Harry me miraba horrorizado, volvimos nuestra mirada por el vidrio de la puerta del restaurant. Maldita sea. Podía ver mi bolso sobre la mesa y para peor estaba demasiado cerca de Caroline y mi papá.
Solo estábamos en silencio.
Que me torturaba, Harry solo meneaba los ojos de aquí allá como si tramara algo, frunció ligeramente el ceño y dio una sonrisa burlona. ¿De qué diablos reía? ¿No veía la preocupante situación en que nos había metido?, le fulmine con la mirada y solo hecho a reír cruzándose de brazos.
-¿De qué te ríes? – dije en tono amenazante. Como se podía ver tan confiado.
-De las arrugas de tu rostro – gruño, sacándome la lengua.
-Tonto – fruncí el ceño.
-Yo no eh dejado el bolso adentro – se burló.
-Por qué tú no puedes usar bolsos –replique.
-Igual se verían mejor en mi – río poniendo las manos en su cintura eh imitando mi postura, lucia afeminado. No pude evitar soltar una carcajada, de nervios y de risa. Deshizo su postura risueña y acerco sus manos a mi rostro – Reíste – sonrió -Todo estará bien, linda – Lo mire aún preocupada - Saldrá bien...-continuo.
- Harry...-suplique por que pronto diera una idea.
-Está bien – gruño divertido – recuperemos el bolso, no costara nada, solo hay que llamar al mismo chico – se encogió de hombros con una dulce mirada.
-¡Dios! – reí – Que despreocupado eres Sr. Styles.
-Y por eso las cosas salen bien...despreocúpate – movió un mechón de cabello de mi rostro, y acerco sus labios ¡Pero que diablos! Dudo que llegan a oírlo, debo relajarme. Me puse de puntillas para besarlo, pero corrió su rostro haciendo que me desequilibrara y callera sujetándome en su pecho, gemí asustada, Harry soltó una carcajada y rodeo mi cintura.
-¡Styles! – gruñí.
-Te dejare con las ganas princesa – me guiño el ojo – es mi turno...- sonrió, tomándome fuerte de la mano jalándome hacia la puerta de entrada – tenemos que recuperar el bolso...
-Ok me lo merezco – gruñí con la boca hecha agua, deseaba tocar aquellos carnosos labios. Pero me lo merecía, últimamente siempre lo dejaba con las ganas, corriendo mi rostro o huyendo de él, solo para molestarlo.
Entramos de puntillas nuevamente tratando de escondernos en los pilares de romano lugar, observe por el rabillo del ojo directo a la mesa de mi padre; lucia molesto y podía ver su mirada recorrer todo con ojos de asesino. Mierda. Veía mover los labios a Caroline modulaban palabras sin parar (Idiota) y no podía leerlas. Gire bruscamente al sentirme desprotegida, Harry no estaba a mi lado, vacile mi mirada por cada una de las puertas, pero nada. Así que di la vuelta...¡Diablos! Gruñí para mis adentros, Harry ya había cubierto mi boca, lucia realmente preocupado, al fin.
-El chico se fue, acaba de terminar su turno hace unos minutos – musito.
-Si, no hubieras empezado con tus juegos – gruñí, pero creo que era mas por haberme dejado con las ganas de un beso en primer lugar.
-Acepta que te gustan – me guiño el ojo.
-No responderé eso – musite bajo, Harry reprimió una risa.
-Solo hay que tomarlo, pero...el problema es que no sé como – río, pero yo tenía mi vista hacia atrás de su espalda, mi papá comenzaba a marcar los números en su teléfono.
-Diablos – me asuste. Haciendo que Harry girara violentamente.
-Maldita sea – dijo entre dientes. Nos quedamos quietos, escuche a lo lejos sonar mi canción favorita de Coldplay seguido por algunos zumbidos, claro que mi papá conocía ese tono por como alzo su mirada por sobre las mesas me estaba haciendo trizas de los nervios.
-Ok – gruñí baje hasta mis piernas quitando mis tacones y tendiéndoselos a Harry.
-¿Qué diablos haces?
-No puedo gatear con estas cosas – fruncí el ceño y hice un pequeño puchero. Note la mirada de Harry en el pequeño escote que se formaba en la entrada del vestido- Más tarde lo veras – le di un zape y río.
