-En el profeta se informa de nuevos ataques contra muggles y muerte de nacidos de estos.
-Gracias por esa alegre información George.
-De nada querida- bromeó.
-Bueno, dejemos de pensar en eso, ahora vamos vestirnos que abrimos en media hora.
-Vale sargento- bromeaste.
Por la mañana no parasteis, llegaba un montón de gente todo el tiempo. Cuando ya era medio día Harry, Hermione, Ron y Ginny visitaron má tienda.
-Esto es filpante- dijo Ginny.
-No me extraña que vaya todo tan bien- dijo Hermione mientras miraba a todos lados.
-Oye Herm, Cormac te mira mucho- dijiste dándole un codazo.
-A lo mejor le gustas- respondió Ginny.
-Pues el a mi no, es un asqueroso- espetó Hermione.
-Bien dicho esa es mi Herm- le chocaste la mano- ¿y tú Gin que tal con los amores?
-Bien, ahora eso y con Dean Thomas, de la edad de Hermione.
-Tu veredicto Herm- bromeaste.
-Un buen chico jueza.
Empezasteis a reír, pero cuando te diste cuenta te tuviste que ir a atender a los clientes.
La mañana paso muy rápido, al igual que la tarde, al llegar la noche les ofreciste cambiar un poco la rutina.
-Oye¿queréis venir a cenar a un restaurante muggle?
-¿A qué viene esa idea? -se extrañó George.
-Me apetece cambiar un poco la rutina.
-Por mi vale- aceptó Fred.
Fuisteis a un restaurante que ibas de pequeña con tus padres. A los gemelos les encantó la comida.
De primero comiste una hamburguesa y para acompañar una ensalada. Los géneros te imitaron en casi todo lo que pedias, menos en la ensalada y en el postre, tu pediste un café y una porción de trata de fruta y ellos de chocolate.
-Creo que reviento- bromeó George.
-Y yo- rió Fred.
-¡Qué exagerado!
-Lo dice la señorita "no voy a poder comerme este trozo de trata tan grande" -te espero espetó George.
-Vale, vale, no la romería conmigo.
-¿Por qué hay tantos muggles a estas horas por la calles?
-Se "van de fiesta" a discotecas -al ver sus caras de no entender nada decidiste seguir- es un lugar donde la gente va a bailar música de moda y a tomar algo con sus amigos.
-Interesante... ¿No les ds pereza estar bailando a estas horas? Es decir ¡que sueño! -se extrañó Fred.
-Si, pero algunos a estas vidad tienen oportunidad de ligar u olvidar cosas que no quieren recordar.
-Madre mía, que pereza- añadió George- a estas hora yo no estoy para estar por ahí haciendo cualquier cosa que necesite gran esfuerzo físico y mental.
-Tu haces cualquiera de esas cosas en el días -bromeaste- el callejón no está muy lejos de aquí, si queréis vamos andando.
-Vale -aceptaron los dos.
Mientras caminábais cada cosa un poco rara les despertaba curiosidad.
-¿Y eso? -dijo Fred señalando un edificio en la esquina.
-Eso es un Cine, un lugar dond se ven películas, que son imagenes en movimiento continuo.
-Wow, algún día tendríamos que ir -sugerió George.
-Si... Pero pero elijo la película -añadieste.
-¿De que pueden ser? -preguntó intrigado Fred.
-Terror, comedia, música, para niños, fantasía... Miles de cosas pero mis favoritas son las de terror.
-Suena bien- dijo George- me apunto.
-Y yo- corroboró Fred
A llegar a la tienda subiste a la habitación dejando a los gemelos en la cocina.
Te tiraste en la cama e intentaste pensar en esta noche.
Los gemelos... Tus mejores amigos desde siempre, los que te apoyan cuando lloras y los que te hacen reír todo el tiempo ¿Qué harías sin ellos?
-¿En qué piensas? -una voz interrumpió tus pensamientos.
-En nada, en vosotros.
-¿Y que piensas de nosotros? -bromeó George.
-En cuanto os quiero -dijiste sin pensar.
-Que conmovedor -bromeó Fred.
-... - el calor subis por tus mejillas <que tontería ha sido decir eso>
-Y nosotros a ti- te dieron un abrazo, cosa que agradeciste.
-Me vais a axficsiar- dijiste riendo.
-Lo sentimos -dijeron al unísono.
-¿Sabeis? -ellos negaron- si os apetece mañana podemos ir al cine, por la tarde cuando veremos.
-Por mi vale -aceptó George.
-Y por mi... ¡Noo me acordaba! -salió pitando de la habitación y George y tu os mirasteis.
-¿Qué pasa Fred? -dijiste mirado por encima de su hombro la carta que escribía.
-Mamá, nos dijo ayer que si mañana íbamos a casa, pero se me olvidó responderle.
-Eres tonto Fred- dijo George negando con la cabeza.
-Si queréis aplazamos lo del cine y vamos mañana a despedirnos de los chicos.
-¿No te importa no Ali? -preguntó Fred.
-Claro que no, anda responde a tu madre antes de que le de un ataque. Yo me voy a poner el pijama ahora vengo.
Te cambiaste pensando en Molly, pero no en como se sentía en ese momento, sino como te había Tratado como una verdadera hija y lo mucho que le debias.
-Ya estoy, ¿que hacéis? -los dos estaban tirados en el suelo riendo h señalando un paquete- vosotros mismo inventasteis las colonias de la risa, mira que sois tontos al dejar que se cayera una.
Moviste la varita y toda la colonia se desvaneció, cita que ellos te agradecieron.