Las cosas están muy tensas entre los chicos. Hay un topo entre ellos y no confían en ninguno. No entienden, por qué Noiret los ha citado a las cuatro de la mañana en su despacho. ¿Les dirá quién los está traicionando o es otra de sus jugarretas?
-No entiendo por qué nos ha citado a todos a esta hora. –Dice Vicky.
-Quiere volvernos locos. –Dice Roque.
-Creo que ya lo ha conseguido, ¿No? Dependemos de él. –Dice Carol.
Todos se callan, no saben ni entienden nada. Sólo quieren la medicina.
Noiret, sale y empieza a llamar uno a uno para que entren en su despacho.
Es el turno de Iván. Que vuelve a intentar que le dé su medicina.
-Bueno, hijo mío. Aquí tienes la medicina.
Iván, que piensa que las cosas van a salir más fácil, va a cogerla.
-Antes dime donde está María.
-No te lo pienso decir. María no va a volver aquí, jamás.
-Entonces, no me queda otra que quedarme tu medicina.
Genial, hasta luego.
Iván, se marcha de allí y sigue haciéndoles creer a sus amigos que a él también le ha dado la medicina.
Roque, está empezando a ponerse un poco nervioso.
-Creo que no voy a poder guardar más el secreto.
-Te va la vida en ello, Roque. Recuerda, que si se enteran de que eres el topo, también te infectaremos.
Roque sale de allí compungido, cosa que sus amigos no notan, porque ellos están igual.
Aunque parezca mentira, Roque en algunas ocasiones desea ser él también uno de los infectados al ver que sus amigos también lo están y ver el daño que les está haciendo.
-¿Veis lo que os pasa por meteros donde no os llama nadie? Ahora dependéis del internado para seguir con vida. –Dice Noiret cuando se marcha del despacho.
Vuelven a sus habitaciones y deciden dormir un poco más, faltan casi tres horas para que empiecen las clases y ya están cansados.
A las ocho de la mañana, ya todos están duchados y preparados para un nuevo día en el internado.
-¿Te pasa algo, Marcos? –Dice Iván.
-Me da la sensación de que siempre vamos a estar aquí, de que vamos a tener treinta años y vamos a seguir aquí, de que nunca nos van a dejar salir.
Iván, que lleva casi un día sin tomar la medicación, empieza a perder un poco la visión.
-Algún día saldremos de aquí. No te preocupes, aunque sea lo último que hagamos. –Dice Iván.
Fermín, está en la cocina preparando el desayuno de todos los alumnos y es que encima hoy, no es un día cualquiera, hoy es la noche de Santa Isabel, hoy todos los alumnos y profesores compartirán mesa y se preparará una deliciosa cena.
-Fermín, ¿Qué tal vas con la cena? –Dice Elsa.
-Voy que no es poco... se me olvida todos los alumnos que somos... y eso que todos los días hago desayuno, comida y cena para los mismos... -Se echan unas risas.
-Seguro que todo sale a pedir de boca. Y nunca mejor dicho.
Rebeca, entra en la cocina y Fermín sabe que ha encontrado algo sobre el muchacho que vieron con Blanca.
-¿Tienes algo?
-Sí, este hombre pertenecía a un comedor social que casualmente es de OTTOX, como el hospital al que lo llevaron.
-Eso quiere decir, que OTTOX, tiene un comedor social donde tratan con personas...
-Es la mejor manera de poder tratar con ellos y no levantar sospechas...son gente sin familia, sin casa, ni dinero, quizás les prometen algo y ellos aceptan, la mayoría muere..
-Sigue investigando más, tenemos que llegar hasta el final.
Todos están en clase de historia, aunque muchos de ellos están con la cabeza en la fiesta de esta noche, todos menos ellos.
Julia, está preocupada por Iván. Sabe que algo no anda bien en él.
-¿Te pasa algo? –Dice ella.
-No, ¿Qué me va a pasar?
-Estás blanco y parece que te vas a desmayar de un momento a otro.
-Es lo que pasa cuando tu padre te tiene casi un día sin tomar la medicina. Que ahora que me la ha dado, pues los efectos tardan en irse...
-¿De verdad que no me has engañado?
-No, no te he engañado. Si quieres, te lo demuestro... -Dice Iván acercándose a su chica y besándola.
-¿Ah, sí? ¿Cómo? –Dice ella picarona.
-Ven a mi habitación y te lo demuestro.
La pareja se marcha a su habitación contenta mientras en el bosque, el escuadron que está buscando a lo que sea que entra por las noches al internado, se encuentra otra cosa mucho más diferente, el cuerpo de Don Joaquín, el padre de Elsa.
Elsa, está hablando con Amelia.
-Amelia, creo que debes abandonar este colegio.
-¿Qué? No puedes hacerme esto, amo este colegio... no me hagas esto.
-Te doy quince días para que todo esto se arregle, sino tendrás que irte. Marcos y Paula son mi responsabilidad ahora y no puedo dejar que lo que tengas o lo que tuviste con él, empañe su vida.
Amelia se marcha justo cuando entra la policía.
-¿La directora de La Laguna Negra? –Dice el policía.
-Sí, soy yo. ¿Ha pasado algo?
-Hemos encontrado el cuerpo de su padre, Don Joaquín.
Elsa, que está apoyada en la mesa, tiene que sentarse durante unos minutos. Ella sabía que su padre no estaba vivo, pero nunca se habría imaginado, que estuviese enterrado en el bosque del internado.
