Amanda y Liam. Tú + Yo = 3

By TallerDeLuzArtesana

7.4K 264 166

Amanda estudia Arqueología, es la mejor alumna de su curso. Liam es un emergente actor australiano, radicado... More

Notas Aclaratorias
Capítulo 1: Invasores Yankees
Capítulo 2: ¡Mueve Tu Trasero!
Capítulo 3: Cosas de Chicas
Capítulo 4: "Hasta Aquí Llegué..."
Capítulo 5: ¡Niña Mala!
Capítulo 6: La Recepcionista
Capítulo 7: Mensajes...
Capítulo 8: Soledad, Temores y Dudas .
Capítulo 9: Confidencias de Amigas
Capítulo 10: Chica Mariposa
Capítulo 11: Reencuentro en la Montaña
Capítulo 12: Avances
Capítulo 13: "Tenía que hacerlo..."
Capítulo 14: Revelaciones...
Capítulo 15: Encuentro Casual
Capítulo 16: Tributos y Patrulleros
Capítulo 17: Carta, Dulces y Chat
Capítulo 18: De Repente... Enamorada
Capítulo 19: Cambio de Planes
Capítulo 20: Empanadas, Terremotos y Réplicas
Capítulo 21: Mil Pedazos...
Capítulo 22: Porque Te Vas...
Capítulo 23: El Plan B
Capítulo 24: ¡Vamos A Rockear!
Capítulo 25: Abrázame...
Capítulo 26: Una Tarde en el Museo
Capítulo 27: Nuevos Planes
Capítulo 28: Pichilemu
Capítulo 29: Cassandra y Dannae
Capítulo 30: Día de Surf
Capítulo 31: Trauma
Capítulo 32: Cena Romántica
Capítulo 33: Vencer el Miedo
Capítulo 34: Habibi
Capítulo 35: Vuelta a Clases
Capítulo 36: Perdidos en el Campus
Capítulo 37: Amo a Liam y Liam me Ama
Capítulo 38: Un Pésimo Sábado
Capítulo 39: Flashbacks
Capítulo 40: Secuestrada
¿En serio, tengo que hacer esto?
Capítulo 41: Día de Picnic
Capítulo 42: Tú + Yo = 3
Capítulo 43: No te Vayas...
Capítulo 44: El Estreno
Capítulo 45: Amor por Chat
Capítulo 46: Tan Lejos, Tan Cerca
Capítulo 47: Invierno en el Ático
Capítulo 48: Vacaciones en Malibu
Capítulo 49: Madre e Hija... Al Fin
Capítulo 51: Nueva Vida

Capítulo 50: Una Gran Familia

111 3 19
By TallerDeLuzArtesana


— ¡Cresta... ay, no! ¿Tus padres vienen a Chile?... ¿a conocerme?

— Relájate, Amanda... ya has hablado con ellos... como si no se conocieran ya y no te quisieran, mis padres te aman, mis hermanos y cuñadas también. —Liam intentaba disipar los nervios de Amanda con una sonrisa y un abrazo.

— Por chat, facebook o skype... no es lo mismo que en persona.

— Te van a querer igual o más todavía.

— ¿Y Dannae... van a aceptarla... como parte de la familia?

— ¡Por supuesto, Amanda! Ellos ya saben toda la historia, les he dicho que para ti y para mi, Dannae es nuestra hija. Yo les he mandado fotos y vídeos de Dannae, la han visto y se han comunicado por skype... Y la adoran. No tienes de qué preocuparte. 


En eso Dannae interrumpió el diálogo pidiendo un helado y fueron los tres de la mano. Después pasaron la tarde en el Museo Ferroviario y el Artequín, por último dieron un paseo por el lago artificial de la Quinta Normal y anduvieron en un botecito a pedales en medio de los patos. Liam no volvió a tocar el tema, pero cuando subieron al vehículo para regresar a la mansarda, Amanda expresó sus temores.


— Tus padres deben creer que me estoy aprovechando de ti.

— ¡Tonterías, Amanda! Tú sabes que los Hemsworth no éramos ricos, éramos clase media, mis padres vienen de la clase trabajadora... ¡de niño tenía que usar la ropa que dejaban mis hermanos!

— Pero ahora los tres hermanos son ricos y famosos —apuntó ella—. Deben pensar que estoy contigo por tu dinero y para hacerme famosa.

— Oye, me ofendes si piensas eso de mi familia... no somos así de interesados ni estirados —replicó Liam con clara molestia y subiendo el tono. Miró a Amanda muy serio y enojado, endureciendo su semblante mientras ella manejaba.

— Perdón, no quise decirlo de ese modo... —Miró a Liam, pero él no le contestó, seguía disgustado, entonces prosiguió tratando de explicarse.— Me refiero a que tus hermanos están casados con actrices, gente del mismo medio... y tú estuviste comprometido con Miley Cyrus, una archi-mega-super estrella. 

"Aunque no me rechazan, presiento que tus padres y hermanos esperaban que tú ibas a seguir esa línea, que tu siguiente novia después de Miley iba a ser una chica famosa, otra cantante o una actriz de Hollywood.

