Cap. 10
Arranqué y me llevé conmigo a Derek. Siendo honesto, no estaba listo para estar más de 10 minutos encerrado en un coche con él. Las pocas veces anteriores en las que nos habíamos visto, evitamos el tema que me traía la cabeza mareada y el estómago con mariposas. El beso.
Saqué mi teléfono y le mande un SMS a Scott, preguntándole si ya había encontrado la bala. Como era de esperar, mi mejor amigo que supuestamente siempre va a estar ahí para mí me ignoró.
—Maldición. —Murmuré y volteé a ver a Derek, quien estaba sangrando demasiado. — Oye, intenta no desangrarte en mi asiento. ¿Quieres? Ya casi llegamos.
Él me miró intensamente y aunque estaba pálido y débil tuvo el mismo efecto en mí. Mariposas.
— ¿A dónde? —Me preguntó. Su voz sonaba cada vez peor. Pobre tonto. Esto le hace una florecita, no puedo esperar a ver que le hace una planta carnívora.
Me reí tantito de mi broma mental.
—A tu casa. —Le contesté. Supongo que la “florecita” le afecto el cerebro.
— ¿Que? No, no puedes llevarme ahí. —Me contestó.
— ¿No puedo llevarte a tu casa?
—No cuando no puedo protegerme, no. —ME contestó como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Me orille a la banqueta y paré el Jeep.
— ¿Qué pasará si Scott no encuentra tu bala mágica? ¿Te morirás? —Le pregunté, un poco agresivo.
—Aun no. Tengo un último recurso. —Me contestó.
— ¿A qué te refieres? ¿Último recurso? —Dije y él se levantó la manga, mostrándome la herida de la bala. —Ay, por Dios. ¿Qué es eso? ¿Es contagioso? Sabes que, deberías bajarte del auto.
—Enciende el auto. Ahora. —Me mandó. En ese momento perdí los estribos.
—No me deberías estar dando órdenes, así como te ves. De hecho, creo que si quisiera, podría dejar tu trasero de hombre-lobo justo a la mitad del camino y darte por muerto. —Le grité.
—Enciende el auto o te abriré la garganta con mis dientes. —Me amenazó, a lo que yo me reí.
— ¿Si? Bueno, ya tuviste esa oportunidad. Pero en vez de usar tú boca para abrirme la garganta, me besaste. —Le dije. Él me miró un poco confundido y yo me arrepentí automáticamente de haberlo dicho.
—Stiles. ¿Crees que es el momento adecuado de hablar de eso? Arranca el auto. —Me dijo y esta vez lo obedecí.
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Después de manejar a lo tonto en un silencio incomodo, frené el auto y llamé a Scott.
— ¿Qué hago con él? —Le pregunté.
—Llévalo a cualquier lugar. A donde sea. —Me dijo mi torpe amigo. Claramente eso es útil.
—Por cierto, está empezando a oler. —Le dije.
— ¿Oler a qué? —Me preguntó Scott y no fui capaz de mentirle.
—Oler a muerto. —Le contesté.
—Llévalo a la clínica veterinaria. Hay una llave detrás del basurero.
Me volteé a ver a Derek y mientras le pasaba el celular, le dije: — No vas a creer a donde me dijo que te lleve.
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Llevé a Derek a la clínica veterinaria y tuve que ayudar a Derek a caminar. Sentirlo tan cerca de mí era extraño pero reconfortante. Me gustaba tenerlo a mi lado. Sin camisa.
Derek puso su mano en la mesa del laboratorio de la clínica. Estaba feo. Venas moradas se marcaban alrededor de la herida de la bala.
—No parece que sea algo que un poco de medicina y un buen sueño no puedan curar. —Le dije.
—Cuando la infección llegue a mi corazón, moriré. —Me dijo en un tono muy sombrío.
—El optimismo no es parte de tu vocabulario, ¿verdad? —Dije, pero Derek me ignoro. ¿Se dan cuenta que me enamore del el hombre que peor me trata? Soy un imbécil.
—Si no llega a tiempo con la bala, tendrás que cortar mi brazo. —Me dijo, a lo que me reí sarcásticamente.
