ᴍɪᴅɴɪɢʜᴛ | ᴳˡᵉⁿⁿ ᴿʰᵉᵉ

By Mishi370

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ᴴᵉ ʷᵃˢ ˢᵘⁿˢʰⁱⁿᵉ, ᴵ ʷᵃˢ ᵐⁱᵈⁿⁱᵍʰᵗ ʳᵃⁱⁿ Diecisiete años tenía Leah cuando el mundo se vino abajo. Aprender a so... More

ᴍɪᴅɴɪɢʜᴛ
ɢʀᴀᴘʜɪᴄ ᴀʀᴇᴀ
ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴᴇꜱ
ᴠᴏʟ 1 | ᴍᴀꜱᴛᴇʀᴍɪɴᴅ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4
ᴠᴏʟ 2 | ʟᴀᴠᴀɴᴅᴇʀ ʜᴀᴢᴇ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 11
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 13
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 14
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15
Duda
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 16
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17
ᴠᴏʟ 3 | ᴍᴀʀᴏᴏɴ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 20
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 21
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 22
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 23
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 24
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 25

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 19

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By Mishi370

Las cosas en la prisión no podían haber estado mejor, su tito era fuerte como un roble y nada parecía lo detendría por un buen rato para la alegría de todos.

Todo esto, para alegría de Lili que caminaba por los pasillos de la prisión con una extraña muñeca de trapo que con ayuda de Leah había hecho para Sophia. Sonreía sin dejar de mirar el objeto en sus manos con la ilusión de que a la niña le gustara, deseosa de ver su mirada de felicidad.

―Hey, Lili ―la voz de Carl a sus espaldas la hizo detenerse, el niño corrió hasta posicionarse a su lado sosteniendo su sombrero―. ¿Dónde vas?

―Busco a Sophia, tu mamá dijo que estaba afuera con los demás.

― ¿Te puedo acompañar?

Lili sonrió y Carl por alguna extraña razón se sintió embobado bajó aquella mirada, sacudió la cabeza, confundido.

Tal vez estoy enfermo, pensó.

―Vamos ―sin que la sonrisa desapareciera Lili empezó a caminar en busca de la salida con Carl a su lado. Ninguno decía nada, pero ambos se sentían cómodos.

El invierno los había unido más, aunque, siendo sinceros desde la granja ambos disfrutaban compartir con el otro o bien permanecer a su lado en silencio, algo extraño viniendo de niños, pero el mundo había cambiado y, de cierta forma, ellos con él.

―Hola, niños ―una voz desconocida sobresalto a Lili, a su lado Carl que ya los conocía desenfundo su arma y no dudó en apuntarles.

―Tranquilo ―habló el grandote levantando sus manos en son de paz.

―Lili ―ante su llamado ella no dudo en resguardarse detrás de Carl ―. Papá dijo que no podían estar aquí― vociferó sin dejar de mirarlos.

Estaba listo para disparar de ser necesario, no dudaría en hacerlo. No dejaría que nada le pasara a Lili o a cualquiera de su grupo, su pequeña mano no temblaba ni su voz, no como antes. En su cuerpo aún recorría la culpa de la muerte de Dale. Su padre e incluso Leah le habían dicho que no era su culpa, pero sí lo era, ellos habían dicho que "era tan solo un niño", lo era, pero ya no se sentía como tal. Pudo haber hecho algo más no lo hizo.

―Ya están muy cerca ―escuchó la voz de su padre acercándose―, Carl y Lili vengan. Ustedes no se acerquen más.

Carl guardó su arma y junto con Lili corrieron hacía los otros, Rick se aseguró de resguardar a ambos niños con su cuerpo. Su ceño fruncido iba dirigido hacía los dos hombres frente a él como filosas navajas.

―Teníamos un acuerdo.

―Por favor, señor, lo sabemos. Hicimos un trato.

A sus espaldas, Glenn y Leah bajaron de la torre donde habían pasado la noche, ambos atentos a la situación.

―No podemos vivir en ese lugar un minuto más, ¿comprenden? Esos cuerpos... de gente conocida. Sangre, cerebros por todos lados. Hay fantasmas.

―Lleven los cuerpos afuera ―sugirió Daryl.
Deberían quemarlos ―aconsejo T-Dog.

―Lo intentamos, en serio.

―El alambrado se cayó en la parte alejada de la prisión. Cuando llevamos un cuerpo a
fuera esas cosas nos atacan, soltamos el cuerpo y volvemos corriendo dentro.

―Miren no teníamos nada que ver con Thomas y Andrew. Nada ―llenándose de valor el pequeño de los dos se acercó a Rick ―, ¿están tratando de demostrar algo? Ya lo demostraron, amigo. Haremos lo que sea para formar parte de su grupo.

