Cybernetic Cupid© (BORRADOR)

By AleHeronstairs

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Quiero decir primero que nada, que tanto el titulo como la sinopsis estan bajo construccion. Ninguna es la ve... More

Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
¡Noticias!
Capítulo Cinco
Capítulo Siete
Q & A
Capítulo Ocho
Edie Brown
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintiuno
Comunicado!!
Capítulo Veintidós
¿Cambios en novela?
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro
Capítulo Veinticinco
Capítulo Veintiséis
Capítulo Veintisiete
Capítulo Veintiocho
Capítulo Veintinueve
Capítulo Treinta
Capítulo Treinta y Uno
Capítulo Treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo Treinta y cuatro
Capítulo Treinta y cinco
Capítulo Treinta y Seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo Treinta y Nueve
Capítulo Cuarenta

Capítulo Seis

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By AleHeronstairs

Nunca, nunca recomendaría quedarse despierto hasta tarde una noche antes de un primer día de trabajo. Nunca.

Iba caminando —o más bien trotando— por la calle que había tomado el día anterior, en dirección a Aroma Mocha. Llevé mis manos a mi cabello, levantándolo en una cola alta para luego enrollarlo sobre sí mismo y hacer un moño, dejando solo mi flequillo caer sobre mi rostro. Un rostro libre de maquillaje, que revelaba las bolsas bajo mis ojos y la palidez de mi piel; haciéndome lucir como un muerto viviente y no como una persona sana.

Solté un gruñido.

Ya había previsto que algo así podría suceder, por lo que me había asegurado de activar las alarmas suficientes para despertarme. Lo que no había esperado era que apagaría las alarmas cuando aún estaba dormida y para el momento que mamá me llamó a desayunar, ya tenía el tiempo encima. Me pasé los siguientes diez minutos bañándome, cambiándome y dando mordiscos a mi sándwich —todo un record para alguien que tardaba horas en lograr hacer todo eso.

¡Edie! — la irritante voz de mí vecino me llamó a mis espaldas, deteniendo mis diatribas mentales sobre lo terrible que estaba yendo mi mañana. Que él apareciera tan temprano solo significaba que estaba por empeorar.

La indecisión de si debía detenerme y esperar a que me diera alcance o seguir avanzando como si no hubiera hablado, me hizo trastabillar y casi caer sobre mis narices. No tenía idea de cómo mis pies se habían cruzado entre sí, pero al menos había encontrado el equilibrio antes de avergonzarme más en su presencia.

Solté un pequeño grito mortificado y sentí mis mejillas enrojecer de vergüenza. Una risita tonta quiso hacer su camino hasta mis labios como siempre sucedía cada vez que me tropezaba y me encontraba sola, pero entonces recordé que de hecho tenía compañía y él era la causa de mi torpeza, así que me limité a enderezar la espalda, tratando de mantener una expresión en blanco.

Cuando concluí en que debía dejarlo y huir con la cola entre las patas —totalmente mortificada—, él me había dado alcance. Me ofreció una sonrisa divertida, levantando la mano a modo de saludo — Buenos días.

Lo eran hace unos momentos. — Le lancé una mirada mordaz y le enseñé los dientes, como un animal rabioso, antes de continuar con mi camino.

Él soltó una carcajada, totalmente ajeno a la vibra negativa que emanaba de cada célula de mi ser y me envolvía como un halo de oscuridad. — Perro que ladra no muerde — comentó, dándome palmaditas en la cabeza, como si en verdad fuera un animal. — ¿Vas a trabajar?

Me quedé congelada por unos segundos, aturdida por su atrevimiento a tocarme y sorprendida porque ya supiera esa pequeña información sobre mí. — Enserio Jayden, me asustas. Si sigues así te puedes convertir fácilmente en un acosador y no me quiero ver en la necesidad de denunciarte. No sé nada sobre órdenes de restricción, pero suena como algo que requiere mucho trabajo.

Que linda. Me alegra saber que no quieres ir tan lejos conmigo... todavía — dijo, mostrándome una enorme sonrisa con hoyuelos incluidos. — Pero para tu información, no te acoso. Tu mamá me brinda esa información sin que yo pregunte.

Gemí, lanzando las manos al aire. No sabía que mi mortificación pudiera alcanzar niveles tan elevados, pero Jayden de alguna manera lo había logrado. Y mamá. No tenía que olvidarme que era mamá la que siempre iniciaba todo esto.

Si te hace sentir mejor, yo también voy de camino al trabajo. Conseguí empleo en Walmart — confesó, como si no fuera la gran cosa. Y quizás no lo era, pero compartir información con alguien significaba volverse cercano y esto llevaba a sentir, que era lo último que yo quería.

Estaba por decirle que no me interesaba donde trabajaba o lo que hacía en su tiempo libre, cuando me di cuenta de algo importante. Algo que él ya sospechaba que iba a preguntar porque tenía una sonrisita estúpida tirando de uno de los lados de su boca y miraba en mi dirección, esperando que hablara.