— ¿Eso es lo que te preocupa?, ¿no ser famosa? —espetó Hemsworth levantando de nuevo la voz.

— Al lado de Elsa o Samantha o de tu ex... yo no soy nadie —masculló Amanda.

— ¡Pues ya te hiciste famosa! ¡Nos fotografiaron besándonos a la salida del restaurante italiano! 

— ¡Genial... lo que me faltaba! —gruñó Amanda.


Liam buscaba algo en su teléfono hasta que dio con lo que quería mostrarle. Fotos de ambos, ella con el vestido rojo y él de traje negro, besándose en la terraza del restaurante mientras esperaban que el valet parking les trajera el Ford Mustang. "Liam Hemsworth sale a cenar con una misteriosa morena", decía TMZ. Otro titutlar la calificaba de "despampanante belleza morena", insinuando más abajo que quizás era una modelo que buscaba hacerse conocida saliendo con el actor. Otra revista farandulera comentaba que los empleados del local señalaron que era una chica muy alta y muy atractiva, pese a que el fotógrafo no logró sacarle fotos de frente a Amanda. Por lo tanto, su nombre y rostro seguían incógnitos. Por supuesto, las revistas se habían dado el trabajo de averiguar todo los detalles de la romántica cita: dónde y cuándo habían estado, qué habían comido y que además habían almorzado con Elsa y Chris unos días antes en otro restaurante. También había fotos de aquella salida, pero Amanda daba gracias que en ambas ocasiones, sólo la fotografiaron por la espalda. 


— ¡Esto iba a ocurrir tarde o temprano, Amanda! —exclama él aún molesto—. Lo sabías y pienso que ya es hora de dar a conocer nuestra relación.

— ¡No! —Amanda frena de golpe cuando el semáforo cambia a rojo, venía distraída discutiendo con su novio y apenas alcanzó a percatarse que no lograría pasar. El golpe seco los empujó a todos hacia adelante y Dannae empezó a lloriquear atrás, haciendo pucheros en su asiento infantil. Al principio iba distraída jugando, pero luego se dio cuenta de la pelea.

— ¡No peleen! ¡No quieyo que peleen!

— ¿Ves? Ahora Dannae está llorando porque peleamos y además se asustó del frenazo. Pon atención, Amanda —la regañó Liam con dureza.


Amanda se disculpó y se concentró en manejar, aunque tranquilizó a la niña diciendo que los adultos a veces discuten por tonteras. Dannae preguntó si todavía eran pololos y ella contestó que sí, inclinándose a besar a Liam en la mejilla en otro semáforo. Él también la besó y acarició su brazo, para calmar a la pequeña, indicando en lengua de señas (aún no manejaba casi nada de español) que quería mucho a Amanda. Ninguno mentía, pero estaba claro que había roces entre ambos. Liam, más calmado, le hizo ver a Amanda que su familia la aceptaba incluso con Dannae, que no tenía nada que temer... y que si ya era parte de la gran familia Hemsworth, ya era el momento de dejarse ver juntos en público, descontando que ya los habían visto y fotografiado. 


— ¿No podríamos decir que soy un familiar, como dijo tu hermano Chris? —preguntó ella con mirada suplicante y angustiada.

— Al principio funcionó: dijimos que eras una Hemsworth... hasta que publicaron la foto donde estamos besándonos en el restaurante italiano. No se lo van a tragar ahora, Amanda. Los familiares no se besan así en la boca. 


Amanda suspiró asintiendo, debía admitir que Liam tenía razón en ese punto. No era creíble después de semejante beso y de que los empleados del restaurante señalaran que se veían enamorados y coquetearon toda la cita.

Arriba en la mansarda bañaron a Dannae y cenaron algo liviano. Luego le contaron un cuento, Liam se liaba con el español mientras Amanda hacía las señas muerta de risa, haciendo reír a Dannae también. Cuando la niña se durmió, Liam bajó a fumar al patio y Amanda preparó su mochila para la universidad. Si todavía seguían algunos resquemores entre ambos, Liam los barrió con tacto y cariño, asegurándole a Amanda que sus padres y toda su familia ya la habían aceptado como su novia, "con bonus extra incluido", y que sólo faltaba que todos la conocieran en persona para hacerlo "oficial". Mientras le decía todo esto, la abrazó y meció en sus brazos. Amanda terminó por ceder y reconocer que sólo eran nervios. En cuanto a reconocer la relación en público, decidieron esperar unos meses hasta que Amanda se mudara con Dannae al rancho en Malibu. Amanda se durmió sonriendo tranquila, acurrucada en brazos de Liam.


— ¡Arriba, princesa! ¡Arriba tú, dormilón!


Después de vestir a su hija y remecer a Liam para que se levantara, partieron a dejar a Dannae en el jardín infantil y Liam llevó a Amanda al campus universitario. La esperó para almorzar juntos una hamburguesa y mientras ella volvía a clases hasta el atardecer, él se fue a buscar a Dannae, llevándola a casa. Era lunes. Durante la semana siguieron con esa rutina.

