Al llegar al Blake recibí un mensaje en mi celular, mire a los chicos y revise mi bandeja de entrada.
Recibidos; Matteo ocupo hablar contigo. Te espero en la biblioteca.
¿Debería ir? ¿Qué estará tramando ahora?
Porque algo me decía que estaba tramando algo y por eso me escribía.
Mire a los chicos de nuevo y fui a la biblioteca, al fin y al cabo, no me gusta quedarme con ninguna inquietud. Y definitivamente si no iba me quedaría con esa.
Me aleje de los chicos cuidadosamente y fui directo a la biblioteca, al entrar miré a todos lados y no la vi, me dí la vuelta para irme, quizá ya se había cansado de esperarme y se había ido ya. Di unos cuantos pasos hacia la salida pero su voz me detuvo. Me voltee sobre mis talones y la mire esperando que hablara. Como no lo hizo, hable yo.
-¿Qué quieres? ¿Para que me pediste que viniera?
-¿Qué te pasa Matteo? ¿Por qué tan cortante?
No puedo negar que he tenido una que otra aventura con ella pero ya cuando la beso no es un gran sentimiento el que tengo. Yo estoy con ella y la busco más que todo por deseo.
Se que ella gusta de mí y le entiendo ¿Quién no gustaría de este bombom?
Pero no me gusta, no me gusta que una chica este a mis pies fácilmente, me gustan los retos. Me gustan chicas difíciles de tener.
Y nop, no me vengan con "eres una mierda", "¿como vas a hablar así de una mujer". No. Porque yo desde el primer día yo fui sincero, le explique que buscaba, y ella accedió a estar conmigo de esa manera.
-Por nada ¿Qué quieres?
-Creo que ya es hora de hacer lo nuestro público.- khe? Tú ta' loca Ramona?
-¿Lo nuestro?- pregunte confundido -. ¿De qué estás hablando, Ludmila?
-Si, nuestro noviazgo.- sonrió y rodeo mi cuello con sus brazos -. Ya es hora de que todos sepan que si estamos en algo.
-¿Noviazgo?- digo aún más confundido.
-Si, tú y yo somos novios...¿O sólo me estás utilizando?
-Nunca dijimos ser novios.- fruncí el ceño -. Nunca hubo un "nuestro". Desde el primer momento te explique que pasaba entre nosotros, ¿ lo olvidas? Tú estuviste de acuerdo con eso.
-Igual, se que tú quieres más que yo que sea tu novia.- dice rozando sus labios con los míos.
Ella está apunto de besarme y yo no hago nada para separarla o evitarlo, no tengo novia ni menos a quien deba respeto. Cuando se estaba acabando con la poca distancia que nos separaba un ruído estruendoso hizo que nos separaremos rápidamente.
Me giré sobre mis talones para mirar quién es, pero sólo logro ver un reflejo de algo que creo es una chica salir corriendo.
-¿Quién anda ahí?- grite asomándome en puerta pero no quedan rastros de nada, ni nadie.
Nina
Ocupo un libro así que decidí ir por uno a la biblioteca. Estaba mirando los estantes en la sección romántica, siempre leo ciencia ficción pero siempre es bueno cambiar y probar cosas nuevas.
Uno de ellos llamo mi atención "Romeo y Julieta".
Es extraño pero nunca lo leí antes aun siendo de los más mencionados, es un clásico. Al tomarlo quedo un espacio suficientemente grande y al mirar entre el logre ver del otro lado...¡¡Matteo y Ludmila están a punto de besarse!!!
Las lagrimas se apoderaron de mis ojos y no pude impedirles la salida, sentí una fuerte punzada en mi pecho. Sentí como me rompían el corazón sin saberlo. Sabía que estaban juntos, si. Sabía que se besaban, si. Pero igual dolía. Y dolía mucho. Lleve mis manos hasta mi boca para que no pudieran escucharme y salí de ahí, lo más rápido que pude tirando un par de libros que traía conmigo.
No puedo creer que me afecte tanto verlo con alguien más. Ni siquiera debería importarme ya
Fui al baño y al entrar coloque mi bolso sobre el lavamanos y me miré al espejo.
¿Ves lo estúpida que eres Nina?
¿Qué haces tú llorando por un chico que no te da bola?
¿Cómo pude llegar a pensar que podríamos ser algo más que el sólo pose su mirada en mí?
Se iban a besar y los iba a ver, se que ellos andan pero nunca creí ver a el chico que me gusta apunto de besar a otra que nunca seré yo.
Soy una ilusa al pensar que tal vez podría tener una oportunidad con él, ahora me doy cuenta que eso es imposible.
Remangue las mangas de mi campera y lave mi rostro con agua fría.
¡Soy una estúpida! ¡Un total y completo desastre!
Una estúpida que llego a pensar que lo cliché era real, que si dos personas se aman no importa el físico, sino los sentimientos.
Sólo soy la tonta nerd enamorada del estúpido popular.
Que asco tener que tener un maldito cliché en mi cabeza.
Lo odio, lo odio por ser un chico imposible, lo odio porque es un chico que sólo me podría mirar cómo a alguien más, lo odio porque es un estúpido, lo odio porque aun me sigue gustando.
Seque mi rostro con una pequeña toalla que traigo conmigo siempre, me coloque mis gafas y pude ver que tengo los ojos rojos, tocaron el timbre de entrada, tome mi bolso y salí con dirección al aula intentando actuar con la mayor normalidad posible.
Al llegar todos están en sus lugares al parecer sólo faltaba yo, le pedí permiso al profesor y fui a mi puesto, justo al lado de Luna.
-Nina ¿Qué te paso?- pregunta mi amiga preocupada.
