Capítulo dedicado a:
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Capítulo 47: Haces magia cuando bailas.
Helena..
-Es que en verdad no puedo creerlo, si mis ojos no acabaran de presenciarlo y alguien me lo estuviera contando, lo acusaría de difamación o algo por el estilo-sentencia Vanessa de nuevo, dramatizando un poco más.
-Estas exagerando un poco-le insisto.-Fue increíble, no lo niego, pero hablas como si acabará de romper un récord mundial.
-¡Lo hiciste! Rompiste el récord del aprendiz más veloz del mundo. Otorgado por mí, por supuesto-se regordea y entonces de repente comienza a sonar una canción de nuevo.
Esta vez es una lenta y en ese momento, al voltear a ver porque la música inicio de nuevo, me doy cuenta de que toda la clase me está observando descaradamente y al igual que Vanessa, están hablando de mí.
-¿Por qué todos están mirándome de esa forma?-le cuestiono y observo con confusión como tiene una gran sonrisa plantada en su rostro mientras señala de forma traviesa a mis espaldas.
-¿Bailarinas conmigo una vez más?-escucho que pide Andrew a mis espaldas.-Solo una última vez, por favor.
En lugar de responderle de inmediato, me giro a mirarlo de nuevo. Está de pie ahí, esperando con una mano estirada por mi respuesta. Y no puedo negarme a bailar con él, ha sido como magia, así que tomo su mano y dejo que me lleve de nuevo al centro de la pista.
-Recuerda, solo déjate llevar-me susurra al oído, lo mismo que me ayudo cuando me puse nerviosa al inicio de la prueba.

Y lo hago, dejo que mi mente se desconecte de todo a mí alrededor y la magia comienza a ocurrir. Mi cuerpo sabe exactamente como moverse, que pasos realizar, hacia donde dirigirse y permite que Andrew lo guíe a su antojo hacia donde sea que lo necesite. De inmediato mi piel se pone de gallina y no puedo evitar sentir una conexión inexplicable con Andrew cuando por un momento miro fijamente sus ojos; pero entonces, sus ojos se trasforman en mis ojos verdes favoritos y dejo de bailar con Andrew para imaginar que es Cristián el que me sostiene en sus brazos; al igual que el otro día que me ayudo a practicar. De inmediato esto me sentir más segura y siento que me muevo con más confianza y delicadeza.
Y quizás suene como una locura, pero el hecho de imaginarlo a él, me ayuda a sentirme mejor, más fuerte y más indestructible.
Para cuando terminamos, me encuentro un poco falta de aire de nuevo, pero me siento tan viva, que literalmente puedo sentir la sangre correr por mis venas.
La mayoría de los alumnos comienzan a aplaudir fuertemente de nuevo, como cuando terminamos el tango hace un rato, pero Rebecca y sus acompañantes me miran como si planearan asesinarme en cualquier momento. Así que me desprendo por completo de Andrew para poder girarme y observar la expresión de la maestra Jones, al final le debo gran parte de esto a ella; pero no logro verla, en cambio mi mirada se topa con la de Cristián, que me mira con admiración, orgullo y una gran sonrisa en su rostro; por lo que sin pensarlo corro hacia él, aún con la emoción invadiendo mis venas.
-¿Viste eso?-le pregunto emocionada cuando lo alcanzo y me lanzo en un brinco emocionado hacia su brazos, antes de envolver mis piernas alrededor de su cintura.
-Por supuesto, eres simplemente increíble-me asegura mientras aparta los mechones de cabello que invaden mi rostro.-Estoy tan orgullo de ti, yo sabía que podías hacerlo, de hecho fue como si hicieras magia.. ¿Estás lista para marcharte? Porque esto hay que celebrarlo.
-No lo sé-le respondo besando su mejilla mientras me deja en el suelo de nuevo. Otra vez me giro a observar el salón, pero la maestra Jones ya no se encuentra en ningún sitio y Andrew nos observa con una mirada decepcionada en su rostro antes de salir del salón mientras los demás están recogiendo sus cosas, por lo que asumo que la clase termino por hoy.- Recogeré mis cosas, ya vuelvo.
-De acuerdo, iré a buscar a Emily mientras tanto-me informa antes de marcharse.
-¿Y la maestra Jones?-le pregunto a Vanessa cuando me acerco a donde dejamos nuestras cosas.