Cuando estaba coloreando un libro una tarde, la niña se quedó mirando un dibujo de una familia mostrando niños con sus padres y abuelos; se la mostró a Liam, entonces Dannae (con su limitado lenguaje y con señas) le dio a entender que quería que él fuera su papá. Liam la abrazó y le dijo de inmediato que sí, moviendo la cabeza. También jugaron y vieron televisión hasta que Amanda regresó y apenas entrar, Dannae fue corriendo a abrazar sus piernas.


— ¡Papito Liam! —exclamó Dannae entonces, apuntando al actor. Amanda arqueó las cejas.

— Me pidió que fuera su papito... y le dije que bueno. —Liam levantó los hombros sonriendo y ladeando un poco la cabeza, como si no hubiera otra posibilidad que aceptar la propuesta.

— Si tú edes mi mamá, ahoda tío Liam es mi papito —declaró Dannae con mucha convicción.


Amanda también asintió sonriendo. Ya eran una familia... no muy convencional, sin papeles que los acreditaran como parientes, pero una familia al fin y al cabo. Siempre fue la madre de Dannae, aunque le había costado tanto conseguir la custodia, y ahora que tenía a Liam a su lado, haciendo planes para vivir juntos en unos meses más, pensó que todo estaba saliendo mejor de lo que podría haber esperado.

El jueves, tras dejar a ambas chicas en clases, Liam fue por sus padres al aeropuerto y se trasladaron al hotel Ritz-Carlton, donde los hermanos les habían reservado una lujosa suite. Lo que Amanda ignoraba es que junto con Craig y Leonie, también venían Luke, Samantha y sus hijas... y que Chris y familia venían en otro vuelo desde Los Ángeles llegando un par de horas después. Querían darle una sorpresa.

¡Y vaya menuda sorpresa le dieron! Amanda subió a la suite tras anunciarse en la recepción y dudó un par de segundos ante la puerta entreabierta, suponiendo que la habían dejado así mientras tomaba el ascensor. 


— Permiso, ¿puedo...? —consultó golpeando primero.

— ¡Entra, querida! —exclamó una voz femenina que identificó como Leonie, habían hablado muchas veces por chat. Entró temerosa y con el corazón latiendo a mil por hora, cuando Liam preguntó desde adentro.

— Amanda, ¿llegaste?


Mientras la estudiante avanzaba, exhaló y entornó los ojos ante la obviedad de la pregunta.


— No, todavía estoy en el campus... sólo soy una ilusión óptica de tu mente —le soltó con marcada ironía, agregando en español—: ¡P'ta la pregunta weona!


Sonó una gran carcajada. Todos los Hemsworths se largaron a reír de la irónica respuesta y entonces Amanda se percató que la familia completa estaba en la suite. Dos pequeñas jugaban frente al televisor encendido y los adultos estaban de pie en la sala, esperando su llegada.



— ¡Sorpresa! —gritaron.

— ¡CTM!... ¡perdón, no quise decir eso! —se disculpó del ex-abrupto.


Retumbó otra carcajada en la habitación en tanto Amanda se sonrojaba, cubriéndose la cara con las manos. Las bajó enseguida para mirar a toda la familia reunida, que seguía riendo.


— Vamos, no importa... ven acá para abrazarte. —Craig Hemsworth le abrió los brazos llamándola, ella se acercó y todos la abrazaron uno por uno, saludando.— Bienvenida, Amanda.

— Yo debería darles la bienvenida, están en mi país —se rió de la paradoja, luego se volvió hacia Liam, que miraba la escena—. ¡Me engañaste! No me dijiste que venía toda tu familia aparte de tus padres... ¡hiciste trampa! —protestó aún algo sonrojada. Liam sólo se encogió de hombros sonriendo.  


— ¿Qué fue lo que le dijo a Liam en español? —preguntó Leonie a Elsa.

— Pues, nada... que era una pregunta estúpida —tradujo Elsa, que ya había escuchado de boca de Amanda todos los garabatos made in Chile, cuando ella estuvo en Malibu.


Entre tanto, Amanda se había acercado a saludar y conocer a las pequeñas hijas de Luke y Samantha; sus nuevas sobrinas políticas Holly y Ella (de tres y dos años), que ya la conocían como la "tía Amanda", mientras la bebé Harper Rose dormía igual que su prima India en el dormitorio de la enorme suite. Chris y Luke con sus familias también tenían otro par de suites reservadas y una cuarta suite sería ocupada desde ahora por Liam, Amanda y Dannae. Toda la familia ocupaba un solo piso del hotel.

Un repentino temblor, corto pero algo intenso interrumpió la reunión familiar. Ante la cara de pánico de los australianos y, sobre todo, Elsa, que iba a correr por su bebé para salir huyendo, Amanda se apresuró a tranquilizarlos, tomando del brazo a su cuñada española.


