NO ESTA CORREGIDO
Una semana más tarde se encontraba conversando con SeHun mientras le hacía una revisión del pulso. El muchacho se encontraba bien tanto como para poder volver a su casa y hacer su vida normal. Los tíos de SeHun ya habían arreglado un pequeño viaje fuera de Seúl, avisándole al médico Xiao sobre esto anteriormente con la intención de saber si afectaba en algo. KyungSoo por lo menos creyó que lo más conveniente era no forzarlo a hacer ejercicio, pero una vez que LuHan le ha comunicado que él estaría un par de días con dicha familia se relajó.
SeHun se encontraba muy feliz, lo podía ver en el rostro poco estoico de esa mañana. Las comisuras de sus labios parecían estar soldadas a su boca haciéndolo mucho más guapo y eso que sólo lo vio unas cuantas veces.
—¿Es la primera vez que haces un viaje con tus tíos? —preguntó mirando en cómo se sentaba en la camilla.
—Después del accidente, sí. Tía SunHee está feliz, ha de ser por eso el dichoso viaje.
KyungSoo sonrió, dulcemente.
—¿Cómo te trató LuHan? —no es que le interesara, pero sentía cierta curiosidad por la emoción del menor ante la presencia de LuHan.
Este ni siquiera se contuvo en sonreír y asintió sonrojado. Eso lo dejó bastante en evidencia.
—Fue muy amable conmigo. Es un buen médico. Siempre atento. Es maravilloso —inevitablemente KyungSoo sonrió ante la alabancia del muchacho, sintiéndose excesivamente alegre por él.
Sacudió la cabeza a semejanza y se irguió en cuanto escuchó las voces de los Oh detrás de la puerta, incluso a LuHan regocijante de emoción quien parloteó un «despacio» a quién sabe quién. Primero ingresó la mujer y luego los demás familiares, y en último lugar el doctor Xiao sosteniendo las manos tras su cuerpo. Este al verlo le sonrió y se acercó a él, le regaló un abrazo a confianza y dejó un suave beso en su frente.
—¿Cómo te encuentras? —le preguntó suavemente.
—Bien —respondió de la misma manera, observando a la familia reunida detrás de LuHan. Luego volvió a mirar al mayor—. Gracias por ser atento con el muchacho.
LuHan se encogió de hombros, restándole importancia.
—No hay de qué, trabajo es trabajo. A ver, cuéntame, cómo van las cosas con JongIn —lo último lo preguntó en tono preocupado—. Se rumorea algo por aquí y por allá, y no sé si decirte.
KyungSoo no comprendió bien las palabras dichas, sin embargo se encontró venerante de miedo.
—¿Rumor? ¿Qué se está diciendo? —urgió repentinamente tratando de recordar su vuelta al hospital y los murmullos recorriendo los pasillos al pasar por ahí de la manera más normal.
Había llegado con una alegría sumamente renacida, llegó al hospital en el carro de JongIn mucho más temprano que todos y para hacer tiempo, ya que el moreno tenía que hacer algo antes, fue a tomar un café en compañía de Joy quien "casualmente", por no decir que ésta le estaba persiguiendo, le pidió explicaciones de lo que sucedía en su vida personal.
—JongIn volvió con su novia —dijo de la manera más suave posible como pretendiendo no sonar muy brusco con repetir lo que en otras bocas se decía.
—Me estás mintiendo —KyungSoo quiso fingir no haber sentido el cruce de sentimientos en ese momento, buscando una vía de escape que desmintiera lo que había oído—. Pudo habérmelo dicho. Debió decírmelo si eso fuera verdad.
LuHan lo abrazó en consolación, este entendía la decepción y estaba siendo infeliz por el más bajo a pesar de que no se conocían mucho como para compadecerse.
—No estoy seguro, lo oí por ahí cuando venía hacia acá. Tal vez escuché mal. Créeme que quise haber escuchado mal. ¿Estás bien? Deberías ir a pedirle una explicación a JongIn de todo esto, ¿no crees?
No podía. Se sentía humillado de alguna manera. Él posiblemente estaba siendo el segundo plato de una mesa donde no debería estar sentado. Por increíble que sonase, lo entendía. JongIn quizá no pudo ser tan malvado y decirle que estaba en plena reconciliación cuando hubo dormido veces en su casa y en su cama, abrazados sin remordimiento alguno, pasando tardes juntos hasta que la gripe ya había desaparecido tan solo un poco. Tal vez JongIn no tenía corazón para aclararle esa verdad a pesar de todo lo que se han dicho.
