Lauren POV.
Ese día, después de dejar a Camila en su casa, fui directamente a la mía, hice la maleta y cogí el primer avión para volver a casa. Quedaba una semana y media para las vacaciones de navidad pero no podía ir a la universidad y ver a Camila, así que simplemente me marché sin despedirme de nadie y llorando mientras subía a ese avión de vuelta a casa.
Las navidades habían pasado y ya era finales de febrero. Pasaron casi tres meses desde que vine a mi casa y aquí sigo. Hablé con mi universidad para poder estudiar a distancia y después de tramitarlo todo estudio en casa mientras ayudo a mi madre y a mis hermanos en todo lo que puedo. Me paso las tardes ayudando a Chris con sus deberes o explicándole historia a Taylor. Juego con Chris a la play casi todas las noches y voy muy a menudo a visitar a mis abuelos. Ayudo a mi madre con su tratamiento y desde que estoy en casa mis hermanos dicen que esta bastante mejor. Intento hacer muchas cosas para poder distraerme y no pensar en Camila aunque es imposible. No hay un solo día en que no piense en ella y no me duela. Hablo todos los días con las chicas y les pregunto por ella pero no me quieren decir nada porque dicen que fui una estúpida y que no entienden porque me fui. La única que a veces me dice algo de ella es Normani. Dice que las chicas no me quieren contar nada porque Camila les pidió que no me dijeran nada de ella. Que si me fui sería porque no quiero saber nada de ella. Sé que me odia y eso me parte el alma pero hice lo mejor para ella. ¿No?
Hoy es sábado y no tengo mucho más que hacer que patearle el culo a Chris en el FIFA. Estábamos jugando el partidazo de nuestras vidas. El que pierda tiene que hacer todo lo que quiera el otro por una semana entera y sin protestar. Íbamos dos a dos y estábamos en prórroga a punto de ir a los penaltis cuando llaman al timbre.
- ¡¡Abrir la puerta!! seguro que es Matt. Decirle que bajo en dos minutos. - ¿Matt?, ¿su novio?. Me distraje un momento porque por fin iba a verle la cara al desgraciado que se está beneficiando a mi hermanita y en ese momento Chris metió gol.
- ¡¡GOOOOOOOOOOOOOOL!! ¡¡GOOOOOOOOL!! - Tiró el mando al suelo y se puso a correr como un loco por todo el salón con las manos en alto gritando gol y que había ganado y ahora lo tendría que obedecer en todo durante una semana. Sin duda iba a ser cuanto menos curioso.
- ¡Chris! - Lo agarré del brazo para que parara quieto y dejara de gritar. - Vale, me ganaste ahora vamos a abrir la puerta. Seguro que el novio de Taylor ya esta congelado y lo tenemos de estatua en el jardín. - Chris se río y paso una mano por mi hombro. A pesar de tener catorce años era casi tan alto como yo.
- Es un idiota hermanita ya verás.
Abrimos la puerta y apareció un chico alto, rubio, ojos azules, piel un poco pálida como la mía. No era feo a decir verdad pero era el mítico chico que seguro que es el capitán del equipo de fútbol de su colegio y se cree alguien por ser popular mientras las animadoras le lamen el culo. Cuando me vio se quedo un poco extrañado y miró a Chris con cara de interrogación.
- Es mi hermana mayor, Lauren. - Le fui a dar la mano para estrechársela pero en vez de eso se quedo con cara de tonto mirando de mi mano a mi cara.
- Hola, ¡hey chaval! - Pasé mi mano por su cara para que reaccionara y sacudió la cabeza.
- Ho-hola so-soy Matt, encantado. - Sí, definitivamente Chris tenía razón este chico es idiota.
- Pasa, que te nos vas a morir de frío en la puerta y no queremos que Tay nos mate después. Dice que baja en dos minutos, puedes esperarla en el sofá. - El chico paso pero se quedo quieto al lado de una mesita que teníamos en la entrada. - ¡EH! el salón es por ahí. - Le señale donde quedaba para que fuera a esperar allí a mi hermana.
- Sí, ya-ya sé, no es la pri-primera vez que ve-vengo. - Me acerqué a el y le di unos golpecitos en el hombro.
- Te cuesta arrancar ¿eh? - Chris ya no podía aguantar más la risa y se empezó a reír delante de él. - Será mejor que vayamos contigo al salón no vaya a ser que te pierdas. - Fuimos al salón los tres y nos sentamos en el sofá dejando al rubio en el medio de los dos. - ¿Bueno y que tal con mi hermana?
- Bi-bien, estamos ge-genial. - Chris se estaba aguantado la risa otra vez y yo la verdad es que también. El chaval era un manojo de nervios.
- Eres tartamudo o... - Iba a hablar pero el me interrumpió.
- ¡NO!, quiero decir no soy tartamudo sólo que... no sé.
- Pues vale. - Era muy tonto. Después de un rato en silencio decidí preguntarle una cosa. - ¿Tienes intenciones de tirarte pronto a mi hermana o ya lo hiciste? - El rubio me miró con los ojos como platos y casi se atraganta con su propia saliva. Cuando iba a contestar apareció Taylor en el salón.
- Ya podemos irnos. - Cuando Matt la vio se levanto del sofá y fue a darle un beso en la mejilla.
- ¿A dónde vais?, ¿a que hora vas a volver?
- A dar una vuelta, Lauren. Dile a mamá que cenaré fuera. - Me dio un beso en la mejilla para despedirse y le revolvió el pelo a Chris. Antes de que salieran por la puerta llame al rubio.
- ¡Eh, rubio!, a ver que haces con mi hermana que te vigilo. - El chico trago saliva y Taylor cerró la puerta suspirando. - Me cae mal.
