Cómo reaccionar a la preocupación
YoonGi tecleaba tranquilamente en su laptop con un café a un lado y la televisión sonando de fondo, por alguna razón las ganas de escribir algo comenzaron a picar en sus dedos y no hizo mucho esfuerzo para resistirse a su antojo; siendo más joven era un aficionado por la escritura de canciones y poesías, recordaba haber sido reconocido por eso en su escuela muchas veces y ciertamente creyó que su vida giraría en torno a ese talento.
Esta vez, no fue ni poesía ni canciones, terminó escribiendo sobre JiMin y las cosas que hacía, algunas rimas salían solas y alguna que otra risa se colaba por sus labios cuando recordaba alguna ocurrencia del robot, colocándola también. De alguna manera, estaba anotando cada cosa que le parecía interesante del robot y cada mejora que consideraba, había hecho desde que lo conoció, quizás si lo pensaba mejor, podría mostrarle a NamJoon... o al menos una versión más simplificada.
Quizás estaba haciendo un diario, por tonto que sonase.
—Hyung, ¿qué hace?
—No sé —dijo a pesar de que no era la respuesta correcta; estaba inspirado y no quería dejar de escribir, hacía tiempo que no sentía aquello.
—Hum... ¿no quiere hablar ahora? —preguntó curioso, nunca había visto a YoonGi tan concentrado en algo que no fuera su celular o la televisión.
El pelinegro negó con la cabeza como respuesta y JiMin asintió en reconocimiento aunque sabía que YoonGi no lo veía, con tranquilidad caminó hasta el sofá y se recostó sobre este como si realmente quisiera sentirse cómodo. En la televisión estaban pasando uno de los muchos programas de variedades que eran comunes en Corea, esta vez habían invitado a los actores de un drama a hacer diferentes actividades que terminaban con castigos que JiMin no consideraba graciosos, ¿qué pasa si alguien salía herido?
Iba a decir algo al respecto pero YoonGi estaba ocupado y le dijo que no quería hablar en ese momento, así que se mantuvo callado.
El rubio miró nuevamente a YoonGi, este estaba tan concentrado que no prestó atención a su mirada y era tan extraño ver a YoonGi así que JiMin decidió observar un rato, YoonGi no pareció darse cuenta de aquello mientras pasaban los minutos hasta que en el último sorbo de su taza de café, sus ojos se desviaron hacia el sofá.
—Si me miras de esa manera pensaré que quieres matarme —comentó con gracia.
—¿De qué manera? —preguntó, tratando de corregir su expresión.
—Fijamente, no todos hacen eso y cuando lo hacen no se ve muy "normal" —explicó, haciendo comillas con sus dedos. JiMin formó un círculo con sus labios.
—Creí que me estaba ignorando —su voz tuvo un tono cantarín y dejó que sus brazos colgaran por el respaldo del sofá.
El contrario suspiró y se recostó en la silla.
—No te estoy ignorando JiMin, sólo estoy concentrando en otra cosa —miró por última vez todos los textos que había escrito y decidió guardarlos, finalmente levantándose de la incómoda silla—. Estaba, mejor dicho.
—Pensé que así era, o que quizás estaba molesto porque las personas no quieren hablar cuando están enojadas —dijo, YoonGi enarcó una ceja.
—Creo que lo piensas demasiado.
—Tengo que hacerlo —dijo.
—Bueno, debí imaginarlo —se encogió de hombros, apagó el aparato luego de guardar todo y caminó hacia el sofá—. ¿Hay algún espacio para mí?
—No, porque estoy acostado —dijo como si fuera completamente lógico y el contrario le dedicó una mirada divertida.
—¿Si te tiro al piso tendría espacio? —enarcó una ceja.
—¡Hyung, no puede tirarme! —se quejó pero aún así recogió sus piernas y lo miró con un poco de recelo.
YoonGi se sentó, sonriendo con diversión.
—Si lo sé, no debería tirarte al piso pero no me retes —le dijo, JiMin hizo un puchero porque no lo estaba retando en absoluto—. ¿Qué estás viendo?
—Lo estaba viendo a usted pero ahora no sé qué hacer —se sentó derecho y dejó caer su cabeza en el hombro del mayor.
YoonGi no lo apartó.
—Podemos ver películas —fijó aburridamente sus ojos sobre la televisión, viendo como un grupo de chicos jugaban a pasar un papel con sus bocas—, debe haber algo muchísimo más interesante que esto —cambió de canal.
—Ya vimos muchas películas —comentó, mirando como el pelinegro cambiaba rápidamente los canales—, y tampoco me pida comida porque ya almorzó.
—¿No puedes preparar un postre? —preguntó—, creo que tengo antojo de chocolate y de pastel —miró de soslayo a JiMin un segundo antes de seguir buscando qué cosa ver, pasando su mano sobre su panza.
—Casi no tenemos ingredientes —explicó—. Si no fuera porque yo no como nada, estaríamos en problemas —se apartó del hombro de YoonGi y lo miró, el rubio giró su cabeza para mirarlo igualmente.
