Sana – Suiza.
-No entiendo como estas, tan tranquila – Dahyun no había parado de recriminarme desde que llegamos a Suiza – es tu mejor amiga.
-Lo tengo claro – nos quedamos mirando – y como mejor amiga sé que ella estará bien – esa era la primera mentira que le decía a Dahyun cuando acabábamos de comenzar nuestra nueva vida. No tenía idea de si Momo estaría bien o no. Lo único que sabía es que ella nunca había pasado por algo así antes. Nunca antes se había enamorado por ende, el dolor que debe estar sintiendo en este momento es sólo de ella. Nadie debía involucrarse en ello.
-Ella no tomó el avión.
-Lo sé, estaba contigo cuando partimos sin ella.
-Llamaré a las chicas – Dahyun había tratado de llamar durante todo el día pero no lo había dejado. Ahora, si eso hacía que se quedara más tranquila, aunque lo dudaba. Dejaría que llamara – Jihyo – voltee a mirarla mientras hablaba con Jihyo.
-Por fin llaman, ¿Llegaron bien?.
-Si, sólo cansadas. Como siempre.
-Me alegro.
-Jihyo, necesito hacerte una pregunta.
-Lo que tengas que preguntar hazlo rápido. Las cosas acá no están muy tranquilas.
-¿Cómo está Momo?.
-¿Momo? – Dahyun me miró y supe de inmediato que Momo no estaba en Corea – se supone que tomaría el siguiente avión hacia Suiza.
-Esperamos 3 aviones, ella no llego a Suiza.
-¿Me estás diciendo que Momo no está con ustedes? – por el altavoz escuché como las chicas comenzaban a preocuparse, ¿Por qué teníamos que pasar por todo esto?.
-"¿Qué pasa? – escuché la voz de Nayeon y el rostro de Dahyun se transformó".
-TODO ESTO ES TU CULPA, QUIERO QUE LO TENGAS CLARO. MOMO NO SE MERECÍA LO QUE LE HICISTE. ESA MUJER LO DIO TODO POR TI Y A TI NO TE IMPORTO. ESPER QUE EN CUALQUIER LUGAR DÓNDE SE ENCUENTRE MOMO, PUEDA CONOCER A ALGUIEN QUE LA VALORE Y LA AME DE VERDAD – Dahyun comenzó a llorar – ERES UNA MALDITA COBARDE NAYEON – se hizo un silencio durante la llamada telefónica – PÚDRETE.
Dahyun cortó sin dejar de sollozar. Sus piernas perdieron fuerza y cayó arrodillada al suelo. Sus manos tapaban su rostro. Una parte de mí entendía su reacción. Si me preguntaran a cual de todas las chicas quisiera ver en este mismo momento, Nayeon sería la última. Pero había que ver las cosas con alturas de mira. Algo le había pasado a Nayeon para que no se subiera al avión con nosotras y Momo, Momo no era estúpida. Ella siempre supo que Nayeon nunca la elegiría a ella por encima de su carrera.
Lo único que nos quedaba a mí y a Dahyun era conseguir un abogado y trabajar desde acá con el resto de las chicas. Teníamos que hacer esto pero, ¿Cómo lo haríamos sin Momo?.
Nayeon - Corea
-Lo siento – me dijo Jihyo – perdónala, está nerviosa – Jihyo seguía siendo esa líder que, con tal de que todas nos lleváramos bien, pedía perdón por el resto.
-No tienes que pedir perdón, no hiciste nada – dejé la maleta a la entrada de la casa, me saqué la chaqueta y me senté en una de las sillas de la cocina. El lugar estaba muy tranquilo. Traté de recordar el sonido de la risa de Momo vagando por este lugar. Me abracé tratando de emular lo cálido que se sentía estar entre los brazos de Momo.
-Sé que no es el momento – Mina había cortado el silencio en la habitación – pero Momo no tomó el avión – no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Dónde estaba?, ¿Por qué no se subió?
