Odio a Puck, lo odio con todo mi ser. ¿Por que el me quito a mi padre? Además mi padre era un hombre bueno no se merecía eso, mi vida seria perfecta si Puck no lo hubiera matado, ese idiota destrozo a mi familia. Ahora lo único que quiero es que Álex le haga daño a el, quiero que sufra todo lo que yo he sufrido. Lo peor de todo esto es que siempre he creído que mi padre murió en un accidente. Todos estos años he sido engañado.
No puedo decirle a mi madre que papá fue asesinado; ella no lo soportaría.
— Álex, tienes que hacerle daño a Puck. Tienes que matarlo.
—Lo haré.
Molly me pide que nos vemos en El Smosh y como le debo muchos favores acepto su invitación. Salgo de mi casa camino a la cafetería mientras voy pateando pequeñas piedras por todo el camino, estoy tan concentrado en las piedras que no percató que tres motos negras vienen hacia mi.
—¿Como estas pequeño Derian?—. Puck sonríe mostrando sus cuadrados dientes blancos, los otros dos motociclistas solo me observan a mi.— ¿Tu amigo Álex te ha contado toda la verdad?
—¿Por que mataste a mi padre?—. Intento no llorar pero no lo puedo controlar una lágrima rueda por mi mejilla.
—Derian, Derian. Tu padre no es la persona que creías que era.—. Sus amigos comienzan a reírse. Las lágrimas siguen saliendo mas y mas. Puck se acerca a mi y me observa detenidamente a los ojos. Lo odio. La furia invade mi cuerpo hací que lo escupo en el rostro. Puck solo se limpia furioso mi saliva mientras me toma fuertemente del brazo.— ¡Idiota! No sabes lo que haces mocoso. Pero algún día lo pagaras como tu padre. ¡Tu y Álex sufrirán!
—¿Sabes que Puck? Eres un idiota, desearía que estuvieras muerto.
—¿Así como tu padre?— cuando Puck dice esas palabras siento como si miles de cuchillos atravesaran mi corazón, las lágrimas son mas intensas y el odio había Puck va creciendo con cada segundo que lo veo frente a mi.
Intento golpear a Puck en el rostro pero el con gran agilidad tona muy muñeca y la dobla provocando que mi hueso truene.—Otra cosa, necesitó que me des mil dólares.
—¿Estas loco? No te daré mil dolares, además. ¿De donde sacaré el dinero?
—¡Eso no me importa! Necesito el dinero antes de Navidad.
—No, no te daré el dinero. Llamare a la policía.
—Si fuera tu no lo haría.— Puck truena los dedos y uno de sus acompañantes le da en sus manos un sobre amarillo, el lo abre y saca unas fotografías las cuales las avienta a mi cara—. Sera mejor que se cuiden tu y tu familia. Ya lo sabes si intentas llamra al policía o intentas hacer una pendejada tu y tu familia acabarán muy mal— Puck toma su motocicleta y se va junto con los otros dos motociclistas.
Recojo las fotografías que están esparcidas por todo el concreto y observó que son fotografías de mi familia. Puedo ver una foto de mi madre saliendo del trabajo, al igual que una de mis hermanos jugando en un parque, en otra de las fotografías estoy yo con Molly en las escaleras de la preparatoria. Al verlas todo mi cuerpo se congela, comienzo a temblar y a sudar comí si hubiera corrido una gran carrera. Ahora no solo yo y Álex estamos en peligro también mi familia. Salgo corriendo con las fotografías en la mano, al llegar a El Smosh ubico la mesa donde se encuentra Molly entretenida en su celular. Coloco las fotografías sobre la mesa con un fuerte golpe y Molly se asusta al igual que otras personas del lugar.
—¿Que te sucede? Parece como si hubieras visto un fantasma— Molly deja su celular en la mesa, le lanzo una mirada para que vea las fotos, ella las toma y comienza a ver una por una haciendo que su sonrisa se borre cada vez mas—. ¿Que es esto?— no respondo nada—. Derian ¿Quien te dio estas fotos?
—Puck.— me cuesta trabajo decir su nombre.
—¡¿Que?! Derian, Puck es un hombre peligroso no deberías de estar charlando con el, te puede lastimar.
—Me pidió dinero.
—¿Cuanto?
—Mil dólares— regresa el llanto.
—Derian, no puedes darle dinero, tienes que hacer algo— Molly se muerde una de sus largas uñas puedo notar que esta preocupada al igual que yo—. Deberíamos de llamar a la policía.
