Mientras la profesora Trelawney se concentraba en ayudar al trío de oro, los Slytherins se encontraban en plena lectura.
-Veo un sol, serás bastante feliz este curso; también puedo ver un trébol de 4 hojas, tu suerte será buena siempre que no abuses de ella; también hay una pantera, puede interpretarse de muchas formas pero en tu caso podría significar tu animal interior, y. . . -se ve interrumpido por murmullos-
Ambas serpientes llevaron su mirada a los responsables de provocar murmullos.
-La porra. . .un ataque. Vaya, vaya. . .no es una taza muy alegre -comenta la profesora-
-Creí que era un sombrero hongo -responde avergonzado Ron-
-La calavera. . .peligro en tu camino. . .
Toda la clase estaba atenta a las palabras de la profesora, quien dio una última vuelta a la taza; al observar el resultado sus facciones mostraron asombro, y luego soltó un grito.
Nuevamente un estruendo se escuchó en el salón, Neville había quebrado otra taza mientras que Trelawney se sentaba en uno de los sillones, tenía los ojos cerrados mientras una de sus manos se encontraba en su corazón.
-Mi querido chico. . . mi pobre niño. . . no. . . es mejor no decir. . . no. . . me preguntes.
-¿Qué es, profesora? -pregunta Dean Thomas-
Esa fue la señal para que la mayoría se levantarán de su lugar para acercarse a la mesa de Harry, todos querían ver el contenido de la taza.
-Querido mío -llama Trelawney abriendo sus ojos-, tienes al Grim.
-¿Al que? -pregunta Harry-
El niño que vivió no era el único confundido, otros también estaban igual; en cambio los que sabían se habían llevado una mano a la boca, pues entendían más o menos hacia donde iba la cosa. Y Ryan se encontraba bostezando porque ya había perdido el interés en la clase.
-¡El Grim, querido, Grim! -exclama la bruja al ver que el chico no entendía- ¡El perro gigante y espectral que ronda por los cementerios! Mi querido chico, se trata de un augurio, el peor de los augurios. . .el augurio de la muerte.
Varias exclamaciones se escucharon en el aula, mientras que el Potter sentía como se le revolvía el estómago al recordar ciertos ojos brillantes antes de ser recogido por el autobús noctámbulo.
-No creo que parezca un Grim -niega Hermione-
La mirada azulina de cierto rubio mostró un pequeño destello de irritación mientras comenzaba a estirarse disimuladamente.
-Perdona que te lo diga, querida, pero percibo muy poca aura alrededor tuyo. Muy poca receptividad a las resonancias del futuro -Trelawney la ve con desagrado-
Al final todos comenzaron a ver la taza del niño que vivió intentando descifrar la figura, todos se calmaron cuando el Potter les grito desesperado, lo cual incluso lo terminó sorprendiendo a él.
-Mi muchacho, ¿podrías venir un momento? -los ojos de la mujer viajaron hasta un lugar del salón-.
Todos siguieron la mirada de la mujer hasta llegar a la mesa en la que se encontraba el Grindelwald, quien estaba jugando con la taza de Blaise; mientras el moreno estaba tratando de descifrar la taza del rubio.
-¿Por qué le preguntaría a él ? -pregunta molesta Granger-
-Porque notó una aura muy fuerte a su alrededor, tiene una receptividad muy alta a las resonancias del futuro; su ojo interno incluso podría ser mejor que el mío -declara la bruja interesada-
El ojiazul se levantó y avanzó hasta donde se encontraban todos, los otros chicos le abrieron paso para que observará la taza.
-¿Qué puedes ver? -susurra la mayor-
El chico removió de nuevo la taza mientras tomaba un poco de aire para soplar sobre los posos, pero antes de poder soltarlo fue detenido por Granger.
-¿Qué haces? -pregunta groseramente-
-Shhh, deja que haga lo que quiera, no interrumpas -regaña suavemente la bruja-.
Ahora sin interrupciones el chico soplo un poco mientras movía una vez más la taza, luego de eso vio el contenido.
-En la oscuridad se puede ocultar la luz, y la luz puede crear sombras inmensas, si quieres burlar al mensajero de la muerte entonces tienes que confiar en lo que tus instintos te digan cuando llegué el momento.