-¿Qué? – dije sorprendida.
-Eso. Sana y Dahyun la esperaron en el aeropuerto pero ella nunca llegó – la mirada de Mina era penetrante – no me interesa como te sientas.
-Mina... - Jeongyeon trató de detenerla pero fue imposible.
-Hoy día quedo clarísimo que eres una persona adulta que asume la responsabilidad en los actos que tiene. Se que saldrás adelante, que te meterás en otro drama y te olvidarás de esto en semanas.
-¿Semanas? – Mina se detuvo - ¿Crees que el amor se pasa en semanas?
-No me hagas reír Nayeon, si la amarás tanto como dices estarías con ella. Te hubieras subido a ese avión – mis lágrimas comenzaron a correr - ¿Por qué hiciste que tu pareja en el drama fuera a buscarte?, ¿Por qué te encargaste en dañarla tanto?. Ella nunca te hubiera hecho eso.
-Así es más fácil – voltee a mirar la puerta de la habitación que compartíamos – así puede superarme más rápido. Si cree que soy una perra que no le importa nadie más que ella misma entonces, entonces Momo podrá volver a enamorase y ser feliz.
-Nayeon – voltee a mirar a Mina – eres una perra – sólo le regalé una sonrisa irónica - ¿Tienes una idea en dónde puede estar?
-No, no tengo idea.
-No creo que este en Corea – dijo Tzuyu – el único motivo para quedarse sería Nayeon – todas me miraron – pero dudo que te quiera recuperar – tenía una sonrisa irónica pegada en mi rostro. Había pasado 5-6 años de mi vida con estas chicas y cada palabra que salía de su boca me dañaba cómo no tenían idea alguna.
-Yo... necesito estar sola – tomé mi abrigo y caminé hasta mi habitación. Cerré por dentro y voltee a mirar todo a mi alrededor. Mi vista se perdió ante los osos de peluche de Momo que habían quedado en la habitación. Cerré los ojos y traté de recordar el sonido de su voz, su risa, su aroma. ¿Qué había hecho?. Dejé que mi cuerpo cayera al suelo y saqué el celular de mi cartera. Fui hasta el chat de Momo y comencé a leer. Era una conversación de hace un día atrás en donde me decía que me amaba, que no quedaba nada para que comenzáramos nuestra nueva vida. Me pedía que no estuviera nerviosa, que ella también lo estaba y que se le hacía muy difícil ser fuerte por las dos en estos momentos.
-Momo... - susurré su nombre lo más claro posible. Agrandé la fotografía de su chat y miré su rostro. Sin duda, era la chica con la sonrisa más hermosa del mundo. ¿Qué harás cuando alguien más la haga reír Nayeon? – Eres una imbécil – llevé mis manos a mi rostro y comencé a llorar. Lloré como si tuviera 5 años y no me dejaran comer mi golosina favorita. Lloré cómo no había llorado en 1 semana. Porque yo igual estaba tratando de ser fuerte Momo, yo igual lo intenté.
Volví a tomar el celular y busqué su número. Sabía que sería en vano. Probablemente. Sana, Dahyun y el resto de las chicas ya había intentado ubicarla de esta forma. Tenía la esperanza de que me contestara, que dijera que me odiaba, que no quería saber nada más de mí. Al menos, así, podía escuchar su voz por última vez pero no. Su celular sonaba apagado.
Perdí la cuenta de las veces que intente llamar antes de caer rendida en el suelo. Mis ojos se cerraron aún con lágrimas en ellos y en mi pecho, en mi pecho me aferraba a mi celular, con la imagen de fondo de Momo.
UNA SEMANA DESPUÉS
Trauma, es un choque emocional intenso causado por algunos hechos o acontecimientos negativos que produce, en el subconsciente de la persona una huella duradera que no puede o tarda en superar.
