—Les dije que no debíamos separarnos — dice Chan alterado mientras entran a la casa de la pareja.
HyunJin lleva a Felix entre sus brazos mientras éste suelta pequeños quejidos y se sujeta el brazo con fuerza.
—No ayudas, Chan — se queja débilmente Felix.
El plan de encontrar al lobo ha sido un completo desastre y terminó atacando a Felix cuando éste estaba solo. Al omega no le dio tiempo a transformarse y antes de darse cuenta, el animal ya estaba sobre él.
—Tenemos suerte de que solo haya sido un pequeño mordisco — comenta Tiffany detrás de ellos.
—No es precisamente pequeño — opina MinHo con expresión seria mientras todos entran a la amplia sala.
—Tienes suerte de que yo apareciera rápidamente — dice Chan, colocándose a un lado del enorme ventanal desde donde se puede ver el bosque cubierto de nieve y las casas del pueblo a lo lejos.
—¿Quieres un premio o algo así? — pregunta molesto HyunJin, mientras deja con cuidado al omega en el sofá.
—Un gracias estaría bien.
Felix rueda los ojos y se coloca la mano sobre el brazo que ha sido mordido. Aunque la herida parezca más grave de lo que realmente es, duele. Agradece que su metabolismo, al ser un lobo, cure las heridas de manera más rápida.
—¿Qué vamos a hacer? — pregunta MinHo, apoyado en una de las paredes de la sala.
—Por ahora, esperar a que Felix se recupere.
HyunJin se sienta al lado de su omega, y éste esconde su rostro en el cuello del alfa. El olor a tierra y madera lo relaja y le hace sonreír. Quizás eso es todo lo que necesita para sentirse mejor.
—Voy a matarlo por haberte tocado, omega — le susurra.
—Estoy bien, alfa. No te preocupes.
HyunJin va a abrir la boca para responder, pero es interrumpido por el sonido del timbre resonando por toda la casa.
MinHo pone los ojos en blanco antes de dirigirse hacia la puerta principal, pensando que cualquiera que haya decidido aparecer es muy inoportuno.
Y cuando abre la puerta, se sorprende al ver a cierto peliazul parado allí.
Sus mejillas están de un bonito carmesí, al igual que la punta de su nariz. Viste una bufanda blanca enrollada completamente alrededor de su cuello, casi tapando su boca, y su típica chaqueta marrón que le queda un poco grande. Sus manos están sumergidas en los bolsillos de ésta.
MinHo quiere reír, es casi ridícula la forma en que se ve tan tierno con tanta ropa puesta. ¿Quién se ve tierno vistiendo como un maldito esquimal? JiSung debe ser la primera persona en la tierra.
—Oh, hola MinHo — sonríe un tanto nervioso, sorprendido al ver al castaño—. ¿Está Felix?
—No puede hablar ahora —responde, cruzándose de brazos en el proceso.
—¿Por qué? — frunce el ceño, y el otro se encoge de hombros.
—Simplemente no puede.
—¡MinHo! ¿Quién es? —la voz de Felix suena desde el interior de la casa, haciendo que JiSung lo mire victorioso.
MinHo pone los ojos en blanco, apretando los labios ante lo inoportuno que Felix ha sido.
—Genial, justo lo que necesitábamos ahora — murmura.
JiSung le sonríe antes de pasar junto a él para finalmente entrar en la casa. Su sonrisa se borra enseguida cuando se encuentra a un Chan con expresión preocupada y a un Felix siendo mimado por un HyunJin que parece querer matar a alguien.
La imagen le impacta, y no sabe muy bien por dónde empezar a preguntar.
-—¿Qué ha pasado? — empieza, con el aire retenido en sus pulmones.
—Hey JiSung — Felix le saluda débilmente, con una pequeña sonrisa. Y eso solo hace que su corazón duela.
—No te preocupes, Sung, está bien — dice Tiffany, que aparece en la sala con un botiquín de primeros auxilios y una sonrisa más bien forzada.
JiSung mira el brazo de Felix, que cuenta con una gran y horrible mordedura causada por algún animal. La forma de los dientes está clavada en su piel y la sangre casi seca a su alrededor hace que todo se vea mucho peor.