-Salió hecha una furia antes de que tú y Andrew terminaran de bailar, lo cual fue increíble de nuevo, si me lo preguntas. De verdad tienes que enseñarme como rayos haces eso.
-Es que, solo lo hago-le digo intentando restarle algo de importancia.-Pero puedo intentarlo, aunque no sé ni quiera que es lo que hago, así que puede tomarnos algo de tiempo averiguarlo. ¿Crees que la maestra regrese?
-Lo dudo, Rebecca y sus pesgostes ya se marcharon y parece que todos van a hacer lo mismo, así que deberíamos imitarlos.
Ambas comenzamos a guardar nuestras cosas, pero justo cuando nos dirigimos a la salida la maestra Jones vuelve a entrar al salón seguida de Andrew y de Dayana con Rebecca y las demás detrás.
-Sabes perfectamente que nunca deben marcharse a menos que yo lo diga-las esta regañando la maestra Jones con tono autoritario.
-Pero pensamos que ya no regresaría-se queja Rebeca haciendo un puchero.
-Conocen las reglas-sentencia la maestra.-Así que van a quedarse a limpiar después de clases durante una semana.
-No es justo-le refuta Rebecca.-Es una exageración.
-Dos semanas-le dice de regreso la maestra.-Y ahora sí que estoy exagerando.
Rebeca se da cuenta de que si dice algo más las cosas van a ponerse peor, por lo que simplemente todas se acomodan en el centro del salón mientras los demás nos acomodamos a su alrededor.
-Dayana, Andrew y yo estuvimos deliberando y hemos decidimos que solo seis de ustedes seguirán compitiendo por la beca. Se tomo en cuenta su técnica, su limpieza al realizar los movimientos, su capacidad de improvisar, la manera y la velocidad con la que se adaptaban a los ritmos y la opinión de ambos sobre quien está capacitado para resistir la vida en la universidad.
-Les recomiendo que no den nada por sentado- comienza a decirnos Dayana.-Él ganarse esta beca será la parte fácil, la vida en la universidad es difícil y deben estar preparados para ellos.
-Además de eso-ahora nos dice Andrew.-La vida fuera de la universidad tampoco lo es. Se encontraran con personas que querrán aprovecharse de ustedes, personas que los humillaran, que los harán dudar de su talento e intentaran que pierdan su esencia. No lo permitan, manténganse siendo ustedes mismos pase lo que pase.
-Ahora los seleccionados son-dice la maestra Jones y de inmediato tomo la mano de Vanessa. Sé con seguridad que no hay manera en que yo pase, pero estoy tan feliz por mi desempeño de hoy que ni siquiera me importa.
-Jason-anuncia Dayana en primer lugar y él suelta un grito de emoción antes de abalanzarse sobre Vanessa para darle un abrazo.
-Rebecca-continúa la maestra Jones y esta, solo pone su tipica expresión de que era más que obvio, mientras se dirige a colocarse junto a donde Jason se está.
-David-anuncia ahora Andrew y él se acerca muy emocionado a donde están los demás.
-Vanessa-ambas gritamos fuertemente y nos abrazamos con emoción antes de que ella corra a los brazos de Jason.
-Alex-dice Dayana y él chico se acerca igual de emocionado hasta los demás, luego de festejar con sus amigos.
-Solo queda un puesto-inicia Andrew y supongo que es para Karla, ya que no recuerdo que nadie haya complacido tanto a la maestra Jones como Vanessa y Rebecca.-Él último puesto es para una persona que nos ha sorprendido bastante, aunque mi madre no lo vaya a admitir. Él puesto es tuyo Helena.
Se escucha un jadeo colectivo todo el salón y mis oídos comienzan a zumbar mientras Vanessa se acerca a mí, sus brazos me rodean pero no soy capaz de responderle porque mi cerebro no acaba de procesar lo que escuche.
-Disfruten lo que puedan lo que resta del día, porque les aseguró que mañana no estarán tan contentos de haber ganado. La clase término por hoy-con esto la maestra sale del salón y nos deja en medio de un mar de murmullos y de miradas de incredulidad de la mitad de mis compañeros.
-Nunca pensé en decir esto-me dice Jason mientras se acerca a nosotros.-Pero hiciste un increíble trabajo, te mereces esto.
-Él ya no te odia, ¿no es eso lindo?-me pregunta Vanessa mientras enlaza su brazo al de Jason.
-Pero que eso no se te suba a la cabeza-me recomienda él, encogiéndose de hombros.
