PoV Stiles
Delante de mí hay un zorro de nueve colas negro que me mira fijamente, doy un vistazo al sitio donde estoy y podría asegurar que es una habitación de Eichen House. Un escalofrío me recorre mi columna cuando pongo los pies en el suelo, un frío extremo hace que mis dientes empiezan a chocar.
- ¿Dónde estoy?- Le pregunto al zorro, él me mira y gira la cabeza como si no me entendiera, yo resoplo y miro a mi alrededor, voy hacia la puerta pero está cerrada.- ¿Rhys estás aquí?- Pregunto mirando el pasillo de esta planta, él vaho que sale de mi boca me confirma que la temperatura de este lugar es mucho inferior a la que debería de ser. Me giro y veo como el zorro se convierte en Rhys antes de convertirse en el Nogitsune, un apuesto soldado.- ¿Rhys dónde estamos?- Le pregunto acercándome tiritando.
- Estamos en tu cabeza, te estoy ayudando a recuperarte.- Me dice pasando por mi lado y abriendo la puerta que hace unos segundos estaba cerrada.- Sígueme.- Me ordena y yo asiento.
- ¿Porque hace tanto frío aquí?- Le pregunto abrazándome en busca de calor.- ¿Y porque mi cabeza tiene forma de Eichen house?- Le pregunto siguiéndolo por los pasillos.
- Eso es cosa tuya, yo no tengo nada que ver con eso.- Me dice sin girarse y guiándome hacia la parte sobrenatural del edificio.
-¿Cuantos días llevo dormido?- Le pregunto con curiosidad mirando lo real que parece todo.
- Este es el tercer día que llevas así.- Me dice parándose delante de la habitación que era de Meredith, lo miro sorprendido.- Tranquilo te vas a despertar ya, es hora de dejar de preocupar a todos.- Me dice abriendo la puerta, una luz muy fuerte hace que retroceda dos paso hacia atrás.- Cuida de Derek esta tocado, esta un poco mejor solo necesita que estés con él .- Me dice antes de empujarme, yo grito mientras que una sensación de quemazón me recorre el cuerpo.
Me siento de golpe gritando, unos brazos me rodean y las lágrimas caen por mis ojos al reconocer el olor de mi padre. Me giro y veo las ojeras en sus ojos y la barba desarreglada de mi padre.
- Papá...- Suspiro y lo abrazo fuerte mientras apoyo la cabeza en su hombro. La puerta se abre de un portazo y un Derek muy demacrado entra por ella, su vista recorre toda la habitación y al verme sus rodillas fallan y cae al suelo mientras las lágrimas caen por sus mejillas. Peter enseguida entra e intenta ponerlo en pie.
- Stiles.- Me llama con la voz rota desde el suelo, yo alargo los brazos como si fuera un bebé en busca del cariño de su padre, él se levanta de golpe dejando a su tío sorprendido y corre abrazarme. Su olor me hace relajarme, pero su sollozo me hace mirarlo a la cara.- Lo siento pequeño, lo siento. Debería haber hecho algo y no lo hice.- Me dice mientras llora en mi cuello.
- Shh, no es verdad Derek. No es tu culpa, nada de estos es tu culpa me entiendes.- Le digo cogiéndole la cara y mirándolo a los ojos.- Nada de esto es tu culpa, solo de Danny y Kate, solo de ellos.- Le digo en un susurro él niega y yo lo obligo a mirarme otra vez.- Repite conmigo, es culpa de Danny y de Kate.- Él me mira y una lágrima cae por su ojo.
- Es culpa de Danny y Kate.- Repite en un susurro, yo asiento y vuelvo abrazarlo mientras escondo mi nariz en su cuello y aspiro su aroma.- Todo es su culpa, no mía, suya.- Susurra mientras me abraza más fuerte.
- Eso es grandullón, eso es.- Le digo acariciándole el pelo. Derek se separa y se sube a la camilla conmigo y me apoyo en su pecho.
