«Compartire mi vida contigo mientras te tomo de la mano. Pase lo que pase.»
"Wooosh"
Recuerda a la perfección el día entero. Lo ha analizado una y otra vez. Sabe que no logrará nada por pensarlo una y otra vez, pero se siente culpable. Puede que se haya sobre esforzado... Que idiota es.
No sabe qué hora es, con seguridad sabe que es de madrugada pero más allá de eso no sabe. Se encuentra acariciando delicadamente un mechón de cabello de Hayato. Es Naranja, como el de él. Su madre dijo '¡Es igualito a Shoyo de bebé!' y sus ojos se cristalizaron. Suiren solo dijo rodando los ojos como si fuera la cosa más obvia 'Bueno, suegra, no pudimos contra los genes hinata' y los miro a él y a Natsu que se encontraba a su lado.
Sonrió ante el recuerdo del primer día de Hayato en su casa, después de que los dieran de alta, pero enseguida su sonrisa vaciló al ser atacada por el recuerdo de lo pasado recientemente.
Recuerda que se sentía un poco extraño... Tenían que remontar y su mente solo se enfocaba en eso.
24 - 22.
Salto... Pero no voló. Más bien, su caída al suelo fue dolorosa.
Apretó la mandíbula al tiempo que sintió un brazos más delgados rodearle el cuerpo. Se giró y se encontró a su esposa que recostaba su cabeza en su espalda.
"No te atormentes tanto." dijo.
Se había lesionado a finales del partido, el último partido de la temporada por este año.
Ella hizo que el se girará y en lo que lo tuvo enfrente le plantó un beso de esos que te recetean el cerebro. Que te hacen olvides el cansancio de tu día. Tomó su mano y lo saco de la habitación, apagando la luz del cuarto de Hayato en el camino.
En la cocina, ella se volvió hacía el y volvió a besarlo, con más fuego esta vez. Sobra decir que Hinata es de esos apasionados de la vida, el amor, el cariño, los besos. Tomó sus mejillas con algo de fuerza y la beso con ganas.
Es mi culpa.
Se separan y se vuelven a unir, haciendo con los choques de sus bocas pequeños "plop".
Debí cuidarme más.
Los brazos de ella se pasan por su cuello mientras se tambalean hasta dar con la encimera.
Perdimos por mi culpa.
Las manos fuertes de Hinata tomaron su cintura y la alzó para sentarla en la encimera. Acomodándose entre las piernas de ella para seguir el beso.
Estoy lesionado. Mi muslo no es lo único que duele.
Se separaron solo para respirar un poco más calmados, recargando sus frentes en las del otro por un momento.
"Estaba pensando..." dijo Suiren mientras sentía como su esposo dejaba pequeños besos en su cuello. "Que ya que no tendrás juegos hasta enero, podríamos... Ir— Darnos unas vacaciones."
Suiren...
Su mano se había movido para acariciar el cabello corto y naranja de su nuca. Shoyo estaba caliente y su erección era obvia, pero sabía que la estaba escuchando.
"Podriamos ir a Japón. Visitar a tu familia y amigos." Shoyo se apartó de golpe, con las mejillas muy rojas, probablemente un reflejo de las de ella.
"¿Lo dices en serio?"
"Nos caería muy bien. Y Hayato no ha ido a conocer a sus tíos japoneses."
Los ojitos de Shoyo brillaron y en un movimiento rápido la pego a él, ella enredo su piernas en su cadera y el puso sus manos en su cintura, empezando a dar vueltas. Hasta de se detuvo de golpe, con una mueca en el rostro que ambos les arruinó el momento, un poco.
Se dieron otro beso, está vez más dulce, más lento.
"vayamos." Dijo Suiren.
"¡A casa!". Dijo Shoyo.
[🌸🌸🌸]
Había pasado 11 meses desde la última vez que habían visitado Japón. Poco antes de la venida de Hayato. De hecho, cuando el niño nació, fueron sus familiares y amigos los que fueron a conocerle. No todos pudieron ese mismo día —por obvias razones— pero se las arreglaron para ir. Todos llevándole regalos y buenos deseos. Primero fueron su madre y Natsu.
"Tendras la mejor tia del mundo." dijo Natsu súper emocionada, conmovida.
Luego Yamaguchi y Yachi. Yachi se le cristalizaron los ojos mientras le abrazaba a el diciéndole que en que momento se habían vuelto adultos. Yamaguchi le dió una palmada en espalda y le dijo que cuidara bien de su ahora familia, con su voz de capitán.
Luego fue Tsukishima. Que viendo a Suiren le dijo con una —muy fingida— mueca de asco "No puede ser. Tu tampoco pudiste contra esos genes."
Kageyama no había podido ir hasta ahora. Pero se aseguró de mandarle al infante un buen peluche con forma de león con una nota para Hinata.
"No la cagues, idiota. Felicidades."
"Pd: felicidades dice Miwa."
El asume que Miwa le ayudo a elegir el peluche que envío.
Así, por lo tanto, se encontraba un Shoyo Hinata con su bebé mostrándole todo.
"Gwaa, mira eso Hayato. ¡Estamos en la tierra donde creció tu asombroso papá!"
Suiren reía ante la tierna imagen de su esposo mostrándole todo a su hijo. El bebé a veces solo miraba con atención y otras veces reía por quién sabe que razón.
Al llegar a la casa de los Hinata, la mamá de Shoyo los recibió seguida de Natsu. Shoyo abrió los brazos para recibir a su familia. En vez de eso, Natsu chilló de la emoción mientras le arrebataba a Hayato de los brazos para abrazarlo y restregar su mejilla con la del infante.
Su madre se preocupo por Suiren y tomó la maleta de ruedas que ella llevaba y la llevo a dentro de su casa con un "Oh, pensé que tardarían más, el almuerzo aún no está listo. Deben venir con hambre."
"hey" chilló Shoyo en la cocina después de seguir a su mamá, al ver que fue ignorado por ambas mujeres.
Tanto la señora como la adolescente rieron y se acercaron a abrazarlo calurosamente. Era una imagen enternecedora.
"Suiren, ¿Que haces ahí viendo?" dijo Shoyo.
"¡Únete ahora!" dijo Natsu.
La señora solo abrió un brazo con el abrazaba a su hijo, hacía ella, una clara invitación. Ella se acercó y se unió.
Ah... Calor de familia.
Sin duda iban a ser unos días muy divertidos.
«Que bonito es cuando ves a la otra persona felíz y estás feliz por ello. Sabiendo que comparten eso juntos.»
N/A: estoy trabajando en los otros caps XD veré si puedo publicarlos más tarde.