Lili desvió la mirada sintiéndose triste por el hombre de mostacho, la desesperación en su voz le hizo sentir pena por él. Su mirada recayó en Sophia que la observaba
on una mirada que no supo descifrar. Le sonrió con cariño, sin embargo, Sophia la ignoro.

Tal vez se sentía mal.

― ¿Crees que Sophia este molesta por algo? ―preguntó Lili acercándose a Carl que se encontraba sentado en las mismas gradas que el día anterior contando las balas en su arma.

― ¿Por qué lo estaría? ―contestó sin mirarla, centrado en su tarea.

―Cuando ellos se fueron con los otros quise darle la muñeca...

― ¿La que hiciste ayer en la noche con Leah? ―la interrumpió.

―Sí... la busque por todo el patio, pero parece se la tragó la tierra. No sé qué sucede, pero creo es extraño. Tal vez hice algo que la molesto.

Carl elevó el rostro con el ceño fruncido, ¿Lili hacer algo? Jamás. Era la primera niña que no le resultaba fastidiosa, todo lo contrario, era fascinante.

―Está adaptándose como todos, seguro. Tú no has hecho nada.

― ¿Cómo puedes estar tan seguro?

―Porque...

Su voz fue interrumpida por el sonido de las rejas, ambos observaron detrás de ellos a Beth y Lori aparecer con unas muletas en sus manos. Los cuatro sonrieron y los niños no dudaron en seguir a las mayores hasta la habitación de Hershel.

―Tomate tu tiempo ―escucharon a Lori decir.

―Papá no te sobre exijas.

― ¿Qué otra cosa voy a hacer?

―Quedarte en cama, tito. Debes descansar más.

―No, cariño ―Hershel sonrió al ver a su pequeña―. Un día más aquí y me volveré loco.

―Tito...

―Saben estoy bastante fuerte ―en busca de más libertad Hershel dijo aquello, todos a excepción de Lori le dieron más espacio.

La preocupación que permanecía en el cuerpo de Lili por saber qué ocurría con Sophia, desapareció para ser suplantada por la alegría de ver a su abuelo de pie de nuevo. Dejó la muñeca sobre las gradas y corrió detrás de ellos deseosa de ser participe del paseo de su abuelo.

Muchas veces antes de dormir solía preguntarle a su madre sobre su padre, también lo hacía en los días especiales de clases. Podía recordar aún la burla que algunas veces recibió cuando mencionaba que no tenía uno. Sin embargo, su abuelo siempre estuvo ahí. Nunca la dejó sola.

No necesitaba a un padre cuando lo tenía él.

― ¿Sacaron todos esos cuerpos? Comienza a verse como un sitio donde podemos vivir.

―Y lo mejor de todo es que los bebés estarán a salvo ―comentó con alegría Lili recibiendo una caricia de parte de Lori, ambas se observaron y sonrieron.

"Muy bien, Hershel", gritó Glenn a la lejanía.

―Lo haces muy bien, papá ―exclamó Beth.

― ¿Listo para correr, Hershel? ―se sumó Carl.

―Dame un día más y te ganaré.

Maggie y Leah sonrieron una al lado de la otra mirando a Hershel. Lo había logrado, él estaría bien, todo lo estaría. Podrían vivir en paz, sus hijos crecerían seguros y todos estarían bien. Luego de meses desamparados todos estaría...

― ¡Caminantes! ¡Vámonos! ―el gritó de Carl seguido de los horribles gruñidos de aquellas cosas los puso en alerta.

Lili corrió junto a su abuelo, buscando un lugar donde él pudiera estar a salvo mientras que a sus espaldas todos disparaban, un caminante estuvo a punto de abalanzarse sobre ella de no ser por la bala que le atravesó el cráneo, por el rabillo del ojo pudo ver a Carl seguirle el paso.

― ¡Papá, Lili, detrás de ustedes! ―su tía Beth que lideraba la marcha gritó.

En un acto de valentía, se giró lanzándole una patada al caminante haciéndolo rodar gradas abajo. Miró en todas direcciones con preocupación, su abuelo intentó tomarla del brazo para llevarla con él dentro de aquel pequeño cubículo seguro en vano. Se deslizó en el borde de la escalera para luego escabullirse entre esos seres deseosos de carne hasta llegar al que estaba a punto de morder a Carl, chocó su pequeño cuerpo contra el del muerto viviente haciéndolo caer aprovechando su distracción.

― ¡Carl! ―gritó atrayendo la atención del niño que sin pensarlo dos veces disparó y corrió a tomarla del brazo.

― ¡Lili, Lori y Carl! ―escuchó a su madre gritar―, por aquí.

