No quiero ser tu esposa (Camr...

By papillon2701

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Lauren pasó de ser su sueño a ser su pesadilla. More

Capítulo 1. I hate you but I love you... but I hate you
Capítulo 3. Sin salida
Capítulo 4. Bajo el techo de tu enemigo
Capítulo 5. Somos una familia feliz
Capítulo 6. No quiero quererte
Capítulo 7. Bora Bora
Capítulo 8. Esto es la guerra
Capítulo 9. Laura Cabello
Capítulo 10. La boda
Capítulo 11. De nadie más
Capítulo 12. Losing my mind
Capítulo 13. De cero
Capítulo 14. Ella es fuego
Capítulo 15. Sin mirar atrás
Capítulo 16. Confusiones y verdades
Capítulo 17. Corazones al alba
Capítulo 18. No rules
Capítulo 19. Te voy a amar siempre

Capítulo 2. Malas intenciones

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By papillon2701



Lauren


"¿Qué yo estaba enamorada en secreto?" La frase de mi mejor amiga me había mantenido en un estado de distracción aguda durante el resto del día, bueno, cabe decir que ya no era un secreto, si ella lo había notado. La cuestión era que: YO tenía un pequeño y nuevo problema, es cierto, debo admitirlo, no me hubiese enterado que tenía un tonto enamoramiento si Lucía no me lo hubiese advertido. Entonces si la vi-den-te de Lucía Vives lo había descubierto por sus propios méritos, y nadie que yo conociera era tan sagaz como ella, muy posiblemente mi secreto-no-secreto aún era un secreto.

-¿Lauren? Hey Lauren... ¡Lauren Jauregui!

Lauren Jauregui, sí, ese es mi nombre, admito que cierta gente piensa que soy... "muchas cosas", pero en realidad, la única persona que me conoce y quién podría juzgarme objetivamente es sin duda alguna mi mejor amiga, yo no era la típica estudiante promedio ¿normal? Bueno, nadie es normal para ser sincera, simplemente somos diferentes. Lo que sí era, era la chica que se había acostumbrado a crecer entre las mentiras.

-¿Eh? – Fue todo lo que logré articular después de haber sido sacada abruptamente de mis pensamientos, los cuales se estaban convirtiendo absurdamente caóticos.

-Hoy es de esos días en los que mantienes baja la guardia. – Comentó mi amiga mientras recogía los libros sobre el escritorio, la clase había culminado y yo apenas me enteraba. – Espera. – Dijo deteniéndose en seco. – No me digas que no has podido superar mi "asombrosa" revelación.

-Antes, permíteme decir que tu "asombrosa" revelación no tiene nada de asombrosa. – Le dije bastante convencida.

-Eso fue precisamente lo que quise decir hace un momento, pero no me sorprende que no lo hayas captado. – Habló haciendo un gesto de impaciencia, Yo la miré desconcertada. – Últimamente eres una idiota.

-Hey... te aprovechas de mis días malos. – Advertí con descuido mientras observaba detenidamente mis zapatos, sabiendo que el fondo sus palabras tenían algo de razón, desconocía ese porcentaje, pero sabía que no era inexistente.

-¿Lo ves? Estás enamorada, Jauregui. – Se burló tomando mi mano y arrastrándome hasta la cafetería.

¿De repente ser idiota de tiempo completo es un síntoma de enamoramiento? Lo he pensado con minuciosidad y aún no he llegado a una conclusión convincente.

-¿Sabes? He estado pensando que si nunca he tenido un enamoramiento con alguien, ¿cómo diablos voy a saber si está sucediendo justo ahora?

-Vale, enamorada es una exageración, pero si estás así por un chica deberías prestar más atención, nunca te veo animada con las que sales, pareciera que todas te dieran igual, no me digas que todavía sales con esas chicas sólo por arrebatárselas a Austin... – Mi amiga me miró suspicazmente y yo me encogí de hombros. – Eres un caso perdido y una desgraciada por jugar con los sentimientos de los demás. – Me regañó.

-Por favor Lucía, sabes bien que ellas también me utilizan, no soy más que una especie de trofeo a la que pueden ir por ahí exhibiendo... ninguna me ha querido realmente.