-¿En verdad pase?-les preguntó saliendo de mi estupor.
-¡Lo hiciste! ¡Lo hicimos!-me responde Vanessa pegando saltitos.-Somos geniales.
-Ni siquiera se emocionen idiotas, esa beca será mía, así que ahórrense él esfuerzo y la humillación-nos aconseja Rebecca acercándose un momento, antes de tomar sus cosas y salir del salón seguida de sus amigas.
-Es obvio que uno de nosotros ganará- afirma Vanessa.-Así que debemos prometer que esto no romperá nuestra amistad.
-No lo hará, ganara él mejor y estaremos contentos por ellos-le prometo aún en estado de shock.
-¿Podemos hablar un momento?-me pregunta entonces Andrew acercándose a nosotros de nuevo
-Es toda tuya-le responde Vanessa antes de guiñarme un ojo y llevarse a Jason de ahí.
-Solo quería desearte mucho éxito-me dice luciendo todo tímido y adorable.-No lo necesitas, porque sé, con seguridad, que tú vas a ganar esa beca. Mi madre va a ponértelo difícil, eso ambos lo sabemos, pero no te rindas y cuando llegues a la universidad no dudes ni un segundo en buscarme. Te ayudaré a adaptarte, te mostraré Nueva York y todo va a encantarte.
-¿No crees que te estás adelantando un poco?-le preguntó evadiendo la intensa mirada que me está enviando que está logrando que me ponga incomoda.-Estoy compitiendo con cinco bailarines con más experiencia y mejor técnica que yo, ¿por qué he de ganar yo contra eso?
-Porque tú haces magia Helena Johnson, no solo te levantas y bailas, transmites a tu alrededor lo que sientes al bailar y eso es más necesario que una buena técnica o que muchos años de experiencia. Pero dejare que tú sola te des cuenta de ello, búscame cuando llegues allá y ya me darás la razón. Así que nos vemos pronto Helena-se despide y antes de que pueda reaccionar se inclina a besar mi mejilla, justo en el momento en que Cristián entra al salón de nuevo.
-Hasta pronto-se despide de nuevo por última vez antes de girarse y alejarse de mí, con la penetrante mirada de Cristián siguiéndolo.
-Oye tranquilo, no fue nada-lo tranquilizo cuando me acerco y toco su brazo. -Él no eres tú, ¿está bien?
-No me gusta cómo te observa ese chico-sentencia aún mirando con malicia a Andrew
-No tienes nada de qué preocuparte-le aseguro enseguida.-No volveré a verlo, así que deja de lanzar esa sexy mirada.
-¿Cómo dijiste?-me pregunta enseguida mirándome sorprendido.
-No puedo creer que acabe de decir eso en voz alta-me lamento enseguida sintiendo mis mejillas del rojo más fuerte del mundo.
-¿Así que crees que soy sexy eh? -me pregunta con una gran sonrisa olvidándose por completo de Andrew.
-Eres terrible, deja de torturarme-me quejo mientras le quito a Emily que extiende sus brazos había mi.
-Si crees que dejare que te olvides de esto, estas muy equivocada.
-Eres terrible, lo reitero-le digo ignorando su gran sonrisa mientras salgo del salón y comienzo a caminar por el pasillo.
-Pero aún así piensas que soy sexy.
-Dios, ¿no pudiste enviarme alguien con menos ego?-le pregunto al aire mirando hacia el techo con un tono dramático.
-Tú me escogiste así.
-Eso solo sucedió porque eres tremendamente insistente.
-Y sexy, no lo olvides- repite mientras me rodea la cintura con sus brazos.
-Tienes un hermano odioso y sexy Emily, te recomiendo que no te busques un hombre así, son terriblemente irritantes-le aconsejo a Em, mientras me observa con curiosidad.
-¿Así que soy irritante eh?-me pregunta Cristián y entonces comienza a hacerme cosquillas, por lo que me retuerzo hasta que me escapo de él y corro hacia el coche, con una gran sonrisa en el rostro, sintiéndome viva por primera vez en mucho tiempo.
*****
Cristián...
-¿Cómo es que deje que Sierra me convenciera para ir a festejar a un antro?-me pregunta Helena mientras vamos de camino a encontrarnos con Sierra y Erick en dicho lugar.
-No lo sé, yo también estaba bastante sorprendido cuando me lo dijiste, pero me pareció una gran idea, hace mucho que no salgo de fiesta-"como antes". Pienso recordando mi vida antes de lo que sucedió con mi padre, cuando todo me parecía fácil y al alcance de mi mano.
