Tic Toc Tic Toc Tic Toc Tic Toc
Mire de reojo el reloj de pared.
¿Porque el tiempo jamás se detenía? Por más que lo deseara el tiempo seguía corriendo, alcanzandome con su peculiar sonido, torturando día con día mi tan frágil existencia, recordándome que a cada minuto me volvía más grande, que los años se habían apoderado de mi vida y que el pequeño niño que me creía ya no existía.
Gire de nuevo en la cama cubriendo mi cuerpo con las sábanas.
No quería levantarme, aun no.
Quería volver a cerrar los ojos y repetirme que era un sueño feo y que está vez podría despertar, que cuando volviera a mirar al espejo el reflejo que viera seria de un chico de 15 años.
Entonces, sólo entonces podría correr hacia la escuela y entonces me encontraría con Leo esperándome en la entrada. Correría a sus brazos con los ojos llorosos mientras le decía que había tenido un sueño feo en donde su existencia dejaba de estar a mi lado, un sueño feo en donde lloraba a diario por su regreso.
En ese momento Leo me daría pequeñas palmadas en la espalda, me besaria la frente, luego los ojos, luego la nariz y por último los labios para luego susurrar que era un tontito, que el jamás se iría de mi lado.
Pero durante los últimos 10 años el sueño feo resultaba ser la realidad.
Que tristeza.
Leo se fue hace tanto tiempo que ya olvide como se escucha su risa, olvide la sensación de su piel contra mis dedos, lo suave de su cabello o el olor de su piel. Apenas puedo evocar la imagen de su rostro, que a estas alturas debe estar totalmente cambiado.
Aún cuando trató de imaginarmelo, no puedo.
Tan sólo recuerdo el color de sus ojos, la profundidad de su mirada, el color de su cabello y el largo en que lo llevaba, la chaqueta que a diario usaba aún si se sentía el día caluroso.
Debía levantarme. Debía continuar. Simplemente debía seguir avanzando, estaba más que consciente de ello.
Si no lo hubiera conocido el vacío en mi corazón, que ahora cargo, no existiria.
Aún faltaban algunas horas para ser libre, caminaba de un lado a otro tratando de perder el tiempo mientras acomodaba otra pila de libros.
Phichit hizo todo lo posible para conseguirme trabajo, bueno, en realidad el esfuerzo fue convencerme de que fuera.
Era una pequeña librería donde, si no había gente, podía leer un rato.
Luego que Leo se marchará de repente, tome el hábito de leer. ¿La razón? de nueva cuenta era Leo.
Él siempre me contaba historias de otros países, siempre le decía lo genial que era que supiera tanto del mundo. Aveces me costaba creerle.
Ahora, yo me la pasaba leyendo engañando a mi mente diciendole que era Leo quien contaba las historias.
Luego que el turno terminará tomé mi chaqueta y salí de nuevo al mundo.
Camine hasta llegar a los departamentos que se encontraban totalmente del otro lado de mi casa, como un reflejo me adentre al edificio buscando las escaleras, subí dos pisos y camine el pasillo hasta encontrarme con tan familiar puerta.
Una puerta que había visitado por los últimos 10 años.
Pero la habitación seguía vacía.
Todas las personas en el edificio me conocían, sabían a que hora me encontrarían sentado fuera la puerta, esperando que sucediera un milagro y volviera a abrirse.
Porque un día tiene que regresar.
Ese departamento seguía pagando su mensualidad, por diez años alguien seguía pagando el piso aunque nadie se encontrará viviendo dentro.
"Se fueron en la madrugada, cuando la Luna estaba en lo más alto, nisiquiera dijo porque, tan sólo se fue"
Esas habían sido las palabras de la dueña del día que Leo no volvió a aparecer.
Lo extraño.
Los ojos se me humedecieron, me levanté del piso dispuesto marcharme y entonces vi a Phichit asomarse por las escaleras
-Ji! -grito cuando me vio -Hable con Seung! lo vio Ji! Seung lo encontró!
Sentí como los ojos se expandieron en su totalidad por el asombro, mis labios se curvaron como hace años no lo hacían. Mi piel se erizo y sin pensarlo mis pies comenzaron a moverse acortando la distancia que me separaba de mi amigo.
Diez años, me tomó diez años escuchar esas palabras.
Cuando lo tuve de frente las palabras no salieron
-Sabía que te encontraría aquí
-¿Qué fue lo que dijo Seung?
-Que sigue vivo, en alguna parte del mundo. No me quiso decir nada más, sólo me dijo que lo encontró, que corriera a decirte y que ese era todo el comunicado. No me mires con esa cara GuangHong! No es mi culpa que Seung no dijera nada más
No puedo explicar si las lágrimas que corrían por mis mejillas eran de felicidad o de tristeza. Pero estaba llorando dulce y amargamente.
Cuando Leo se fue sin siquiera despedirse mi corazón se hizo trizas, una y otra vez intente pensar que tan sólo sería algo de unos días, que pronto volvería, que quizás una emergencia le había surgido.
Fue entonces cuando me di cuenta que no sabía nada de la vida de Leo, no tenía la más minima idea de a donde podría haber ido, ni siquiera sabía de donde había llegado.
Pero ahora, saber que al menos estaba vivo, que su recuerdo era real, que él había existido de verdad y no sólo en mis sueños, me hacía feliz. Muy feliz
-Phichit, ahora.... ¿qué se supone que haga?
-No lo sé, jamás creí que Seung lo encontraría
Leo existía en la vida real, tan real como existía en un recuerdo dentro mi corazón.
-oh! es verdad
El moreno busco entre las bolsas de su pantalón sacando el celular que luego de unos segundos volteó hacia mi
-Mando esta foto. Fue lo mejor que consiguió con discreción
Entonces reconocí en la foto aquellos cabellos castaños. Aquella persona de pie estaba muy lejos de Seung. Tendría que agradecerle después.
Estaba cambiado, quizás más alto. Me quedé mirando la pantalla embobado, lleve las manos a mi boca tratando de cubrir mi sonrisa, mis mejillas se sonrojaron haciendo que el calor también aumentará.
Llevaba un traje que encajaba perfecto en su cuerpo, envolviendo cada músculo a la perfección.
Era él, era el chico a quien le pertenecía mi primer amor.
Pero luego de unos segundos me preocupe. Aquella luz que emanaba su rostro no se encontraba ahora, Leo estaba sonriendo mientras platicaba con alguien, pero era una sonrisa falsa, incluso en aquella foto donde su silueta estaba alejada podía reconocer la falsedad de su rostro.
Toque con las yemas de los dedos su pequeño rostro en la pantalla iluminada.
-¿Porqué te fuiste de mi lado Leo?
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Hola que tal!
ya leyeron? Ji sigue vivo!
Por fin reaparece mi pequeño de corazón de cristal ;u;❤
Gracias por los votos y los comentarios, son un amor, muchos besitos para ustedes.
Se viene lo bueno!
¿Cómo podrá Ji reencontrarse con Leo?
Esperen el próximo capítulo!
Gracias por leer, las estrellitas y comentarios! Cada uno me da ánimos para continuar escribiendo!
Nos leemos la próxima~