Momo era una de esas personas que, a simple vista la gente creía que no era muy inteligente o que, simplemente, no prestaba interés por las cosas. Pero no. Momo era una persona inteligente y con un sentido de la percepción bastante desarrollado. Ella sabía que Nayeon nunca se subiría a ese avión con ella pero, aun así lo quiso intentar. No esperaba mucho de Nayeon, hubiese preferido que no hubiese llegado hasta al aeropuerto. ¿Por qué no se lo dijo antes?. Tuvieron momentos entre ellas, en dónde Nayeon podría haber arrepentido. Podría haber viajado ella sola y mantener la relación a distancia durante algunos días pero no. Nayeon no era así. A ella le gustaba autodestruirse y como sabía que le haría daño a Momo en ese mismo momento, pensó en algo que también la dañara a ella. Y nada dañaba más a Nayeon que las opiniones del resto y si, esas opiniones venían de las personas con las que más tiempo había compartido su vida, no lo soportaría.
Nayeon necesitaba una cuartada y no había nadie mejor que ella para crear una. Momo aún no olvida la forma en que su corazón respondió cuando observó a Nayeon con el otro tipo. Su cabeza no olvida como entrelazaban sus dedos ni cómo, ese tipo acariciaba la espalda de la que aún, hasta ese momento era su novia.
El motivo por el que Momo no tomó el avión a Suiza con Sana y Dahyun fue por qué no podía salir del baño del aeropuerto. Sentía asco por la persona que había ocupado su corazón y mente durante los últimos meses. Probablemente debería haber estado preparada para este sentimiento, ella sabía que si o si pasaría pero no. Nayeon había cambiado sus planes, había ido más allá. Había tocado una fibra que probablemente sería difícil de sanar.
Como Momo era inteligente, hace días atrás había comprado un pasaje más. Estar en Suiza sin Nayeon era un acto suicida. No soportaría caminar por esas calles y que se le viniera el recuerdo de ella a su cabeza. No soportaría estar en esas habitaciones de hotel sin recordar la última vez que hicieron el amor. Hasta ese momento, Momo entendió que la última vez que hicieron el amor juntas fue en Suiza. Quizás ya sabía que su corazón terminaría quebrándose y por eso, no intento nada durante las semanas previas al viaje. Quizás Nayeon también lo sabía y por eso tampoco lo intento.
Momo había viajado a Estados Unidos. Sin duda alguna fue el viaje más largo de su vida. No durmió absolutamente nada en el avión. Su cabeza no dejaba de pensar, de maquinear. Necesitaba sólo un minuto de tranquilidad para poder pensar en que haría realmente ahora. Se había ido lejos de todo. De su familia, su grupo de amistades, estaba en pleno conflicto con la empresa que la había hecho un artista, había terminado su relación más importante hasta ahora. Su cabeza ya no daba más.
Lo primero que hizo tras pisar suelo Americano fue lanza su celular al mar. Sabía que necesitaba estar sola y eso implicaba no tener contacto con persona que pudiera darle algún tipo de información. Ella confiaba en sus amigas y sabía que podrían llevar a cabo la demanda, durante algún tiempo sin ella.
Momo sabía que tarjeta que ocupara sabrían dónde estaba y por eso, sin que la empresa se diera cuenta aún movió todo su dinero a una cuenta que alcanzó a sacar antes de viajar. Sabía lo que tenía que hacer con ese dinero y lo primero que haría sería comprarse un departamento así, no tenía necesidad de salir de ahí. Podría morirse adentro perfectamente y nunca la encontrarían. En ese momento, para Momo no había mejor idea.
Momo – Estados Unidos.