-Nunca he estado en un antro si te soy sincera-admite y se gira a mirar por la ventana
-¿En verdad?-le pregunto sorprendido, recordando la primera vez que Erick y conseguimos nuestra identificación falsa para colarnos a uno, cuando solo teníamos quince años.
-Digamos que he estado privándome de muchas cosas en los últimos años-me responde.
-Es por eso lo de tu lista, ¿verdad?-le pregunto, dándome cuenta de cuanto me falta saber de ella aún.
-Sí-me responde en un susurro.-Cada cosa que siempre tuve ganas de hacer y no hice, lo fuí anotando en trozos de papel que fui escondiendo de Camile a lo largo de los años. Ahora he perdido la mayoría de ellos ya que estaban escondidos en mis libros, los cuales Camile no tiene ni la más mínima intención de regresarme.
-Yo tengo un trozo-le confieso sintiendo el peso de esos trozos de papel en el interior de mi billetera.- Siempre estás olvidando tus libros en casa, así que un día mientras lo revisaba se cayó de su interior y todo este tiempo lo he mantenido conmigo. Además de que tengo otro trozo de hoja que pareciera un pensamiento que tuviste.
-¿En verdad?-me pregunta.-¿Y porque los has conservado todo este tiempo?
-Tenía la esperanza de ayudarte a cumplir algo de ella-le respondo avergonzado.
-¿Y lo has hecho?-me pregunta con una sonrisa mientras desliza su mano en la mía.
-No lo sé, quizás.
-¿Qué números tienes en esa lista?
-Del uno al ocho-le respondo, repasando mentalmente lo que contiene esa lista.
-Descubrir qué hacer con mi vida, es el número uno, ¿cierto?-me pregunta y solo le respondo con un asentimiento de cabeza.-Fue la primera cosa que escribí en mi lista,. Tenía quizás unos catorce años y Camile había anunciado que estudiaría nutrición, luego mi padre me pregunto qué haría yo y no supe que responderle... Recuerdo claramente la mirada de decepción en su rostro por mi falta de respuesta, así que esa noche inicie la lista.
-Pero, ahora lo sabes, ¿no?
-Sí, ahora lo sé. Quizás no es para nada lo que él esperaba de mí, pero a estas alturas ya no me interesa su opinión.
-Pues no importa lo que él opine, yo si estoy orgulloso de ti-le aseguro mientras beso su mano, antes de soltarla para poder estacionarme .- Ahora... ¿Estás lista para tu primera noche de antro?
-Numero cincuenta de la lista. Por supuesto que estoy lista para ello-me responde con una sonrisa emocionada, mientras me bajo del auto para abrirle la puerta.
*****
Helena y Sierra están borrachas, muy borrachas.
Cuando finalmente nos encontramos con ellos, Sierra estaba que no daba de sí por la alegría de por fin poder salir de fiesta con Helena, y luego empeoro cuando Helena anuncio que el número sesenta de su lista era emborracharse.
Así que Sierra nos demando a mí y a Erick que las cuidáramos porque le daría a Helena la borrachera de su vida. Así que ahora aquí estamos solo observándolas mientras ambas bailan entre ellas como si no hubiera mañana.
-Es hora de actuar-me informa Erick; cuando observa que un par de chicos, que tiene unos minutos mirando a las chicas como si fueran trozos de carne, comienzan a dirigirse hacia ellas.
-Hola nena-le susurro al oído a Helena cuando me acerco a ella mientras le lanzo una mirada de muerte a los tipos que con miradas furiosas se alejan al escuchar el alboroto que lanzan las chicas al vernos.
-¡Cristián! ¡Me estoy divirtiendo mucho! ¿Por qué no había hecho esto antes?-me pregunta pestañando constantemente mientras me comienzo a mecer junto a ella al ritmo de la música.
-Espero que continúes pensando eso por la mañana-le respondo mientras me rio de lo verdaderamente intrigada que esta por el asunto. -Quizás mañana te arrepentirás.
-No me arrepentiré, esto es muy divertido-me insiste y entonces cierra sus ojos y de nuevo me deleito con lo sexy que luce esta noche. Más temprano cuando le ayude a bajar del coche y decidió dejar su abrigo, casi me desmayo al ver el atuendo en el que esta infundada. Trae puesto un vestido que le queda ceñido en todos los lugares correctos y que tiene un tremendo escote que me deja deleitarme con la visión de su espalda descubierta.
