Unhealing Person

By Midna_Night

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En el mundo existe una delicada línea entre el amor y la obsesión, entre la locura y la demencia. Dos chicos... More

Chapter I: Fantasmas
Chapter II: Acción
Chapter III: Propiedad
Chapter IV: Los dos Unhealing
Chapter V: Despertar
Chapter VI: Odio
Chapter VII: Libertad Condicional
Chapter VIII: Gas Venenoso
Chapter IX: Sin esperanza
Chapter X: Palpitar
Chapter XI: Hasta la Muerte
Chapter XII: Demonios del Pasado
Chapter XIII: Noble Tradición Pirata
Chapter XIV: SasuHina: Por Ella
Chapter XV: SasuHina: La culpa de un Criminal
Chapter XVI: SasuHina: Esclarecer
Chapter XVII: SasuHina: Te elegí a ti
Chapter XVIII: NaruNae: Una Promesa
Chapter XIX: Ladrón roba Ladrón
Chapter XX: Pactos entre Demonios
Chapter XXI: Enferma
Chapter XXII: El Malo
Chapter XXIII: El Enemigo
Chapter XXIV: El Lidér
Chapter XXV: Imprevisto
Chapter XXVI: Nuevos Inicios
Chapter XXVII: Apertura del primer Acto
Chapter XXVIII: Where...
Chapter XXIX: Butterflies...
Chapter XXX: Never...
Chapter XXXII: Días en Prisión
Epilogo: Healing Song

Chapter XXXI: Die.

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By Midna_Night

Venia apoyada en ella, tras la tremenda golpiza a la que su cuerpo se vio sometido, incluso caminar le resultaba molesto. Y ella como buena novia se ofreció a ser su apoyo.

Uno de sus brazos venia por encima de los hombros de la rubia, y caminaban juntos hasta la aquella trampa.

--

Kuro sostenía el aparato, y sonreía mientras continuaba mirando a la pareja Uchiha-Hyuga.

¿Quién habría dicho que sería tan fácil? Ahora solo restaba esperar a que llegaran los dos rubios, y las cosas terminarían. Sin embargo, había algo que no le agradaba, y eso mismo era que la pareja delante de él no se mostraba asustada. Ambos se mostraban muy enfadados, pero de igual forma se percibía el coraje de ambos, como si su presencia no les causara ese excitante y placentero miedo que a él le encantaba ver de sus víctimas.

¿Quiénes se creían? Frunció el entrecejo, suspirando. Apenas llegaran los otros dos, les mostraría por qué todo el mundo le tenía miedo.

Y en menos de lo que termino de pensar aquello, ambos hicieron su aparición por el marco de la puerta.

-Oh~ Mira nada más como te ha dejado Obito—Sonrió con sorna apenas los ojos azules del Uzumaki le miraran.

Sasuke se giró a verlo al igual que Hinata, quien se llevó dos manos a la boca, evitando dejar escapar un grito pequeño de espanto al verle llegar en esas condiciones. Incluso Sasuke se preocupó por la condición en la que llegaba su amigo.

-Tú lucirás peor cuando terminemos contigo, bastardo—Escupió Naruto bastante encabronado.

-¿De verdad?—Mantuvo aquella sonrisa.—Bueno... ya que todos estamos aquí, creo que no será necesario que siga con la llamada—Sin más, presiono un botón y la llamada se cortó.—Primero que nada, ángel mío, ven aquí conmigo, por favor—Pidió amablemente, y con una sonrisa que había cambiado drásticamente. Incluso tendió su mano hacia ella.

Naruto le sujeto con fuerza la muñeca, a su vez que Naemi negaba.

-No... no quiero ir contigo—Acompaño su negación con palabras.

Y claramente esa respuesta no le hizo feliz al albino. La sonrisa se borró, y su semblante cambio.

-¿Por qué?—Dijo. Su voz había dejado atrás ese atisbo dulce que uso antes para llamarle, dejando ahora una voz más grave y fuerte. — ¿Por qué quieres seguir con ese bastardo? ¿Es que acaso debí violarte para que me amaras como a él?—

Hubo silenció.

-No lo entiendo... realmente no lo hago—Llevo una mano a su frente. —Ambas son unas putas... tanto tú como la Hyuga. Toneri y yo les estamos dando la oportunidad de una vida perfecta... y... ¿prefieren quedarse al lado de estos imbéciles? ¿Qué tan mal van de la cabeza?—Su mirada se afilaba sobre ellas.

-¿Tu que sabes de amor?—dijo Naemi.

-Más que tú, claramente—Respondió con rapidez el albino.

-N-No es verdad—Dijo ahora Hinata. —S-Si supieras que es el amor... no preguntarías esas cosas—

-¿Y supongo que dos putas violadas como ustedes si lo conocen?—Siseo. —Solo son dos putas más... A ti Naemi tu Papi no te quería, creo que debo entender porque estas al lado de un hombre así... buscas el amor de tu Padre en él,... ¿y tú Hyuga? ¿Qué excusa vas a poner?—

Y de nueva cuenta hubo silencio.

-Ah... creo que sé que excusa vas a poner—Sonrió forzosamente. —Tu vida era tan perfecta que necesitabas algo como Sasuke... algo diferente... aun sin importar que te violara y te violara, ¿Cuántas veces lo hiciste Sasuke? ¿Cuántas veces violaste a tu putita?—

Sasuke sentía una presión horrible en su pecho, una presión que ejercía su inclemente rabia e ira que no dejaba de crecer conforme Kuro seguía hablando. Ese maldito albino estaba tocando fibras muy sensibles del pasado, estaba queriendo abrir esas heridas que tanto trabajo costo sanar.