Todos se quedaron con la boca abierta, mientras la profesora parecía completamente fascinada por su nuevo estudiante, cosa que hizo molestar a cierta persona competitiva de Gryffindor.
-Creo que hemos concluido por hoy -anuncia la docente-, recoged vuestras cosas.
Todos comenzaron a entregarle las tazas a la profesora mientras guardaban sus libros y cualquier otra cosa que hubieran sacado.
-Ah, querido -Trelawney ve a Neville-, llegarás tarde a la próxima clase; así que tendrás que trabajar más para evitar el tiempo perdido.
Todos se fueron a la siguiente clase, la cual seria transformaciones con McGonagall; Harry decidió irse a la parte de atrás del salón, pues todos lo veían como si en cualquier momento fuera a desfallecer.
Los Gryffindors que habían estado presentes en adivinación no quitaban la mirada del Potter, mientras que los Slytherins en su mayoría trataban de concentrarse en la clase; pues la profesora estaba hablando sobre los animagos (magos con la capacidad de transformarse en algún animal).
La distracción de los estudiantes comenzó a molestar a la bruja mayor, que en un intento de llamar su atención se transformó en gato para hacer una demostración de los animagos; pero al ver que ni eso sirvió entonces preguto directamente la razón del motivo de la distracción, obteniendo la respuesta de haber ido a clase de adivinación.
-¡Ah, claro! -frunce el entrecejo la profesora-. No tienen que decir nada más. Ahora, ¿quién de vosotros morirá este año?
-Yo -responde Harry-.
-Ya veo, -responde McGonagall viéndolo-. Pues tendrás que saber, Potter, que Sybill Trelawney, desde que llego a este colegio, predice la muerte de un alumno cada año. Ninguno ha muerto todavía, ver augurios de muerte es su forma favorita de dar la bienvenida a una nueva promoción de estudiantes. Si no fuera porque nunca hablo mal de mis colegas. . .-no termina la frase-. La adivinación es una de las ramas más imprecisas de la magia, no os ocultaré que la adivinación me hace perder la paciencia. Los verdaderos videntes son muy escasos, y la profesora Trelawney. . .-hace una nueva pausa-. Me parece que tienes unas salud estupenda, Potter, así que me disculparás que no te perdone los deberes de mañana. Te aseguro que si te mueres no necesitarás entregarlos.
-La profesora Trelawney le pregunto a Grindelwald sobre lo que vio, y este le siguió la corriente -responde de malas Granger-
McGonagall volteó a ver al Grindelwald, quien se encontraba sentado en medio de Draco y Theo que también lo estaban mirando; cosa que no le importo pues continuó escribiendo como si nada mientras respondía estoicamente.
-La envidia y los celosos son malos, Granger -arrastra un poco el apellido-
Ese comentario hizo que se escucharán algunas risitas de burla hacia la Gryffindor que se sonrojo por la vergüenza, ya que todos sabían que la sabelotodo siempre intentaba competir con el Slytherin; que ni siquiera le prestaba atención.
Por otro lado la jefa de Gryffindor se encontraba observando al chico, pues en el tiempo que lleva conociendo al adolescente este parecía ser muy sensato; y no se creía el cuento de que el chico con una sola clase comenzará a delirar con augurios de muerte.
Al final la clase fue silenciada por la bruja, pues las burlas contra Hermione habían continuado; con la tranquilidad de vuelta McGonagall continuo con su enseñanza.
Cuando acabo la clase la mayoría comenzó a tomar dirección al comedor, las serpientes al llegar a su mesa se vieron invadidos por los pollitos adoptivos de Ryan y también de Cedric.
-Bien, ¿que paso en adivinación? -interroga Daphne-
-Todos andan hablando del augurio de muerte que le dieron a uno de los novatos -Comenta Cedric mientras sirve comida en el plato del ojiazul-
-Oh si, la profesora Trelawney dijo que Potter se iba a morir -responde como si nada Blaise-
-Y es cierto que Ryan apoyo eso -habla Marcus-
-No lo apoye como tal, pero tampoco lo negué -responde intentando no dormirse en la mesa-
-Ryan solamente le dijo a Potter que se quedará quieto este año, ya ven el curso pasado; de no ser por el los Gryffindors seguramente hubieran terminado envenenados por el basilisco -comenta Blaise mientras sigue comiendo-
-Eso suena mucho más razonable -comenta Susan-
-Ryan Grindelwald más te vale comer algo -regaña Cedric-
El rubio simplemente soltó lo que pareció ser un ruido de fastidio, pero obedeció a la orden y comenzó a comer lo que el tejón había dejado en su plato; sin saber que esa acción había decepcionado un poco a ciertas personas, que esperaban poder alimentarlo.