—¡No!— brinco del asiento y golpeo con fuerza la mesa las demás personas vuelven a observándome muy enfadados— Si llamo a la policía... Puck les hará daño a ti y a mi familia y no puedo permitir que los lastimen.
—¿Y que piensas hacer?
—No, no lo se. Tal vez deba enfrentarme a el o darle el dinero que pide.
—No puedes enfrentarte a el— dice Molly— Puck es un hombre muy malo y peligroso tu solo eres un chico débil. ¿Sabes que? Deberías de hablar con Álex, deja que el resuelva esto.
—No puedo dejar a Álex sólo en este problema. Ya perdí a mi padre no pienso perder a alguien que amo. Necesito hacerle daño a Puck. Quiero vengarme.— encajo mis uñas a las yemas de mis manos. Después de un tiempo estas se ponen rojas.
—¿Quieres vengarte por lo que le hizo a tu padre?
—¿Quien te dijo eso?
—Álex. Me lo contó después de la fiesta que organizo por tu cumpleaños. Derian enserio lo lamento tanto... pero al querer vengarte te estas poniendo en peligro y no quiero que salgas lastimado— Molly me toma las manos sobre la mesa y me sonríe, eso me hace sentir mejor—. Te quiero.
—Promete que no le dirás nada a Álex por favor.
—Te lo prometo.
Al llegar a casa mamá esta preparando la cena, Teddy y Taylor juegan con una gran pelota azul, ellos me invitan a jugar lanzándome la pelota pero se las regreso ya que no tengo ánimos para jugar. Me dirijo a la cocina donde esta mamá haciendo un poco de espaguetis.
—¿Como te fue cariño?— se limpia su suaves y finas manos en una trapo de cocina—. ¿Estas bien?
—Si— reacciono después de unos segundos—. Si estoy bien.
—Corre, ve a limpiarte. Vamos a cenar.
—¿Te puedo hacer una pregunta?
—Claro.
—Donde tu trabajas... ¿hay seguridad?— mamá frunce el ceño, griego saliva y continuó—. A lo que me refiero es que, si donde tu trabajas hay policías y guardia y todo eso.
—Claro que si hay.— sonríe—. Pero ¿Por que lo preguntas?— se dirije a una pequeña mesa y toma su sortija de matrimonio, al ponérsela vuelve a sonreír y se ruboriza— ¿Sucede algo malo?
—Este si...— no puedo decirle que corre peligro ella y mis hermanos, solo por que un tonto motociclista quiere mil dólares —. Bueno. Escuche que en Portland últimamente hay delincuencia, escuche que secuestran o que te roban tus pertenencias.
—Gracias por avisarme, tendré mas cuidado con eso. Y con tus hermanos claro— me despeina mi cabello y me da un beso en la frente—. ¡A cenar!
—¡Corre tonto! El ultimo en llegar es un perdedor— grita Taylor a Teddy haciendo una competencia de carreras de la sala hasta el comedor. Al parecer gana Taylor ya que comienza a gritar «¡Victoria!» por todo el comedor. Mamá nos ordena que nos sentemos.
—¿Estas bien cariño?—. Mamá me interrumpe de mis pensamientos, no he comido nada, el plato esta tal y como mi madre lo dejo hace diez minutos.
—No me siento muy bien.— respondo—. Iré a mi habitación.
—¿Quieres que te lleve al medico?
—No, estoy bien—. Salgo del comedor y comienzo a subir los escalones uno lo uno lentamente. Antes de llegar a mi habitación escucho gritar a mi madre.
—¡Subiré en un instante!
Entro a mi habitación y me siento en mi cama, saco las fotografías de mi bolsillo trasero del pantalón y vuelvo a verlas, me provoca una sensación de tristeza extrema pensar que alguien pueda hacerle daño a las personas que más amo en la vida. Las lágrimas regresan por tercera ocasión, un par de lágrimas caen sobre los colores de las fotografías.
—Cariño. ¿Puedo pasar? — mi madre da unos golpecitos en la puerta de madera.
Antes de decirle que puede pasar limpio mis lágrimas y guardo las fotografías debajo de mi almohada con un cubre almohada de pequeños Sinsajos dorados.
—Adelante—. digo.
—Derian, últimamente has estado muy raro— tomo asiento a un costado de la cama—. ¿Hay algo que me quieras contar?— clava sus ojos en los mios provocandome cierta picardía—. Álex ¿te esta obligando a hacer cosas que tu no quieras?