-¿Te he dicho ya, que luces muy bien en este vestido?-le pregunto al oído mientras deslizo cuidadosamente mi dedo por toda sus espalda, provocándole un escalofrió.
-¿Enserio? Porque he de decirte que tenía mucho miedo de ponérmelo. Yo no acostumbro a vestirme así, pero hoy quería de dejar de tener miedo de hacer las cosas que siempre he querido hacer. Así que me lo puse.
-Pues luces como una diosa-le reitero mientras comenzamos a movernos al ritmo de una canción más rápida. Y de nuevo me maravillo de ella, es increíble cómo puede cautivarme de todas las formas... Como puede ser la tímida chica que me enamora y luego la chica sexy que me enloquece.
-Número sesenta y uno-me susurra al oído y al instante siento un escalofrío recorriéndome, junto con mis piernas un poco débiles.-Bailar con un chico en un antro.
-Número sesenta y dos-susurra de nuevo antes de tomarme desprevenido y besarme profundamente. –Besar a un chico en dicho antro.
-Número sesenta y tres-dice de nuevo.-Bailar sexy con dicho chico. Así que acabas de ayudarme con otros tres números de mi lista.
-Y eso es solo el principio-le susurro esta vez yo y comienzo a moverme de nuevo al ritmo de la música, mientras tomo sus caderas y la guio a mi antojo.
Mientras continuamos bailando, beso levemente su cuello y sonrió ante su escalofrió. Y pienso en lo diferente que es todo con ella. Con Amy y con cada chica que hubo antes de ella, todo se trataba de algo físico y de lo material, pero con Helena todo se siente real y pareciera como si estuviera viviendo todo por primera vez... No logro recordar, ni siquiera una sola vez, en que me haya sentido tan bien bailando con una chica o haciendo cualquier cosa para el caso; con ella hasta estar simplemente juntos en silencio se siente como el paraíso.
Continuamos de esa forma por lo que parecen horas, hasta que me doy cuenta de que apenas puede mantenerse en pie. Por lo que me giro a mirar a Erick y me doy cuenta de que Sierra se encuentra en las mismas condiciones.
-Hora de irse, fiestera-le informo mientras comienzo a alejarla de la multitud.
-No me quiero ir-protesta intentando detenerme, pero se tambalea de nuevo y la alcanzo a rescatar antes de que caiga.
-Prometo traerte de nuevo, pero vayámonos de una vez-le pido mientras me giro a mirar si Erick y Sierra están detrás de nosotros.
-Está bien-acepta pero luce como una niña a la que se llevan del parque.
Tomamos nuestras cosas de la mesa en la que nos encontrábamos y nos dirigimos dificultosamente hacia nuestros autos, pero es complicado porque las chicas apenas y pueden caminar por la borrachera y sus altos tacones, por lo que cuando finalmente salimos ambos nos miramos antes de cargarlas el resto del camino.
Entonces me despido de Erick y luego dejo a Helena en el asiento de copiloto y le abrocho el cinturón antes de entrar en el auto.
Finalmente el sueño esta venciéndola, por lo que me apresuro en salir del estacionamiento para llegar pronto a casa. Además, esta a nada de vomitar; lo noto en su semblante.
Pasamos unos segundos en silencio; pero entonces, de repente comienza a llorar y a llamar a Sierra.
-Tranquila ángel-le susurro y cuando me detengo en un alto le aparto el cabello que le ha caído en el rostro.-Ya casi estamos en casa.
-Pero no quiero ir a casa, me siento mal-me dice de manera entrecortada, ya que al parecer la lengua no le está funcionando tan bien mientras comienza a llorar más fuerte.
-Lo sé, lo sé, trata de tranquilizarte-le pido, mientras pongo en marcha el auto de nuevo.
-No quiero tranquilizarme, estoy triste. ¿Sabes por qué?
-No lo sé, ¿Por qué?-le pregunto y contengo mi risa; ya que para variar, Helena estando borracha es todo un caso. No solo es la típica borracha que pierde sus inhibiciones con el alcohol, además es la borracha capaz de subirse a la mesa y la que se pone a llorar por todo.
-Porque un día Cristián va a dejarme.
-Claro que no-le objeto de inmediato, sorprendido por la vehemencia con que lo dice.-Eso no es cierto, ¿Quién te ha metido esa idea en la cabeza?
