Pasé por detrás del gran sillón que se encontraba en la sala, frente a éste se encontraba el televisor. Miré directo a la gran pantalla, pero no me sorprendió ver que mi padre y mi hermano se encontraran viendo alguna especie de serie con temática homosexual.
¿Cuál era el nombre de esa serie? No lo recuerdo.
—¿Mamá les dejó ver esto?—pregunté con la voz ronca ya que eran las 3 de la mañana y tenía ganas de ir al baño.
Los dos asintieron al mismo tiempo. Estaban tan concentrados en la serie que no perderían el tiempo en prestarme atención.
—¿Ya falta poco para la parte interesante?—preguntó Alejandro.
—Sí, pero guarda silencio—respondió mi padre.
Me aburrí de que no me prestaran atención, así que me fui al baño. Al salir, me disponía a ir a mi amada habitación, pero apareció una señora con verde en toda la cara.
—¡AAAAH!—Grité con fuerza, pero al ver de quién se trataba paré con mis gritos.—....espera. Eres tú, mamá, me habías asustado.
A ella le interesó muy poco mis gritos y me empujó a un lado, sacándome del baño.