Narra Lucy.
Las cosas habían cambiado demasiado, las chicas se habían enojado conmigo por romper la promesa que habíamos hecho entre nosotras. No había vuelto a ver a Natsu desde aquel día en el que termine con nuestra relación prohibida.
Sting había cambiado también, era más atento conmigo, lo que me había puesto a pensar que el realmente me quería. El asunto de Natsu me había dejado un mal sabor, no sabía porque, pero me atormentaba, a pesar de que quería iniciar de nuevo con Sting Natsu no salía de mi mente ¿Por qué?
Me encontraba en casa de Sting, el me besaba con suavidad mientras yo correspondía a su beso, paso su mano por mi cintura bajando hasta mis piernas acariciándolas. Sin embargo, recuerdos aparecieron como flash en mi mente, Natsu tocándome de la misma manera, pero la sensación era diferente. Me tense rápidamente y tome de los hombros a Sting deteniéndolo.
—¿Qué pasa? —pregunto un poco confundido.
—No puedo— conteste apenada.
—¿Otra vez? — se veía realmente molesto.
—Entiéndeme.
—No puedo entenderte, he tratado de entenderte mucho tiempo.
Mi celular sonó en ese mismo momento, lo saque de mi bolso y conteste.
—¿Diga?
—¿En dónde estás hija? — pregunto mi padre.
—Estoy con Sting.
— Siento mucho interrumpirte, pero necesito que regreses a casa ahora, iremos a una cena en casa de un viejo amigo mío.
—Está bien, voy para allá.
—Ven con cuidado.
Colgué la llamada y me levanté del sofá en donde estábamos sentados.
—Tengo que irme— dije caminando hacia la puerta.
—Espera Lucy, aun no termino de hablar contigo.
—Hablamos después cuando tu enojo se te pase, ahora tengo que ir con mi padre a una cena— dije abriendo la puerta y saliendo de ahí.
Llame a mi chofer y me llevo a casa, cuando entre mi padre me mando a que me arreglara porque la cena seria a las 7:00pm.
Me duche y arregle sin muchas ganas, no quería ir, seguramente serian ese tipo de cenas de negocios y esas cosas me aburrían demasiado.
Llego la hora acordada y fuimos a casa del amigo de mi padre, su casa era hermosa, grande y espaciosa, toda de color blanco con muchas flores y jardines alrededor de ella. El auto se detuvo en la entrada y uno de los trabajadores de la casa me abrió la puerta; entramos a la casa y era aún más bella por dentro, decorado de colores claros y muchos muebles seguramente costosos. Muy común en los amigos de mi padre.
—Qué bueno es volverlos a ver— se escuchó una voz masculina, voltee a verlo y era un hombre que aparentaba la misma edad que mi padre, de cabello rojizo, ojos color jade y físico dotado, me recordó muchísimo a alguien, pero no sabía a quién. Junto a la venia un chico de cabello oscuro, ojos igualmente oscuros, tenía puesto ropa casual, pero sin verse desarreglado.
—Igneel— dijo mama con felicidad dándole un abrazo.
—Es bueno verte Layla, sigues igual de hermosa que antes— dijo alagando a mamá.
—Muchas gracias, tu no te quedas atrás— el hombre se volteo a papá.
—Me alegra verte de nuevo después de mucho tiempo Jude— dijo también dándole un abrazo.
—Digo lo mismo Igneel.
—Gusto en volver a verlos señores Heartfilia— dijo el chico de cabello oscuro.
—Te has vuelto muy apuesto Zeref— ¿Zeref? ¿Por qué se me hacía conocido ese nombre?
—Muchas gracias señora Heartfilia.
—Igneel, ella es mi hija menor Lucy— dijo haciendo señas, el hombre me miro y me sonrió.
—Mucho gusto— dije dando una reverencia.
—Vaya que has crecido— se volvió hacia el chico de cabello oscuro— ¿En dónde está tu hermano? — le pregunto.
—No quiere bajar de su cuarto— el hombre suspiro.
—¿Pasa algo? —pregunto mi padre.
—Mi hijo menor ha estado muy decaído últimamente, no ha querido salir de su habitación en días.
—¿Problemas de faldas? — pregunto mi padre, mi madre le dio un codazo.
—¡Jude! — el señor rio levemente.
—Me temo que sí.
—Es una pena, no sé cómo alguien se atrevería a hacerle un desaire a un chico tan apuesto como él.
—Lo sé—contesto el señor— Por favor pasemos a la mesa para que podamos cenar y conversar más a gusto— le tomo del brazo a su hijo— Ve y saca a tu hermano de la habitación, aunque no quiera.
—De acuerdo padre— dijo subiendo las amplias escaleras de mármol.
—Por favor, por aqui— el señor nos guio hasta su mesa, nos sentamos y ellos comenzaron a conversar cosas triviales, al parecer no era una cena de negocios.
—¡Eres tan molesto! ¡dije que no quiero estar ahí! —se escuchó una voz terriblemente familiar por los pasillos, entonces apareció, Natsu estaba delante de la mesa.
El me miro y su rostro cambio al instante, en su rostro debajo de sus ojos habían unas ojeras grandísimas.