-¿Cuál es su siguiente clase? -pregunta Graham mientras se alista para irse-
-Cuidado de Criaturas Mágicas -responde Draco limpiando con un pañuelo su boca-
-No quiero llevar ese libro -se queja Vicent y brinco al escuchar un gruñido de su bolso-
-No vayan a perder ninguna extremidad, las necesitarán para jugar Quidditch -agrega Marcus-. Y zabini, no te olvides que las pruebas son esta tarde, más te vale llegar temprano.
El moreno solo asintió para limpiar las migajas de su uniforme, Ryan también se limpio antes de tomar sus cosas para poder partir fuera de clase, la siguiente clase se llevaría en el exterior del majestuoso castillo.
Los Slytherins tomaron dirección rumbo a la cabaña del guardabosques, en la parte que se encontraba cerca con el límite del bosque prohibido, estuvieron esperando a que llegará Hagrid.
Antes de que llegará el de ascendencia gigante llegaron los Gryffindors, especialmente el trío de oro que venia más silencioso de lo normal. Poco después de su llegada Hagrid salió de su cabaña vistiendo su típico abrigo de Ratina, siendo seguido por su perro Fang.
-¡Vamo, daos prisa! -grita algo impaciente- ¡Hoy tengo algo especial para vosotros! ¡Una gran lección! ¿Ya esta todo el mundo? ¡Bien, seguidme!
Todos comenzaron a seguir al profesor, algunos con miedo de entrar al bosque prohibido; pero el semigigante solo los llevo a un prado despejado en el que no había ninguna criatura.
-¡Acercaos todos a la cerca! -grita de nuevo- ¡Aseguraos de que tenéis una buena visión! Lo primero que tenéis que hacer es abrir el libro.
-¿De qué modo? -habla Draco con su fría voz-
-¿Qué? -pregunta Hagrid-
-¿De qué modo abrimos los libros? -repite algo exasperado el ojigris mientras saca el ejemplar-
El libro del Malfoy venía bien sujeto por una cuerda que impedía que este mordiera, los demás también sacaron el libro dejando ver que tenían el libro sujeto de una forma similar, unos lo llevaban amarrado con un cinturón, otros sujetos con pinzas y algunos lo habían intentado apretar con lo otros libros.
-¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? -pregunto el profesor con algo de decepción-
La mayoría negó hasta que fijaron su vista en el Grindelwald, quien sostenía el monstruoso libro abierto en una página, el libro ni siquiera se estaba agitando o gruñendo.
-Bien hecho Grindelwald, 10 puntos a Slytherin. -anuncia feliz Hagrid- ¿Puedes decirnos como lograste abrirlo?
-Solo hay que acariciar el lomo para que se calme -responde mientras cierra el libro-
Enseguida este comenzó a tratar de morder al rubio, pero al sentir una caricia en su lomo este se estremeció, se abrió y por fin se quedó tranquilo.
-Bien hecho, otros 10 puntos para Slytherin.
Se escuchó a alguien chasquear la lengua (todos sabemos que fue Granger), los demás comenzaron a imitar la acción del ojiazul; obteniendo una respuesta similar.
-Que tontos hemos sido, ¿Cómo no se nos ocurrió hacerlo antes? -masculla Draco solo para que las serpientes escucharán-
Hagrid se excusó con ir a buscar a las criaturas que serían parte de la clase ese día; Ryan se encontraba ojeando el libro mientras escucha las conversaciones de otras personas, aunque la atención de todos se vio captada por Lavander que señaló hacia una dirección.