Se le ahogó la voz de pronto y por mucho que quería ir hablar con el menor sobre esos rumores deambulando por allí, no podía dárselas de autoridad cuando nunca supo en qué área de una relación se encontraba con él. No tenía derecho sobre JongIn aun cuando habían hechos cosas de parejas y se han conocido a profundidad, y este tampoco podía tener derecho de serlo.
Cerró los ojos por unos míseros segundos, anhelando una explicación que pudiera quitarle las ganas de llorar que regocijantemente se encendían en sus ojos. Escuchó a LuHan maldecir en voz baja pero no lo tomó en cuenta en realidad. Su garganta picaba ácidamente, digiriendo dicho rumor con asperezas.
Estaba siendo idiota y hasta él se daba cuenta de ello, porque no luchaba por algo que se supone que amaba y en vez de hacerlo se rendía así sin más, dejando caer sus brazos como si le diera igual que JongIn pudiera haberlo usado para pasar el rato. De igual manera, eso sería imposible; JongIn le ha dejado en claro cuánto lo amaba y KyungSoo creía a pulso en sus palabras. La sinceridad del moreno era algo valioso que nadie debería manchar.
—Bienvenido de vuelta señor KyungSoo —exclamó el hombre -tío de SeHun- acercándose a él para brindarle un brazo que bien pudo reconfortarlo—. Uh, señor Xiao, ¿está listo para una aventura de Oh?
Este carraspeó la voz asintiendo segurísimo.
—Estoy más que listo para todo lo que sea vacaciones. He sido trasladado de mi país a Corea y no he tenido descanso. Me merezco estas vacaciones.
—¡Ya deberíamos irnos! —el menor de todos alegó mientras se abotonaba la camisa, sonrojándose al momento en que todos lo miraron—. Esto, eh... estoy ansioso. Déjenme ser.
A pesar de que KyungSoo estaba en un limbo sonrió ante el sonrojo del muchacho, cerniéndose en su capa de médico sin problema alguno. Vio a la familia muy concentrada en SeHun y, despidiéndose con un ademán de mano, se fue a reunir con sus compañeros, en donde siempre lo hacían, en la sala de rayos x.
Pasó por los pasillos con los oídos agudizados, esperando escuchar alguna mínima palabra de los empleados que le dijese que LuHan estaba en lo cierto. Por fortuna no llegó a escuchar nada, el ambiente estaba tranquilo, al parecer lo cosa se alivianó un poco. Entrecerró los ojos con singular impaciencia mientras retorcía el borde de la bata entre sus manos. Se sentía un poco angustiado y las ganas por ir hablar con JongIn eran muchas pero temía que fuera verdad y se acobardaba ante el pensamiento.
Se golpeó mentalmente por pensar en él. No sabía cómo pero siempre que JongIn estaba en su cabeza, este se aparecía a donde él fuera como si él supiera que lo necesitaba. Logró ocultarse a tiempo antes de que JongIn pudiera verlo. Este había salido de la sala de rayos x en donde deberían estar sus amigos ahora, cargando con un gran semblante de preocupación y culpa. KyungSoo pudo ver su tensa espalda al pasar a su lado, deteniéndose a mirar en cómo apretaba las manos y esos ojos buscaban algo con desesperación, o a alguien. KyungSoo estaba seguro que era él a quien estaba tratando de hallar.
Una vez que el moreno desapareció pudo respirar. Relajó su expresión de cobardía y se adentró a la habitación en donde siempre se ocultaban casi todos los médicos del establecimiento, lo hacían por convivencia o cuando no soportaban las quejas de Joy con dichos pretendientes.
—¿A que no sabes quien estuvo por aquí? —BaekHyun picardeó estando sentado encima de la camilla de placas. El más bajo de las tres personas ahí dentro, se encogió de hombros—. Aish, otra vez con ese malhumor de perros.
—Déjalo, tiene razones para estar así. Según se está diciendo por allí que su moreno volvió con su novia —informó MinSeok quien se preparaba una taza de café—. ¿Quieres? —le ofreció al recién llegado, pero este negó.
