El rojo de tu labial
Denotando entre tu pálida piel,
El aroma de tu perfume
Inundando mis pensamientos,
No tengo que verte
Para saber que estás aquí
Tus manos frías son mi despertador
Tu voz es mi paz, pausa y detonador.
Sentada con las piernas cruzadas
Con esa postura de reina
Llevas una corona sobre tu cabellera dorada
Que te parece si olvidamos la existencia del rey?
Déjame llevarte a un verdadero cuento de hadas
En dónde la belleza llene tu mirada
En dónde la libertad sea tuya y mía,
Nuestra; déjame mostrarte el reino de estrellas
Que alumbran la noche despejada.
Que te parece si tiras esa corona al mar?
Él te tiene atada para que no puedas amar
Muéstrate como eres, se vos misma
Déjame cegada con el verdadero esplendor
Que tienes, más que una corona sin brillo
Tu alma no pertenece a un castillo, abre tu corazón
Saca de tu interior ese pasional Dragón.
Enciende ese fuego que hace mucho se apagó...