, de todos modos? ¿Se te perdió más la dignidad y por eso te atreviste a venir?
—No, yo...
La rubia golpeó a Zendaya otra vez.
—De acuerdo, lo merezco.
— ¡Te mereces eso y más! —Gritó Emma— ¡Los dos se merecen que los arrolle yo misma con un camión!
— ¿Podrías calmarme?
—Lo siento, Tom, ¿te parece que estoy muy alterada al respecto? Lo siento, nunca había lidiado con el estúpido de mi ex y la chica con la que me engañó al mismo tiempo, ¿cómo debo de actuar?
—En primer lugar, deja de gritar —dijo Tom.
— ¡No estoy gritando!
— ¡Lo estás, Emma! ¡Estoy intentando hablar contigo pero tú simplemente no me escuchas!
— ¡No quiero hacer esto ahora!
Emma estaba llorando más de lo que antes hacía y el corazón de Tom dio un vuelco. Estaba cansado de hacerla llorar. Zendaya agachó la cabeza sintiéndose todavía más culpable de lo que ya se sentía.
— ¿Puedes escucharnos por un momento, Emma?
— ¿Escuchar qué? ¿Sus disculpas? No quiero esa mierda.
—Las necesitas.
La rubia apretó su mandíbula y miró a Zendaya.
— ¿Y tú qué sabes sobre lo que necesito y lo que no?
—Emma —dijo Zendaya—, siento mucho haberte lastimado tanto. Nadie se merece ser lastimada de esa manera y me arrepiento tanto de haberlo hecho. Tom me gustaba, me gusta y en esos momentos... el hecho de que quizá le gustara porque me había besado aun saliendo contigo me volvió loca.
—Eres una perra.
—Ya sé, soy la peor persona.
—Eres horrible.
Zendaya miró de reojo a Tom.
Lo estaban consiguiendo.
Emma al fin estaba exteriorizando todo lo que sentía hacia ellos.
—Apesta que siendo tremenda actriz talentosa seas una persona horrenda que se besa con los novios de las demás solo porque las cosas andan mal —Emma miró a Tom—. Apesta que seas una hermosa persona y me lastimes tanto. Apesta que esto me siga doliendo tanto cuando se supone que me llene de trabajo no por gusto sino para olvidarme de toda esta mierda.
Y la rubia soltó un sollozo antes de empezar a llorar con más fuerza.
Y Tom se acercó a ella para abrazarla con la misma potencia con la que ella estaba llorando.
El silencio los golpeó como un huracán y recordaron los tiempos en los que ambos se sentían como la casa del otro.
Y de repente los dos estaban llorando.