-¡Jo! Resulta que ahora tú eres la víctima. – Se rió con sarcasmo, yo la fulminé con la mirada.

-Aunque tengo que confesarte que sí hay una chica que ha conquistado mi corazón. – Empecé a hablar con seriedad, ella me miró esperanzada de que hubiese sentado cabeza, estaba esperando mi respuesta cuando contesté. – Tú. – E inmediatamente estallé en carcajadas, Lucía se enojó y me lanzó un débil puño en mi brazo que apenas sentí. -¡Vamos! Es verdad, eres la persona que más aprecio en esta universidad, la única que me conoce y sabe que no soy tan mala gente como dicen por ahí y la única que no le puedo hacer cambiar de parecer sobre su sexualidad. – Le guiñé un ojo y ella sonrió, aunque realmente nunca había visto a mi amiga como algo más allá, estaba casi segura que era heterosexual hasta ese momento.

-En realidad... hay una chica que me gusta desde hace un tiempo. – Cuando mi mejor amiga dijo eso, escupí toda la soda que me había llevado a la boca debido a la impresión. – Sé que no te lo había dicho, pero es que no tengo oportunidad, ella... ¡ella solo sale con chicos! – chilló decepcionada.

-¡Con un demonio! ¿Cómo me has ocultado algo así? – Le reclamé haciéndome la dolida. – Vale ya, dime quién es, no seas tan cobarde y llevemos un plan a cabo, te ayudaré. – Le prometí con una sonrisa.

-Es Verónica Iglesias, incluso inscribí todas mis materias y las tuyas en sus mismos horarios este semestre. – Admitió y yo estuve a un punto de burlarme, mi amiga me había involucrado en la cursi idea de seguir hasta en las clases a esa chica.

-Así que no es casualidad que la veamos a ella y a su amiga en todas y cada una de nuestras clases.

-¿Qué amiga? – Preguntó Lucía interesada.

-La flacucha cubana... - Me quedé pensando en la forma tan despectiva como me había referido a la chica nueva, y no pude evitar sonreír sin razón. Reaccioné y miré a mi amiga que tenía cara de confusión.

-¿Te refieres a Cabello? – Elle me preguntó y yo asentí. – Sí, son buenas amigas, inseparables para decirlo mejor.

-Haremos una fiesta en mi casa... y ahí tendrás tu oportunidad, tú sólo preocúpate por ponerte guapa yo me encargaré del resto.

-Irá media universidad. – Me avisó y yo puse cara de ¿Y...? – Austin, ¿quieres volver a lidiar con eso?

-Si se atreve a ir, pues que vaya, habrá tanta gente que con suerte ni tendré que cruzármelo, por ahora lo que tenemos que garantizar es que Verónica asista. – Empecé a hablar calculadoramente y Lucía sonrió desesperanzada, no me gustaba verla así, especialmente porque tenía tiempo ya que no se ilusionaba con alguien.


Camila


-¿Qué es lo que tanto se rumora para el fin de semana, Vero? – Pregunté a mi amiga, pues ya estaba empezando a darme curiosidad ver tanta gente conversando acerca del tema de una buena fiesta que se llevaría a cabo el sábado.

-Es una de las fiestas semestrales que se realiza en casa de Jauregui. – Respondió tranquilamente. - ¿quieres ir? – Me preguntó emocionándose de repente. – Irá media universidad, Camila, lo más seguro es que Austin también asista, pero primero, tenemos que conseguir una invitación.

-¿Lauren Jauregui da invitaciones a media universidad? – Le pregunté incrédula y ella sonrió burlándose de mi ingenuidad.

-Las falsifican, ella lo sabe y nunca hace algo al respecto, por momentos me cae muy bien.

Hablando de la chica pelinegra de portentosos ojos verdes, de repente apareció entre un tumulto de estudiantes y estaba muy cerca de nosotras, específicamente en frente de nosotras, mirando fijamente sin espabilar a mi amiga Verónica, ese día traía unos jeans ajustados y una blusa descomplicada que dejaba ver su ombligo y ese vientre plano que la hacía lucir espectacularmente sexi, por Dios que era una divinidad, y yo estaba ahí mirándole hipnotizada, afortunadamente su atención se concentraba en mi amiga, de otra manera me habría descubierto babeando por ella.