-Solo dos putas más... putas violadas para empeorar—Y el resto de sus palabras quedaron dentro de su garganta cuando un moreno le dio de lleno contra la cara a puño cerrado, con una fuerza increíble.

Le hizo retroceder, y que por primera vez en esa noche-madrugada, sangrara a causa del labio partido que Sasuke le hizo.

-Como le digas puta otra vez...-La mirada del Uchiha se clavó en él, y aquella mirada le dejo sorprendido. Sus ojos oscuros llenos de odio y unas ganas asesinas increíbles, casi podría decir que se sentía su sed de sangre... su sangre. —Te matare—

Kuro se recuperó del golpe, llevo la manga de su traje hacia su labio para limpiar la sangre de su labio. Observo la sangre en su manga, para después sostener la mirada al Uchiha.

-Bien... hazlo, mariquita Uchiha—Dijo burlonamente. —Pero, ¿acaso vas a dejarlo luchar solo, Gordumaki?—La mirada de ojos rojos se posó en uno y después al otro, con esa sonrisa de burla.

Aprecio aquellas miradas de sorpresa en los ojos de sus rivales. Pero lo que fue sin duda mejor fue aquella explosión de rabia que ambos desataron al momento de recordar su pasado.

-Oh~ ¿No debí decir eso?—Fingió culpa. —Pero... era así como les llamaban, ¿verdad?—Con ello empezó a reír en escandalosas carcajadas.

La sed de sangre de ambos se percibió notoriamente, no solo para Kuro, sino también para las chicas que miraban a sus parejas.

¿Qué estaba planeando Kuro?

--

Ambos bien podría decirse que estaban en desventaja, y en una muy notoria. Naruto en sus deplorables condiciones, donde apenas si podía moverse y golpear. Sasuke ya estaba agotando su energía y las dos heridas de su hombro ya empezaban a cobrar factura. Sobre todo porque Kuro golpeaba insistentemente en esa zona cada que Sasuke se descuidaba.

Pero Kuro, se veía tan fresco y con energía al por mayor.

Lo que ellos tenían de su lado, era la rabia, la ira y una increíble sed de sangre que no se compararía a ninguna otra. Y todo eso les sumaba fuerza... o al menos algo de fuerza.

Hinata aun sostenía el cuchillo, aunque sus manos temblaran por apretar el mango del cuchillo con fuerza. Quería hacer algo, quería ayudar... pero ¿Qué podría hacer ella contra alguien así?

Era fácil si se pensaba desde otro Angulo, ella sostenía ese cuchillo... ella tenía un arma. Ella tenía ÉL arma.

Pero... la pregunta más importante, ¿se atrevería a usarlo con fines de matarlo? Claramente no era una asesina, no tenía la sangre lo suficientemente fría como para matarlo, y ella no quería hacerlo. Evidentemente si lo odiaba, era quizá la primera persona a la que ella odiaba con fuerza y que sin importar que hiciera, no le perdonaría, pero eso para ella no justificaba matarlo.

Ver luchar a Sasuke y Naruto contra aquel albino le aterraba. ¿Qué tal si morían? ¿Qué tal si mágicamente sacaba un arma de alguno de esos muchos bolsillos y les matara? Ese albino tenía muchos trucos bajo la manga. Desde el tener a su Familia como rehenes para mantener a Sasuke atado de manos por su amor a ella, hasta el hecho de conocer los sobrenombres de ambos chicos cuando eran pequeños.

Aquello sin duda era un plan bien elaborado.

Siguió mirando la lucha al igual que su amiga que estaba en sus mismas condiciones de querer hacer algo. Pero de nueva cuenta, ¿Qué podrían hacer?

Y en ese momento ingenio algo... Recordaba vagamente la fuerza y quizá habilidad de su amiga para embestir personas, y si aún conservaba ese rasgo, tendrían la oportunidad perfecta para herirlo de gravedad, y dejar las condiciones de combate mejor equilibradas.

Se acercó a su amiga, y le susurro su plan.

Naemi no llego a imaginarlo, pero parecía funcionar. Y que mejor, sin que ellas tuvieran algún daño de por medio. Afirmo, y espero la señal que Hinata le fuera a dar.

Kuro no era ningún idiota, y sabía exactamente que Hinata tenía su cuchillo, y notoriamente no se quedaría de brazos cruzados mirando a su novio luchar solo.

Gracias a Naruto, él tenía lapsos de segundos donde podía mirar a su ángel... y justamente vio como la Hyuga le susurraba algo. Lo que ellas no sabían, es la clase de juego sucio al que él se podía rebajar.

Y justamente tenía dos juguetes que podía usar en su contra.

Dio la oportunidad, como ellas querían para verlas entrar en acción como supuso que lo harían. Había apartado a Sasuke lo suficiente, dejando a Naruto más cerca.

Hinata dio lo que supuso era la señal, y vio a ambas moverse en su dirección.

-¡Levanta las manos antes de que haga un maldito tercer ojo!—Se escuchó una voz que grito desde el marco de la puerta.