- Te dije que era idiota.
Camila POV.
Habían pasado tres meses desde que Lauren se fue dejándome sólo una carta. La odiaba por eso, tan cobarde fue que ni si quiera me lo pudo decir a la cara. Fueron tres meses de mierda. Al principio iba a clase con la esperanza de poder ver a Lauren por algún lugar del campus y poder gritarle a la cara que era una idiota y que la odiaba. Luego nos enteramos que se había ido a su casa y estudiaba a distancia. Las navidades las pasé en casa con mi familia y fue bastante bien. Aunque me veían triste y de vez en cuando mi madre me preguntaba si me pasaba algo. Estos tres meses lo que más hice fue llorar y poder entender a Lauren. Me decía a mi misma que la odiaba pero la realidad es que no puedo hacerlo, la quiero. Las chicas intentan animarme y convencerme para que vaya a alguna fiesta pero siempre les digo que no, no tengo mucho cuerpo para fiestas. Hoy es sábado por la noche y estoy tirada en mi cama viendo friends. Es lo único que hace que me olvide del mundo por unos minutos. Petaron en mi puerta y grite para que pasara quien quiera que fuese el que estaba molestando.
- Camila, vamos. Hoy vamos a ir a una fiesta. - Dinah entró por la puerta de mi habitación arrasando como hace siempre con todo.
- No me apetece.
- Me da igual que no te apetezca. Vas avenir con nosotras quieras o no. Estoy harta de verte en la cama todo el día e ir por la vida como un zombi. Vas a venir. Necesitas salir, Mila. Conocer gente nueva. - Cerro mi portátil y me agarró del brazo arrastrándome hasta el baño mientras yo le gritaba que me soltara que no quería ir a ningún lado. No me hizo caso y me metió en el baño cerrando la puerta. - ¡¡Cuando salgas de aquí más te vale que sea duchada!!. - Gritó dando un golpe en la puerta.
Estaba en el baño y me puse a pensar en todos estos meses. Lauren no se comunicó conmigo ni un día. A veces las chicas me decían que preguntaba por mí pero yo les prohibí que le dijeran algo que tuviera que ver conmigo. Si se marchó dejándome aquí será que no quiere saber nada así que no pregunte. Llevo tres meses como alma en pena por su culpa cuando ella ni si quiera me llamó un solo día. Dinah tenía razón. No merece la pena que malgaste mi vida así por alguien como Lauren. Me duché decida a pasarlo bien con mis amigas después de tres meses.
Entramos en la discoteca y había un montón de gente bailando y bebiendo. La música estaba a tope. Fuimos a la barra a pedir unas copas y casi me dejo la voz diciéndole al camarero que quería un vozka con coca-cola. Con la copa en la mano nos fuimos a la pista a bailar y Vero fue la primera en desaparecer detrás de una rubia de metro setenta. Dinah, Normani y Ally rechazaban a chicos mientras bailaban y Alexa se alejó de nosotras a bailar con un moreno de barba que era bastante atractivo. Estaba bailando con Normani cuando sentí que me tocaban el brazo, me giré y era una rubia, casi de mi altura, tenía los ojos azules y era bastante mona.
- Hola, llevo un rato viéndote bailar. No lo haces nada mal.
- Soy un desastre bailando pero gracias supongo.
- Me llamo Aria. - Se inclinó para darme dos besos en las mejillas.
- Camila. Encantada. - Cuando quise mirar para Normani estaba con Dinah y Ally bailando en otro lado. Nos había dejado solas.
- Bueno parece que tu amiga te abandonó. ¿Te apetece tomar algo? - Asentí y nos fuimos a la barra a pedir otro cubata.
Estuve lo que quedó de noche bailando y bebiendo con Aria. La conocí más y era bastante maja. Me acompaño a casa porque Vero se había ido con la rubia despampanante, Alexa con el guapo de la barba y las otras se fueron con sus novios. Cuando llegamos al portal nos paramos en frente de la puerta.
- Bueno aquí es, gracias por acompañarme.
- No pasa nada, mi casa no queda mucho más lejos de aquí. - Hubo un silencio incómodo y entre la borrachera y lo cansada que estaba no lo vi venir y cuando me quise dar cuenta Aria me estaba besando. Al principio me quede en shock porque no me lo esperaba pero que coño estaba demasiado borracha para pensar así que le seguí.
El beso se fue calentando y la borrachera ayudaba bastante a calentar el ambiente. Como pude abrí la puerta y nos metimos en el ascensor sin dejar de besarnos. Cuando llegamos a mi piso intente abrir la puerta mientras Aria estaba detrás de mí dándome besos por la espalda. Al cuarto intento de meter la llave en la cerradura lo conseguí y entramos volviendo a besarnos. Llegamos a mi habitación y me tiró encima de la cama poniéndose encima de mí. Empezó a darme besos por el cuello y sus manos vagaban por mi cuerpo. Giré la cabeza mientras seguía besando mi cuello y allí la vi. Encima de mi mesita de noche estaba la carta que me había escrito Lauren. La tenía ahí porque la leía por las noches. Soy masoquista, lo sé pero era lo único que tenía de ella y leer la carta era como tenerla un poco más cerca. Separé a Aria empujándola por los hombros.
- ¿Qué pasa? - Su voz sonaba bastante agitada.
- No puedo hacerlo. Lo siento.
- ¿Qué?, ¿por qué?
- Porque estoy borracha y porque no te conozco. - En parte era por eso y porque ver la carta de Lauren me hizo acordarme del día que lo hicimos y esto ni se asemejaba un poco a todo lo que sentí con ella. No podía hacerlo, no era ella.
- Pe...
- Vete por favor. - Se levantó de la cama, me dio un beso en la mejilla y se fue.