Walmart no queda en esta calle. De hecho, queda bastante lejos — dije, no como pregunta sino como afirmación, porque ya lo sabía y él también.

Asintió, con un encogimiento de hombros — Pensé que sería buena idea caminar antes de tomar el bus y como te vi, se me ocurrió venir contigo. Ya sabes, mejor acompañado que solo.

— Pues yo prefiero el dicho original... Mejor solo que mal acompañado.

— Ouch. Pude haber estado en prisión, pero no soy tan mala compañía.

Me detuve abruptamente. Giré mi rostro de nuevo hacía él con lentitud, temerosa de que un movimiento rápido desatara alguna furia reprimida de su parte. Lo que menos quería era morir en algún callejón oscuro y desolado a manos del chico caliente —sí, lo admito— que mamá quería como mi futuro novio.

¿Has estado siguiéndome porque eres un asesino en serie? — Me escuché preguntar con un leve temblor en mi voz. — ¿O eres un vi-violador? — Tragué, dando un apenas perceptible paso lejos de él y deseando poder estar en cualquier otro lugar.

Ninguna de las dos. Estuve detenido una noche por casi matar a un tipo que golpeó a mi mamá. — Sus ojos hicieron contacto con los míos de una manera distinta a como nos habíamos visto antes. El fantasma de una sonrisa se asomó en sus labios como único indicio de lo que planeaba hacer a continuación, que fue pasar un brazo sobre mis hombros, instándome a caminar de nuevo. — Esa fue la última vez que estuve en una pelea, pero confieso que lo haría de nuevo si alguna de mis chicas sale lastimada.

Mi corazón estaba latiendo desenfrenado hasta ese momento, pero en seguida se salió de su carril y colisionó contra las paredes de mi pecho.

Caminamos en silencio el resto del camino. Su brazo se mantuvo a mí alrededor puesto que no encontré mi voz para decirle que se alejara de mí. El calor de su cuerpo calentó el mío de una forma agradable y que me resultó desconocida después de tanto tiempo manteniendo las distancias.

Me dejó en la esquina de la calle donde se encontraba mi lugar de trabajo. Su autobús se acercaba y no había más razón para que me siguiera acompañando. Se despidió de mí con un —: Hasta luego.

Prometiste que no me tocarías — susurré finalmente en respuesta, haciendo que me ganara una de sus sonrisas.

— Me gusta el contacto físico en todas sus formas.

Los gemelos me saludaron con sonrisas, palabras de aliento por mi primer día de trabajo y comentarios jocosos con respecto a mi apariencia. Mis mejillas ardían para el momento en que me indicaron donde estaba el uniforme que había dejado Natalie y el cuarto que ellos utilizaban para guardar sus pertenencias.

Caleb me siguió de cerca, haciendo que mis músculos se tensaran y la ansiedad formara un hueco en mi estómago, pero él no mostró ninguna señal de querer lanzarse sobre mí. Simplemente me mostró el casillero que sería mío por tiempo indefinido y me señaló algunos puntos que me serían muy útiles, como el pequeño baño que se encontraba ahí y que sólo se utilizaba por los empleados del café y donde se guardaban los suministros de limpieza.

Se marchó no sin antes informarme que el café estaba por abrir y que la puerta del baño no cerraba bien, por lo que tenía que asegurarla con algo o de lo contrario nos podríamos ver envueltos en situaciones embarazosas.

Tomé el uniforme y me dirigí al baño, cerrándolo con mi propio peso. El uniforme en cuestión era una falda corta marrón, una blusa blanca con mangas cortas y rayas verticales y un delantal naranja que tenía dos bolsillos pequeños en donde podría guardar mi celular y las propinas que según los chicos, podía quedarme.

Me vestí con un poco de dificultad al tener mi espalda presionada contra la puerta para mantenerla cerrada. El traje me quedaba un poco ajustado y me hacía sentir expuesta, pues la falda me quedaba arriba de la rodilla y aunque el delantal cubría parte de mi pecho, sentía que todas las miradas se dirigirían a esa parte de mi anatomía.

— ¿Ed? ¿Todo bien?

Salí para encontrarme con Chase, que vestía un pantalón marrón y una camisa blanca con las mangas arremangadas hasta los codos. De una de sus manos colgaba el delantal naranja y con la otra sostenía su teléfono celular. Me observó de pies a cabeza, deteniéndose un segundo en mis piernas y otro en mis pechos, antes de enfocarse en mi rostro.

Nat era más pequeña y más delgada, pero no te queda mal — dijo con apreciación. — ¿A ti que te parece?

Me siento desnuda — admití, no sabiendo que esperar de su parte.