Todos se detuvieron en ese momento, para prestar atención a los dos Uchihas que apuntaban con ambos rifles a Kuro. Los refuerzos habían llegado en el mejor momento posible.

Increíblemente Hinata respiro con un notorio alivio al verle llegar y apuntar al albino con esas armas. Pero...

-¡Naruto!—Escucho a su amiga gritar, cosa que le obligo a ver a donde estaba Kuro, quien sostenía al Uzumaki usándolo como un escudo humano.

Claramente Naruto puso su resistencia, y trato de liberarse, pero ciertas partes de su cuerpo no respondían correctamente. Los golpes y moratones que tuvo de su lucha contra Obito, le limitaban demasiado, tanto que verse sometido fue inevitable.

Sasuke intentó golpear a Kuro para ayudar a Naruto, sin embargo, solo término por darle golpes a Naruto.

-¡Maldición, intenta darle a Kuro, maldito imbécil!—Grito Naruto tras el cuarto golpe recibido por parte de Sasuke.

-¡Cállate idiota! ¡Trato de ayudarte!—

Kuro retrocedió, hasta apartarse lo suficiente de Sasuke.

-Suelta a Naruto ahora mismo, o te volare los sesos—Sentenció Itachi, quien seguía a Kuro atravesó de la mirilla de su rifle.

-Oh~... en ese caso, deberás de volarnos los sesos a los dos—Kuro apretó más la garganta de Naruto. —A menos que...-

Dejo sus palabras inconclusas, mirando a los dos Uchihas que no dejaban de seguirle con las armas. Hinata y Naemi le miraban, mientras que el Uchiha menor se acercaba a ellas.

-A menos que... se hayan quedado sin balas—Sonrió. —La munición no es infinita, ¿verdad, Shisui?—

Sasuke les miro de reojo.

-No estés tan seguro—Respondió Shisui.

-¿No debería?—Ese tono de superioridad que estaba usando, ya estaba empezando a colmar la paciencia de todos. —Si aún conservaran una simple bala, ya me hubiesen disparado... sé muy bien que la puntería de Shisui Uchiha o la del cachorro de Kakashi, no fallan nunca—Su sonrisa se amplió aún más.

Y de nueva cuenta ese maldito albino tenía razón. Toda la munición que tenían se agotó cuando se enfrentaron al Jefe de policía, y ni siquiera pudieron con él. Ese tipo había sido un hueso duro de roer, cuando la munición se terminó, usaron una estrategia de engaño y encierro.

Le habían dejado encerrado en una habitación junto al otro oficial que quedo con vida, iban a reunirse con el resto del equipo en la zona segura, pero cuando Sasori les informo lo que pasaba, Itachi sin vacilaciones se dirigió a salvar a su hermano, junto con Shisui.

El silencio reino en la estancia, todos mantenían su mirada en el albino y el rubio que hacia lo posible, aun en sus condiciones, de liberarse del agarre.

-Suéltalo, por favor—La suplica de Naemi rompió el silencio, atrayendo la atención de Kuro. —Yo... yo me iré contigo... solo... déjalo ir—

Naruto iba a replicar, pero el dueño de ojos rojos aplico más fuerza en su agarre evitando que cualquier palabra saliera de sus labios.

-Quisiera creer que lo haces porque me quieres—Hablo Kuro, por primera vez en toda la noche, su tono era suave y triste. Como si saber que ella no lo quería le dolía. —Pero... la única forma de poder tenerte para mi... es matándolo—

Con su mano libre, abrió una de esas bolsas de su traje, para dejar caer dos especie de granadas, una de humo que se había activado y otra que solo cayó al suelo. Aquel humo tenía aroma a pólvora, nublando en cuestión de segundos casi toda la habitación. Se escuchó el forcejeo de Naruto por zafarse nuevamente, un sonido de carne siendo golpeada se escuchó, después un quejido de dolor, y el llevarse al rubio fue más sencillo.

Shisui e Itachi entraron a la habitación, sacando a Hinata y Naemi de la misma. A excepción de Sasuke que atravesó el humo y siguió a Kuro, ignorando todo llamado por parte de Itachi y Hinata.

Apenas salir de la habitación, la segunda granada se activó en una chispa que encendió la habitación entera y dio un par de estallidos pequeños. Siendo una mansión que mezclaba madera y concreto en su edificación, el fuego ocasionado se expandiría con velocidad, eso sino se contaba el fuego del patio que muy seguramente ya estaba tomando partes de la mansión; los estallidos pequeños colapsaron la entrada a la habitación con madera y fuego que no soportaron la explosión.

Itachi había envuelto a Hinata en sus brazos para protegerla al igual que Shisui con Naemi, recibiendo solo unos cuantos magullones y pequeños pedazos de madera que saltaron.

-¡Ese hijo de puta!—Gruño Shisui en voz alta, mirando la entrada colapsada y el fuego que se abría paso. —Tenemos que ir a ayudarlos—

Itachi afirmo.

-¡Shisui, Itachi! ¡¿Me escuchan?!—Hablo Sasori por los comunicadores.

-¿Qué ocurre?—Cuestiono primero Itachi.

-La defensa trasera se perdió, Los de la Arena, Hidan y Kakuzu han retrocedido hasta la zona segura, Kakashi índico que todos deben regresar—

-No podemos regresar—Itachi suspiro. —Kuro nos separó de Sasuke y Naruto—

Hubo silencio del otro lado de la línea.