Había pasado una semana desde el viaje que separó las vidas de Nayeon y yo. Había pasado una semana desde que llegue a este país en donde no conocía a nadie y con suerte sobrevivía. Debería salir a conocer la ciudad. San Francisco era muy lindo pero no, por algún motivo, en mi cabeza no había mejor lugar que este departamento. No estaba comiendo absolutamente nada. Mi dinero se iba en alcohol. Llevaba una semana encerrada ahogando mis penas en alcohol y en música. Dormía cuando la ingesta de alcohol ya estaba a tope en mi metabolismo. Recordé que Nayeon decía que bebía para olvidar, el alcohol sólo me hace extrañarla más.
Durante 7 días sólo era yo, mi departamento y botellas de diferente tipo de alcohol. Había conocido a un vecino que vino alegar por el volumen de la música. Ese día lo invité a beber conmigo y acepto. Le dije que no dijera nada, que simplemente bebiera conmigo, no tenía ganas de hablar pero, ya era el 5 día en que bebía sola y estaba necesitando algo de compañía. En ese momento, me di cuenta que mi ingles no era tan malo ya que, el me entendió a la perfección. Al día siguiente volvió a tocar mi puerta pero, esta vez, no traía las manos vacías. Traía tequila en su mano izquierda y un bolso negro en su mano derecha. Le pregunté qué era lo que traía ahí y con una sonrisa de oreja a oreja me preguntó si realmente quería olvidar. Dentro de mi ebriedad supe exactamente a lo que se refería.
-Sí, sí quiero olvidarla – él no había hecho referencia a lo que quería olvidar pero en mi mente solo existía Nayeon, y era a ella a la única persona que necesitaba olvidar.
-Te lo daré con una condición.
-¿Cuál?.
-Que salgamos, sólo por esta noche. Es de noche, iremos a bailar y ya.
-Amo bailar – respondí mirando la botella de tequila en mis manos – pero más, más amo a...
-Shhh – mi vecino, a quien ni siquiera le había preguntado el nombre colocó su dedo índice en mi boca – es hora de olvidarla Momo.
Esa fue la primera vez que me inyecté. Su efecto fue inmediato. Todo mi cuerpo se anestesió. Mis ojos pesaban y mi cerebro estaba en blanco. Se me había olvidado hasta el nombre y, cómo se lo había prometido salimos esa noche. Era mi sexta noche en San Francisco y mi primera fiesta.
Dentro de esa pista de baile no me importaba nada. La música se había apoderado de mi cuerpo, la droga tenía un efecto que hacía que me sintiera volar por todo el lugar. Perdí la noción del tiempo y el miedo a ser reconocida. También perdí a mi vecino con el transcurso de la noche. Estaba sola, seguía sola.
Como pude salí de ese lugar, estaba repleto. No se comparaba a las fiestas de Corea. Esta gente realmente estaba loca.
Caminé hasta la cuada siguiente para tomar un taxi o al menos es quería.
-Hey – escuché la voz de un tipo llamándome pero no le hice caso. En el estado en que estaba no sabía cómo había podido ignorarlo – Momo – él se sabía mi nombre, creí que podía haber sido el vecino pero, recordé que nunca le dije mi nombre – Momo te estoy llamando – sentí como unas manos tomaban mis hombros y voltearon mi cuerpo. Cuando quedé frente a la persona no podía reconocerlo - ¿Qué te metiste Momo? – Sentí su mano en mi frente – tienes fiebre. Anda, ven. Te llevaré a casa - ¿A casa?.
Desperté cuando el calor en la habitación en la que estaba se hizo insoportable. Sentí mi rostro empapado al igual que la ropa con la que estaba durmiendo. Abrí los ojos lentamente y cuando, pude enfocarme y entender dónde estaba no reconocí el lugar. Mi primer sentimiento fue de miedo y me levanté enseguida de la cama. La habitación era gigante, tenía espejos enormes por todos lados. ¿Dónde estaba?. Miré mi cuerpo y estaba durmiendo con una remera que no era mía. Tenía mi ropa interior puesta y eso me calmó un poco.
