Tenía un dolor de cabeza muy fuerte, las sienes me daban pinchazos y por más que quisiese abrir los ojos, no me veía capaz. Sentía mi cuerpo pesado y débil pero aun así hice el esfuerzo de moverme, aunque sólo sentí un apretón en la mano.
Poco a poco fui siendo algo más consciente y volví a mí. Empecé a escuchar un pitido lejano e intermitente y algo cubrirme de cintura para abajo; igual que me di cuenta que estaba recostada sobre un almohada. Abrí la boca queriendo hablar, pero sólo me salió un quejido y caí en la oscuridad de nuevo.
Volví a escuchar ese pitido intermitente, sin embargo esta vez era más cercano. Otra vez intenté abrir los ojos y algo de luz quemó mis retinas. Molestó, pero en cierto modo me sentí bien de haber podido hacer eso. Parpadeé un par de veces antes de poder hacerlo por completo. Con la vista algo borrosa diferencié una silueta a mi lado, aunque tampoco podía ver demasiado porque la única iluminación que había era la que entraba por la puerta. Mis ojos se acostumbraron a la luz y vi que estaba en una camilla, y quien estaba a mi lado era Andy.
-Andy -la llamé, pero estaba dormida y no me escuchó. Lo hice de nuevo hasta que despertó.
-¡Oh, por fin! Avisaré a alguien, un momento -dijo levantándose.
-No, espera. ¿Dónde está Harry?
La expresión de felicidad que tenía cambió al mencionarle.
-Um, te lo explicaré cuando te vea alguien.
Asentí sin poder hacer nada. Al fin y al cabo estaba en una camilla, enfadarme no serviría de nada. Pero no entendía por qué Harry no estaba conmigo. ¿Había decidido dejarme después de todo? Era lo mejor, pero aunque le hubiera insistido en que lo hiciera no era lo que quería.
Andy volvió acompañada de otra mujer. Rondaría la treintena y llevaba el uniforme del hospital.
-Hola Elisabeth. Soy la Dra. Sarandon, ¿cómo te encuentras?
-Cansada, supongo. ¿Qué hora es?
Miró un reloj pequeño que adornaba su muñeca.
-Las cuatro de la tarde. Llevas inconsciente varías horas.
-¿Qué me ha pasado?
La doctora y Andy se miraron y luego devolvieron a mí.
-Hay veces que llevamos a nuestro cuerpo a situaciones extremas, y por lo que nos ha dicho tu amiga y las pruebas que te hemos hecho, tanto tu cerebro como tu cuerpo se han puesto de acuerdo para darte un respiro. Has pasado por varias situaciones traumáticas a lo largo de tu vida, y estas últimas semanas además del estrés al que has estado expuesta has descuidado mucho tu salud. Estás demasiado delgada para lo que deberías estar a pesar de tu constitución, además de los signos de violencia que presentas. Tu cuerpo te ha dado un aviso, así que ten cuidado. Aunque creo que no hace falta que te lo diga.
Me quedé callada. Ella sabía todo y si lo hacía ¿quién más lo haría? Miré de nuevo a Andy que no había apartado la vista de mí. Estaba sería y algo preocupada, no paraba de tamborilear los dedos en la silla en la que estaba sentada.
-Sabe lo de Jack, Beth -aclaró Andy.
-Sí, lo he supuesto. ¿Quién más lo sabe?
-La dirección del hospital y la policía. Uno de los agentes está ingresado también aquí tras el incidente de esta mañana.
-¿Rush?
-Si creo que ese es su apellido -respondió mirando unos papeles.
-¿Se pondrá bien?
Asintió.
-Ahora está sedado. Le han tenido que operar, pero se recuperará.
Me sentí un poco mejor al saber eso. Si no fuera por él, aún estaríamos allí.
-¿Y qué va a pasar conmigo?
-Queremos observarte durante hoy. Pasarás aquí la noche y si no tienes ninguna complicación, mañana por la tarde podrás irte a casa. ¿Algo más?
Negué con la cabeza y tras darnos una sonrisa a Andy y a mí, Sanders salió de la habitación, diciendo que en un rato vendría alguien a revisarme.
-Sé que te lo he preguntado antes, pero ¿dónde está Harry?
-En un primer momento no le han dejado pasar y le ha llamado la policía para que testifique, pero ya viene de camino.
Fruncí el ceño confusa. ¿Cómo?
-¿Por qué no le han dejado pasar?
-Por los golpes que tienes. Hasta que le hemos explicado al hospital lo que ha pasado pensaban que Harry era quien te maltrataba.
Abrí los ojos alarmada, a la vez que me incorporaba un poco.
-¡Oh por favor! ¿Le han arrestado?
