Al día siguiente nos dimos un día de paseo, pasamos por un centro comercial y entramos a una tienda de antigüedades que tuvieron que cerrar para que la gente no formara un caos. Pero de igual forma, a las afueras de la tienda estaba lleno de fans gritando, saludando, diciendo "te amo", sacando fotos y lanzando regalos. Luego de comprar algunos cuadros y esculturas, salimos de la tienda y mientras Mike se sacaba algunas fotos y firmaba autógrafos, para mi sorpresa una chica me tomó del brazo. Los guardaespaldas se asustaron y la alejaron pero ella alcanzó a decir "Por favor cuídalo mucho. No lo hagas sufrir, yo sé que tú eres diferente a Lisa. Él quiere hijos, sólo dale muchos hijos y quédate con él"
Sólo sonreí y le dije, "tranquila". Nos alejamos del lugar y entramos en una tienda de juguetes.
— ¿que quería la chica? —preguntó Michael.
— Dijo que te cuidara, que no fuera como Lisa, y que te diera hijos.
— Vaya, algunos fans me conocen más de lo que imagino. —Respondió— ¡mira! Es fantástico, ¡una figura de Blanca Nieves y los siete enanitos!
— Está preciosa Michael, pero no has visto nada... ¡mira esto tienes que llevarlo!
Había una figura tamaño natural de Peter Pan, que podía instalarse en el techo de una casa, como si estuviese buscando su sombra.
— Oh, es maravilloso. ¡Estuve buscando mucho tiempo una de esas!
— Si, y mira qué lindo, una colección de trenecitos
— Que bonitos.
— ¡Mike miraa! Por favor lleva este, son figuritas de la Dama y el Vagabundo, una de mis favoritas!
— Claro Julie, pero pensé que tu favorita era Peter Pan también...
— Lo es, pero la Dama y el Vagabundo es más de niñas, ya sabes, el romance y todo eso jaja
— jaja que tierna, en casa tengo unos afiches originales de la película, ¿no los has visto?
— Es que creo que nunca terminaría de ver todos los rincones y todas las cosillas que tienes en Neverland...
— Es verdad, ni yo mismo alcanzo jeje, pero los niños son tan felices cuando ven todas esas cosas, me encanta. En realidad lo hago por ellos, no solo por mí.
— Siempre estás pensando en los demás. Es tan lindo de tu parte amor.
A la salida del centro comercial, por el acceso trasero habían cercado la calle y de pronto una adorable pequeña quería pedirle un autógrafo a Mike. Yo lo miraba desde unos metros y me derretía su ternura... la de ambos. Michael babeaba por la pequeña, su sonrisa lo decía todo y ella tenía unos ojitos brillantes, llenos de ilusión. Estaba lleno de fans que morían de tanta dulzura al ver la escena:
La pequeña Melissa era adorable, algo en ella me hizo recordar cuando yo misma tenía ese tamaño, y al ver la felicidad de Mike no pude pensar en otra cosa más que en las ganas que él tenía de ser padre. Sería el mejor padre del mundo entero.
Ya en la limousine miraba los carteles y cosas que los fans habían hecho para Michael con tanta dedicación, es increíble el amor que le tienen, sin saber que él estaría en ese centro comercial ya venían preparados.
— Eres admirable Michael, nunca te lo he dicho, pero tienes una magia especial...
— ¿como así?
— No lo sé, es algo que no se ve pero se siente incluso con sólo escucharte en un disco, o verte en un corto. Algo tienes que atraes a la gente, y sobre todo a los niños. Algo como una magia, algo que los atrapa y hace que luego de conocerte no puedan hacer otra cosa que amarte.
— Varias personas me han dicho eso, pero yo no me lo creo. Lo único que hago es tratar de hacer música que a los niños les vaya a gustar, esa es la mejor música de corazón, no me siento en un piano a pensar en hacer algo... una fuente superior me inspira, tal vez creas que estoy loco, pero realmente no sé de donde viene, creo que es Dios, o algo así.
— Por supuesto que creo que no estás loco, eres un genio, ¿no lo sabías?
— jaja, no digas eso Julie.
— Y además eres humilde, ¡me he sacado la lotería contigo!
— Ya basta amor, no sigas
— Hablo muy en serio y con conocimiento de causa... he dedicado algunos años a analizar la obra de los más grandes artistas de la humanidad, y que quieres que te diga. Tú vas a ser recordado por toda la eternidad como un auténtico Rey.
— Pero me agradaría más ser recordado por haber hecho algo bueno en este mundo, por lograr aportar en algo, en realidad no quiero "ser recordado" porque no quiero morir.
— Y así será amor, de hecho ya haz hecho mucho. —hice una pausa mientras pensaba en esa situación— Que rara esta conversación, nunca me había detenido a mirarte desde fuera.
— Eso es lo que amo de ti, que siempre me viste como uno más. Como lo que soy, un ser humano como todos.
— Pero me cuesta volver a la realidad, es que ver en vivo y en directo cómo es que para muchas personas eres un dios, alguien casi extra-terrestre, es raro...
— No, no pienses eso... esa es la impresión que dan los medios, pero soy yo amor, el mismo de siempre, tu esposo.
— Lo sé, mi Henry, el mismo de esa noche... —Michael respondió con una sonrisa que casualmente resultó muy sensual, dejándome en un segundo con el corazón en la mano— Pero mucho más apuesto que Henry. Ya me estoy desesperando, quisiera comerte a besos en este momento. —le susurré—
— Ya llegaremos al hotel y se te pasará esa desesperación —dijo.
— ¿Ah si?
Michael soltó una mirada picara y yo besé su mejilla. Me apoyé en su hombro hasta que llegamos al hotel. Subimos a nuestra suite y pronto se hizo de noche.
