Capítulo dedicado a mis amigos del Boy's Love Addicted.
Es una recompensa para ellos y ustedes por la larga espera.
No desesperen que volveré con más próximamente.
Kong estaba molesto, había reventado el teléfono de Arthit llamando una y otra vez, estaba completamente preocupado, aunque ahora se podría llamar "irritable" e incluso molesto.
¡¿qué carajos estaba haciendo Arthit a las 3 de la madrugada!?
No, incluso esa pregunta no era suficiente para complacer la curiosidad y celos de Kong.
¡¿con quién carajo anda Arthit a esta hora?!
Al menos Kong no pensaba en una infidelidad, o estaba intentando no pensar en aquello para no buscar a ese chico y cortarle los guebos y la mano por haber tocado a su Sol.
Quizás ya estaba algo viejo, han pasado al menos cinco años desde que viven juntos, Arthit obtuvo hace poco la posición en la empresa que tanto deseaba, pero eso incluía horas extras e incluso tener que compartir tiempo con nuevas personas.
¡Me siento frustrado! Pensó Kong mientras daba vueltas en el balcón, balcón en el cual no supo en qué momento llegó ahí. Había estado tan concentrado dentro de su preocupación que no fue capaz de notar el momento en que abrió la ventana de cristal y comenzó a dar vueltas en círculos.
Pero eso no era importante, Kong se detuvo por completo, trato de respirar para calmar su ataque de ansiedad, luego ingresó de nuevo al departamento y cerró la ventana a su espalda.
Sus pasos lo llevaron a la cocina, abrió la nevera y tomó un vaso de agua fría.
¡Esto me ayudará a enfriar mis pensamientos! Dijo Kong a la nada.
Y así estuvo Kong por varios minutos hasta quedarse dormido en el sillón de la sala de estar.
...
Arthit tenía una sensación incómoda en su pecho, sabía que estaba muy mal de su parte no reportar su ubicación a su amado, pero tampoco estaba haciendo algo malo, al contrario, la reunión se extendió un poco más, sus colegas no paraban de charlar y tomar licor hasta el punto que Arthit se quedó dormido recostado a la pared luego de que su teléfono se quedará sin batería.
Cuando Arthit entró en el departamento, notó que las luces en la mayoría de las estancias se encontraban encendidas.
Arthit suspiró por décima vez desde que se despertó de su sueño profundo en aquel bar.
Arthit se sentó en el mueble frente a Kong, sonrió mientras observaba a su novio preocupado.
Se notaba en el gesto de su rostro fruncido, que Kong había esperado por horas, y al conocerlo bien, Arthit sabía que no tenía mucho tiempo de haber caído rendido a causa del cansancio y la preocupación.
Ahora la decisión a tomar era, despertar y aguantar el sermón, incluso diciendo la verdad Arthit estaba consciente de que esa era una muy triste realidad o también podría dejarlo dormir y huir por la mañana, pero hacer eso sería mucho peor, ya Arthit tuvo que esconderse una vez luego de reconocer ante todos sus compañeros que estaba en una relación, sin importar que ese suceso fue hace más de seis años y que ahora estaban mucho más felices juntos.
Pero era ahora o nunca.
Arthit se armó de valor y despertó a su novio.
Kong abrió los ojos de inmediato mientras que con el puño de su pijama limpiaba la baba en su boca.
Kong le dedicó una mirada un tanto gélida a su novio.
—¿recordaste la dirección de casa? —Preguntó Kong, Arthit simplemente trago en seco mientras sonreía desvergonzado.
—Oye más respeto a tus mayores.
—¿Respeto? ¿dónde y con quién andabas? —Preguntó Kong.
—Estaba con mis compañeros de trabajo —Mencionó Arthit mientras su rostro culpable sonreía con parsimonia.
—¿por qué no respondes?
—Mi teléfono se descargó y...
—¿por qué no pediste un minuto para hacer una llamada? ¿sabes lo preocupado que estaba?
—Me quede dormido.
Kong miró a su novio, estaba pensando en un castigo por hacerlo preocupar tanto.
Kong tomó a su novio por la muñeca y lo llevó a rastras al baño, lo primero a realizar era darle una ducha profunda al descarado de su novio por no pedir permiso para llegar tarde.
Luego de aquel baño rápido, ambos se dirigieron a la habitación principal.
—¿Acaso me vas a castigar dejándome dormir solo? —Habló Arthit mientras vacilaba en preguntar o dormir tranquilamente esta noche.
—Hacer eso sería premiar tu irresponsabilidad, en cambio esta noche te haré el amor hasta que se me pase el coraje.
Arthit se ruborizó como una colegiala enamorada, amaba esa clase de castigos, amaba que Kong lo tomara a la fuerza y le gritara al oído palabras sucias.
Así que de momento comenzaron la faena, Kong lo tomó por ambas manos y lo empujó a la cama, y comenzó a desnudar su cuerpo que no hacía mucho Arthit había tomado la pijama, ahora Kong estaba mordiendo su cuello, pasaba su lengua en aquella piel nívea.
