Castaño rojo: Preocupación.
Sé que han pasado unas semanas desde la última flor con nota que te mande; lo deje de hacer porque así tú querías. Sin embargo, me he atrevido a volver a mandarte una, porque sin esperarlo te vi.
Estabas en la entrada del colegio. Llegaste tarde, yo también, aunque fue por culpa de mi bendita alarma, pero bueno ese no es el punto aquí.
¿Estás bien?
Si lo pregunto es porque por primera vez te he visto con el cabello suelto y no con tus típicas coletitas. También por los pequeños golpes que traías en el rostro, que ante mis ojos no pudieron ser engañados por el maquillaje con el que las habías cubierto; esa mirada perdida que traías decía mucho y sobre todo la manera en la que sonreías no era como la de siempre.
Tuve muchas ganas de acercarme y estuve a punto de hacerlo, pero llego tu amiga y te alejo de la ahí.
¿Te ha sucedido algo, cierto?