— Tranquila, Elsa. No corras, porque adonde corras también va a estar temblando —le dijo sonriendo, luego calmó a los demás Hemsworths que seguían inquietos y asustados; si no echaron a correr fue para no quedar mal parados ante Amanda que no demostraba miedo alguno—. Tranquilos, va a pasar y el edificio es antisísmico, por eso ondula junto con el temblor. Debió ser poco más de 5° Richter.

— ¿Cómo sabes cuánto fue? —le preguntó Craig.

— Cálculo —contestó Amanda, como si fuera obvio—. ¿Ven? Ya pasó, fue sólo una sacudida.

— ¿A eso le llamas sacudida? —preguntó Luke—. ¡En Australia esto es terremoto!

— ¡Wow! Me asombra tu tranquilidad... —exclamó Chris—. Liam nos advirtió que aquí temblaba, pero en Australia, e incluso en L.A., con menos que esto la gente sale arrancando. 


Las mujeres habían ido al dormitorio a ver a India y Harper, que seguían dormidas, sin enterarse. Las otras niñas se aferraban a las piernas de Luke.


— Bueno... bienvenidos a Chile, el país más sísmico del mundo. Nosotros los chilenos estamos acostumbrados a que se nos mueva el piso cada cierto tiempo. La verdad, las placas se mueven constantemente y tiembla a diario, pero son mini temblores tan insignificantes que la gente no los percibe. 

"De 3° a 4° apenas se sienten, de unos 4° a 5°, poco más, es sólo un temblor, remezón o sacudida. De 6° ya hablamos de sismo de mediana intensidad. Para nosotros, un terremoto es de 7,5° en adelante, cuando ya no te puedes mantener en pie, las cosas se caen de los estantes y se corta la electricidad. ¿Entendido?

"¡Y no corran! Los edificios no se van a caer, pero si salen corriendo es más peligroso que quedarse adentro. Desde la altura pueden caer cosas como macetas, jardineras, trozos de concreto o estructuras metálicas, anuncios publicitarios, carteles de negocios, etc. Y si cruzan corriendo la calle para escapar de un sismo, pueden ser atropellados y será peor que no salir. De hecho, lo mejor que pueden hacer ahora que ya se instalaron, es leer el instructivo para emergencias, ¿lo leyeron? 


Amanda se movió hacia una mesa redonda casi en el centro de la suite donde reposaba la tarjeta de bienvenida, en donde también se deja tal instructivo, comprobando que ni lo habían tomado en cuenta. Después de las explicaciones, todos se relajaron un poco. Charlaron, bromearon y se sirvieron el espumante de bienvenida.


— Siento haber sido sarcástica cuando venía llegando... es sólo que los chilenos somos así, tenemos un sentido del humor muy negro y muy ácido.

— Oh, no te preocupes por eso, querida —sonrió Craig.

— Los australianos también somos muy irónicos —expresó Luke.

— Fue la mejor respuesta que he escuchado... sólo mi hermanito podría haber hecho una pregunta tan estúpida —opinó Chris riendo también—. Además, los australianos somos igual: muy sarcásticos.

— Sí, lo somos. Y Liam nos había hablado de tu peculiar sentido del humor —dijo Leonie.

— Es una de las cosas que me gusta y admiro de Amanda: su sentido del humor. En Los Ángeles era distinto, muchas veces cuando era sarcástico con la gente, compañeros de trabajo, no siempre se lo tomaban bien. Con Amanda no tengo ese problema, si le tiro un sarcasmo...

— Yo se lo tiro de vuelta. —Amanda completa la frase por Liam.— Los yankees son muy "políticamente correctos", se sienten ofendidos con facilidad y si dices algo que les parece mal, esperan que te disculpes de inmediato. ¡Y tienen unos chistes tan pero tan fomes! Yo no sé qué gracia les encuentran... se ríen de chistes y cosas muy tontas. En Chile, vamos al hueso y nosotros los chilenos somos sarcásticos, corrosivos, incluso llegamos a reírnos o hacer memes de los terremotos y cosas así —explica.

— Bueno, ya es más de mediodía, creo que es hora de ir por Dannae para que la conozcan —comentó Liam entonces mirando la hora.


Bajaron al estacionamiento, donde Liam advirtió la moto de Amanda y le pidió que la dejara en casa o donde su primo, pues habían arrendado dos SUV familiares acordes a la ocasión. Amanda aceptó y subió al jeep negro para ir por su hija.


— ¿Ves? ¡Te dije que mi familia te ama! Les caes super bien a todos.

— Sí, pero estaba muy nerviosa. —Amanda exhaló botando aire, como si lo hubiera estado conteniendo largo rato, luego se secó las palmas en los jeans.— ¿Se me notaba mucho?

— Sólo cuando entraste y te sorprendiste de ver a toda mi familia... después no.

— ¡Me las vas a pagar por eso! —gruñó ella fingiendo enojarse.


Amanda lo golpeó en el brazo tan fuerte como pudo mientras manejaba, pero su puño rebotó en el brazo de Liam, que esbozó una sonrisita porque Amanda se quejó de dolor y no él.