-Nadie, es solo algo que siempre he sabido, desde el día en que lo vi por primera vez... Lo supe-me afirma luego de quedarse callada por un momento.-Supe que ese tipo iba a ponerme la vida de cabeza, digo; solo míralo, va por la vida luciendo como un maldito modelo sacado de Abercrombie, y luego piensa que con su sonrisa va a conquistar a todo el mundo; los cual hace si me lo preguntas... Así que la pregunta clave aquí es, ¿por qué rayos un tipo como él, iba a fijarse en alguien como yo? ¡Pues no lo sé! Sinceramente todo el tiempo estoy pensado en que él está jugando conmigo, pero luego simplemente lo miro y me doy cuenta que él es demasiado bueno para eso y ese es el problema; él parece ser demasiado bueno para todo. ¡Y yo no soy buena para nada! Así que obviamente no congeniamos, por lo que progresivamente él va a terminar aburriéndose de mí y va a dejarme.
-¿Así que esa es tu brillante teoría del porque él va a dejarte?
-¡Sí!-me responde firmemente.
-¿Y le has contado eso a él?-le pregunto y siento como mi corazón de oprime por ella. Está tan dañada que no importa cuánto haga, sigue desconfiando de mí... De nosotros.
-No, no podría-me responde y grandes y silenciosas lágrimas comienzan a brotar de sus ojos.-No quiero darle más motivos para que se aleje de mi más pronto. Pero tengo miedo... mucho miedo. ¿Sabes que en ocasiones de verdad espero que se aburra de mí de una vez y me deje ya? ¿Y sabes por qué? Porque esto se está poniendo mal, estoy enamorada tan intensamente de él, que no sé qué va a ser de mi el día que él decida irse. Él es la única persona que ha logrado salvarme de mí misma, es la única persona que me hace sentir fuerte y me da valor para seguir; así que dime tú, ¿qué voy a hacer sin él? ¿Y si no soy capaz de hacer las cosas que estoy haciendo cuando él no esté a mi lado? ¿Y si no me siento de esta increíble forma sin él? No quiero volver a sentirme como antes, ya no quiero regresar a esa vida tan oscura que tenia... Lo quiero a él en mi vida, a esa luz que me da, pero estoy tan aterrada de depender tanto de él, y que mi vida se derrumbe cuando se vaya...
-Él no ha hecho nada Helena-le afirmo mientras me estaciono frente a mi casa y me limpio las lágrimas que ahora surcan mi rostro.-Él solo vio a la increíble chica que estaba demasiado asustada de salir; eres simplemente tú, siendo lo que siempre debiste ser. Él no es el causante de nada, él no logra que seas capaz de cada día reponerte de lo que te ha tocado vivir, tú sola ya lo hacías. Él no hace que te muevas como una ilusión mientras bailas... Él no logra nada de eso, eres solo tú... Y te lo va a demostrar, no importa que tan difícil sea o el precio que tenga que pagar para lograr eso.
Con esto salgo del coche y me acerco a abrir la puerta para ayudarla a salir y la tomo de nuevo en mis brazos para dirigirme hacia la casa. De momento finalmente ha caído rendida y luce demasiado pacifica, por lo que me dirijo lentamente hacia la planta alta.
-¿Cristián?-me pregunta mi mamá saliendo muy adormilada de su cuarto.-¿Qué hora es?
-Son las cuatro-le respondo mirando el reloj del pasillo. –Perdón por llegar tan tarde, Helena estaba demasiado entretenida.
-¿Has estado llorando?-me pregunta preocupada, acercándose a nosotros.
-No mamá es solo...
-No me mientas hijo, ¿qué sucede?-me insiste.
-¿Cri..sti..án?-susurra Helena comenzando a despertarse y a ponerse inquieta; lo que distrae a mi mamá de su interrogatorio.
-¿Qué sucede?-preguntamos mi mamá y yo al mismo tiempo.
-Creo que.. que voy...-dice, pero no logra terminar porque de repente se vomita encima de mi.
-¡Por Dios!-susurra mi mamá, en lo que de inmediato me dirijo hacia el baño y la coloco en el suelo para que termine de vomitar en el baño.
Estoy deteniendo su cabello y estoy esperando a que termine cuando mi mamá entra al baño con una camisa para mí y ropa para Helena; se queda por un momento observándonos, como si se estuviera debatiendo en hacer o decir algo; pero finalmente no lo hace y se marcha dándonos una última mirada.