Por fin puedo respirar tranquilo, teniendo aquí a mi hombre, cierro los ojos disfrutando el silencio que reina en la habitación. La mano de Derek se coloca en mi cintura y me atrae más a él hasta quedar completamente pegado a él.
- Tranquilo Derek no me voy a ir.- Le digo levantando la mirada y mirándolo a los ojos, puedo ver el miedo reflejado. Me siento y me acerco más a él. Coloco mi mano en su mejilla y me acerco a besarle, al principio se tensa, pero enseguida me sigue el beso, es un beso tranquilo, en el que demostramos todo lo que no hemos podido demostrarse en una semana.
Dos toques en la puerta nos hacen separarnos lentamente, le sonrío antes de girarme hacia la puerta y ver a Melissa mirándonos con cariño.
- ¿Como estás Stiles?- Me pregunta acercándose y quitándome la vía del brazo.
- Un poco entumecido, pero es normal después de tres días en cama.- Le dije encogiendo los hombros y me recuesto en el pecho de Derek, los dos me miran sorprendidos y yo levanto la ceja.- Tranquilizaos, Rhys me lo ha dicho antes.- Les digo consiguiendo que se miren entre ellos extrañados.
- ¿Antes?- Yo miro a Melissa que me mira con preocupación.
- Si Melissa, Rhys, el Nogitsune, es él que me ha ayudado a despertar.- Le digo mirándola mientras siento como la mano de Derek acaricia mi cadera.- Nos ha dado tiempo hablar y me ha dicho que llevaba tres días así.- Le digo, ella me mira y asiente con una sonrisa un poco tensa, sé que no me acaba de creer así que noto como Rhys tomo el control de mi boca.
- Hola Sra. McCall, soy Rhys.- Melissa me mira con sorpresa.- He ayudado a levantar a Stiles porque os veía demasiado preocupados así que he acelerado la curación y lo he despertado antes.- Le dice Rhys antes de dejarme el control a mí.
- Lo ves Melissa como no estoy loco.- Le digo con una sonrisa dulce, ella asiente y se va aun sorprendida. Me giro a mirar a Derek y me está mirando con miedo.- Sourwolf soy real, estoy aquí contigo y no me voy a ir.- Le digo lo más suave que puedo.- Mira dame tu mano.-Le digo alargando la mía, me la da y la pongo delante de nuestros ojos.- Cuenta conmigo.- Le digo, empezamos a contar los dedos y cuando se da cuenta de que solo hay cinco se relaja y me abraza más fuerte.
- Te quiero Sti.- Me dice escondiendo su cabeza en mi cuello y oliendo mi aroma.
- Yo también te quiero Sourwolf, yo también.- Le digo acariciándole el pelo mientras me relajo.
PoV Peter
Después de dejar a mi sobrino con Stiles me siento en los bancos de sala de espera por si Derek me necesita otra vez. Desde que Derek ha despertado no me he movido de aquí, ya echo de menos una ducha caliente y una comida en condiciones. Pongo mi cabeza entre mis manos y suspiro. Cierro los ojos y dejo que el cansancio poco a poco se apodere de mi cuerpo. Una mano en mi hombro me hace dar un salto y estar en alerta. Liam me está mirando con una sonrisa avergonzada.
- Lo siento no quería asustarte.- Me dice yo niego, mientras me estiro en la silla y me recuesto en respaldo de la silla.- Deberías ir a casa.- Me dice sentándose a mi lado y mirándome curioso.
- No quiero dejar a Derek.- Le digo mirando hacia la habitación de Stiles.
- Voy a decirlo de otra manera.- Me dice consiguiendo que lo vuelva a mirar a los ojos.- Vamos a tu casa a que te duches y comas algo.- Me dice mientras me obliga a levantarme. Lo miro incrédulo ¿Quien se cree para hablarme así? Miro hacia la puerta de Stiles, y puede que sea el mejor momento para ir a casa un rato, vuelvo a mira a Liam y asiento.