-Chicos, y señoritas—Esa era la voz de Kakashi. —No podemos hacer nada... ya hemos perdido demasiados hombres, ya no queda munición suficiente... esta vez... debemos de—Era evidente en su voz que ni él quería decirlo. —Debemos confiar en que podrán solos—

-No—Inmediatamente negó el Uchiha. —No pienso dejar a mi hermano, ni a Naruto solos contra ese hijo de perra—

-¿Y crees que yo si quiero?—Refuto Kakashi. —No quiero dejarlos... pero no podemos hacer nada... los hombres de Kuro ya están entrando a la mansión, la policía aún sigue fuera, no tenemos más munición, ni hombres, todos están heridos, cansados... esta vez... debes tener fe en que podrán solos—

El silenció regreso. ¿Tenerles fe? ¿Desde cuando hombres como ellos tenían fe en algo?

-Los quiero... como a mis propios hijos... y no quiero dejarlos solos... créeme que no quiero—Continuo hablando el líder. —La sola idea de pensar en perderlos me duele demasiado... es un dolor que ni a mi peor enemigo le desearía. Pero... yo... tengo confianza en que ellos podrán matarlo. Te pido que hagas lo mismo, y regreses a la zona segura—

Itachi no quería irse, ni Hinata, ni Shisui, ni Naemi. Ninguno de ellos quería irse y dejarlos solos como el líder pedía que lo hicieran, querían ayudarlos, querían ir en su ayuda, pero Kakashi tenía razón. La única arma con la que contaban en ese momento era el cuchillo que Hinata sostenía en sus temblorosas manos.

Tratar de ir y ayudarlos, podría servir, pero terminarían envueltos en las llamas que estaban empezando a consumir las paredes o podrían toparse con los secuaces de Kuro y morir en manos de ellos.

-Tenemos que irnos, Itachi—Dijo Shisui. Al instante el contrario le observo con sorpresa.—Kakashi tiene razón... tu y yo, quizá podamos apañárnosla solos, pero... tenemos las dos razones para que esos dos regresen con vida en nuestra custodia—Observo a ambas chicas rápidamente.—Mientras ellas sigan vivas... ellos regresaran. Ten fe—Sonrió.

Itachi continuaba con la idea de no querer irse, estaba seguro que no soportaría que su hermano menor falleciera, no podría resistirlo. Pero era claro que en las condiciones en las que estaba no sería de mucha ayuda.

Observo a Hinata, quien mantenía sus ojos en él. Se veía asustada, y muy preocupada por su hermano, tanto o incluso más que él. No quería irse...

-Sasuke no es ningún debilucho, ni Naruto... esos dos siempre han salido de las peores peleas juntos... esta vez, confía en que lo harán igual—Shisui retomo su atención. —Ahora, debemos de cuidarnos hasta llegar a la zona segura, y cuidarlas a ellas—

Shisui tenía razón. Para variar un poco... Confiaría en que su hermano regresara junto a su hermano adoptivo de pelos necios. Estaba dispuesto a confiar... y a tener Fe como dijo Kakashi.

Solo esperaba no equivocarse...

--

La zona segura estaba una habitación después de la habitación donde las chicas estaban cuando Obito llego. Misma zona que era más bien una habitación de pánico de concreto sólido, con una entrada protegida por una puerta de acero y una puerta trasera que guiaba por un pasillo a las afueras de la mansión. Siendo esa la ruta de escape alternativa que usarían para salir.

Todos ya estaban ahí, resistiendo contra aquellos que lograban dar con la habitación. Sakura al igual que Ino habían hecho un buen trabajo tratando las heridas del agente y las de Sebastián.

Yahiko lucia bastante pálido por la pérdida de sangre, pero estaba consiente. Sai tenía un terrible dolor de cabeza; y Sasori había recibido el roce de una bala perdida en el brazo, pero no era nada grave.

El resto se diría que estaban bien, solo por algunos magullones, heridas como las de Sasori de roces de balas, moratones por la lucha a cuerpo a cuerpo, y algunas cortadas por vidrios.

-¡¿Cuánto tiempo más vamos a seguir aquí?!—Se quejó sonoramente el relamido de Hidan.

-Solo hasta que lleguen la Uchiha y la Hyuga—Respondió Kakuzu a su inseparable amigo.

Algunas abalas pasaron cerca después de eso, y como siempre la pareja se encargó de eliminarlos.

-¿Qué pasara con...?—Cuestiono Kiba, mirando a su líder. Mientras el Agente estuviese con ellos, no se habían llamado por sus nombres de pila.

-Confiaremos en que lo lograran solos—Fue su respuesta. Kiba estaba por replicar algo, pero Kakashi se le adelanto. —No son débiles, yo no los crie de esa forma... así que confió en que lograran vencer a Kuro, y regresar con nosotros—La fulminante y pesada mirada del peli-gris fue suficiente para mantener callado al castaño.

-¿Y Hinata y Naemi?—Cuestiono la novia del líder.

-Vienen con los cuervos—Se adelantó a responder el pelirrojo.

-Así que... ¿vas a dejarlos solos?—Hablo Gaara, captando la atención del líder.

-No tengo otra opción—Respondió. —Si tú tienes un plan para salvarlos y matar a Kuro, te escucho—

Las miradas de ambos líderes se confrontaron.

-¡Ahí vienen!—Señalo Kiba, quien miraba a los cuatro faltantes correr hacia ellos.