-Tranquila. Está hablando como testigo por todo lo que te ha pasado. Zayn me ha llamado hace un rato diciéndome que venían de camino y que iban a por algo de comer. Estarán aquí en nada. Intenta no alterarte.
-No me puedo creer que hayan pensado eso de Harry.
-Bueno, el como se lo ha tomado no le ha ayudado mucho. Se ha puesto hecho una bola de furia. Sabes que Harry cuando se enfada da miedo.
-Pero no le levantaría la mano a nadie, Andy.
Ella asintió.
-Eso lo sabes tú, pero no ellos. Sólo querían protegerte.
-Tienes razón.
En ese momento sonaron unos golpes en la puerta y aparecieron Zayn y Harry, el último con unas margaritas en la mano. No pude evitar sonreír al verle.
-Así que decidiste despertar -dijo Zayn apoyándose en la pared y dejando paso a Harry.
Él se acercó y tras dejar el pequeño ramo en mis manos, me dio un beso en la mejilla con una media sonrisa.
-Cualquier día vas a acabar conmigo -susurró para que solo lo oyera yo.
-No digas eso -contesté negando con la cabeza.
-Perdona no haber estado cuando has despertado.
-Ya me han dicho que has montado un numerito -dije metiéndome con él. No quería que estuviera serio ahora.
-Sí, por poco no nos dejan entrar ahora -intervino Zayn y eso hizo que Harry riera un poco.
En ese momento entró un enfermero a verme, como me dijo la doctora. No tardó mucho y comenzamos a comer lo que habían traído los chicos en cuanto se fue, luego el horario de visitas terminó y Harry fue quien se quedó conmigo.
Cuando Andy y Zayn se fueron pusimos la tele visión, él se intentó acomodó en el sofá. Tenía pinta de ser incómodo pero aún así después de hacer varios movimientos que me hicieron reír pareció que encontró la postura.
-Voy a dormir en el suelo, lo estoy viendo -dijo con fastidio.
-Puedes irte a casa. Estoy bien.
Negó con la cabeza frenéticamente.
-Ni lo pienses, me voy a quedar contigo.
-Harry, lo digo en serio. Estoy cansada, me dormiré rápido y mañana cuando despierte estarás aquí.
-No, ya te lo he dicho. No te voy a dejar.
Lo último lo dijo en un tono más bajo, y supe que estaba en lo cierto cuando vi como me miraba. Suspiré mirando al techo, buscando las palabras adecuadas.
-No quiero volver a hablar de eso ahora. Si es por miedo a que me vaya, puedes irte a casa porque no lo voy a hacer.
-No es por eso -respondió incorporándose-. Quiero pasar tiempo contigo, me da igual cómo sea. Si no te hubieras desmayado estaríamos en el sofá viendo una película, podemos hacer lo mismo aquí.
Asentí más tranquila, jugando con mis uñas.
Se levantó del sofá a darme un beso, que cayó en la comisura de la boca. Se separó dejando un espacio muy reducido, dejándome respirar su perfume y el aliento mentolado. No tuve más remedio que rendirme a él. Busqué sus labios que me recibieron en el momento. Llevé mis manos a su cara para alargar un poco más el beso. Por un segundo pareció que todo estaba bien y que nada iba a pasar.
-Te quiero -susurré y volvió a besarme.
-Yo a ti también. Vamos a estar bien, te lo prometo.
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¡Hola!
En esta nota no tengo mucho que decir, sobre el capítulo, solo que, como siempre, espero que os haya gustado.
Por otro lado, quiero hablar sobre lo que ha pasado en Barcelona, Cambrils (Tarragona, otra provincia de la comunidad de Cataluña para las lectoras de fuera) y hace un rato en Finlandia. Puede que ahora me haya afectado más porque es mi país aunque a mí me pille lejos, pero quiero mandar todo mi apoyo a todxs los afectados si es que hay algunx que me lee.
El odio solo se soluciona con amor y como se demostró con Manchester, no nos van a asustar. Si el ser humano fuera malo estoy segura que la raza humana se hubiera extinguido ya, por eso sigo creyendo en que con amor y con paciencia vamos a poder arreglar todo esto. La violencia nunca se tiene que responder con más violencia. Por favor, seáis de dónde quiera que seáis tened cuidado, y si en algún momento pasa cualquier cosa prestad ayuda como si se tratara de vuestra familia o amigos, no sabemos que puede pasar en un futuro. Ayer fue España, hoy ha sido en Finlandia, en países árabes es todos los días pero no por eso tenemos que alimentarnos con odio. Harry lo dijo cuando sucedió lo de Manchester, tenemos la oportunidad de elegir el amor sobre el odio todos los días, así que por favor hacedlo. Elegid el amor, siempre, todos los días.
Mucha fuerza a todxs ❤️
Lots of love, Liv.
Xx