Mientras corrían busco con la mirada a los demás, aún no sabía usar un arma, pero quería ayudar a todos. No quería perder a nadie más; aún recordaba a Jimmy, la señora Patricia y su tío Ottis, no deseaba vivir ese dolor de nuevo. Una sonrisa de esperanza se formó sobre sus labios al ver a Leah y Sophia a salvo dentro de unas rejas a la lejanía.

Al estar dentro de la prisión camino al lado de Lori detrás de Maggie y Carl, la poca calma que sentían desapareció en cuanto caminantes empezaron a rodearlos. Su madre los condujo a uno de los tantos pasillos cerrando la reja de metal tras ella.

―Ese ruido atraerá más de esas cosas ―angustiada Lili caminaba atenta a cualquier sombra―. Lori no está bien, mamá.

Al escucharla, Maggie se apresuró a la mujer. Necesitaban ponerse a salvo, necesitaba poner a su hija a salvo.

― ¿Puedes continuar?

―Algo no está bien ―gimió Lori con dolor.

― ¿Te mordieron? ―preocupado Carl se acercó.

―No, no, no ―con ayuda de Maggie cambio de posición―. Creo que ya viene el bebé.

― ¿Mamá?

―No, no hay tiempo ―sollozo Lori de nuevo bajó el gruñido de esas malditas cosas que no deseaban dejarlos en paz.

Lili tomó la mano de Carl mientras su madre ayudaba a Lori, se apresuraron a dar la vuelta para buscar un nuevo camino. Las sombras al final del pasillo los hizo retener el aliento. Estaban perdidos o eso creían. Doblaron en un nuevo pasillo encontrando para su fortuna una puerta que podría ser su salvación.

―Por aquí ―exclamó Carl abriendo la puerta para que ambas pudieran pasar, por último, entraron ellos cerrando con fuerza la puerta.

Lo que pasaría ese día sería algo que los marcaría por siempre...

―Lori, tenemos que acostarte.

―No, el bebé ya viene.

―Hay que regresar para que Hershel te ayude.

―Mamá... ―suplicante Lili la miró.

―No, no podemos arriesgarnos a que nos atrapen ahí. Deberá tener al bebé aquí.

Lili se alejó, mirando cada objeto en la habitación que pudiera serles útil, debía estar preparada para cualquier cosa. Observó un viejo bate en una esquina de la habitación, se acercó para tomarlo entre sus manos. Era algo pesado, pero podría con él.

A los lejos podía escuchar los quejidos de dolor de Lori mezclado con las voces de su madre y Carl.

―Lori, espera. No pujes. Algo está mal ―al escuchar aquello volvió de prisa al lado de Carl soltando el bate a su lado. Su corazón de hizo añicos al escuchar los gritos de Lori, Carl permanecía inmóvil a su lado observando la escena.

― ¡Mamá, ayúdala! ―pidió con los ojos brillosos por las lágrimas.

Lori no podía morir, ella tenía que ser feliz junto a Carl y su bebé.

―Necesito que me ayuden ―pidió Maggie.

Ambos asintieron corriendo a su lado y juntos acostaron a Lori en aquel frío suelo. Su madre tomaba la mano de Lori con cariño mientras Carl hablaba desesperado.

―Tenemos que llevarte con papá.

―No voy a llegar ―susurró Lori.

Escucharla no hizo más que angustiarlos.

―Lori salió mucha sangre, creo que no estás totalmente dilatada todavía.

―Sé lo que significa. No voy a perder a mi bebé ―lo siguiente que diría rompería el corazón de todos―. Tienes que abrirme.

―No, no lo haré.

―No tienes opción.

―Iré a buscar ayuda...

Desesperado Carl se puso de pie y ella lo imito, lo lograrían solo Lori debía aguantar un poco más.

― ¡No! ―su gritó los detuvo.

―Carol es la que práctico esto, papá solo me enseño los pasos...

―Maggie por favor.

―No tengo anestesia ni equipo.

―Carl tiene un cuchillo.

Lili sostuvo la mano de Carl, sabía lo que pasaría y le dolía muchísimo.

―No sobrevivirás ―su madre informó lo que más temía.

―Mi bebé tiene que sobrevivir. Por favor. Mi bebé ―Lori suspiro―. Por todos nosotros. ¡Por favor, Maggie! Por favor.

―No puedo.

―Sí puedes. Tienes que hacerlo.

Carl no soltó su mano, la arrastró con él al lado de Lori, ambos tomando asiento a su costado. Con su mano libre, Lili empezó a acariciar el cabello de la mujer.