-Apenas crucen, cierra la puerta—Ordeno Kakashi a Sasori quien afirmo con el movimiento de su cabeza.

Hidan y Kakuzu les cubrieron hasta que llegaron con ellos, gastando los últimos cartuchos que tenían en sus armas. Que gracias a Kami-sama, fue suficiente para que llegaran enteros.

Apenas que todos pasaran por la puerta de hierro, Sasori la acciono para cerrarla. No importaba que tanto se escucharan los golpes de los secuaces de Kuro golpearla, o que tanto le dispararan, no serían capaces de abrirla.

-¿Todos están bien?—Inmediatamente se apresuró Kakashi a ellos.

-Algunos raspones nada más—Respondió Shisui.

-Bien—Suspiro con notorio alivio el líder.

Hinata y Naemi fueron recibidas por abrazos fuertes por parte de sus amigas. Nunca se imaginaron que recibir abrazos así se sintiese maravilloso. Una fuerza llamada amistad siendo traspasada en aquel tacto.

-Qué alegría ver que ambas están bien—Dijo Ino.

-¿No están heridas? ¿No les hicieron nada? ¿Les duele algo?—Inmediatamente después de eso les llego la ola de preguntar de forma materna de Sakura, quien les revisaba de pies a cabeza en busca del mas mínimo rasguño.

Pero ambas negaron con sonrisas un poco forzadas, porque aunque estar con sus amigas de vuelta fuera maravilloso, no dejaban de pensar en ellos.

-¿Y ahora qué hacemos?—Hablo Kankuro, rompiendo el emotivo momento de las cuatro.

-Salir—Respondió Kakashi simple. —Salir... y esperar a que los pequeños salgan—

Nadie se opuso, Kakashi cargo con Yahiko sobre su espalda; Kiba fue el apoyo del Agente; Itachi se ofreció a ayudarle a Sebastián a caminar; las chicas se tomaron por las manos; y el resto siguió sin mayor inconveniente.

Todos esperando que las palabras del líder se cumplieran, y los dos pequeños regresaran...

--

Tras la explosión de la sala donde estaban, Sasuke supo que no había marcha atrás y que si Kuro tenía razón, Kakashi daría la orden de que regresaran. Sabían que la munición no era infinita, pero no contaron con que Kuro trajera a cada enemigo suyo, quienes a su vez trajeran a sus subordinados y más enemigos.

No del todo al menos...

El fuego ya se había propagado, atravesando las paredes de madera, consumiendo todo a su paso. Los cuadros, libros, muebles, y plantas se convertían en cenizas a su paso, y si ellos no salían antes de que la mansión colapsara, terminarían por ser parte de las cenizas.

Escucho golpes que aun, a pesar de no verlos, se escuchaban muy dolorosos. Evidentemente supuso que no sería Naruto el que los proporcionaba, no en sus condiciones al menos.

Corrió en dirección de aquellos golpes, para contemplar a su amigo en el piso, siendo pateado como carne sobre el piso. Inminentemente la rabia se apodero de él, y se lanzó a atacar contra ese maldito albino que le estaba colmando la paciencia.

Sujeto al albino por la espalda y le lanzo a un lado con toda la fuerza de sus brazos, la cual, gracias a su furia incontenible y la rabia mezclada, fue bastante para golpearlo contra la madera de la pared, incluso la madera crujió.

El Uchiha se inclinó hasta su amigo que escupió algo de sangre.

-Sí que luces mal—Hablo Sasuke.

Naruto le fulmino con la mirada, aun en sus condiciones, esa mirada no perdía su fuerza. Sasuke le tendió una mano para ayudarlo a ponerse de pie, y el rubio la acepto, poniéndose de pie con evidente dolor.

-Mira, mira—Kuro hablo. —Los perros de Kakashi juntos... ¿seguros que no son homosexuales?—Una sonrisa perversa se lució en sus labios. —Lucharemos, envueltos por las llamas de nuestro hogar... el infierno—

-Así es... y te haremos regresar—Dijo Sasuke. — ¿Listo para afrontar tus pecados?—

-Yo lo estoy... ¿y tú?—Esa mirada roja se afilo contra él, con esa misma sonrisa socarrona y perversa.

--

De todas las posibilidades, de todas las cosas que pudieron suceder en la mansión aquella madrugada, no pudieron imaginar que serían ellos los que terminarían de esa forma. Luchando en medio de una mansión envuelta en fuego, con el humo quemando sus pulmones a cada respiro que daban.

La sangre fluyendo de las muchas heridas que tenían, el sudor, el cansancio, la fatiga y las pocas fuerzas que poseían, mismas que a medida que pasaban más tiempo dentro de ese infierno, se alejaban velozmente.

Kuro estaba herido y cansado. Creyó que sería muy fácil matar a Naruto, y después a Sasuke con sus propias manos como muchas otras veces lo había hecho con otros enemigos, pero aquello no le resulto tan sencillo.

De alguna parte aquellos dos sacaron fuerzas, y le habían dado la lucha que antes no le dieron.

Sus golpes congeniaban, sus movimientos se mezclaban hábilmente.

Una patada dada por ambos al mismo tiempo le hizo golpear la madera nuevamente, haciéndola crujir.

Con aquel buen movimiento hecho, respiraron con largas bocanadas de aire, mismo aire que les hizo toser bruscamente por el humo que se mezclaba.