- Espera que avise a Noah y nos vamos.- Le digo dándome la vuelta y yendo a la silla donde está el Sheriff. Me pongo a su altura y él me mira a los ojos.
- Voy a ir a casa a cambiarme y comer algo, si pasa algo con Derek llámame.- Le digo él asiente y vuelve a mirar el suelo. Suspiro y voy hacia donde está Liam.
- Vamos pequeño.- Le digo pasando mi brazo por sus hombros, él se sonroja pero yo no me aparto.- ¿Has traído el coche?- Le pregunto, él asiente y saca mi brazo de sus hombros. Lo sigo hasta su camioneta y le doy mi dirección. Él la pone en el GPS y me permito dormirme unos minutos.
*
Unos suaves movimientos me hace despertarme, me giro y veo a Liam mirándome con las mejillas sonrojadas.
- Ya hemos llegado.- Asiento y salgo del coche seguido por él.
Entramos y Liam se queda fascinado al ver mi departamento, cierra la puerta y inspecciona todo el salón, sonrío al ver a mi pequeño mirar con fascinación el salón. ¿Espera, mi pequeño? Este niño se me ha calado hondo.
- Liam me voy a duchar, puedes mirar todo lo que quieras.- Él asiente acercándose a mi biblioteca.- ¿Me podrías hacer el favor de cocinar algo? Solo si sabes y no te molesta.- Le digo avergonzado mientra me rasco la nuca.
- No te preocupes, vete a duchar tranquilo.- Me dice sin dejar de mirar mis libros.
Sonrío y voy hacia el baño y me desnudo, entro y dejo que el agua toque mi piel, un gemido de satisfacción sale de mi boca. Me quedo unos diez minutos debajo del agua sintiendo como todos mis músculos se relajan.
Después de otros diez minutos apago el agua y me pongo la toalla en mi cintura. Abro la puerta y veo a Liam con la mano levantada preparada para tocar a la puerta. Liam me mira de arriba abajo y se sonroja al darse cuenta de que solo llevo una toalla.
- La comida ya esta lista.- Susurra sin mirarme a los ojos, yo sonrío y levanto su cabeza suavemente para que me mire a los ojos.
- ¿Te da vergüenza verme así?- Le digo mientras acaricio su mejilla.
- Si.- Susurra casi sin voz, me mira a los ojos y yo sonrío provocando que se sonroje más.- Se va enfriar.- Me dice señalando el comedor, yo asiento y voy hacia el comedor solo con la toalla.- ¿Puedes vestirte Peter?- Me dice mirando hacia otro lado. Yo me rio y voy hacia mi cuarto. Lo escucho suspirar, mientras se recrimina por ser tan vergonzosos. Me visto con un jean ajustado negro y una camiseta de V-neck blanca. Cuando entro al comedor el olor de la pasta me hace babear.
- ¿Macarrones con queso?- Pregunto sentándome delante de Liam, él asiente con una sonrisa mientras me mira.
- Es lo único que sé cocinar.- Me dice rascándose la nuca, yo cojo su barbilla y lo hago mírame a la cara y le sonrío.
- Me encanta la pasta, tranquilízate.- Le digo con una sonrisa ladeada antes de apartar la mano de su cara.
Comemos en silencio mientras intercambiamos mirada y sonrisas. Cuando acabo me levanto y cojo nuestros platos para lavarlos. Todo está limpio, me tumbo en el sofá y enciendo la televisión. Liam se me queda viendo desde la mesa sentado.
- Siéntate aquí pequeño.- Le digo dando palmaditas a mi lado, él se lo piensa un poco y se sienta al lado de mi cabeza, aprovecho y coloco mi cabeza en sus piernas. Él se tensa, pero al ver que no tengo intención de quitarla acerca con miedo su mano a mi pelo y comienza acariciarlo con mucho inseguridad. Sus torpes caricias hacen que me duerma encima de sus piernas.