La fiesta de Christopher fue de maravillas, aunque mis nauseas no me dejaron disfrutarla totalmente. Los días pasaban un poco más rápido de lo que yo deseaba, ya nos habíamos establecido en el hermoso y espacioso departamento que Joel había comprado para nosotros. A veces era un poco extraño ver a Bryant y Sarah luego de escucharlos en acción algunas noches, pero de a poco nos íbamos acostumbrando, apenas pasaban tiempo en el apartamento. Ryan era un bebé muy tranquilo aunque eso no evitaba que de vez en cuando pasara algunas noches despertando a todos.
Joel y yo nos encontrábamos solos, mi hermana, su hijo y su esposo se encontraban en casa de Mamá cuidando de ella. Dormir junto a él se había convertido en lo mejor del mundo, aunque algunas noches no eran precisamente para dormir. Pero tardes como estas, en las que él estaba libre y estábamos solos, eran mis favoritas.
—¿Qué nombre les pondremos? —preguntó.
—Mmm, creo que deberíamos esperar para pensar eso... Ya sabes, cuando sepamos los sexos.
—¿Qué prefieres? —preguntó.
—¿Cómo así?
—¿Niños... Niñas?
—Lo que sea. —puntualicé.
—Yo igual, todo lo que pido es que puedan desarrollarse bien, saludables... —sonrió.
—Hablas como todo un padre de treinta años que ha esperado este momento por toda su vida. —me burlé.
—Señorita, ¿No sabía usted que soy inmortal? —bromeó.
—Ah, ¿Sí? —lo miré. —¿Qué tipo de inmortal?
—Mmmm... Soy un vampiro, por eso soy tan sexy. —se burló, pero dijo justo lo que yo quería escuchar.
—Los vampiros están muertos, y los muertos no tienen circulación de sangre... Entonces no paran el pito y déjame decirte que tú tienes un Super Pitaso muy potente. —exploté a carcajadas cuando su expresión se volvió de sorpresa y se puso más rojo que un tomate, al fin no era yo quien estaba como un tomate.
—Dios... Mío. —explotó en una ruidosa carcajada.
—En serio... Tienes una ametralladora. —continué alagando burlonamente su miembro.
—Pero te gusta, eh... —me miró, sonriendo de lado.
—Mucho. —admití. —Cuando... Dios. —tapé mi cara, ahora la que estaba roja era yo... ¿De mi propia medicina?
—Debería mostrarte el poder de mi arma letal... No sé... Como que sí... ¿Qué dices? —dijo, colocándose con cuidado sobre mí, asentí mirándolo a los ojos...
Cuanto amaba a este chico.
***
Salí de la ducha para ponerme un cómodo vestido un poco ajustado... Me encantaba hacer notar mi -aún- no tan hinchada barriga, Sarah había llegado con Ryan, pero sin Bryant. Él estaba acompañando a Mamá a su chequeo... A decir verdad, Mamá estaba casi a la perfección, CASI. Decidí ir a su encuentro, en lo que Joel pasaba el rato con los chicos en la casa común.
La confianza que había creado con Alec me había llevado a tener su número en caso de cualquier necesidad, le marqué para saber si tenía idea de en donde se encontraba Mamá y por que Alec es todo un amor fue a mi encuentro y me acompañó.
—¿Qué tal el embarazo? —preguntó.
—Muy bien, estoy llevando todo bajo control... O bueno, Joel está llevando todo bajo control. —admití, sonriendo.
—Me alegro mucho, tu madre estaba con tu cuñado... No pueden entrar más con ella, pero la puedes esperar aquí. —Dijo en cuanto llegamos fuera del consultorio, tomé asiento en la fila de espera. Había muchas personas pero como no me atendería todo estaba bien, no estorbaba el turno de nadie.
—Disculpen, ¿Me puedo sentar aquí? —preguntó una chica acercándose a nosotros, no parecía estar enferma o tener algún hueso roto.
—Claro. —Alec le cedió el paso para que se acomodara a mi lado.
—Gracias, estoy acompañando a una amiga... Pero no sé donde está, en fin. —suspiró. —La esperaré acá, soy Andreina. —Se presentó.
—Un placer, soy Alec... Pero ya me tengo que ir, Zaphir espera a tu madre, y bueno... Nos vemos en un momento. —informó antes de retirarse.
—Soy Zaphir. —finalmente me presenté con Andreina.
—Me gusta tu nombre... ¿Por qué estás aquí? —preguntó, mirando mi barriga. —¿Maternidad no está en otro lado?
Sonreí en mi interior, mi barriga se veía, ella la notó, LA NOTÓ.
—Estoy esperando a mi madre y mi cuñado. —reí —Hoy no vine por mí.
—Ya veo, conoces a un enfermero... Deja mucho que decir. —sonrió.
—Sí, Alec se ha vuelto un buen amigo... Siempre está cuando lo necesitamos y es un amor. —admití.
—Te envidio, yo solo tengo una amiga... Bueno y te acabo de conocer a ti.
—¿En serio? —pregunté, sorprendida... Parecía muy sociable como para tener la misma vida social que yo. —Entonces, toma mi número y dame el tuyo... Tampoco tengo muchas amigas, pero podemos conocernos mejor.