-Había escuchado de que eras a la que más le gusta dormir pero nunca creí que sería cierto – voltee hacia la puerta de entrada y no podía creer lo que veía – dormiste un día y medio.
-Heechul.
-Por lo visto no te olvidaste de mi nombre – Heechul se acercó y colocó su mano en mi frente – se te paso la fiebre – lo quedé mirando - ¿Qué pasa?
-¿Cómo me encontraste?
-Destino.
-Dime la verdad.
-Estaba en el mismo local que tu anoche. Te vi bailar y supe que eras tú. Te seguí cuando saliste porque no te veías muy bien. Te subí a mi auto, lo vomitaste, te vomitaste. Saqué tu ropa.
-¿Qué? – crucé mis manos en mi cuerpo tratando de taparme.
-Lo lamento pero ni tú ni yo seguimos siendo Idols, tenía que sacarte la ropa. Te coloqué esa ramera y dormiste.
-Me duele la cabeza – caminé hasta la cama y me senté.
-¿Qué haces acá? – Heechul se sentó a mi lado – pensé en llamar a alguna de las chicas pero – voltee a mirarlo – por lo visto hice bien en no llamar a nadie.
-Llevo una semana en este país.
-Vaya – todos los recuerdos de los últimos 7 días venían a mi cabeza. Tenía algunas lagunas mentales pero me acordaba perfectamente de que había probado la droga. Me miré el brazo derecho y noté que seguía un poco hinchado - ¿Qué consumiste?
-Eso no importa.
-Importa Momo – nos quedamos mirando – me enteré por mi abogado de su demanda en Corea. Realmente estoy orgulloso de ti – Heechul colocó su mano encima de mi hombro izquierdo – Sana, Dahyun, Nayeon y...
-No... no la menciones. Por favor no digas su nombre – hubo algunos segundos de silencio – por favor – las lágrimas comenzaron a juntarse en mis ojos.
-Entiendo – Heechul se levantó de la cama – por lo visto necesitas tiempo – levanté la vista para hacer contacto visual con él – estoy seguro que las chicas en Corea podrán arreglársela sin ti durante un tiempo pero – el hizo una pausa – creo que es bueno que sepas que hay dos demandas en vez de una.
-¿Qué?.
-Esta la que firmaron todas ustedes y está, está la de ella – Heechul no dijo su nombre pero sabía perfectamente a quien se refería – en la bandeja con desayuno te dejo una copia de su demanda, por si quieres informarte.
-¿Por qué haces esto?
-Porque no mereces sufrir Momo, no quiero volver a verte de la forma en que te vi anoche. Eres más que eso.
-¿Según quién?
-Millones de fans. Te deje ropa limpia en el baño, puedes ducharte si así lo deseas. Trata de no volver a tu casa, puede que alguien te haya reconocido anoche.
-¿Por qué me cuidas?
-Porque tu harías lo mismo por mí.
Salió de la habitación dejándome sola. Espere algunos minutos antes de acercarme a la bandeja con comida. El olor a comida hacía que me dieran ganas de vomitar. Me acerqué y tomé la carpeta que estaba en la bandeja. La portada decía "Demanda colectiva e individual de Im Nayeon". Solo leer su nombre hacía que mi corazón comenzara a latir con más potencia. Estúpido amor.
En resumen, la demanda decía que apoyaba completamente la demanda colectiva de Twice pero, también apeló a ciertos beneficios personales que están directamente relacionados con su carrera. Uno de los puntos era el derecho a tener pareja y que no quería que la empresa siguiera interfiriendo en sus planes a largo plazos.
-Aún no comes – Heechul había vuelto.
-No puedo comer – dejé la carpeta a un lado – Siento que estuve 7 días perdida y no encuentro forma de volver.
-Te han pasado muchas cosas pero, necesitamos que este bien.
-¿Necesitamos?
-Dúchate, vístete y baja. Tenemos que hablar de muchas cosas.