—Paso —se sentó encima de montones de radiografías.
—Pensé que amabas el café, KyungSoo.
—Me gusta pero ahora no tengo ganas de nada —dijo y Lay se quedó inconforme con esa respuesta y dejando su celular de lado, lo miró con sospecha. KyungSoo bajó la vista—. No me mires así.
Lay y los demás se fijaron en él de inmediato. MinSeok se quitó las gafas para poder hablar con claridad.
—Es que como no quieres que te mire cuando te ves tan miserable —aseguró—. Tomarías café en cualquier situación y dependiendo de si estamos en mañana, tarde o noche, tú te das un segundo para tomarte uno. ¿Es por el reciente hecho con JongIn?
KyungSoo miró a MinSeok con ojos perdidos. Este se dio cuenta que sí, que el estado de ánimo de su amigo fue por causa de ese Kim.
—¿De verdad volvieron? —quiso saber KyungSoo con la angustia haciéndose más grande.
—Yo los he visto llegar juntos esta mañana, después de que llegaras. Parecían estar en buenos términos —MinSeok le dijo.
—Quizás sólo sea un mal entendido. ¿Qué sabemos nosotros si ellos han quedado en ser amigos? No te desanimes KyungSoo, aun puedes tener esperanzas.
BaekHyun se acercó a brindarle un abrazo reconfortador, KyungSoo lo recibió con anhelo. Supuestamente sus amigos no sabían nada sobre el aun tener esperanzas, porque él ya ha estado en brazos de JongIn más veces de la que pudiera contar y se lo ha dicho solamente a BaekHyun una vez cuando este fue a visitarlo y lo encontró durmiendo con JongIn. Dudó mucho en si decirle a este lo que había pasado, pero lo hizo y le hizo prometer no decir nada porque aún no sabía en cómo llamar a lo que tenía con JongIn o si siempre iba a ser secreto.
Esperaba que las otras dos personas no supieran nada, sino iba a matar a BaekHyun.
—JongIn estuvo buscándote —Baek le susurró a KyungSoo.
—¿Para qué?
—No lo sé.
Sintió los brazos de BaekHyun más fuertes.
—¿Se lo has dicho? —preguntó a este cerrando los ojos.
—No, pero deberías decírselo, los chicos deberían saberlo... son tus amigos al igual que yo —contestó deshaciéndose del abrazo.
—¿Decirnos qué? —Lay apareció detrás de BaekHyun y al ver el susto que le brindó a los otros dos, comenzó a reírse—. No más me hubiera gustado traer una cámara y fotografiarlos. Sus rostros eran para morirse de la risa. Aunque, ¿lo siento? No quise interrumpir.
—Descuida —ambos negaron, perdonando la inocencia de Lay.
—Mejor cambiemos de tema. Hablemos de BaekHyun y su novio el señor «a mí no me importa nada».
Seas bendito MinSeok, alabó KyungSoo.
«—»
Luego de estar al límite de problemas que se resumía en BaekHyun hablando sobre su reciente noviazgo y lo tan agotador que estaba, fue directo a la cafetería a por algo de comer que desde la dichosa "reconciliación" y los problemas maritales de sus amigos ha hecho que se le subiera el hambre.
Se comió un sándwich de atún acompañado de una lata de gaseosa mientras miraba a cada uno a su alrededor. Se sentía exhausto. Ahora más que nada necesitaba estar enfermo y desaparecer de esa villa de rumores, porque lo que sus oídos captaban desde atrás y de ambos lados ya era demasiado para su paciencia.
—Habían roto hace un par de semanas pero el señor Kim la volvió a buscar —dijo uno por ahí.
—Su relación duró mucho y no podía acabarse así como así por secundarias.
Aquello le molestó mucho.
—Se dice que el señor Kim ha estado engañándola con otra persona y que al parecer fue un desliz de edad... SooJung lo perdonó.
—¿Cómo sabes eso? —la cotilla de acompañante preguntó.
—Es lo que se está hablando desde esta mañana. Las veces que no le hemos visto por aquí, era para ir a revolcarse con su amante. Tengo mis sospechas, pero prefiero no dar palabra acerca de ello porque nunca tragué a JongIn... no debería trabajar aquí.