Fermín que estaba con ella como jefe de estudios que es, intenta darle sus ánimos, sin saber que el verdadero asesino es él.
Por suerte, ninguno de los alumnos se ha enterado de lo que acaban de encontrar en el bosque, de ser así, los padres de todos los alumnos tardarían bien poco en sacar a sus hijos de allí.
-¿No vas a la fiesta? –Le dice Marcos a Iván.
-Sí, me pego una ducha fría y voy...es que ha estado Julia aquí y ya sabes...
-Anda, pillín... a ver si dejamos de sacar brillo y vamos a lo importante.
-Para mí eso es lo importante. –Se echan a reír. –Ve yendo tú y ya voy yo en seguida. No te preocupes.
Marcos se marcha pensando que va a encontrarse con su amigo en la celebración de Santa Isabel, pero no va a ser del todo cierto.
Roque, que va a cambiarse se encuentra con Iván.
-¿Qué haces? –Dice Roque.
-Voy a matar a mi padre.
-¿Qué?
-Hoy, en la celebración, cuando de los diplomas, lo mato.
-¿Cómo lo vas a matar?
-He conseguido una pistola de los cazadores, me subiré a la azotea donde tienen los trastos y apuntaré desde allí.
-¿Estás loco? No puedes hacer eso.
-¿Y él sí puede tenerme sin medicación?
-¿No te ha dado la medicación?
-¡No! No me la ha dado. Llevo casi un día sin tomarla. Veo doble, tengo sudores fríos y me sale sangre de la nariz. Si me muero, me lo llevo por delante. No voy a decirle donde está María, no puedo.
-Díselo, no le hará nada.
-Ya, claro. Mira como nos tiene... nos ha infectado a todos para que no nos marchemos de aquí... creo que sí será capaz de matarla.
Roque, deja a su amigo en la habitación, tiene que impedir que Iván haga aquella barbaridad y se le ocurre una idea. Tiene que contárselo a Julia, ella sabrá que hacer.
-Julia, necesito que me ayudes. –Le dice Roque.
-¿Qué pasa?
-Iván, no se ha tomado la medicación, porque Noiret no se la ha dado. Hasta que no le diga dónde está María no va a dársela. Y lo peor de todo, lo quiere matar en unos minutos, cuando salga a dar los diplomas.
-Bien, tú vístete, haz como si no me hubieses dicho nada, yo me encargo.
Sabe que cuando se entere Iván lo va a matar, pero no puede dejar que lo haga. Mientras se dirige a su habitación para vestirse, no puede evitar acordarse de cuando comenzó todo. De cómo, empezó a traicionarles.
"Todos sabíamos que había un nuevo infectado, estaba claro, ¿pero quién? ¿A quién le había tocado "la lotería". No podía dormir aquella noche, estaba nervioso, sabía casi a ciencia cierta que el siguiente era yo... pero tenía que quedarme tranquilo. Así que aquella noche, cuando fui a beber agua, pasé por la enfermería, estaba seguro de que no iba a pasar nadie por allí, era tarde, así que pasé y busqué entre todos los documentos de la doctora Blanca. No pensaba que fuese a encontrarlo todo tan fácil, pero allí estaba, el expediente del sujeto III, el siguiente en la lista. Con miedo, abrí la carpeta, había muchos documentos, análisis anteriores, palabras que sólo los médicos entendían, pero no había rastro de quien era, hasta que en la última hoja estaba, ahí estaba, mi cara junto a mi nombre. Yo era el siguiente, Roque Sánchez Navas. ¿Me iban a infectar? ¿O ya estaba infectado?
Me quedé bloqueado, tanto es así que ni me di cuenta de las voces de Blanca y Noiret. Como pude, me escondí detrás del biombo y esperé a que se fueran, pero desafortunadamente, me pillaron. Como un sucio baboso y perdedor que era, les rogué que no me hicieran nada, que no me matasen, que haría cualquier cosa por ayudarles con tal de no infectarme. Y lo conseguí, pero el precio que estoy pagando por ello, es más alto que cualquier cosa."
Fermín y Rebeca, aprovechan que todos están en la fiesta para seguir a Blanca hasta donde creen ellos tienen a los indigentes. No pueden acercarse demasiado, pero ven claro que es Blanca y que entra con alguien a la cabaña, tienen que volver otro día.
Iván no ha hecho caso a los consejos de su mejor amigo Roque, y quiere seguir con el plan. Noiret, ya está en el escenario e Iván, lo tiene a tiro... Pero justo cuando va a disparar, aparece alguien.
Su madre.
-Iván, deja la pistola. Tú no eres como ellos, no lo hagas.
-¿Qué haces aquí?
-Todo está bien, deja eso en el suelo. Tengo la medicina.
Iván, que sabe que si la ve, Noiret puede acabar con ella, se pone a llorar como un niño pequeño.
Julia, sabía que la única forma de que Iván no hiciese nada, sería trayendo a su madre hasta el internado, con todas las consecuencias posibles.
Iván, suelta la pistola y se toma la medicina. Todo ha acabado, pero, ¿Ha tenido que hacer algo María para que le dé la medicina?
Todo ha terminado, los alumnos ya están en sus camas, pero Julia como siempre, se le ha olvidado su vaso de agua, así que va hacia el baño y cuando está a punto de entrar en su habitación, ve a Paula en la escalera jugando.
-Paula, es muy tarde para estar jugando en la escalera. Como te vea Jacinta te va a dejar sin recreo...
Paula no contesta ni dice nada. No dice nada porque no es Paula, sino un fantasma idéntico a la hermana de Marcos.