-¿Por qué?—Su atención fue robada por Kuro, quien se ponía de pie nuevamente. Su pregunta dejo pasmados a ambos en su lugar. — ¿Por qué?—Repitió.

-¿De qué demonios hablas?—Contra pregunto Sasuke. Por si no lo recordaba, estaban en una mansión de madera siendo devorada por el fuego y a ese tipo se le ocurrió jugar a las veinte preguntas.

-No lo entiendo... somos iguales—La mirada del albino se posó sobre uno y después sobre el otro. —Somos iguales... ustedes y yo, y aun así... no soy feliz—

Era extraño que aquella mirada roja mostrara tristeza y una increíble rabia. Por primera vez no mostraba esa arrogancia que tanto estaban odiando.

-Te equivocas, no somos iguales—Respondió Naruto.

-¿No lo son?—Sonrió el albino con cansancio. — ¿Has matado verdad?—

Afirmo con el movimiento de su cabeza.

-Somos iguales... has matado inocentes y culpables, has robado, has torturado, secuestrado, extorsionado y demás crimines—Siguió hablando. —Creo que solo me falto violar, y en serio seríamos iguales—

-¿Qué tiene que ver eso ahora?—Sasuke se apresuró a preguntar.

-¿Qué?... es una buena pregunta—Respondió. —Somos iguales... hemos hecho las mismas atrocidades, y aun así... ustedes son felices, tienen alguien que les ama, y una familia... yo... yo no tengo nada—

Ambos amigos se miraron entre ellos.

-No es justo. Yo he sido bueno, y aun así... he estado solo—

-¿Justificas todo lo que has hecho solo por estar solo?—Dijo Naruto.

-No... siempre he sido así, siempre fui un hijo de puta desde que nací, incluso desde antes, cuando la puta de mi Madre se acostaba con otros hombres a espaldas de mi Padre conmigo formándose en su vientre—Soltó amargamente. —Y lo he sido siempre... a diferencia suya, que crecieron en un ambiente amoroso y rodeado del resto de la camada que adopto Kakashi—Tosió un poco antes de continuar. —Bueno, no amoroso como tal... pero ustedes entienden—

Volvió el silencio.

-Yo quería ser feliz... por primera vez en mi vida sentí la felicidad al lado de mi ángel... pero... ella te amaba a ti—Rechino entre dientes la última parte.—Y en ese momento supe, que no importa que tan bueno seas, la vida será una mierda siempre... y la única forma de evitar eso, es con tus propias manos—

Kuro retomo su compostura, levantando sus manos hechas puño, dispuesto a continuar peleando.

Sasuke y Naruto retomaron su propia compostura para pelear, y dar inicio a otra ronda.

--

Nagato había dado un disparo contra la perilla de la puerta, tras unas cuantas patadas con fuerza, fue capaz de echarla abajo.

El oficial le siguió hasta el piso de abajo que estaba siendo consumido en su totalidad por las llamas al igual que el segundo piso.

Con esa escena, salieron de la mansión mirándola arder desde afuera. Supuso que estando en esas condiciones, ya no habría nadie que accionara esas minas terrestres que el Agente Gai le dijo que había, así que se sintió más libre de comunicarse con Konan nuevamente y solicitarle que regresaran.

Konan al escucharle sano y salvo, y suspirar aliviada, le informo sobre la situación en la mansión Hyuga a la que Deidara había asistido junto a un grupo de otros oficiales, misma que habían resuelto en cuestión de minutos sin ninguna baja.

-¿Y dónde está el Agente Gai? ¿Y Lee?—Cuestiono una vez que su compañera terminara de darle el resumen.

-No sabemos nada de ellos—Respondió. —Creemos que debieron seguir a los Unhealing, y que quizá sus radios salieron de nuestro alcance—

Nagato torció sus labios un poco por aquella acción, esperando que ambos estuviesen bien.

-Bien... en ese caso llama a los bomberos, quiero que marquen un perímetro y revisen los alrededores—Ordeno.

-¡Si señor!—Dijeron algunos oficiales.

-Ven, déjame revisarte—Hablo Konan atrayendo a su Jefe para revisar cualquier herida que pudiese tener.

Se alejaron un poco del resto de los oficiales y de la mansión, Konan comenzó a mirar a su jefe y las heridas que tenía, por suerte, no tenía ninguna que necesitara atención especial. Estando solos, aprovecho para preguntar algo.

-¿Crees que Yahiko...?—No importa cuántos años hayan pasado, ella, tristemente al igual que Nagato, no dejarían de ver a Yahiko como uno de sus mejores amigos.

-No... no creo—Respondió bastante seguro.

-¿De verdad lo crees?—

-Si... una corazonada me lo dice—Sonrió inevitablemente aliviado por saber que Yahiko no estaba en la mansión, ni muerto.

Dejando paso a que ella también sonriera con cierto alivio también.

--

La lucha no terminaba... sus fuerzas se agotaban y el aire era insuficiente. Todo debía terminarse rápido, delo contrario, morirían por la falta de oxígeno o por que la mansión les consumiera en sus llamas.

Naruto fue el primero en sucumbir, cayendo de rodillas al suelo, luchando por cada bocanada de aire.

Sasuke dio los dos últimos golpes a Kuro para volver arrojarlo contra la madera de la pared, y que está por fin se partiera.

-Muere ya... maldita sea—Siseo Sasuke en medio de jadeos.