—  Perdón... ¿Que decías? —Liam sonrió triunfante, Amanda prefirió cambiar el tema.

— Tengo una semana de vacaciones en la universidad, a partir de hoy hasta el lunes 24. Dannae también. Estas serán las Fiestas Patrias más largas que yo recuerde; el 18 y el 19 son los feriados oficiales, pero el gobierno decretó feriado también el lunes 17 y si le sumas el fin de semana que parte hoy... son cinco o seis días festivos celebrando la independencia. 

— ¡Wow! ¿Qué haremos tantos días libres?

— Pasarlo bien: comer asado, empanadas, choripanes, tomar chicha y terremotos, bailar cueca... Déjamelo todo a mí, ya tengo varias actividades planeadas para que tu familia y tú conozcan las tradiciones de mi país. No pudieron venir en mejor época del año.

— ¡Fantástico! El viernes 21 por la tarde mis padres toman el vuelo a Isla de Pascua, el domingo 23 Chris vuelve con Elsa e India a Los Ángeles porque tiene escenas que grabar. Luke y familia se van por unos días a Cancún antes de regresar a Australia.


Recogieron a Dannae, que se mostró emocionada y feliz de conocer al resto de la familia de Liam. Subieron en los dos vehículos, luego Amanda los guió a todos al centro de Santiago para un tour por el circuito histórico, partiendo por un almuerzo de pescados y mariscos en el Mercado Central. Amanda les mostró el Mercado, la Plaza de Armas, la Catedral, el Museo Histórico y remataron en La Moneda.


— ¿Se puede entrar al palacio de gobierno? —preguntaron al ver que Amanda los dirigía hacia allá, viendo que mucha gente entraba y saludaba a los carabineros de guardia.

— Por supuesto... aunque sólo a los dos patios: el de Los Naranjos y el de Los Cañones. Abajo hay un Centro Cultural con exposiciones.


Regresaron tipo ocho treinta a comer en el hotel Ritz, ocupando una larga mesa, bromeando y charlando alegremente. Amanda y Liam, junto con Dannae, se acomodaron en su suite, igual que el resto de los Hemsworth. El viernes amaneció un lindo día soleado, los Hemsworth tomaron desayuno en un alegre y ruidoso grupo en un restaurante del hotel. 


— ¿Dónde vamos hoy, Amanda? —le consultó Chris.

— Sí, ¿qué nos vas a mostrar hoy? —preguntó Elsa, con su bebé en brazos.

— Primero, después del desayuno, iremos a la Iglesia de los Domínicos. No está lejos de aquí, al final de la avenida Apoquindo. Es muy hermosa, data de 1809 cuando se empezó a construir el convento, y se mantiene intacta en su estilo colonial. Lo único nuevo que se añadió hace unos años fue revestir las cúpulas de cobre, nuestro principal producto de exportación. El cobre es el sueldo de Chile.

"Al costado de la iglesia y convento existe, desde principios de los años '80, un pueblito de artesanos muy pintoresco, con talleres y tiendas. Es bastante caro para los chilenos promedio, pero vale la pena visitarlo, porque es como retroceder al pasado y meterse en un pueblo de la época colonial, todo es de adobe y madera.

— Suena interesante —comenta Leonie. 

— ¿Y después... adónde? —pregunta Liam.

— A las fondas.


Como los australianos no sabían lo que era una fonda, Amanda les explicó:


— Las ramadas y las fondas son lugares de diversión popular. Las ramadas son de palos y ramas, el nombre lo dice, se sirven comidas típicas y bebidas. Las fondas pueden ser de madera, lona o una carpa o incluso un lugar cerrado, también hay comida y alcohol; la diferencia es que hay orquesta o grupo folclórico, algunas presentan bailes típicos y en otras el público tiene espacio para bailar también. Hoy se inauguran a mediodía. Iremos al Parque Padre Hurtado o Intercomunal, que es un enorme parque donde se cierra un sector para las fondas, almorzaremos ahí.


Dicho y hecho, Amanda condujo uno de los jeep y Chris la seguía en el otro. Después de la visita a Los Domínicos partieron hacia las fondas, en el parque además había granja educativa, rodeo, artesanía y se presentaba un espectáculo ecuestre del Cuadro Verde de Carabineros. Escogieron una fonda para almorzar asado al palo, acompañado de chicha y terremotos.


— ¿No vas a beber? —le preguntó Craig a Amanda, que pidió sólo jugo de fruta.

— Alguien tiene que llevarlos de vuelta al hotel —bromeó ella.

— ¡Esto está muy rico! No notas que tenga alcohol. —Chris levantó su vaso de terremoto.

— Exacto... pero como es dulce, porque es vino con helado de piña y granadina, no notas que estás tomando alcohol hasta que estás todo mareado y se te mueve el piso —explicó Amanda.

— Por eso se llama terremoto —aclaró Liam—. Yo ya lo probé y pasé la experiencia —recordó riendo.

— No les recomiendo tomarse una réplica o un tsunami, porque ahí sí que van a quedar botados en el suelo —sugirió Amanda entre risas—. Elsa, creo que tú vas a tener que tomar el volante, Chris no está en condiciones. La ley es super estricta.