—¿Qué son esos gritos Natsu? — le recrimino el señor.
—Lo siento— dijo con seriedad, yo no podía dejar de observarlo.
— Es bueno verte de nuevo, Natsu— dijo mi padre.
—Igualmente señor Heartfilia.
—Buenas noches Natsu— dijo amablemente mamá.
—Buenas noches señora Heartfilia.
—¿Qué es eso de señora Heartfilia? Pensé que habíamos quedado en que me dirías Layla.
—¿Qué? ¿Ustedes ya se habían encontrado? — pregunto el señor Igneel.
—Sí, una vez fue a casa con Lucy— dijo mamá, comenzaba a ponerme incomoda.
—¿Enserio? — el señor igneel miro a Natsu.
—Solo somos compañeros de clase— por alguna razón eso me dolió, ¿solo compañeros de clase?, eso quería decir que no me veía como una amiga.
—Vaya que sorpresa— dijo el señor igneel con alegría.
Después de eso nuestros padres comenzaron a conversar junto con Zeref, mire a Natsu, él tenía la mirada perdida hacia la nada, ni siquiera me miraba. De repente, el celular de mi padre comenzó a sonar y él contestó.
—¿Diga? — espero en la línea— ¿Qué? ¿Cómo que estas aquí? De acuerdo, estamos en casa de los Dragneel, si si la casa de siempre, está bien aquí te esperamos, adiós.
Colgó la llamada con todos confundidos por lo que dijo.
—¿Quién era cariño? — le pregunto mamá.
—Ya lo veras cuando llegue.
Después de diez minutos alguien llego, ya que se había escuchado como se abria la puerta principal.
—¿Cómo han estado? — pregunto una voz realmente familiar para mi, voltee a verla.
—¿Mavis? — dije sorprendida.
—Hola Lucy ¿Cómo estás?
—Mavis— dijo mamá con alegría levantándose de la mesa y corriendo a abrazarla— ¿Cuándo llegaste?
—Hace una hora— se separó de mama y se posó detrás de Zeref, le dio un zape interrumpiendo su comida— ¿Y tú? ¿no te alegras de verme? — él le sonrió.
—Claro que si— Zeref se levantó y le dio un abrazo, yo sonreí, no lo recordaba, Zeref era el novio de mi hermana, por eso se me hacía tan familiar ese nombre.
La conversación comenzó de nuevo, hablando sobre el viaje de estudios que había hecho Mavis en Londres y sobre muchas cosas más.
Por el rabillo del ojo pude ver como Natsu se levantaba en silencio dejando la mesa, nadie se había dado cuenta por la plática tan amena que sostenían todos, yo también me levanté y lo seguí. Salió al jardín trasero sentándose sobre el pasto mirando a la nada, yo me senté a su lado, al parecer no se dio cuenta.
—No recordaba que tu hermano era el novio de mi hermana— le dije, no respondió—¿Por qué no has ido a la universidad? —pregunte, de nuevo no respondió— Oye no me ignores— lo tome del hombro obligándolo a mirarme, me dedico una mirada fría, me dio una sensación extraña de dolor.
—¿Qué es lo que piensas? ¿Qué puedes venir y hablarme como si nada hubiera pasado?
—Yo...
—¿Tu qué?
—Pensé que podríamos ser amigos.
— Pensaste mal— lo mire sorprendida— No podemos serlo.
—¿Por qué? La venganza termino.
—Sí, lo hizo, junto a toda relación entre nosotros.
—Natsu...
—He estado pensando demasiado, no sabes cuánto, y siempre llego a la conclusión en que todo fue un error, involucrarme contigo fue un error—comencé a sentir punzadas en el pecho.
—¿Un error?
—Uno muy grande en el que nunca debí haber caído.
—¿Por qué estás diciendo esas cosas? —
—De que si no me hubiera involucrado de nuevo contigo no me habría enamorado así—¿enamorado? — Si no me hubiera enamorado de ti entonces no estaría sufriendo como lo estoy ahora.
—¿De que estas hablando?
—De que te amo, te amo más que a nada en este mundo— sus ojos se hicieron cristalinos— Sin embargo, es un amor que me hace daño, tú me lastimas.
—Natsu...
—Voy a sacarte de mi vida— dijo de repente, las punzadas aumentaron.
—¿Qué?
—Voy a desaparecer cada rastro de ti, cada cosa que has dejado en mi corazón, voy a desaparecerte, borrarlo por completo, tu puedes seguir con Eucliffe, que yo desapareceré por completo de tu camino.
Se levantó del suelo y entro a la casa rápidamente, mi corazón dolía, un nudo se formó en mi garganta haciendo caer pesadamente las lágrimas que había aguantado desde hace un rato, todo había terminado definitivamente.
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Muchas gracias a esas personas que comentaron la parte anterior, me ayudaron para darme mas o menos una idea de como continuar la historia, de verdad muchas gracias las adoro.
No fue exactamente una depresión como me la describieron pero fue similar ¿no?, espero que les haya gustado el capitulo y no se les haya hecho aburrido, hasta luego mis amores<3.