―Carl, Lili, no quiero que tengan miedo, ¿sí? Esto es lo que quiero. Es lo correcto. Ahora, Carl, tú cuida de tu padre por mí, ¿quieres? Y a tu hermanito o hermanita ―a pesar del dolor que pudiera sentir, había seguridad en sus palabras―. Lili, por favor cuida de mi niño y acompáñalo como lo hiciste en la granja ¿sí?

―De...delo por hecho, es una promesa por el meñique ―sorbió su nariz.

―No tienes que hacer esto ―suplico Carl.

―Estarás bien ―aseguró ella ―Vas a vencer a este mundo. Lo sé. Eres inteligente, fuerte y muy valiente y te amo muchísimo. Tú saldrás adelante y sé que Lili no te va a dejar solo nunca. Lo sé.

Lori lo sabía, el presentimiento de una madre nunca se equivoca.

―Yo también te amo.

―Tienes que hacer lo correcto, bebé. Prométeme que siempre harás lo correcto. Es fácil hacer lo contrario en este mundo. Así que... si te parece incorrecto, no lo hagas, ¿está bien? Si te parece fácil, no lo hagas. No dejes que el mundo te arruine ―acarició el rostro de su pequeño por última vez, deseando guardar aquel momento en su memoria―. Eres muy bueno. Siempre serás mi niño. Dile a Leah que me perdone por no poder despedirme, dile que la amo mucho y que lamento haberme ido, no fue mi intención hacerlo. Ambos fueron lo mejor que la vida me pudo dar, dile que sé que será una gran mamá y que haga las cosas que su corazón le dicte. Los amo muchísimo.

Lili se alejó para que Carl pudiera abrazar por última vez a su madre, ella miró a la suya y ambas lloraron en silencio. No podían creer que la vida fuera tan injusta y les arrebatará la poca felicidad que habían adquirido luego de meses de tormenta.

―Maggie cuando esto termine, tienes que... ―su madre deseo que guardara silencio, no quería recordarlo―. Tienes que hacerlo. No podrá ser Rick. Está bien.

Carl paso la navaja que daría camino a una nueva vida, pero también arrebataría otra. Lili desvió la mirada con las lágrimas deslizándose por sus mejillas.

―Buenas noches, amor.

Fue lo último que brotó de los labios de Lori porque después lo que vino fue dolor.

―Lo siento, Lori ―se disculpó su madre con el corazón roto por lo que debía hacer.

Y así fue, la habitación se llenó de un grito desgarrador que los hizo sollozar. Carl gritaba a Maggie que se detuviera, suplicaba e imploraba que lo hiciera, sin embargo, no había vuelta atrás.

―Dame una mano, cualquiera de los dos, por favor ―suplicó Maggie cuando los gritos de Lori cesaron.

Carl se acercó.

―Debes mantener limpio aquí, si corto muy profundo puedo hacerle daño al bebé.

Lili sollozó estirando su mano para acariciar el rostro de Lori.

―Veo las orejas, lo voy a sacar ―escuchó a su madre decir. No sé si esto es un brazo o una pierna. Bien sacaré al bebé.

La mirada de ambos niños recayó en el diminuto ser que Maggie sostenía entre sus brazos con esmero por hacerlo llorar. No podían perderlo también. En silencio y con el corazón a mil aguardaron hasta que por fin aquella melodía llegó a sus oídos. Carl deprisa de deshizo de su chaqueta para extenderla a Maggie.

―Tenemos que irnos.

―No podemos dejarla aquí.

―Carl ―sollozó Lili.

―Se convertirá.

Maggie extendió la bebé hacía Lili que la sostuvo con cuidado entre sus brazos, la mayor se acercó a Carl con el fin de realizar lo que Lori le había pedido. Era una promesa que debía cumplir.

―No ―exclamó el niño con lágrimas descendiendo de sus mejillas.

―Carl...

―Es mi mamá.

―Carl, deja que mi mamá lo haga, ¿sí? Ven conmigo por favor ―suplico Lili.

―No, no puedo. Lo haré yo. Espera afuera, por favor.

Lili observó a su madre, Maggie asintió poniendo una mano sobre su hombro para dirigirla a la salida. Su madre fue la primera en asomarse, devolviéndose casi al instante, dispuestas a volver ambas se sobresaltaron cuando el disparo resonó.

Lili sollozó con fuerza sin dejar de abrazar al bebé contra su pecho, con la mirada ida Carl paso a su lado sin detenerse porque en el fondo, él sabía que si lo hacía se vendría abajó ahí mismo.

Y su madre no hubiera deseado eso.

Ahora solo tenía una cosa en mente; protegerlas. 

Lamento la tardanza y el capítulo triste, espero les haya gustado.

No se olviden de votar y comentar que les parece ♡

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