— ¡No estoy borracho, sólo mareado! —exclamó Chris al pararse de la silla—. ¡Por Odín, todo da vueltas!

— Te lo advertí —dijo Amanda riendo.


El sábado Amanda había agendado un tour en la viña Cousiño Macul, una de las más antiguas de Chile para seguir después con Aquitania, una viña boutique a los pies de la cordillera. Aparte de degustar los vinos nacionales, los Hemsworths estaban impresionados con la majestuosidad de las montañas, que se veían tan cerca.


— Allá arriba fue donde Amanda y yo nos conocimos —indicó Liam apuntando una cumbre nevada a su familia. Amanda le corrigió el rumbo, sonriendo.

— Amor, ese es el volcán San José... fue un poco más abajo, hacia allá.


Amanda apuntó con más precisión la zona de donde extraían los fósiles. Por cierto, añoraba haber subido con el grupo CAP este fin de semana previo a las Fiestas Patrias, ahora que el buen tiempo permitía retomar el trabajo de campo. Sin embargo, lo estaba pasando muy bien con su nueva familia y no podía quejarse.


— Gracias, Amanda —murmuró Liam cerca de su oído cuando se retiraban de la viña.

— ¿Por qué me das las gracias? No estoy haciendo nada especial, sólo trato de ser una buena anfitriona.

— Y lo estás haciendo bien. Pero cuando mostraste la cordillera y hablaste de las montañas, me di cuenta que quisieras estar ahí. Aprecio y valoro que priorices estar con mi familia en vez de haber subido a desenterrar fósiles.

— La familia siempre va a ser mi prioridad, Liam, porque ahora siento que por fin tengo una. —Amanda sonrió mirando a las niñas jugar y reír mientras caminaban a los vehículos. 

— El sentimiento es mutuo, yo siento lo mismo —contestó él,  mientras se abrazaban y se besaban.

— Apúrense, tortolitos —bromeó Luke al ver que se quedaban atrás.

— ¿Qué más nos tienes preparados, Amanda? —preguntó Craig.

— Bien, familia Hemsworth, veo que les ha llamado la atención la vista a la Cordillera de los Andes. —Ellos asintieron comentando que se veía tan cerca que podían acceder a ella, Amanda sonrió maliciosamente.— ¿Qué tal un picnic y un trekking por la precordillera entonces?

— Ya veo por qué nos pediste que vistiéramos ropa y zapatos cómodos —observó Leonie.


Todos iban muy bien vestidos con prendas de buena confección, pero sencillas y adecuadas para un día al aire libre. Casi todos iban con zapatillas o calzado sport... excepto Elsa que lucía unas vistosas botas con tacones stiletto. Totalmente inadecuadas. Amanda lo hizo notar y Elsa bromeó que no quería ser la única enana del grupo.


— Si no me pongo tacones, les llego apenas al ombligo —comentó Elsa.

— No sé cómo Chris no termina con tortícolis cuando te besa o te abraza. De partida, no sé cómo llegó a verte... ¿tal vez andaba buscando algo en el suelo? —ironizó Amanda y todos rieron.

— ¡Bingo! —exclamó Chris.  Los demás se rieron de buena gana.

— ¡Sois malos conmigo! —replicó Elsa, fingiendo un puchero. 

— Y bien... ¿adónde vamos exactamente? —pregunta Samanta.

— A la Quebrada de Macul. Es una reserva natural con flora y fauna autóctona. Además, en la entrada hay una medialuna y ahora hay ramadas durante las fiestas. No estamos lejos, síganme los buenos...


Amanda llevaba en el maletero dos grandes hieleras portátiles, termos, botellas familiares de agua, jugos y snacks varios. Apenas bajaron de los furgones SUV, Elsa tropezó en el terreno pedregoso, se tambaleó y casi fue a dar al suelo. Chris y Liam la agarraron a tiempo.


— Toma... póntelas o terminarás con un tobillo torcido. —Amanda le entregó a Elsa un par de zapatillas extra que llevaba en el maletero.

— ¡Qué humillación! —protestó Elsa en español ahora, bromeando y exagerando a la vez—. Tener que cambiar mis Manolo Blahnik por estas tenis roñosas.

— ¿Roñosas? Sólo están gastadas. En un rato más me lo vas a agradecer... ¡No puedes venir a la montaña con tacones! —le replicó Amanda de vuelta.

— Bien, familia,  Amanda nos ha traído a la montaña de todas maneras... en cualquier minuto saca sus herramientas y nos pone a todos a excavar —bromeó Liam.

— Gracioso. No traje mis herramientas, hoy vinimos de picnic.


Amanda los guió internándose en el parque, hablando de la flora y fauna del lugar, incluso tuvieron suerte de ver aves como loicas, codornices, tordos, tencas y rapaces como peucos persiguiendo a las otras aves pequeñas. Amanda se movía con soltura y experiencia, para ella, la montaña era su segundo hogar. 