Y eso tiene pinta de doler bastante.
—¿Qué le ha pasado? —pregunta de nuevo, preocupado.
Felix es su mejor amigo, la primera persona que le ha hecho sentir cómodo y bienvenido en un lugar desconocido. Y verlo de esa forma causa un nudo en su estómago.
—Tenemos que llevarlo al hospital — vuelve a decir cuando nadie dice nada.
Felix sonríe con cariño y niega levemente.
—JiSung, estoy bien. De verdad.
Pero él no se lo cree. De hecho, parece el único en esa sala perdiendo la cabeza por lo que acaba de ver. ¿Acaso los demás no ven lo que él ve?
—¿Puede alguien explicarme qué ha sucedido? — para ese momento empieza a perder la paciencia, y ver la tranquilidad de los demás hace que quiera explotar.
Nadie dice nada, las miradas bajas y los rostros serios lo dicen todo. Y él se queda sin aire.
—¿Ha sido un lobo? ¿El mismo que me atacó a mí?—niega mientras frunce el ceño y miles de dudas y preguntas cruzan su mente—. Pensaba que los lobos aquí eran inofensivos.
—JiSung, será mejor que te lleve a casa — dice MinHo detrás de él. Su rostro no expresa ninguna emoción y eso hace que el mencionado recuerde la primera vez que lo vio.
El vacío en la mirada de MinHo puede ser la gota que colma el vaso.
—¡No!—exclama, alto y claro — ¡No me iré a ninguna parte hasta que me expliquen qué está ocurriendo!
Tiffany aprieta los labios pero no dice nada, tan solo sigue curando la herida en el brazo de Felix. HyunJin se limita a dar un beso en la cabeza de su novio y Chan mira por la ventana con expresión triste.
Y JiSung definitivamente va a perder la cabeza. Felix debería ser llevado al hospital, debería ser visto y curado por un profesional. Pero en vez de eso, Tiffany se encuentra jugando a las enfermeras.
—JiSung, ve a casa—pide Felix con una sonrisa, en un intento de calmarlo—. Te llamaré en cuanto descanse un poco, ¿vale?
—No puedo irme a casa sabiendo que estás herido, quiero ayudar — murmura.
El rubio ofrece una sonrisa genuina, y JiSung no puede evitar admirarlo. A pesar de las circunstancias, Felix siempre parece tener una sonrisa en su rostro.
—Solo necesito un poco de descanso, estaré bien.
—Es solo un pequeño rasguño — HyunJin intenta tranquilizarlo.
—¿Un rasguño pequeño? —ríe con ironía, sin poder creer que estuvieran hablando en serio—. Deberían llevarlo al hospital en lugar de tratar una herida tan grave como si fuera un simple rasguño de un niño. Un jodido lobo lo mordió.
—¡JiSung! — MinHo eleva la voz, no demasiado, solo lo suficiente para captar la atención del mencionado, quien se vuelve para mirarlo con confusión—. Tienes dos opciones. O me dejas llevarte a casa, o te vas por tu cuenta y te arriesgas a que ese animal te ataque de nuevo. Tú eliges.
•••
El viaje de regreso a casa con MinHo es silencioso e incómodo.
El interior del coche es lo suficientemente cálido como para que pueda quitarse su abrigo marrón y su bufanda blanca. El asiento es cómodo y todo huele al castaño. Sin embargo, él nunca se había sentido tan mal como en ese momento.
Se siente confundido y excluido, no entiende por qué no pueden simplemente explicarle lo que sucedió. Está preocupado por Felix y por el hecho de que un lobo peligroso podría matarlo en cualquier momento.
Lo que más le molesta es no saber lo que está pasando a su alrededor.
Así que, mientras mira por la ventana del coche de MinHo, lucha por contener las lágrimas que amenazan con caer.
—JiSung — la voz de MinHo suena tan fría y distante como siempre, y eso solo hace que quiera llorar más—, ¿por qué estás llorando, ratón?
—No estoy llorando — responde, aunque su voz es débil y las lágrimas se acumulan en sus ojos.
Desvía la mirada de la ventana para encontrarse con el atractivo perfil de MinHo. Y no puede evitar querer capturar cada momento, cada imagen, cada pequeño detalle relacionado con el castaño. Porque nunca sabe cuándo será el último.