—¡¿Que!? ¡No para nada!— esa pregunta de mi madre en verdad me sorprendió, mi madre aun sigue pensando en que Álex no es un buen chico como digo—. Álex no me obliga a nada.
—¿Enserio?—. arquea las cejas.
—Te lo prometo.
—Aunque deja me decirte, que yo también tuve tu edad. Y fui una chica guapa...— al aparecer mamá va empezar con sus largas historias de adolescente—. Tuve muchos pretendientes y me llevaban a la parte trasera de sus autos...
—Mamá por favor no sigas—. intervengo antes de que su historia llegue a perturbarme y comienzo a reír a carcajadas.
—Esta bien esta historia la seguiré después.
Mi madre sale de la habitación gracias a Dios.
Llegó a la tienda de libros, saludo a la Señora Lawrence y comienzo a reorganizar cada uno de los libros del estante A luego continuo con el B hasta llegar al C. Para cada estante me tardo alrededor de una hora y media. La Señora Lawrence solo me observa al ver con que delicadeza coloco los libros y es que los libros no solo son hojas de papel, para mi son más que eso; son como un mundo, cada libro es un nuevo mundo que tienes que explorar y convertirte en alguien especial. Desafortunadamente nadie ve eso en los libros.
—Derian ¿por que te gusta mucho este trabajo—. pregunta la Señora Lawrence, se alza sus anteojos.
—No, no lo se. Estar entre todos estos libros me hace sentir especial.— sigo colocando más libro uno tras otro—. Además que me gusta el aroma a libro nuevo es... magnífico.
—Te entiendo perfectamente— toma una silla y se sienta en lo que trata de encender un cigarrillo —. Siempre he creído que nosotros los seres humanos somos como los libros, cada uno con diferentes historias. Lo bueno de esto es que puedes escribir tu futuro y darle un bueno o malo final a tu libro de la vida; lo malo es que hay cosas que te gustaría volver a escribirlas para no cometer los mismos errores.— inhala el tabaco de su cigarrillo—. Muchas personas me decían que estaba obsesionada con los libros y que abrir una librería me llevaría a la ruina ¿sabes que hice con esas personas?
—No—. niego con la cabeza.
—Les aventaba un libro justo en su rostro—. comienzo a reír al igual que ella—. Es enserio, de hecho a una de mis enemigas de la preparatoria llegue a romperle su nariz operada. Ay que buenos tiempos. Los libros son magníficos.
—A si es.— respondo—. Por cierto Señora Lawrence...
—Llámame Sherly
—¿En serio puedo llamarla por su nombre?—. desde pequeño mis padres me enseñaron a ser educado con las personas mayores así que estoy acostumbrado a llamarlas por su apellido y no por su nombre o bueno al menos que te lo permitan justo como acaba de hacerlo Sherly.
—¡Claro! Somos amigos de libros. Compartimos un gran amor hacia ellos y ellos hacia nosotros.
—Necesito trabajar horas extras para ganar un poco más de dinero. Claro si usted me lo permite yo...
—No. Claro que no—. Interrumpe Sherly—. No trabajaras horas extras. Te daré un aumento.
—¡Oh por Dios! Eso es... algo magnifico—. me lanzo sobre Sherly para darle un fuerte abrazo—. Muchas gracias.
—De nada, te lo has ganado.
La campana de la puerta suena, dejo por un momento los libros y me dirijo a la caja registradora para atender al cliente, trato de ser los más amigable aunque eso no se me de muy bien.
—Buenas tardes. Mi nombre es Derian ¿En que puedo servirle?
—Derian lindo nombre.
Levantó la cabeza para ver al cliente, y es Álex parado frente de mi con una camiseta negra que deja lucir sus grandes brazos.
—¡Álex!¡Wow! Que sorpresa— grita Sherly del otro lado de la librería.
—¡Sherly!
Se dan un gran abrazo y comienzan a platicar y reír.
—¿Ustedes dos se conocen?—. interrumpo su charla.
—Por supuesto, Sherly era la mejor amiga de mamá— contesta Álex con mucha emoción.
—Bueno dime Álex ¿Que te trae por acá?— Sherly se coloca sus anteojos.— no creí que fueras la clase de chico que lee libros.
—Bueno Sherly tengo un nuevo amor al cual le gusta leer libros y quiero tener tema de conversación —. Álex me guiña un ojo.