—Santo cielo, Gracias.
Intercambiamos números, pero para nuestra desgracia Mamá y Bryant salieron en el momento justo que empezábamos a conocernos.
—Chica nos mantenemos en contacto, vale. —se despidió.
No era común en mí agradar con personas que a penas conocía, pero la conexión con ella fue instantánea. Cuando llegamos a casa de Mamá, decidí llamar a Wendy para que pasara el rato... Pero en lo que la tienda de Thomas creía, el tiempo libre disminuía y en realidad los extrañaba.
La noche estaba fría y Joel no contestaba, estaba empezando a confiar nuevamente en él, así que mantenía mis pensamientos fuera de cualquier cosa que me hiriera. Me acosté en lo que solía ser mi habitación, si Joel no pasaba por mí no volvería al apartamento, no quería dormir sola. Bryant ya se había marchado y Sasha estaba dormida.
Decidí pasar tiempo con Mamá, para charlar como antes.
—¿Cómo sigues? —le pregunté, acostándome a su lado.
—Mucho mejor, no puedo esperar para volver al trabajo. —admitió, haciendo una mueca que yo conocía a la perfección. Solo la hacía cuando estaba impaciente.
—Debes continuar en reposo, mujer.
—Eso no me quita las ganas de querer volver a trabajar, no es tan divertido estar acostada aquí.
—Buen punto, Madre mía. —le sonreí, tomando su mano.
—Aunque te has ido demasiado rápido en la vida desde que conociste a Joel, estoy orgullosa de ti. —dijo.
—¿Cierto?
—Sí, ya sabrás lo que es amar incondicionalmente a alguien... Bueno, a tus bebés, nunca tuve la dicha de tener dos al mismo tiempo.
—Tengo suerte, eh. —reí.
—Tu Padre habría adorado a Joel... Te has conseguido al mejor esposo, Zaphir. Aunque te ponga nerviosa ese tema, yo los veo como Marido y mujer. —dijo, suspirando. —Y les tengo un consejo, esto fue lo que nos ayudó siempre a tu padre y a mí.
—¿Qué? —pregunté, curiosa.
—Cuando se sientan de lo más enamorados, escriban en una carta lo que sienten el uno por el otro... Cuando se vean en momentos difíciles, lean las cartas y recuerden siempre que el amor que se tienen los lleva lejos y los une, sí y sólo sí saben como disfrutarlo.
—¿Ese fue el secreto de tu relación con Papá?
—Uno de ellos... Tu padre era un amor con todo y todos.
Las charlas con Mamá se habían vuelto muy profundas últimamente, ya no me veía como una niña... Sino como una adulta aunque aún no tenía la edad "legal". Joel entró a la habitación y saludó a Mamá sin abandonar su lugar... ¿Cuándo había llegado?
—Suegrita hermosa, espero que no le moleste pero vine por mi esposa... —ambos me miraron esperando una reacción, por lo que solo miré a otro lado.
—Está bien, ¿ya se van? —preguntó.
—Sí. —dije yo, aunque no sabía sí ese era el plan de Joel.
—Bueno, habló la jefa... Nos veremos pronto Suegra, la quiero muchísimo. —dijo Joel, despidiéndose.
—Bueno jefes, pasen buenas noches. —rió Mamá.
Me despedí y luego fuimos a casa, la familia de mi hermana estaba completa en su espacio.
Ya era tarde, muy tarde.
—Mañana quiero que vayas conmigo al estudio. —dijo Joel, saliendo del baño, totalmente desnudo.
—Está bien, ¿a qué hora? —pregunté.
—Tranquila, estarás despierta cuando vayamos... No molestaría tu sueño, mi reina.
—Te amo. —Le dije, aquellas palabras lo hacía sonreír de oreja a oreja.
—Yo también te amo, vida mía... ¿No te bañarás? —preguntó.
—Claro que sí.
Me adentré al baño, para cuando salí Joel ya estaba vestido en su pijamas pero yo me sentía muy cómodo envuelta en la toalla... Esta sería una noche al desnudo para mí.
—¿Noche al natural? —preguntó, observando mientras yo me acostaba a su lado abandonando la toalla y envolviendo mi cuerpo en nuestra sabana.
—Así es, Pimiento Caliente... Así es. —dije, bostezando.
—¿Pimiento Caliente? —preguntó, mirandome extraño.
—Pimentel Caliente, lo siento. —reí por mi error.
—Pero y esta loca. —se rió conmigo.
Unos sutiles golpes sonaron en nuestra puerta, me cubrí aún más con la sabana en lo que Joel fue a abrir.
—¿Qué pasó? —preguntó Joel a Bryant.
—Te busca una chica, Catalina, Cait, Caitlyn... Algo así.
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UN GRANNNN Y VIRTUAL SALUDOOO PARA @ShiraWatts3! ♡x
¡Tomo en cuenta cada uno de los votos para el protagonista de la siguiente novela! (En el capítulo Anterior comenten con quien les gustaría la siguiente Novelaaaa)
LAS QUIEROOOOOOOO, ¿Tienen alguna pregunta para míiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?