—Ni de chiste te corto el brazo. —Le contesté. Él me dio algo como una cierra eléctrica. — ¿Y si te desangras?
—Sanará si funciona. — Me contestó.
—No sé si pueda hacer esto.
— ¿Por qué no?
—Pues, por cortar carne, ver el hueso y en especial la sangre.
— ¿Si ves sangre te desmayas?
—No, pero tal vez al ver un brazo cortado.
—Está bien. ¿Qué tal esto? O me cortas el brazo, o yo te corto la cabeza.
—Tus amenazas no me asustan. —Y en el momento que dije eso, me jaló de la camisa con su brazo bueno y me miró amenazante a los ojos.
—Bien. Lo haré. —Le dije, pero él de la nada empezó a vomitar sangre negra. Qué asco.
—Tienes que hacerlo ahora. —Me informó y yo agarré, la cierra listo para cortarle el brazo a Derek. Entonces, llegó Scott.
Scott le dio la bala a Derek, pero él perdió la fuerza en su cuerpo y se cayó al piso, dejando que la bala rodara hasta una coladera.
Scott fue por la bala y yo me quede a lado de Derek, esperando que despertara.
— ¿Derek? Vamos, despierta. Scott, ¿qué diablos haremos?
—No lo sé.
—Creo que está muerto. Creo que está muerto. —Grité triste. No me había dado cuenta de lo mucho que me afectaría que Derek muriera. Por mucho que lo negara, yo sentía algo por él.
— ¡La tengo! —Gritó Scott y yo le di un golpe a Derek en la cara. Fuerte.
Derek despertó, abrió la bala con los dientes y saco de esta un polvo para después quemarlo. Una vez quemado, se lo metió en la herida. Él empezó a gritar de dolor y a retorcerse en el piso, pero la herida se curó.
Derek se levantó y Scott le pregunta: — ¿Estás bien?
—Claro. El dolor letal me fascina. —Contestó Derek usando el sarcasmo. ¿Qué acaso nadie entiende que el sarcasmo es solo mío?
—Supongo que la cualidad de usar sarcasmo es buena señal. —Dije, regresándosela a Derek por usar el sarcasmo que solo se me está permitido a mí.
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Me acosté en mi cama, listo para ir a dormir, cuando Derek entró por mi ventana. Yo ya estaba acostumbrado a que Derek estuviera en mi cuarto todas las noches, así que ni me moví.
Él se acostó a mi lado y me miró pero sin tocarme.
—Gracias. —Me dijo. Por primera vez, Derek estaba hablándome con cortesía y educación.
—De nada. —Le contesté, sin saber que más decir.
—Hay algo que tengo que decirte Stiles. —En el momento que esas palabras salieron de su boca, yo me senté en la cama.
—Entonces será mejor que me las digas de una vez. —Dije, usando un tono formal.
—No sé cómo decírtelo. Entenderé si no quieres. Tuve las sospechas cuando te desmayaste enfrente de mí, la noche de la primera luna llena. Luego, cuando me revelaste que tenías sueños y visiones de lo que me pasaba, estuve seguro. No entiendo cómo puede pasar esto más de una vez. Según yo, esto es algo que solo les pasa una vez en la vida a pocos hombres-lobo.
— ¿Qué? —Le pregunté, no pudiendo entender a dónde quiere llegar con esto.
—Tu, Stiles, eres mi ‘trigger’ lo que significa en español algo que desencadena, que provoca. Estar contigo me provoca el cambio. Es como si fuera adicto a ti. Stiles, esto ya me pasó una vez y no terminó bien. Te voy a pedir que de ahora en adelante no estemos juntos. Para nada. Tu por tu camino y yo por el mío. No puedo dejar que esto vuelva a pasar. —Dijo, y algo en mí se rompió.
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Holaa! Pobre Stiles, o no?
A mi me puso super triste escribir esto, pero todo pasa por algo.
Gracias por sus hermosos comentarios. Es gracias a los comentarios que mi día es feliz.
Ya tengo 1.1K leidas, lo que es algo que no me esperaba.
No saben lo emocionada que estoy.
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