Arthit gemía sin poder controlarse. Pero cada vez que Kong lo tomaba de esa forma le era imposible detenerse, incluso su miembro libre estaba firme a la espera para recibir atención de su novio enojado.
Kong estaba igual, su miembro era presa de la ropa interior, sin embargo, aún no era el momento para liberarlo. Por ahora ambos debían seguir en ese plan, Kong recorriendo el cuerpo blanquecino de su novio mientras que Arthit se dejaba llevar por la sensación de ser amado.
Pasaron otros minutos, y Kong seguía tomando el cuerpo de su novio y dejando marcas de propiedad, para que al día siguiente todos notaran lo que pasa cuando llegas tarde a casa sin avisar previamente y preocupas a tu pareja.
Kong bajó poco a poco, ahora se encontraba en el vientre de su novio, tocando aquí y allá, mordiendo y lamiendo todas partes para despertar una vez más aquella llama que ambos poseen a la hora de entregarse en amor.
Pero debido a que eso no era suficiente y también a la voz casi inaudible de Arthit que le pedía lamiera aquello, Kong dejaba una estela de saliva a su paso mientras bajaba para encontrarse con el miembro activo de su novio.
Lo primero que hizo Kong fue besar el glande de su novio, topándose así con el liquido preseminal que mojaba casi todo el miembro de Arthit.
A Kong no le importó nada y se atrevió una vez más y como ya era costumbre a tomar en su boca toda la dimensión de aquel miembro.
El grosor ni la longitud eran pequeños, ambas estaban bien desarrolladas, pero a Kong el morbo le entraba de esa forma, primero abusaba del miembro contrario en su boca, mientras que con sus dedos jugaba con la entrada cálida para prepararlo a lo que se avecinaba.
Mientras succionaba, Kong intercambiaba de uno a dos dedos, hasta que la entrada de Arthit estuvo lo suficientemente dilatada para permitir un tercer dedo.
El placer en Arthit era inmenso, y aunque deseaba también succionar la virilidad de Kong, sabía muy bien que este último no se lo iba a permitir, su castigo era recibir placer y nada más que eso.
Así que al encontrarse psicológicamente preparado para el placer sexual, Arthit se siguió sumergiendo en aquella sensación ahogada de placer.
Su entrada le pedía a gritos ser penetrada, pero no era el momento todavía. Quería que Kong lo hiciera acabar usando solo su boca.
Para luego ser follado hasta desmayarse de placer.
Kong dejó de succionar el cuerpo del miembro, lo sacó de su boca, pasó la lengua por el glande nuevamente, bajo y bajo hasta llegar a sus testículos y se metió uno y otro en la boca, los succiono una vez más y luego otra, siguió en ese plan mientras que veía a su novio retorcerse de placer.
Cuando Arthit pensaba que había llegado el momento, fue cuando Kong recorrió de nuevo con su lengua desde los testículos hasta la entrada de su novio.
Perforó ahí con su lengua. Y obtuvo sin mucho esfuerzo lo que tanto deseaba, gritos y gemidos por parte de su novio.
Luego de lamer ahí y allá, ayudándose de sus manos y dedos, había llegado la hora de ir más lejos.
Kong le dio la vuelta a su novio para posicionarlo en 4, ahora y al menos por unos minutos deseaba penetrarlo sin que Arthit lograra ver las miles de expresiones sexosas que podría hacer Kong cuando estaba inspirado sexualmente.
Kong tomó el lubricante, con experiencia lo abrió y tomó parte del gel en su palma derecha.
Luego de colocar el gel en la entrada de Arthit prosiguió a repetir el procedimiento con su miembro erecto.
Una vez hizo eso, perforó sin compasión la entrada de Arthit, ambos gritaban y gemían de placer. Pero Kong seguía con su morbo a medio cumplir.
Así que luego de varios minutos de penetrar esa entrada decidió que lo mejor era tomar a su novio y arrastrarlo fuera de la habitación.
Arthit parecía complacido, así que siguió a su novio como si de un perro faldero se tratara.
Cuando estuvieron en la sala de estar, Kong lanzó salvajemente a su novio al sofá.
Ahí lo penetro por varios minutos, luego de cambiar varias veces de posición, Arthit pidió que su novio alcanzara aquella zona de confort que le provocaba miles de descargas eléctricas.
Así que, sin pensarlo más Kong lo hizo, alcanzó esa zona y mientras ambos jadearon inmersos en placer, Arthit llegó derramando su esperma en el pecho de ambos, mientras que Kong no se contuvo y llegó dentro de su novio.
Aunque Kong había acabado, seguía erecto y dentro de su novio, se miraron entre cómplices y se besaron con pasión.
Al cabo de unos minutos Kong cargo a su novio para llevarlo de nuevo a tomar una ducha y limpiar los restos de fluido corporal.
...
Cuando estaban ambos acostados mientras vestían sus pijamas, Kong abrazó a su novio para compartir el calor corporal de ambos y evitar el frío de la madrugada.
—Te Amo —Dijeron al unísono para caer rendidos en brazos de Morfeo.