Lamentablemente Kuro se recuperó en cuestión de segundos, pero ahora, había adquirido una herida más, y ese fue una astilla de madera que se clavó en la parte trasera de su muslo derecho. Llevo una mano hasta sentir la astilla, y retirarla rápidamente dejando salir un gemido que expreso su dolor. La acción le valió para hacerlo caer de rodillas.

Al ver a su alrededor, se dio cuenta de que ya no podrían salir vivos; todo a su entorno estaba ardiendo, el humo no dejaba respirar y el calor era sofocante. Observo a Sasuke, y después a Naruto, ambos estaban en quizá en las mismas condiciones que él, o mucho peor, pero lo que sin duda alguna llamo su atención, fue ver la madera arriba de ellos, unos segundos, quizá minutos más, ya no soportaría y terminaría por colapsar.

Si sus subordinados hicieron un buen trabajo, todo el jardín trasero ardería inclemente, y se mezclaría con el fuego que el creo.

El plan, era dejarlos a todos encerrados dentro de la mansión en llamas y verlos convertirse en cenizas, pero las cosas no salieron como lo imagino, no imagino que aquellos dos fueran capaces de darle una de las peleas más divertidas y emocionantes de todas.

Pero su diversión le llevo hasta ese momento donde ya no existía escape...

Sentía a la muerte murmurando a su espalda, que estaba a punto de llevárselo, y él estaba contento de irse... pero no se iría solo, eso no. Aun sostenía esa astilla en su mano, que si fue lo suficientemente filosa para enterrarse en su cuerpo, podría usarla como arma. Su Padre siempre lo decía: "Cualquier cosa puede ser usada como arma... incluso las palabras"

Cerró los ojos uno segundos. Adiós, ángel mi... quizá en otra vida, estemos juntos; pensó antes de volver a abrir sus ojos.

-En ese caso... no moriré solo—Susurro.

Y Sasuke escucho aquel susurro.

Kuro se puso de pie, aun sin importar el dolor de su pierna, sin importar nada, se puso de pie y corrió como pudo dispuesto a llevarse aunque fuera a alguno de ellos. Quería llevarse a Naruto al mismo infierno que él, y terminar con lo que su Padre deseo antes de morir. Ver al hijo de Minato Namikaze muerto, y vengarse por haberle arrebatado el amor de su ángel, pero un moreno se interpuso en su camino siendo él a quien se llevaría.

Sasuke corrió de igual forma en su dirección, dispuesto a empujarlo, con las ultimas fuerzas que le quedaban, aunque eso significara recibir la astilla enterrarse en su vientre.

La punzada de dolor le debilito, y la sangre que había estado perdiendo por las dos heridas de su hombro, fue descendiendo por aquella herida nueva que le hizo el albino.

Lo empujo y claramente Kuro se opuso, convirtiendo eso en una competencia de quien empujaba más fuerte al otro.

La fuerza del albino estaba superando la suya, y era consciente de que no le retendría por mucho antes de que sus fuerzas le abandonaran por completo, pero si quiera empezar a fallar, sintió que alguien comenzó por empujar al albino también.

Naruto estaba de pie, empujando al albino junto a él.

-No me olvides—Dijo Naruto en voz baja hacia su amigo. —Estamos en esto juntos, teme—

Sasuke sonrió.

-Y terminaremos esto juntos—Respondió el Uchiha.

Estaban por empujarlo hacia ese agujero que anteriormente había hecho el albino con su cuerpo, pero la madera sobre sus cabezas crujió dando la señal de que estaba a punto de colapsar.

Sasuke se movió más rápido, sujeto a su amigo del brazo y tiro de él para ambos apartarse, dejando al albino en ese preciso momento donde la madera se desplomo encima de él.

La acción y el colapso del segundo piso les hicieron una brecha en una pared cercana llamada "esperanza de vivir", por la cual salieron antes de que el resto cayera.

--

Lograron salir de la mansión, lanzándose por aquella bendita brecha, donde a los pocos segundos de salir el resto del segundo piso se desplomo.

Cayeron sobre el pasto y se quedaron boca arriba, respirando con desesperación el aire que tanto necesitaban y tosiendo bruscamente a su vez que una bocanada salía de sus cuerpos.

El cielo empezaba mostrar los primero rayos del amanecer y como una a una las estrellas desaparecían del firmamento y la luna sucumbía su brillo al sol que estaba por salir.

Lo habían logrado... Kuro había muerto... Obito igual... y ellos estaban vivos.

-Lo... lo gramos—Dijo Naruto entre jadeos.

-Si—Respondió Sasuke en las mismas condiciones.

Hubo silencio entre ellos, un silencio que dejaba escuchar la madera quemarse y el sonido de los pájaros que empezaban a cantar.

-Gracias—Dijo el Uzumaki. —Por... lo de hace... rato—

-¿Qué?—

-Kuro... iba por mi... y tu... te... interpusiste—Giro dolorosamente su cabeza para ver a su amigo, quien también le estaba mirando.

-No te pongas.... Sentimental... o voy a arrepentirme... de salvarte—

El Uzumaki empezó por reír bajo, hasta dejar escapar múltiples carcajadas. Sasuke solo dejo salir algunas cuantas risas.

No habían dicho nada gracioso, pero estaban muy contentos por salir vivos de ese infierno y quietarse un gran peso de encima.