-Valente ¿Tiene algo que compartir con la clase?- le dice el profesor molesto.
-No, disculpe profe- negó Luna.
-Luego te cuento Luna.- le susurre y ella asintió.
La clase paso lenta, no podía sacar aquella escena de mi cabeza, no podía dejar de pensar en ello. Y eso me hacia molestarme. No podía creer que estuviese matándome la cabeza pensando en eso.
Sonó el timbre y todos estábamos a punto de salir pero la voz del profesor nos detuvo.
-Chicos están abiertas las inscripciones para los talleres, quién quiera inscribirse en la cartelera del pasillo están las planillas. Pueden retirarse.- dice cerrando su portafolio -. Buen día.
Luna y yo salimos del aula y fuimos al pasillo a inscribirnos, luego de tanto insistirme el porque de mis ojos rojos, le conté lo que vi, lo que sentí al verlo, y ella cómo respuesta me dio un fuerte y cálido abrazo.
Agradezco que este para mi. Siempre que lo necesite.
-Nina si él no nota la gran chica que eres, él se lo pierde.- me aconsejo.
-Pero es difícil Luna, siempre me ha gustado y a pesar que es alguien imposible, he tratado y no he podido olvidarlo.
-¡Ay no Nina!, neta no pienses en eso...¿En cual te inscribirás?
-En fotografía, siempre lo hago.
-Nina, vamos inscribirnos en teatro. ¡Ándale!
-¿Qué? No, no Luna, no creo poder pararme delante de todos y actuar, no, no, que verguenza.- me negué
-Nina te inscribirás en teatro, todos los años lo haces en fotografía.- bufó.
-Y tú todos los años te inscribís en teatro.- sonreí victoriosa.
-¿No me dijiste que Matteo siempre se inscribe en fotografía?- pregunta y asiento -. ¿Te piensas inscribir donde está él y verlo en todas las clases?
¡Odio cuando tiene la razón!
-¿Entonces? ¿No me dijiste que no le querías ver?- volvió a preguntar.
-Si tienes razón..., mejor me inscribo en teatro, no lo quiero ver por ahora.- digo rodando mis ojos y ella sonríe victoriosa.
Luego de inscribirnos, Luna fue con Ámbar y yo decidí ir a la cafetería a tomar algo, iba caminando por el pasillo pensando en cada cosa que me pasaba por la cabeza y me debatía si en realidad había sido una buena idea inscribirme en las clases de teatro. Expresarme en público no era mi mejor faceta, ni mucho menos frente a jóvenes con las hormonas alteradas y despiadadamente burlones.
Sentí un impacto.
Y en menos de lo que pude reaccionar ya estaba tirada en el suelo. De culo.
-¡Ey! ¿puedes fijart..?. Parece que te encanta chocar conmigo.- dice divertido poniéndose de pie haciendo con lo mire con una expresión confundida.
-Es primera vez que choco contigo, Matteo.
-Es un decir Nina, igual tú querías, no lo niegues.- la diversión chispeante en sus ojos, el brillo de jugueteo en ellos -. Es imposible que no quieras.
-Ya quisieras.- bufé molesta -. Debo irme ya.
-Vamos se sincera... Ven te ayudo.- dice extendiendo su mano, la miré y dude en aceptarla pero al final lo acepte. A fin de cuentas, estaba algo desestabilizada. Y traer una faldita conmigo, no me ayudaba en absoluto.
-Gracias por ayudarme, no por tirarme.
-Yo no te choque. ¡tú lo hiciste! Y luego caíste. ¡No es mi culpa, señorita!
-¿Ah no? ¡Por Dios! Fuiste tú quien me chocaste.- digo sarcástica -. Así que no te pediré disculpas por ello.
-Emm... ¿tú crees?- dice, dando un paso. Lento, detenido, queriendo quizá tener cuidado de mi reacción a acercarse. Y pues, si él me conoce, ¿pa que se acerca?
Yo lo único que pensé fue; amonos pa la verga wey.
-Me voy a clases- dije caminando a un paso apurado, intentando dejarlo atrás. Bien, no iba a clases,y eso nadie más que yo lo sabía. Pero tenerlo cerca, estar cerca, me hacía solo querer correr. Huir. Tipo un desquiciado para que no lo lleven de vuelta al manicomio. Solo correr lejos de él.
Pero claro. Hablamos de Matteo Balsano.
El jodido, odioso, y sexy Balsano.
Se puso frente a mi, obstruyendo mi paso. Lo mire ceñuda. ¿Qué prentendes amiguito?
Me moví a los lados y el sólo repetía mi acción obstruyendo mi paso.
-¿Bailamos?- digo sarcástica sin ninguna chispa de emoción ni diversión en mi voz.
-Si, claro.- dice colocando una de sus manos en mi cintura y la otra tomando mi mano.
-¿Qué acaso no sabes lo que es sarcasmo.....?- pregunto de manera molesta, quitando sus manos y alejándome -. Ya deja de jugar con todo Matteo.
-¿De qué estás hablando? ¿con que se supone que estoy jugando?
-Con mis sentimientos.- susurre muy bajo, tanto que sabía que no iba a poder escucharme.
-¿Qué?
-Que están por comenzar mis clases.- entorne mis ojos -. Si, si. Tengo que irme ya.
-¡Oh! bueno. Nos vemos luego entonces, chica rara.
¿Rara? Raras tus nalgas, pendejo.
Y sin más, me dejo ir caminando, dejandolo atrás.
***
Holis bobis.
Aparecí de nuevo
Aquí esta uno más.
Solo pa que sepan
Quisiera escribir algo nuevo.
Estaba pensando en usar a Cole Sprousse como uno de los protas. ¿Que dicen?
¿o prefieren a alguien más?
Digan nombres