Me aparte y comencé a gatear entre las mesas evitando contacto con la de mi papá, volví a escuchar la canción más cerca. ¿Justo ahora parecía escucharse más fuerte de lo normal? Gracias tecnología. Llegue justo debajo de mi mesa, o la que hubiera sido nuestra mesa mejor dicho y intente ligeramente subir mi mano por el borde mis dedos solo alcanzaba a tocar la débil correa, pero no alcanzaba. Note como una familia de 4 me miraba y los niños reían de mí, no pude evitar sonrojarme, hice un gesto de disgusto y complicidad, la madre giro lentamente a sus hijos como si estuvieran viendo a una psicópata, suspire frustrada y volví a intentar subir mi mano. ¡Eureka! Baje mi bolso y lo escondí entre mi vestido. Gire en mis rodillas felizmente para volver.
-¿Harry? – dije al verlo agachado a mi lado.
-Shhh- me calló con un dedo en los labios – Tu papá esta rondando el restaurant.- frunció el ceño y apuntó lentamente arriba de nuestras cabezas.
-Mierda – musité en lo bajo, Harry agarro mi cintura. Electricidad. Eso no era de mucha ayuda, me sujeto lo que más pudo a el y el desgraciado volvió a sonar.
Harry abrió los ojos de plato y presione el bolso contra mi estomagó para callar el celular en los pliegues de la tela. Mi papá, dios estaba segura que lo había vuelto a oír se veía molesto meneando sus ojos a todos lados, no sé cómo los demás clientes no se dieron cuenta de lo que sucedía. Harry me apego más el, mi estómago vacilo feliz ante su protección. Pero mi papá estaba más cerca y apunto de girar en nuestra dirección, pero unos estruendos se escucharon en otra dirección; uno de los meseros había botado los pedidos rompiendo algunos platos, extrañamente era el mismo chico que nos ayudó y eso distrajo la atención de mí papá. Mire a Harry confundida y el se encogió de hombros, me apretó la mano y hizo que me levantara aprovechando el imprevisto de mi papá, fuimos hacia la salida, pero Caroline hacia guardia, claro ahí estaba el baño de chicas. Nos dimos vuelta rápidamente ocultando nuestros rostros y caminando rápido entre los pilares. Pensaba que estábamos a salvo pero...
-¿_______? – escuche gruñir a una voz familiar, gire mi rostro. Mi padre veía con los ojos saliéndose de sus orbitas. Harry apretó mi mano antes que se acercara.
-Harry! – dije señalándole una puerta de vidrio y madera. Entendió mi mensaje.
-Gusto en verlo suegro – río antes de salir corriendo con migo de la mano hacia la puerta.
Habíamos llegado a la cocina, los chefs nos miraron extrañados y molestos. ''No pueden estar aquí'' Gruño uno de largo bigote. Sentimos pasos detrás de nosotros y una puertas abrirse seguido de mi nombre, Harry sonrió simpático volviendo a tomar fuerte mi mano y corriendo entre las cocinas y vegetales sin importarle las quejas de los chefs.
-Debe haber una salida por aquí – dijo ocultando una carcajada mientras seguíamos corriendo por lo largo de la cocina. Yo no pude ocultarlo me eche a reír mientras corríamos desenfrenada-mente, mire por el rabillo del ojo y vi a mi padre siguiéndonos, apresure el paso de Harry dejándolo esta vez atrás de mi, note la puerta de madera color avellana abrí de un portazo saliendo a un callejón, giramos en una de sus esquinas ocultándonos detrás de un basurero lo bastante altos para poder escondernos. Reprimí mi risa y la de Harry cubriéndole la boca con un beso rápido. Todo esto me parecía gracioso, la situación, nuestros rostros ¡Todo!. Escuchamos otro portazo mi papá salió gruñendo, me asome un poco por el borde del basurero, mi papá patío un tarro molesto y agarrándose los cabellos volviendo a entrar al lugar.
- ¿Qué fue todo eso? – dije sin poderme creer que había desafiado a mi papá y además me parecía gracioso.
- Despreocupación, linda...- río Harry tirando su cabeza hacia atrás hasta chocar con la pared del basurero.
-Dios, ¿Viste su cara? Me va a matar mañana – reí sin parar ¿Qué me sucedía? Primero estaba molesta, nerviosa y ahora me parecía solo una molestia en el trasero sentirme preocupada.