—En dos días toca reunión con NamJoon y él me dará dinero, ¿entonces sí me prepararás un postre?
—Sí, Hyung —asintió.
—¿Lo prometes? —enarcó una ceja.
—Lo prometo Hyung —sonrió, alzando su dedo hasta tocar la punta de la nariz de YoonGi.
El pelinegro parpadeó confuso un segundo y enarcó una ceja.
—¿Y eso? —se rió.
—¿Le molesta? —ladeó la cabeza y YoonGi negó.
—Te volviste un Koala en el segundo mes que llegaste, creo que puedo soportar cualquier cosa, JiMin —levantó una de las comisuras de sus labios, formando una sonrisa suave.
El robot formó una mueca de confusión.
—Hyung, no me convertí en un koala, sigo siendo yo —YoonGi lanzó una carcajada que obviamente JiMin no entendió—. No se burle de mí, ¿qué dije?
—Robot tonto... —sin pensarlo tocó igualmente la punta de la nariz ajena y este estornudó, YoonGi lo miró sorprendido y se rió—. ¿Si te toco la nariz estornudas?
—Uh... sí —dijo y YoonGi volvió a tocar su nariz, repitiendo la reacción—. ¡Ah! ¡Hyung! —hizo un ademán con su mano, sus ojos estaban llorosos y sus mejillas rojas.
YoonGi se mantuvo molestando a JiMin el resto de la tarde.
[☁]
JiMin esperó un poco a que YoonGi entrara a la habitación, porque ya era hora de dormir, pero luego de quien unos veinte minutos decidió levantarse para saber si se había quedado dormido en el sofá o algo parecido.
—Hyung... ¿sigue con eso? —preguntó al encontrarse con el pelinegro sentado en frente de la laptop.
—Ya me iré a dormir... —murmuró mientras tecleaba, justo antes de acostarse una idea había llegado a su cabeza.
—Usted no hace nada pero no puede dormir tan tarde —se acercó, viendo como las letras aparecían en la pantalla, formando frases y oraciones a las cuales no entendía por qué tanto interés.
—Antes de que llegaras yo dormía más tarde —comentó, deteniéndose un segundo para revisar sus anotaciones y mejorarlas.
Eran las diez de la noche y los ojos del pelinegro estaban fijos en la pantalla de laptop como si la respuesta del origen del universo estuviera en ella, la inspiración no era algo que debía dejarse pasar pero eso era algo que JiMin no comprendía, por lo que jaló de la silla y lo apartó de la pequeña mesa.
—Hey —lo reprendió, ligeramente molesto—, estaba concentrado.
—A dormir Hyung, usted no corre todos los días, entonces debería al menos dormir decentemente.
YoonGi frunció ligeramente el ceño y enarcó una ceja, eso había sonado como un regaño. ¿En qué momento JiMin había considerado que podía hacer eso? ¿Y por qué le parecía tan graciosa la situación?
—JiMin, está bien, sólo dame cinco min...
—Hyung —JiMin cambió de mueca, ahora parecía preocupado con el hecho de que el hombre no fuese a dormir ya. YoonGi suspiró con resignación y guardó todo lo que había estado escribiendo.
El robot bien había desarrollado una mentalidad protectora, aquello era algo que no debería sorprender a YoonGi... si hubiese leído el manual.
—Bien, ya regreso a la cama —se rindió.
—Entonces lo esperaré en la cama —dijo alegremente como respuesta, luciendo satisfecho y caminando de vuelta a la habitación.
YoonGi detuvo todo movimiento.
Aquella frase que soltó y aquella respuesta sonaron tan... tan extrañas.
Las mejillas del pelinegro se encendieron un poco cuando una imagen no-posible se desarrolló en su cabeza, una en donde aquella oración poseía un contexto diferente y YoonGi hizo una mueca, aquello era una locura, impensable y ridículo, no podía estar tan loco.
—Es el sueño —se excusó a pesar de que nadie podía juzgarlo en ese momento, apartándose de la mesa una vez el aparato se apagó y caminó directo a la habitación.
—Hyung, le calenté estas sábanas para usted porque está haciendo frío —dijo el rubio mientras YoonGi se sentaba en el borde de la cama.
—Gracias JiMin —le sonrió mientras se recostaba y se enrollaba con las sábanas—, eres muy amable —agregó.
—No es nada, Hyung —le sonrió, acurrucándose a su lado y enrollándose igualmente con una sábana, gesto que a YoonGi le pareció tan...
¿Real? ¿Tierno?
Negó con la cabeza y se recostó de espaldas a JiMin.
—Buenas noches Hyung, sueñe con los angelitos —dijo bajito el robot—, no sé qué son esos pero espero que signifiquen algo bueno —agregó.
El pelinegro no pudo evitar reírse, definitivamente aquello sí que había sido tierno.
—Buenas noches... JiMinnie.