Cuando Helena finalmente termina la ayudo a ponerse de pie y le ayudo a lavarse los dientes, entonces llamo a mi mamá y dejo que se la lleve a mi cuarto para que la ayude a cambiarse el vestido en lo que yo tomo una rápida ducha.
-Está durmiendo en tu habitación-me informa mi mamá cuando salgo del baño.
-Está bien, no importa, dormiré en el suelo por si necesita algo más-le digo evitando su mirada.
-¿Vas a contarme que sucedió?
-No sucedió nada mamá, enserio-le repito y le sonrío de una forma tranquilizadora.-Solo ha sido una noche larga y estoy cansado, eso es todo.
-Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad?
-Lo sé mamá, ahora ve a dormir-le pido y beso la cima de su cabeza, antes de que ella se adentre en su cuarto. Luego de eso me dirijo a mi propio cuarto y observo a Helena que luce bastante pacifica durmiendo.
Así que me siento en la orilla de mi cama y me quedo observándola por lo que parecen horas, y en realidad no sé ni en qué momento me quedo dormido, pero cuanto despierto ya es de día y ella aún está dormida mi lado.
-Despierta bella durmiente-le susurro acercándome a ella cuando miro el reloj y veo que ya es la una de la tarde.-Es hora de levantarse.
Comienza a murmurar cosas sin sentido y a tocarse la cabeza, pero se niega a abrir los ojos; por lo que continúo insistiendo.
-Vamos nena, necesitas comer algo.
-Lo que necesito es que me corten la cabeza-me dice y solo entonces abre sus ojos.-Esto se siente como si me hubiera comido toda la arena del desierto y la cabeza me martillea horrible. Como es posible que les guste hacer esto cada fin de semana, es horrible.
-Claro que lo es-le digo con una carcajada.
-No te rías muy alto, me duele.
-Lo siento, lo siento, lo siento-le susurro tratando de controlar mi risa.-Pero es que justo ahora luces adorable.
-No te burles de mi y no me dejes hacer esto de nuevo.
-Ayer no decías eso.
-Sí, bueno, ayer no me sentía como si me hubiera pasado un maldito tractor por encima-me informa y se queja de nuevo de su dolor de cabeza, haciendo el puchero más lindo del mundo.
Y entonces comienzo a reír sin importarme su dolor de cabeza y me abalanzo sobre ella para abrazarla. Porque gracias a sus palabras acabo de tomar la desición de no permitir que nada me separé de ella jamás.
-¡Cristián!-chilla de inmediato.-¡Me duele!
-Eres la mujer más increíble que he conocido en mi vida-le digo sosteniendo su rostro con mis manos para obligarla a mirarme.-No importa si tú no lo piensas o no lo crees. No me cansaré de repetírtelo nunca y escúchame bien lo que te voy a decir Helena Johnson, te prometí una vez que te iba a reparar y no me importa lo que me cueste, lo voy a hacer. ¿Y sabes por qué?
-No-me responde viéndome muy sorprendida.
-Porque te amo Helena Johnson, te amo y no me importa si es una locura, si ha pasado poco tiempo o lo que sea, te amo y te prometo que te lo repetiré hasta que en verdad me creas-
-Yo tambien te amo- me dice de regreso con una pequeña sonrisa mientras me mira con ternura. -Y sé que cuando te lo dije por primera vez, te dije que no está a segura de si era amor lo que sentía por ti. Pero ahora lo estoy. Te amo Cristián Evans, con todo mi corazón.
-Nunca tanto como yo lo hago-le informo con una gran sonrisa.-Me haces muy feliz Helena, nos hace muy feliz a todos, no te olvides de eso jamás.
-¿Y a qué se debe que nos hayamos puesto tan sentimentales de repente?
De inmediato me pasan por la mente las palabras que me dijo ayer y trato de que la sonrisa no se borre de mi rostro, para no precuparla.
-Supongo que simplemente necesitaba recordartelo-le respondo con un encogimiento de hombros antes de besar su frente.-Ahora me voy a levantar y me voy a marchar a la cocina para prepararte algo de desayunar, para que esa reseca tuya desaparezca, ¿de acuerdo?
En lugar de responderme, simplemente asiente con la cabeza por lo que la beso ligeramente en los labios y salgo del cuarto rápidamente para que no vea cómo se ha borrado mi sonrisa.
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