-¡Encontramos a dos!—Sus risas se cortaron cuando escucharon a un hombre hablar por su radio. Un hombre que era un oficial y venía acompañado de otros dos más.

-¡Maldición!—Sasuke maldijo en voz alta al igual que Naruto cuando les vieron acercarse a ellos.

Trataron de levantarse y hacer el patético esfuerzo por huir, pero sus cuerpos ya no obedecían nada de lo que su cabeza ordena daba, estaban tan cansados y adoloridos que moverse fue imposible.

En ese momento... estar dentro de la mansión no era tan mala idea.

--

A lo lejos, estaba el resto de la banda, al igual que el Agente.

Todos mirando el amanecer y el humo negro que desprendía la mansión. Todos habían salido, a excepción claro de los dos menores.

-Agente Gai, ¿Me escucha?—La radio del Agente comenzó a sonar, siendo el Jefe de Policía Nagato quien llamaba.

-Sí, le escucho, Jefe Nagato—Respondió a los pocos segundos.

-Qué bueno escuchar que responde... ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Lee esta con usted? ¿Qué paso con los Unhealing?—Antes las incógnitas del Jefe de policía, Gai se examinó uno a uno a los miembros de la organización, debatiéndose que responder.

Su deber dictaba estrictamente que los arrestara, sin embargo, esa organización le había salvado la vida. Quería entregarlos, pero... no se sintió tranquilo con esa idea. Siempre fue un hombre que respetaba las reglas y cumplía sus órdenes al pie de la letra, pero esta vez no lo haría.

-Solo heridas menores. Seguí a los Unhealing, pero les perdí el rastro cuando usaron una ruta de escape... y sobre Lee, un enemigo de los Unhealing lo mato—Respondió. —Lo lamento—

Hubo silencio por parte de Nagato. Pero lo que sin duda gano la atención de todos fue la respuesta del Agente con respecto a ellos.

-Denos su posición e iremos a ayudarle—Fue Konan la que hablo ahora. —Al menos no nos iremos con las manos vacías... tenemos a dos integrantes de los Unhealing, están bastante heridos, pero se recuperaran, ya les estamos llevando en ambulancia—

-¿Cómo son?—Cuestiono enseguida Gai. Como si sintiera que esa respuesta le fuera a ser útil, quizá no al él del todo, pero si a los demás.

-Bueno... uno es rubio de ojos azules y piel canela, el otro tiene ojos negros y cabello igual, su piel es pálida—Respondió.

Al momento en que todos escucharon eso, tuvieron que reprimir la alegría que inundo sus cuerpos hasta que Gai terminara de dar los detalles de su ubicación.

Mismo que al finalizar, vitorearon alegremente. Eso significaba que Naruto y Sasuke estaban vivos, y que habían logrado matar a Kuro, o no, pero estaban vivos y eso fue lo que más les importo.

-Sabía que lo lograrían—Dijo Kakashi para sí.

-¿En... serio?—Hablo Yahiko desde su espalda con una sonrisa cansada.

-Padre nunca se equivoca—Sonrió Shikamaru mirando a Kakashi, quien le respondió a la sonrisa con una propia.

-Esos malditos tienen más suerte de la que pensé—Soltó Kankuro. Gaara acompaño esa afirmación con el movimiento de su cabeza.

Hidan tendió su mano hacia Kakuzu, con una sonrisa socarrona. El contrario rodo los ojos bastante irritado, a su vez que se retiraba uno de sus anillos de la suerte y se lo entregaba a Hidan.

-Un gusto apostar contigo—Sonrió aún más el albino.

-¿En serio apostaron?—Dijo Kiba incrédulo.

-¿Por qué no me sorprende?—Suspiro Sasori.

Itachi se vio notoriamente relajado y bastante, pero bastante aliviado por el hecho de saber que su hermano menor no había muerto. Shisui casi no lo demostró, pero estaba igual de contento y aliviado de que ninguno de los dos termino por ser arrastrado por la mansión.

Hinata incluso lloro de alegría al escuchar que estaba vivo, llevando ambas manos a su pecho, dando gracias a toda entidad divina a la que le rezo mientras esperaba noticias suyas. Aunque la idea de pensar que estaba herido le preocupo, supo que en manos de la policía estaría bien... dentro de lo que cabe claro está.

Naemi compartió los sentimientos de Hinata.

Todos estaban tranquilos...

-Bueno... será mejor que se vayan antes de que cambie de opinión o lleguen por mi—Gai atrajo la atención de todos. Se alejó de Kiba que era su soporte, y se sentó sobre el pasto.

-Gracias—Hablo su archienemigo. —La próxima vez... te garantizo que nos enfrentaremos en serio, solo nosotros dos—

-Eso espero. Ahora, largo—Indico.

El resto no dijo nada más, y se desaparecieron entre el bosque.

--

¡Hola! (~ ̄▽ ̄)~

Honestamente no se que decir, solo que ya queda muy poco para concluir con Unhealing. u.u 

Pero, ¿que se le va hacer? Todo debe llegar a su fin... menos One piece :v 

¡Gracias como siempre por leer, votar y dejar sus comentarios! Todos son bien apreciados (•̪◡•̪)

 Att:

Midna-Nightly (づ ᴖ ɜ ᴖ)づ

 PD: ¡Feliz semana! :D

PD: ¿Alguien juega Corazón de Melón? 

PD: Imagen que me gusto y quise compartirla ^^

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