Tras hora y media de caminata por el faldeo montañoso, llegaron al sector de la cascada y las pozas donde se sentaron a comer. Dannae y las niñas jugaban y exploraban alrededor, de pronto Dannae se agachó a recoger algo entre las piedras, luego fue a mostrar su trofeo al grupo de adultos.


— ¿Qué has pillado, Dannae? —consultó Elsa.

— Anan-nara... —La niña alargó el brazo, donde caminaba una araña pollito.


Elsa pegó el grito y un brinco, corriendo a ponerse a salvo. Amanda y los australianos largaron una carcajada.


— De tal palo, tal astilla —comentó Craig. 

— ¿Muerde esa cosa? —pregunta alguien.

— Hay que tomarla así, desde atrás... y dejarla que camine por tu brazo, creerá que es una rama. Si tú no la molestas, no te hace nada. Ven acá, Elsa. ¡No te va a comer! —espetó Amanda, causando otra carcajada.

— Prefiero quedarme aquí. —Elsa buscó refugio bajo un enorme árbol, sentándose en una roca junto al tronco.

— Como gustes... pero te aviso que las arañas anidan en huecos de troncos y bajo las rocas, también puede haber culebras.

— ¡Madre mía! —Elsa pegó otra carrera de vuelta hasta la manta, donde se sentó tras mirar alrededor asegurándose que no había bichos.

— ¿Ves? Te dije que me ibas a agradecer cambiar tus botas por mis tenis roñosas. No habrías podido correr con esas cosas aquí —se burló Amanda en tanto ella y Dannae devolvían el arácnido a su hábitat.


Como era principios de la temporada, todavía no habían muchos visitantes en el parque y estuvieron largo rato disfrutando en la naturaleza sin toparse otros excursionistas más que de tanto en tanto. La mayoría del público estaba en las ramadas y alrededores. Pasadas las cinco treinta, Amanda decidió empezar a recoger la basura y envases vacíos para depositarlos en los contenedores a la entrada del parque, junto a la medialuna.


— ¿Por qué nos vamos? Yo quiero quedarme aquí —preguntó Holly.

— ¿Podemos quedarnos en una carpa? —preguntó entonces Dannae.

— No, está prohibido acampar y hacer fogatas. Hay que bajar antes que oscurezca, no podemos quedarnos —le explicó Amanda sonriendo y añadió entonces—: Vamos, hay algo más que quiero mostrarles por aquí cerca.

— ¿Con qué más nos vas a sorprender hoy? —preguntó Leonie.

— Ya verán... 


Amanda se puso al volante, descendiendo de nuevo a la ciudad, pero no por mucho, a pocos metros más abajo de la medialuna tomó la avenida principal del distrito, torciendo por otra y llegando a un rústico sector denominado la Comunidad Ecológica, anexado a dos grandes patios convertidos en pueblos de artesanos, algunos restaurantes, cafés y tiendas o talleres artesanales. Entre la comunidad y la medialuna, antes completamente aisladas de Santiago, ya se habían construido una media docena de exclusivos condominios privados con grandes casas. 



Ingresó a un exclusivo condominio privado, Luke siguiéndola más atrás, mientras todos murmuraban qué hacían ahí o qué les mostraría Amanda ahora. Ella sólo manejaba mirando de tanto en tanto a Liam o los demás, señalando los nombres de las calles y avenidas.


— Llegamos, aquí es. 


La morena se bajó del automóvil, Liam ayudó a Dannae y todos los demás bajaron mientras Luke se estacionaba también y el resto bajaba, mirando alrededor. No eran mansiones al estilo de la de Liam o la de Chris y Elsa, pero aún así era un sector muy acomodado; había que tener un muy buen trabajo para comprar una de aquellas casas de cinco, siete u ocho dormitorios con grandes patios, jardines, piscina y estacionamiento para varios vehículos.


— ¿Quién vive aquí? —preguntó Holly.


— Un momento... aquí la tengo. —Amanda levantó la palma de la mano. Sacó una llave del bolsillo.— Adelante.


Todos entraron al jardín y luego Amanda abrió la entrada principal. La casa estaba vacía.


— ¿Amanda... qué...? —Empezó a decir Liam intrigado, ella extrajo de su mochila una carpeta con papeles, que exhibió a la familia.

— Este es el testamento de mi madre. Julius traficaba droga, compraba casas y departamentos para blanquear dinero, luego las arrendaba para justificar ingresos —explicó—. La fiscalía alcanzó a incautar la casa en Huechuraba, algunos departamentos, sus autos de lujo y los caballos de carrera. 

"Esta casa estaba a nombre de mi madre. También me dejó dinero en el banco... bastante, suficiente para amoblarla. Junto con otras dos casas más en otros condominios, que ya están arrendadas. Julius debe estar revolcándose de rabia en la cárcel que mamá traspasó a mi nombre todo lo que pudo antes de morir, ahora todo lo suyo me pertenece por ser la única heredera.

— En fin, algo bueno tenía que hacer tu madre por ti. —Liam abrazó a Amanda con ternura, estrechándola y depositando un beso en su frente. 