Recuerda aquella conversación en la cocina de la cafetería, y sabe que sería capaz de alejarse de MinHo con tal de no causarle infelicidad. Por alguna razón, haría cualquier cosa que le hiciera feliz, y si eso implicaba alejarse de él, lo haría por mucho que le doliera.
—Tengo un pequeño superpoder para estas cosas, así que no puedes engañarme — dice sin apartar la mirada de la carretera.
—Simplemente no lo entiendo — susurra.
MinHo le lanza una rápida mirada con el ceño fruncido.
—¿Qué no entiendes?
—¿Por qué no me cuentan nada de lo que está pasando?
—No hay nada que contar, JiSung — el mencionado frunce el ceño y niega levemente.
—¿No? Pues perdóname que no te crea, MinHo, porque la excusa de que el lobo salió corriendo cuando te acercaste no suena muy creíble — el mencionado aprieta con fuerza el volante—. ¿Y por qué Felix no está siendo llevado a un hospital? ¿Un pequeño rasguño? No me jodas. Y no hablemos de que hay un lobo rondando por ahí con tus mismos ojos.
Normalmente, JiSung solía hablar con su voz profunda y lenta, por lo que sorprende a MinHo escucharlo hablar tan rápido y en un tono mucho más alto de lo habitual.
Le sorprende verlo así, molesto, casi enfadado.
—Es tu problema si me crees o no, no el mío —responde el castaño manteniendo su tono neutro y frío, sin apartar la mirada de la carretera, limitándose solamente a conducir, lo cual solo molesta más al contrario.
—Lo descubriré por mi cuenta, ¿sabes?
Porque JiSung se negaba a vivir con miedo, no otra vez. No después de todo lo que ha tenido que vivir para llegar hasta aquí.
—Genial Sherlock, pásatelo bien jugando a los detectives.
Y él se reiría, si no estuviera tan malditamente enfadado, si no estuviera tan molesto o si no tuviera tantas ganas de llorar.
Pero finalmente llegan a su casa, siendo iluminados por la luz de la luna. Y entonces, se quedan en silencio durante unos segundos, el Jeep parado delante de la casa y el suave sonido de la calefacción envolviéndolos, haciendo todo un tanto incómodo.
—¿Por qué actúas como si no te importara? — finalmente JiSung susurra, rompiendo el silencio.
MinHo lo mira por unos segundos antes de responder. Y antes de hacerlo, aparta la mirada.
—Porque no me importas, JiSung.
Al principio, siente el impulso de llorar ante esas palabras. Quiere correr a su habitación, gritar en su almohada y llorar hasta que salga la luz del sol, porque las palabras de MinHo son como cuchillos que atraviesan su frágil corazón.
Pero luego, la imagen de MinHo entrando al hospital con mantas por si tenía frío aparece en su mente, junto con la imagen de dos tazas con purpurina y unicornios, y las palabras “te salvaría las veces que fueran necesarias” bailando en lo más profundo de su mente.
Era tan fácil detectar cuando alguien mentía, tan fácil ignorar las palabras y valorar los actos.
—¿Sabes? — sonríe levemente—Yo también tengo un pequeño superpoder, y sé que estás mintiendo.
Finalmente, MinHo gira su rostro para hacer contacto visual con el otro, sus ojos brillando bajo la tenue luz de la luna.
—Pues te equivocas — susurra, pero en sus ojos hay algo, algo que no es vacío.
Un brillo, un destello de algo más.
—Sabes que no, y eso es lo que te da miedo.
Por primera vez, MinHo no sabe qué decir. Así que aprieta los labios y niega levemente.
—Buenas noches, JiSung.
Se miran a los ojos durante varios segundos, sus ojos brillando en la oscuridad de la noche. Y sin decir más, JiSung se baja del coche y entra rápidamente en su cálida y reconfortante casa.
Mientras tanto, MinHo suspira con cansancio y frustración, porque en el fondo sabía que JiSung tenía razón. Y una pequeña parte de él deseaba que descubriera quién era en realidad, para que pudiera huir antes de que las capas de hielo que rodeaban su corazón se derritieran por completo.