-¿Eres Verónica, no? – Preguntó de la nada sin tener siquiera la decencia de saludar.

-Por supuesto, ¿qué necesitas? – Mi amiga no sentía ningún tipo de admiración hacia ella, creo que se debía a que su atracción era el enemigo natural de Jauregui: Austin. Lauren hizo un gesto de insatisfacción, creo que esperaba una reacción diferente en la castaña, pero bueno, quizás alguien deba darle un par de lecciones a su ego.

-Soy Lauren. – Dijo como si necesitara presentarse, le ofreció un par de invitaciones a Vero y me miró de reojo, por esos cortos segundos mi corazón se detuvo. – Quiero que me hagas el honor de asistir a mi fiesta de mañana, ve con tu amiga. – Le guiñó un ojo ladeando la cabeza en mi dirección y yo creí que me derretiría sobre el césped.

-¿Por qué me estás invitando? – Preguntó mi amiga antes de que la pelinegra se retirara, Lauren la miró con sumo desconcierto, como fuera de base.

-Alguien quiere que asistas a esa fiesta. – Respondió con una media sonrisa y la castaña asintió como hipnotizada por los verdes ojos de Lauren, no es broma que esa chica sugestionaría a cualquiera con esas miradas que regala. Jauregui no dijo nada más, simplemente dio la vuelta y con gran velocidad desapareció.

-Alguien tiene una nueva conquista. – Tropecé a Verónica para empezar fastidiarla ella se sonrojó un poco.

-Según Jauregui, ¿Qué tal sea un invento? Pero bueno, algo positivo ha surgido en este día, iremos a la fiesta de mañana invitadas por la propia anfitriona, ¿No te parece genial? – Comentó con una enorme sonrisa yo asentí.


Lauren


Sábado, finalmente sábado, ahora que llegaba el día ya no me sentía siquiera emocionada por la fiesta, siempre me pasa, con el tiempo te aburres de las cosas que antes te llenaban de fervor, pero las fiestas se trataban más bien de una costumbre que me negaba a romper por capricho. Mis padres no estaban, lo que era común, Michael pasa viajando a Europa o a otras ciudades del país por sus negocios y mi madre vivía de vacaciones la mayor parte del año, yo ya empezaba a sospechar que tenía un amante, ellos no contaban mucho acerca de sus problemas personales, eran... extraños y muy distantes. Pero bien, del fruto de ese "amor" planeado y prácticamente obligado por mis abuelos nací yo. A veces creo comprender a mis padres, no quisiera casarme y hacer una vida junto a alguien que no amas y que nunca amarás.

Ese día anocheció con prontitud y la gente empezó a llegar, eran más los desconocidos que los conocidos, y pocos saludaban, siempre era así, por lo general las veces que no tenía pareja como hoy, me sentaba en la barra a beber hasta que me sintiera lo suficientemente borracha para irme a dormir y no soñar siquiera. Pero hoy sería completamente distinto y para eso necesitaba mantenerme sobria.

-¿Qué pasa Jauregui? Te ves... diferente, como si tramaras algo. – Mi amiga Lucía apareció detrás de mí justo antes que me bebiera mi tercer trago de la noche.

-No te equivocas, sí tramo algo, y si todo sale según mis planes, es probable que mañana me odies. – Respondí y el semblante de desconcierto de mi mejor amiga no tuvo precio, pagaría por volverlo a ver, aunque sabía que pronto tendría una nueva oportunidad.

-¿A qué diablos te refieres, Lauren? Será mejor que empieces a hablar. – Me amenazó y yo reí.

-Te enterarás en tu momento... Pero cambiando de tema, mira quien llegó. – Señalé la entrada donde venían Verónica y la chica más preciosa de la fiesta: Camila, yo sonreí para mis adentros, la noche estaría cargada de sorpresas, de eso no tenía duda.