-¿A ti? – Río – Rapte a su hija...- su voz se desvaneció un poco dejando un poco de la gracia que la cubría – A mí es quien va a matar – dio una corta carcajada. Nuestros aires se tranquilizaron al igual que lo acelerado de mi pulso, el frío lleno mis huesos y note que mis pies seguían desnudos.
-Harry – sonreí mirando los tacones en su mano – los necesito – apunte con vergüenza.
-Oops lo siento – río – aunque se hubieran visto perfectos en mis piernas – elevo las cejas, solté una carcajada, quitándose-los de las manos y poniéndolos en mis pies, por suerte eran cerrados así que el frío no entraría. Pero luego recordé aún me debía algo.
Me puse de pie como pude, el me vio confundido poniéndose de pie inmediatamente siguiendo mis movimientos; le seguí la mirada (Diablos era muy alto, ya me imagino como me veía de puntillas) Lo tome por la camisa pegándolo hacia la pared de ladrillo, me vio confundido, sus verdes ojos siguieron la entrada de mi cuello, lo presione más fuerte y saque la sed de mis labios en los suyos, se puso en marcha juntando su lengua con la mía y tiro de mi cabello, creo que odiaba que yo estuviera a cargo. Rodee mis piernas en su cintura y cambio de postura sujetándome a mí en la pared, aparto sus labios un poco y me miro con gracia.
-No dejare que él me aparte – susurro a un centímetro de mi oído, sabía a que se refería – Jamás – gimió.
-Te amo – le respondí yo, aturdida por la verdad en sus palabras, sus ojos eran tan luminosos en la luz de la luna, callejón oscuro o no, él hacía todo alrededor perfecto.
-Jamás – repitió, pero esta vez note como si solo lo quisiera grabar en su mente. Acerque sus labios a los míos y ahora solo era por reprimir una lagrima no sé porque me entristecía tanto, era un cristal a punto de romperse cada vez que una palabra sincera salía de sus labios. Lo bese con ternura y luego con rabia por hacerme sentir esto, sentí su erección entre mis muslos y volví a ponerme completamente roja.
-Ams...-gemí.
-Es raro que aun no te acostumbres – susurro.
-No sé cómo te provoco eso – admití sincera.
-Sexy, con buen trasero, unos pechos para devorárselos –dijo mientras apretaba mi trasero con sus manos, reprimí un gemido.- Pero...inteligente, confiable, fastidiosa – río, jale de su cabello – ¡Y con fuerza! – gruñó - ¿Con todo eso como no podrías provocar esto? – alzo una ceja.
-Basta – gruñí sonrojada y abrió los ojos de plato – Deja de decir esas cosas...me molestan.
-¿Por qué? – pregunto bajándome de encima de él, irritado.
-Pues porque....- Tartamudeé – Pienso que no son suficientes para mantenerte a mi lado...
-Yo...-río, lo vi molesta, se reía de mis sentimientos el muy cretino.
-Tonto.
-No es que...-sujeto mis brazos antes que pudiera huir – Piensas eso, cuando la verdad yo no se como mantenerte a mi lado, por mi te pegaría a mi cama con cinta adhesiva – sonrió – Temo en que pienses que no eres suficiente, que por esas pequeñas cosas te apartes. Te quiero, con todo lo que tienes, porque todo en ti es único, hermoso, perfecto. – Frunció el ceño – Yo soy el que no es suficiente para ti.
-Callate – le gruñí apuntó de estallar en llanto – Cállate de una vez Styles.
-¿estas molesta? – dijo confundido.
-Sí, idiota – gruñí aun más – ¡TE AMO! Y no me interesa la opinión de nadie ni siquiera la tuya – pestañeo fuerte, sentía como si me estuviera ahogando. Tenía que decírselo y se lo quería gritar, el era lo suficiente para mi y mucho más. – ¡Así! Un idiota, egocéntrico, burlón, guapo, confiable, cariñoso y dulce...- dije por último – TE AMO – volví a gruñir fuerte. Harry aún me veía boquiabierto, ahora me había dado cuenta le grite, en verdad le grite. Me sonroje completamente. Sus manos fueron a mi cintura y me dio un beso, un hermoso beso, el cual separo después de unos segundos.
-Aún la noche es joven – susurro a mi oído – Quiero darle una probada a esos ''Te amo''.
FIN.