Desde esa dirección venían trotando unas criaturas bastante curiosas, el cuerpo, las patas traseras y la cola eran de un caballo; mientras que las patas delanteras, las alas y la cabeza gigante eran de águila. El pico era del color del acero, sus ojos eran de un naranja brillante, mientras que las garras de las patas delanteras median cerca de 15 centímetros; perfectamente podrían pasar como armas letales.
Cada bestia llevaban en el cuello un grueso collar de cuero, que estaba sujeto a una cadena gruesa; cada cadena era sostenida por las manos gigantes del guardabosques, que venía atrás de las criaturas.
-¡Id para allá! -el guardabosques tira de las cadenas-
Hagrid obligó a la mezcla de caballo y ave a ir en dirección de la cerca; cuando llegó a dicho lugar los estudiantes se hecharon unos pasos hacia atrás, pues la mayoría sabía la letalidad del animal que se encontraba al frente. El semigigante amarró a todos los seres a la cerca para poder voltear a ver a los menores.
-¡Hipogrifos! -menciona feliz el profesor- ¿a que son hermosos?
Los ojos ojiazules de cierto Slytherin brillaron con algo de interés al ver la variedad de Hipogrifos, había de tonalidad gris fuerte, gris claro, bronce, ruano rosáceo, castaño brillante y negro tinta.
-Vengan -habla Hagrid-, si queréis acercaos un poco.
Pero nadie parecía querer acercarse a las criaturas, al Grindelwald no le importo y simplemente se acercó hasta quedar recargado en la cerca mientras era seguido por el trío atolondrado de Gryffindor que permanecieron a cierta distancia del rubio.
-Lo primero que tenéis que saber sobre un Hipogrifo es que son orgullosos -advierte el profesor-. Se molestan con mucha facilidad, nunca ofendáis a uno; o podría ser lo último que hicierais.
Mientras el semigigante explicaba con mucha emoción algunos seguían nerviosos por la presencia de las criaturas, otros ya ni siquiera estaban prestando atención.
-Tenéis que esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento -se acerca a uno-. Es educado, ¿os dais cuenta? Vais hacia el, os inclináis y esperáis. Si el responde con una inclinación, querrá decirles que os permite tocarlo; si no hace la inclinación, entonces es mejor que os alejéis de él enseguida porque puede hacer mucho daño con sus garras. Bien, ¿quién quiere ser el primero -voltea a ver a la clase-
Todos se alejaron mucho más de los hipogrifos que movían de vez en cuando las enormes alas o sacudian la cabeza, incluso el trío de oro dio algunos pasos hacia atrás.
-¿Nadie? -pregunta suplicante el guardabosques-
Harry por un momento se tentó a ofrecerse como voluntario, pero le llegó el recuerdo del Grindelwald advirtiéndole que debía tomar decisiones con mucho cuidado si quería evitar salir lastimado (o muerto) este ciclo escolar.
-¿Puedo probar? -pregunta la voz fría de Ryan-
-Ryan -sisea Draco bajito tratando de detenerlo-
-Oh, si hay alguien -murmura aliviado el semigigante- Grindelwald, veamos como te llevas con Buckbeak.
El profesor soltó la cadena que unía a la criatura con las demás, y desprendió el collar de cuero que portaba el hipogrifo gris; todos los estudiantes tenían ojos expectantes mientras contenían la respiración.
-Tranquilo ahora, Grindelwald -habla Hagrid-. Primero míralo a los ojos, y procura no parpadear. Los hipogrifos no confían en ti si parpadeas mucho. . .
El chico comenzó a caminar lentamente hacia el hipogrifo mientras sus ojos azulinos se enfocaban en la criatura que inmediatamente fijo su vista en los ojos del chico al verlo cerca, naranja y azul chocaron por un breve momento; la mirada altiva del animal desapareció y se volvió una llena de curiosidad.
-Eso es, -indica el semigigante-. Eso es, Grindelwald; ahora inclina la cabeza.
Cuando el chico estaba por seguir la indicación, Buckbeak comenzó a acortar más la distancia con el chico; esto hizo que Hagrid se preocupará y cuando estaba por intervenir se sorprendió por la reacción de la bestia.
Wattpad y yo vamos a terminar peleados, de antemano una disculpa si en alguna ocasión no llego a publicar el mero miércoles; porque la app a veces me borra varios párrafos del capítulo o directamente no los guarda.