Camila


Vaya, la casa de Jauregui era una casa bonita sin dudas, pensé que sería una exageración cuando Verónica dijo que iría media universidad, pero es que su patio es lo suficientemente grande para albergar mucha gente, porque había demasiada gente. La barra principal estaba en un lugar alto de donde se veía el resto de la multitud, y ahí en centro estaba ella, imponiéndose como sabía hacerlo en los lugares que concurrían, vestía completamente de negro, y sus ojos parecían esferas mágicas entre la oscuridad. Ella podía ser perfectamente la encarnación del mismo demonio o de un ángel, no me decidía aún.

Pero sin que pasara mucho tiempo, Austin apareció frente a nosotras, sin dudas se veía muy guapo, como siempre, esta vez lo acompañaban dos chicas que parecían sacadas de revista, cierto, él no era tan diferente a Jauregui en ese sentido. Sin tener la intención de disimularlo coqueteó nuevamente conmigo, pero yo decidí ignorar sus indirectas y también sus directas, Verónica parecía enojada con mi comportamiento, ella insistía en que yo debería ponerle atención al chico de ojos avellana.

-¿Para qué alimentar más su ego? – Fue todo lo que comenté respecto a la cara de piedra que guardaba mi amiga, luego de haber rechazado a Austin y a su compañía en toda la noche. – por favor Vero, mira nada más las chicas con que se aparece, parece que las utilizara de adorno o qué sé yo, siempre queriéndose ver como el más deseado, no estoy para esos juegos.

-Todavía estoy esperando a quien quería que estuviera en esta fiesta según Jauregui. – Empezó a hablar la castaña mientras miraba con insistencia a su alrededor, parecía que tenía buenas ganas de una aventura, - Hablando del rey de roma. – Agregó de repente mirando hacia una dirección y allí venía Lauren como si la hubiesen invocado, consigo traía una botella y unas copas, apenas se encontró con nosotras nos brindó y aceptamos su trago exclusivo.

-Hola chicas. – Parecía de buen humor, saludó con sonrisa y todo incluido, esta vez Verónica se veía más relajada con su presencia, con tan solo el primer trago me empecé a sentir bastante extraña, no era tan fuerte como para decir que emborrachaba rápido, parecía de esas bebidas traicioneras, temí embriagarme sin notarlo. – Quiero presentarles a mi mejor amiga. – Agregó y una chica delgada apareció, su piel era de un bonito color trigueño, castaña y unos divinos ojos marrones, ella era cautivadora e inspiraba una ternura irremediable, fue amable y nos cayó bien al instante, su nombre era Lucía. Lauren me miró con la intención de empezar una conversación conmigo y yo estaba emocionada, tanto que no me di cuenta que lo que pretendía era alejarnos del otro par de chicas para dejarlas "a solas".

-Sé que no fui tan agradable la otra vez. – Empezó a hablar ella y extrañamente no se notaba tan segura como las otras veces, no entendí por qué en ese momento. – Así que quería preguntarte si te gustó la rosa con la nota. – No me esperaba que dijera eso, así que había sido ella, de una u otra manera me sentí ilusionada, Lauren había tenido un gesto bonito. – No me pareció tan prudente disculparme personalmente ya que no nos conocíamos...

-No te preocupes, creo que fue una buena disculpa. – La interrumpí y sonreí, definitivamente me agradaba esta nueva Lauren, aunque ¿Cuál era la verdadera?

-Y ahora que todo está aclarado, quizás podamos empezar de nuevo, ¿No crees? – Me propuso con una sonrisita espectacular de esas que te derriten, yo ya empezaba a sentirme más extraña y exaltada luego del segundo trago, no sabía si era algún tipo de embrujo o era que de verdad Lauren Jauregui me gustaba tanto.

Quizás esa noche no debí haber confiado en aquella chica misteriosa tan seductora, todavía recuerdo la primera vez que mis ojos se posaron sobre ella, ese inocente sentimiento de atracción que nació en la playa aquella tarde cuando el sol se ponía y yo la vi pasar con su grupito de amigos, nuestras miradas se conectaron casi al instante y ahí, en ese preciso momento ella me embrujó. Pero esa Jauregui que tus ojos perciben, que pareciera enamorar a simple viste contrasta agresivamente con el veneno que esa chica lleva por dentro, y yo no era más que otra de sus víctimas.

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