—¿Que libro quieres?—pregunto ruborizado.
—Delirium. Por favor.
Me dirijo al estante y saco el libro, paso el código de barras por el lector.
—Son trece dólares.
Álex saca su billetera me da el dinero y una pequeña nota la cual guardo en mi bolsillo sin que Sherly se de cuenta.
—Dime ¿Quien es el afortunado? — dice Sherly. Al escuchar la palabra «afortunado» me hace sentir un leve cosquilleo. Sherly sabrá que Álex es gay, bueno dijo «afortunado» tal vez se equivocó y quiso decir «afortunada»
—Tu lo conoces muy bien— Álex le da un beso en la mejilla a Sherly y sale por la puertas tras un pequeño tintineo.
—Dios ¿quien sera el nuevo novio?— Sherly comienza a caminar de lado a lado preguntándose quien sera el novio de Álex— A ver Álex dijo que le gusta leer...—. Siento que Sherly esta en el típico juego de pistas Clue—... la única persona que conozco que sea chico y le guste leer es...—. voltea a verme y sus ojos se le iluminan como dos grandes luceros—¿eres tu?
—Este... Ah... Yo...— comienzo a tartamudear estúpidamente. ¡Mierda! Sherly lo descubrió. Si Sherly y yo jugáramos Clue ella ganaría, aun que me duela admitirlo es buena detective. Y aparte lo descubrió por ruborizarme y por mi tartamudeo el cual lo único que hace es delatarme.
—¡Oh my Good! Esto es increíble—. Comienza a gritar—. ¿Cuanto tiempo llevan? Tienes que contar me todos los detalles—. Sherly se dirije a la puerta y coloca el letrero de cerrado.
—Espera, los clientes
—A la mierda los clientes esto es más importante—. Jamas había visto a Sherly de esta manera—. Cuentame todo ¡Ahora!
—Aguarda ¿Desde cuando sabes que Álex es gay?—. pregunto.
—El me lo dijo cuando tenia quince años. Bien ya no hablemos de el, si no de ustedes....
Comienzo a contar toda la historia desde que nos conocimos en Xtream Park, el baile y la fiesta de motociclistas y por supuesto la carrera donde casi moría. Al contar la historia Sherly no aguanta tanta ternura y por momentos hay suspiros de amor y uno que otro grito. Es como ver una adolescente que esta viendo la película de Crepusculo—. Que lindo es el amor de verdad, ese año que no importa que sexo seas o religión u otras cosas, ese gran amor que solo se tiene una vez en la vida.
—Ojala todos pensaran como tu Sherly.
—Por cierto vi que Álex te dio una nota—. saca otro cigarrillo y lo enciende—. ¿Que dice?
Saco la nota de mi bolsillo y desdobló el papel color verde.
—No puedo evitarlo: simplemente te amo—. leo la nota.
Una vez mas Sherly deja salir un suspiro de amor.
La campanilla de la puerta vuelve a sonar.
—Lo siento señor esta cerrado—. digo lo más cortésmente que puedo.
—Es una lastima.
Dios. Reconozco esa voz. Es Puck.
Mi cuerpo comienza a temblar, mis manos sudan como si hubiera un grifo en cada palma. Sherly nota mi miedo que tengo.
—Señor, ya lo escucho la librería esta cerrada. Ahora le pido que salga por favor—. ordena Sherly.
—Volveré otro día— dice Puck, antes de salir me lanza una mirada muy atemorizante y se va.
—¿Estas bien? Estas pálido
—Si, estoy bien.
—Dios no puedo creer que Puck esta de regreso en Portland...
—¿Tu lo conoces?
—Claro, todos aquí en Portland saben quien es el.
—¿Que puedes decirme sobre el?— digo con un nudo en la garganta—. Su historia de el ¿puedes contarla?
—No se mucho sobre el. Todo lo que se es que es un hombre muy peligroso...— Sherly se rasca la cabeza—. Derian jamas te acerques a ese señor, puede hacerte daño. Aunque siendo sinceros al ser tu la pareja de Álex te expones mucho... no te estoy diciendo que termines con el. Claro que no, pero el mundo en el que vive Álex no es un mundo apropiado para un chico como tu... Así que... Solo ten cuidado con Puck y sus acompañantes ¿Entendido?
—Lo entiendo perfectamente—. digo.
—Nada esta a salvo mientras que Puck este aquí.