Charleen
Rick y Thom jugaban charadas en la parte trasera del auto, mientras Chelsea manejaba y yo tomaba mi café hecho a último momento. La verdad era que nos habiamos hecho tarde y Chelsea nos estuvo esperando afuera de mi departamento, para llevar a los niños a la escuela y luego nosotras dirigirnos a la nuestra.
—Esto me pone nerviosa —dijo Chelsea sin despegar a vista a la carretera—, y no sé lo que me causa mas nervios, ellos jugando atrás o tú haciendo ruido al tomar tu café.
Paré de tomar mi café y me quedé quieta. Eso provocó que Chelsea ponga los ojos en blanco.
Estiré mi brazo y prendí la radio.
Chelsea se detuvo en una luz roja y ambas comenzamos a cantar. Siempre recibiendo unos buenos comentarios de parte de nuestro público.
—Esto es un insulto a Taylor Swift —dijo Thom.
—Esto se debería considerar un delito —añadió Rick.
Ambas reímos.
—Escúchenme niños —habló Chelsea al mismo tiempo que comenzó a conducir—, los observo —dijo mirándolos a través del espejo retrovisor—, los analizo —hizo una pausa y continuó—, y los ignoro.
Choqué la mano derecha con ella y volteé a sacarles la lengua. Volví a mi lugar y tomé otro sorbo de mi café. Y en eso observé a un perrito que estaba por cruzar la calle.
—¡Cuidado Chelsea! —grité, provocando que Chelsea pare bruscamente y los niños griten.
Solté el aire retenido en mis pulmones al saber que no le había pasando nada al perrito.
En ese momento se escucha un estruendo en la parte trasera del auto, provocando que los niños griten aún más. Giré y ví que salia humo.
Nos habían chocado.
Chelsea salió del auto muy enojada. Me quedé con los niños y les dije que todo se iba a solucionar, los tranquilicé un poco y escuché como Chelsea estaba que reclamaba al dueño del auto. La capa de humo no me dejaba distinguir muy bien, pero eran dos personas las que salieron del auto. Supe que Chelsea no iba a poder sola y decidí tomar en mis manos mi café y salir del auto.
Mi mirada se dirigió al auto de mi amiga y observé como estaba abollado en una esquina, las luces estaban rotas y los pedazos de vidrio en el piso.
Tomé un sorbo de café y dirigí mi mirada a las personas culpables del accidente.
Aferré el vaso de café, mientras sentía como mi pulso comenzaba a aumentar cuando reconocía a la persona que tenía en frente.
Abrí la boca para decir algo pero inmediatamente la cerré y dirigí mi mirada a Chelsea, la cual me miraba interrogante.
—Rick me está llamando —apresuré a decir.
Iba a girar cuando escucho que me habla, y algo hace que me detenga.
—Tú, espera un momento.
Aún de espaldas, cierro los ojos y me siento super avergonzada y sin ninguna salida. Escucho que se acerca, me giro y me lo encuentro mirándome sin ninguna pizca de gracia. Dejo que hable.
—¿Tu eres la chica del centro comercial, cierto? —pregunta examinando mi rostro rojo de la vergüenza.
Quiero mentir rayos, pero sería una pérdida de tiempo, ya que, mi actitud me delata al cien por ciento. Finalmente agito mi cabeza un poco tímida ante su reacción.
—Yo... —habló y lo interrumpí.
—Lamento todo, sé que no debí hacer eso, solo que me dejé llevar y no me dí cuenta de lo que hacía... hasta que lo hice —hablé jugando con mis manos—, era la adrenalina del momento, lo siento si te incomodé o te hice pasar un mal rato
A él se le salió una risita que me hizo confundir. ¿Se supone que debe estar molesto? ¿O me equivoco?
—Te equivocas —dijo y me sorprendí ante su comentario—, no debes sentirte mal, al principio si sentí confusión, pero luego analizando todo, me causó gracia.
—¿A sí? —dije sorprendida y casi aliviada.
Asintió.
Madre mía.
Me di cuenta lo guapo que era, sus cejas eran gruesas, sus ojos marrones oscuros, y tenia un poco de barba que lo hacia un poco atractivo y rebelde. Hasta que me dí cuenta que no estábamos solos. Giré hacia mi amiga y la encontré con los ojos como platos. Al lado estaba un chico que supongo venía con...
—¿Como te llamas? —me preguntó.
Me sacó las palabras de la boca.
—Charleen.
—Cooper —se presentó sin dejar de sonreir.
Cooper, bonito nombre.
Le sonreí.
—Lamento lo del auto, te puedo llevar a la escuela o donde te dirijas, si deseas —me ofreció.
—Muchísimas gracias —acepté lo que provocó un carraspeo de garganta de parte de Chelsea—, por llevarnos.
Chelsea cruzó sus brazos mientras analizaba al chico.
—¿Y nosotros? —escuché las voces de Rick y Thom. Giré y los encontré afuera del auto y con los brazos cruzados, también.
Me volví hacia Cooper y le sonreí avergonzadamente. El me dijo que no habia problema.
Thom se acercó cautelosamente a Cooper y lo miró desafiante.
—El auto es de mi hermana, y más te vale que pagues los daños niño bonito —dijo señalándolo con su pequeño dedo.
Cooper rió un poco nervioso y se dirigió a Chelsea.
—Te prometo pagar todo, llamaré al seguro para que lo lleven al taller.
Chelsea lo miraba achicando los ojos y asintió lentamente.
Cooper nos indicó que subiéramos a su auto, su amigo el cual me dijo que se llamaba Colton se sentó de copiloto, Chelsea, los niños y yo nos sentamos en la parte trasera. El auto arrancó y en el camino nadie dijo ni una palabra.
Fuimos primero a la escuela de los niños y los dejamos. Y luego nos llevó a la nuestra.
—Lamento lo ocurrido, espero que se encuentren bien, lo siento —se disculpó por quinta vez—, ¿Chelsea me das tu número telefónico para comunicarte todo sobre tu auto?
Chelsea carraspeó su garganta.
—Mi celular esta descompuesto, pero que te dé Charleen su número para comunicarte conmigo a través de ella —dijo sonriente.
Como te amo mejor amiga.
Cooper rió y me pidió mi número, cuando se lo dí dijo que llamaría para avisarme lo del auto.
—Estaremos en contacto. Bueno, creo que nosotros ya nos vamos... —fue interrumpido por una voz detrás de nosotras.
—¡Cooper! ¿Que haces aquí?
Observamos como venía una chica a su lado y directo llegó a sus labios para estamparlos en un beso, lo cual me confirmó que Cooper no estaba solo. Me removí incómoda en mi lugar y Chelsea me miró sorprendida.
—Amor, deberías estar en tu escuela —le dijo, y luego nos vio a nosotras—, ¿me perdí de algo?
Cooper nos miró sin saber que hacer.
—Te explico luego ¿si? —le respondió—, tengo que irme.
Inmediatamente rodeó su auto y antes de entrar, se detuvo.
—Nos vemos luego —le dijo a su novia y luego su mirada cayó sobre nosotras.
Ingresó a su auto y se fue.
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Ay Charleen, Cooper ya tiene dueña cariño.
Bandida Chelsea jajaja xd la pueden encontrar en multimedia 7u7 Lily<3
Gracias por sus hermosos comentarios<3 y sus infaltables votos<3
Sayonara baby.