Él sonrió, sacudiendo la cabeza. — Créeme, estas lejos de estar desnuda. En realidad te ves... hermosa. — Al ver mi mirada de recelo, dejó escapar una carcajada y levantó las manos, como si tratara de apaciguarme. — No tienes que preocuparte por mí, Ed. Tengo novia y la amo hasta el punto de querer casarme con ella. No sé porque parece como si siempre tuvieras miedo, pero te aseguro que Caleb y yo no haremos ningún movimiento hacía ti. Puedes confiar en nosotros.

Me sentí avergonzada de que él pudiera leerme tan fácil y quizás un poco agradecida porque no tuviera que explicar las razones por las que me comportaba como lo hacía. Una pequeña parte de mí también se sintió dolida porque ellos no estuvieran interesados.

En ese momento Caleb asomó la cabeza a través de la puerta, librándome de tener que responder a lo que Chase me había dicho. — Chicos, los necesito aquí.

Chase sonrió, indicándome que podía marcharme. — Si Caleb te dice algo, ten presente que lo hace porque coquetear es su pasatiempo número uno, no porque quiera lastimarte.

Lo tendré en cuenta. — Asentí ligeramente y salí.

En efecto, el gemelo más joven silbó y me observó descaradamente cada vez que me movía entre las mesas para recibir los pedidos de la gente que ya estaban ubicados en sus asientos. Cuando me acercaba a dictarle las órdenes, él me guiñaba un ojo y hacía comentarios sobre mi trasero y lo bien que me veía en esa falda. Chase por otro lado, observaba con diversión toda la situación.

Las bromas continuaron durante la siguiente hora, cuando el lugar todavía estaba vacío. Para el momento en que las mesas comenzaron a llenarse, me encontré sorprendida al ver que aún quedaban bastantes personas en el pueblo. Caleb se calló entonces y se limitó a sonreírme y asentir, haciéndome saber que había escuchado las órdenes.

No fue sino hasta después de que todas las mesas fueron atendidas, que pude acercarme a ayudar a Caleb con algunos pedidos. Él me indicó donde se encontraba todo lo que necesitaba y me mostró cómo utilizar la caja registradora. Chase me pidió ayuda para traer las bandejas de pan que había hecho y limpié las mesas que se iban desocupando.

Para la hora del cierre estaba agotada. Cada parte de mi cuerpo dolía y sentía mis labios agrietados de tanto sonreír. Lo único bueno del día habían sido las propinas que había recibido y que había olvidado por completo mis inhibiciones y en realidad había disfrutado interactuar con otros, en especial con personas de la tercera edad. Los ancianos no solo eran amables y generosos con las propinas, sino que tenían buenas historias que contar y eran divertidos.

¿Cansada? — Chase estaba sacando los postres que habían sobrado y los guardaba en una bolsa grande. Las bandejas las colocaba a un lado para ir a lavarlas.

Estoy exhausta — respondí, mientras limpiaba las mesas y subía las sillas para que Caleb limpiara el suelo. — Pero admito que fue divertido.

Él asintió con una sonrisa. — Sabía que te gustaría. Atender un café es agotador, pero vale la pena si las personas que vienen pasan un momento agradable.

Sonreí, continuando con mi tarea.

Los chicos me permitieron cambiarme primero, pues ellos todavía tenían que guardar algunas cosas. Al salir, los encontré detrás del mostrador contando el dinero.

Me voy primero — dije, después de comprobar que habían acabado. No me hubiera gustado interrumpir sus cuentas y hacerlos volver a empezar.

Hasta mañana, Edie — se despidieron ambos al mismo tiempo, haciéndome reír. Chase añadió —: Buen trabajo hoy.

Me despedí y salí sintiéndome como en las nubes. Esta mañana había estado segura que no podría hacer bien el trabajo. No solo porque había comenzado mal el día, sino porque había estado aterrada de enfrentarme a mi miedo. Un miedo infundido y reforzado por mí misma a lo largo de los años y del que no parecía ser capaz de escapar.

Recibir piropos con miradas lascivas y tener que responder con una sonrisa y palabras amables había supuesto un esfuerzo mayor, pero de alguna manera había logrado ir a través de todo eso. Caleb se aseguró de mantener un ojo sobre mí cuando me acercaba a mesas que solo estaban ocupadas por chicos, lo que agradecí enormemente; sin embargo, no requerí que me auxiliara.

No podía dejar de sonreír en mi camino a casa. Me sentía extasiada y muy orgullosa de mí misma. Aunque estaba lejos de haber superado mi aprensión hacía otros, había logrado dar ese pequeño primer paso y eso me hacía convencerme de que quizás algún día podría vivir una vida normal, tener pareja y casarme como mamá deseaba.

Toda alegría y pensamientos positivos se rompieron como lo hace un plato al deslizarse de las manos. Una voz —esa voz— era todo lo que necesitaba para hundirme de nuevo.

— Hola, Edie. ¿Me recuerdas?


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¡Hola!

Espero les guste el nuevo capítulo.

No olviden votar, comentar y hacerme saber que les parece.

Les tengo una pregunta... ¿Qué opinan de Jayden y los gemelos hasta el momento?

¡Besos y abrazos online! xD

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