— Tengo ganas de hacer algo diferente hoy —dijo.
— ¿Como qué Michael?
— No sé, como salir a algún lugar
No se habló más e improvisamos unos disfraces, Michael se puso una ropa muy común y algo retro, y se puso una peluca, lentes y una gran barba. Yo me puse un pañuelo en la cabeza y lentes también, y una ropa francamente horrible y muy descombinada.
— Pareces un personaje de la década de los 70's ajaja —dije bromeando.
— Y tú te ves muy mal Julie, pero muy mal.
— Jajaja, ya cállate. ¿Vamos?
Llegamos a un club nocturno que se veía muy entretenido, buena música y excelente ambiente, solo al entrar nos dimos cuenta de algo...
— ¡Por poco no nos dejan entrar! —exclamé.
— Creo que no entendieron tu acento jaja
— Tal vez tu look no ayudó jeje, bueno, ¿pidamos algo?
— Julie, ¿estás pensando lo mismo que yo?
— ¿qué cosa?
— ¿mira la gente que hay aquí dentro...
— Oh Michael, ¡es un club gay! Jajaja ¡con razón casi nos dejan afuera!
— Que gracioso. Siempre he querido entrar a uno, dicen que son entretenidos...
— Vamos a ver, ¿nunca habías estado en uno?
— No, sólo he estado en las fiestas de Playboy, con conejitas y todo eso.
— Ah, mira que bonito... rodeado de inocentes conejitas
— Es muy divertido, se pasean con esos pompones jaja —Michael me contaba entusiasmado sus hazañas mientras yo lo observaba atentamente con cara de preocupación.
— Claro, debe ser "súper" divertido.
— ¿que?, ¡no te pongas celosa eh!
— jajaja, es solo un juego Mike, yo antes era una de ellas... no exactamente conejita de playboy, pero atendía en un café de esos con faldas cortas... ya sabes las cosas que uno hace para vivir.
— ¡Oh no Julie, bromeas!
— en realidad bromeo, jeje, ¿te asusté?
— Mira, algo van a decir... —interrumpió.
El animador de la fiesta dijo algo en alemán que por supuesto no entendimos nada, y luego lo repitió en inglés... esa noche estaba lleno de turistas.
"Bienvenidos a otra noche mágica en el Berghain, el club gay más popular de Berlín. Esta noche tenemos el especial de Michael Jackson, así es que si bailas como él ve preparando tus mejores pasos para ganarte un fin de semana con tu pareja en el spa. Y aprovecha de dejarme tu número por que ¡me encanta como baila ese papacito! "
— ¿Ya viste Michael?, te dijo "papacito". Jajaja.
— jajaja sólo espero que no me reconozca.
—Parece que eres muy cotizado por aquí.
De pronto se acercó a nosotros una pareja de chicos, nos preguntaron si podían sentarse con nosotros.
"los estamos observando desde que llegaron, son muy apuestos ambos... queremos hacer un cambio de parejas, ¿se animan?"
— ¡Claro! —respondí y enseguida Michael me pegó una patada por debajo de la mesa.
— ¡Ouch! —exclamé.
— ¿cómo dices? —preguntó uno de los chicos.
— Que sí, pero yo pensé que aquí solo entraban...
— Gays, sí este es un club Gay pero ya veo que con ustedes hicieron una excepción. Nosotros somos pareja pero a él también le gustan las chicas, así es que no hay problema, ¡amor libre! Cierto. —Tal parece que estos chicos no eran de los más fieles. Uno de ellos no dejaba de mirar a Michael muy entusiasmado.
— ¿cuál es tu nombre guapo?
— Gary —respondió Michael.
— ¿y que dices Gary?, ¿te gustaría...?
— Eh, no lo sé. Ya sabes, salí con mi mejor amiga y me gustaría no sé, estar con ella.
— Es que el pobre está sufriendo por amor... —Dije a los chicos cerrando un ojo.
— Oh, pobrecito Gary, ¡pero deja que yo te consuelo!
Uno de los muchachos, el más grandote y musculoso se acercó a Michael y lo abrazó efusivamente con sus enormes brazos y a Mike no le quedó más remedio que responderle, ¡yo estaba muriéndome de la risa por dentro!
— Gary voy al baño un minuto. —Dije a Michael con una sonrisa malévola. Quería jugarle una buena broma.
— ¡no!, es decir, bueno ve...
— No estés tan nervioso lindo, no mordemos, claro a menos que quieras... —dijo uno de los chicos.
— je jeje, y bueno cuéntenme, ¿ustedes que hacen? —Preguntó Michael— ¿son de por aquí?
— Somos bailarines en el club de la avenida siguiente.
— Oh, genial, a mí también me gusta bailar.
— Y qué esperamos, ¡vamos a bailar!
— No chicos esperen, tengo que esperar a mi amiga, luego vamos...
Yo miraba desde lejos y no podía aguantar la risa, ¡Mike no sabía que hacer! De pronto los dos chicos lo tomaron y se lo llevaron a la pista de baile. Comenzaron a bailar de una manera muy graciosa, bromeaban y hacían unos gestos geniales. Tenían un gran ritmo. Finalmente Michael también disfrutaba mucho riéndose de los graciosos pasos que inventaban sus nuevos amigos. Me acerqué a ellos.
— ¡Ya regresé chicos!
— Hey, te estábamos esperando.
— ¡por qué tardaste tanto Julie! —preguntó Michael.
— Gary, ¿cómo te la estás pasando con los chicos? —pregunté.
— Estupendo, son muy simpáticos
— Así se habla guapo, ¡arriba el ánimo! Aquí no existen penas de amor.
De pronto empezó a sonar una canción de Michael, era Rock With You.