—¡Qué vergüenza! —exclamó de repente KyungSoo levantándose de su mesa para girar hacia los que se encontraban tras él—. No puedo creer que sus propios colegas estén hablando a sus espaldas y lo peor es que sean empleados del hospital que será suyo dentro de poco. ¿Qué les importa a ustedes la vida de JongIn? Como si ninguno de ustedes hubieran hecho lo mismo, todos tienen ese "desliz" y no creo que ustedes sean santos de devoción que van a misa todos los domingos a confesar sus pecados —estaba molesto y se le notaba, las expresiones de todos daba qué pensar, pues nadie creía que KyungSoo siendo este una persona muy amable pudiera tener esa faceta tan a la defensiva.
—Eso es lo que se dice por ahí —saltó una enfermera masticando su lechuga con desdén.
KyungSoo por un momento creyó ver complacencia en los ojos de la mujer y le confundió un poco porque si no mal recuerda ella era la misma que una vez fue despedida por hacer mal su trabajo y esta juró que si volvía no levantaría otro error. Y lo que estaba cometiendo con divulgar blasfemias de JongIn era un error grave, al hombre que perdonó su falta de ética.
—Pero esto no te concierne a ti ni a ellos. Este problema es de JongIn y su novia, no debe haber curiosos por ahí retorciendo las cosas.
—¿Por qué te metes? Si tú y JongIn se llevan muy mal. He visto cómo se llevan y su relación está muy quebrada. Él te odia, tu deberías hacer lo mismo —apretó las manos—. Yo sólo digo lo que escucho y me duele pensar que eres un secuaz de una persona homofóbica.
—¿Qué quieres decir? —inquirió desconfiado. Las pocas personas que sabían de su sexualidad eran contadas y confiables, y ella no era parte de sus amigos para que supiera.
Ella se encogió de hombros.
—Tal vez el amante del señor Kim seas tú si te alteras así por cosas pequeñas y sin sentido.
Toda la sangre se le fue del cuerpo quedándose pálido enfrente de ellos. Ante su reacción la mujer abrió los ojos de pura sorpresa intuyendo que tenía razón, asombrada de dar en el clavo. Los demás sólo esperaron las palabras de KyungSoo sin buscarle la vuelta a la reacción sospechosa del más bajo.
Cuando este iba a hablar y negar todo, pues no quería destruir la reputación de JongIn y ver en cómo después era amonestado por ello, se escuchó la potente voz de la persona que no esperaba encontrar en toda la mañana, con esa voz con la cual trataba a los demás, con la cual lo trató hace años y que ahora le erizaba la piel por lo desconocida que sonaba. Rogaba para que la cálida y suave voz del moreno reapareciera. Pero no fue su agudeza la que más le impactó sino las palabras expuestas que dejó a toda la cafetería en estado de pura sorpresa y molestia.
—No engañé a SooJung y jamás lo haré —la mujer apareció tras JongIn más sorprendida que aliviada— y eso no tiene por qué importarles a ustedes. Por consiguiente, a KyungSoo tampoco debería importarle —cruzó miradas con este quien agachó la vista apenado— porque sabe que solo lo quiero a él —en ese momento fue que la sorpresa no dio cavidad en el más bajo—. No es mi amigo, es mi pareja y como tal quiero que dejen de estar hablando de mí a mis espaldas y hacerle pasar un mal momento con un rumor no válido, el cual no tiene principio ni final.
—Yo... —la voz de KyungSoo se le cortó con vergüenza. No sabía qué decir. Todo había llegado tan rápido.
JongIn era tan serio y confiado, tan malditamente capaz de hacer todo que comenzó a temerle a lo que haría.
Escuchó los pasos firmes de JongIn y luego sus brazos rodeándolo en un fuerte abrazo en donde le trasmitía las emociones perdidas. Todo era de película y no sabía cómo reaccionar al vivirla.
—No lo odio —susurró sobre la cabeza del más bajo, haciendo retumbar su voz en el lugar—, lo amo —y lo que siguió, lo susurró para KyungSoo, confiándole lo que sentía—. Te amo, KyungSoo hyung.
¿Entonces... todo era oficial?
No quiso pensar en eso y abrazó al menor.
Aceptaría la sorpresa y los prejuicios de los demás tan sólo por JongIn.