Amanda se soltó para ir mostrando las dependencias de la casa. Se componía de siete dormitorios, cuatro baños, dos salas de estar, comedor, cocina, loggia, dos baños de visitas, cuarto y baño para el servicio doméstico. Todos comentaban sobre la espectacular vista a la cordillera, junto con la buena ubicación del condominio, en la parte alta de Santiago, entre la viña, la Comunidad Ecológica, la ciudad a los pies y las montañas de fondo.


— Felicitaciones, es una linda casa, sólo falta decorarla —dijo Leonie.

—  Algunos muebles, algunos cuadros en las paredes y quedará perfecta —opinó Elsa.

— Obvio, ya me haré un tiempo para eso —contestó Amanda, luego miró a Liam, agregando—. ¿Qué te parece? Al menos, ya tenemos una casa donde puedes quedarte cuando vengas a vernos. ¿Te gusta, mi amor?

— Sí, me gusta... pero sigo insistiendo que es mejor idea que Dannae y tú se vayan a Malibu conmigo.

— No tienes que insistir. Sabes que es un hecho. En cuanto hayamos resuelto ese pequeño detalle legal con respecto a la tuición de Dannae y apenas termine mis estudios, saco los pasajes y nos vamos a Malibu. Pero es bueno que tengamos una casa aquí... por si queremos arrancarnos un rato de Hollywood.


Hablaron entonces de la forma de conseguir la custodia legal por parte de Liam, que era difícil mas no imposible. El problema era la burocracia y lo engorroso de demostrar el vínculo afectivo entre Dannae y Liam ante el tribunal de menores. Sin embargo, ambos tenían esperanzas. Y el resto de la familia Hemsworth les brindó todo su apoyo. Dannae se había ganado a todos con su encanto y su dulzura.

Tras retirarse y hablar con los guardias del condominio, Amanda sugirió caminar hasta un mirador cercano para ver la puesta de sol sobre Santiago. Tras el ocaso alguien propuso que era hora de volver, pero no se movieron excepto para tomar fotos y grabar la salida de la luna detrás de la cordillera, ver las estrellas salir y las luces de la ciudad era hipnotizante también. Hasta que las pequeñas empezaron a bostezar y las subieron medio dormidas a los vehículos. 

Cuando llegaron al hotel pidieron comida a la habitación para cenar en familia. Dannae quiso dormir con sus abuelos y ellos accedieron, llevándola a su suite. A solas en la suya, Liam y Amanda se desvistieron poco a poco el uno al otro para hacer el amor apasionadamente.


— Lindas ojeras... parece que no durmieron mucho —recalcó Chris riendo, dándole un codazo a su hermano menor.

— Las tuyas están mejores —bromeó Liam—, por si no te has mirado al espejo esta mañana.

— Sí, pero son por culpa de India, que no quería dormir... al menos tú y Amanda lo pasaron bien, ella se ve feliz y tú sonríes como estúpido.


El domingo decidieron no levantarse tan temprano y pedir desayuno a la suite de Craig y Leonie, que era la más grande, mientras aún circulaban en albornoz o pijamas. Preguntaron a Amanda por opciones dónde pasar ese domingo y ella señaló que aún faltaban en su lista el cerro San Cristóbal, el Santa Lucía, el Parque Forestal, el restaurante La Piojera, las fondas del Parque O'Higgins y otros atractivos que quería mostrarles, tal vez ir a Viña y Valparaíso. Pero Liam y sus padres tenían una idea distinta: ir a almorzar a Bellavista, recorrer la galería de tiendas y después visitar el hogar Santa Miccaella, porque los hermanos Hemsworth querían hacer una donación.


— ¡Estupendo, me parece perfecto! —Amanda estuvo de acuerdo, pero luego remarcó—: Sin embargo, la mejor acción solidaria que podemos hacer es darle amor a esas niñas que nadie va a ver. Hay más de cuarenta niñas actualmente, pero más o menos una docena están ahí sin que nadie las visite, no hay padres, familia o padrinos que las saquen a pasear o las visiten al menos. Así, además de la donación, les llevamos un poco de cariño y compañía. 


Los Hemsworths se arreglaron para salir. Llevaron leche, snacks y golosinas que compraron de camino a Bellavista. No subieron al San Cristóbal para no demorar, quedaría pendiente, sólo vitrinearon y compraron souvenirs en los locales del barrio Bellavista.


— Adelante. —Una monja abrió la reja del hogar y la madre superiora les dio la bienvenida.


Después de compartir una alegre tarde con las niñas, Mirna, la asistente social del hogar se acercó a Amanda y Liam para darles una noticia alentadora.


— No es necesario que Liam pida la custodia, es muy engorroso y lento. Hay otra alternativa más práctica y dentro de la ley. Cuando un niño no ha sido reconocido por el padre biológico, como Dannae, cualquiera puede reconocerlo como hijo.

Continue Reading

You'll Also Like

553K 64.4K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
71.1M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
68.6K 3.7K 42
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...