A Través Del Espejo

By Stephanie_Jay

6.2K 712 1.2K

Siempre creí que los monstruos habitaban entre las páginas de los libros, acechando en historias imaginarias... More

Advertencia
Dedicatoria
~
Comienzo
El espejo
El artículo
William Wake
Tormenta
El psiquiátrico
Descubrimientos
¿Papá?
Todo mal, tiene su consecuencia
El libro
El gemelo
Cicatrices dolorosas
Desaparecida
Apariencia
El "traidor"
Huye
En el espejo
El error
La historia
La otra parte de la historia
El visitante
Defensa propia
Traición
¡Corre!
Rescate
La noche del ritual
Epílogo

El gran final

74 12 40
By Stephanie_Jay

Adam
31 de octubre
11:00 p.m.
Luego de dormir a Kat, cargada en brazos, la llevé al portal. Cuando llegué a la iglesia, me sorprendió ver que solo Damon estaba ahí, esperándome, y a su lado había alguien más, pero estaba de espaldas, por lo que no pude verle el rostro.

—¿Dónde están los demás? El ritual debe hacerse pronto, ¿no deberían estar aquí ya?

—Esta vez será diferente—respondió bajando la mirada para verme—cada uno sacrificará a su presa solo, con Kat será especial.

Y en ese momento, querría decir que me puse tenso. Pero en realidad, cuando alguno de nosotros sentíamos miedo o angustia, nuestro cuerpo cambiaba de temperatura y era algo que solo se podía notar si nos tocaban.

¿Diferente? ¿Como que "diferente"? ¿Habrá cambiado todo...?

Actúe de la forma más normal posible y respondí:

—¿Qué debo hacer ahora?

—A tu habitación, al menos por ahora—ordenó. Por su lenguaje corporal supe que no sospechaba nada.—. Cuando sea el momento, vendré por ti.

Asentí y salí de la iglesia, siempre cerca, pendiente de Kat.

—Kaia...—le hablé a mi hermana al verla pasar por el pasillo.

—¡Adam!—se lanzó a abrazarme, pero se apartó de inmediato al sentir mi temperatura, pegando un chillido. Por mi parte le hice una señal para que bajara la voz.—¡Mierda..! Estás hirviendo... ¿preocupado?

—¿Qué harán con Kat? ¿Por qué Demon ordenó que todos hicieran el sacrificio aparte y no todos juntos como siempre?—indagué con rapidez.

—No lo sé, nadie lo sabe, solo obedecen. Pero algo escuché...de que hay alguien nuevo... Estará con Demon—respondió mientras colocaba una mano en mi hombro, para tranquilizarme.

—Le harán algo... ¿¡Por qué cambiaron todo de último minuto!?—mi tono era alterado y estaba sudando. Me pasaba lo que le sucedía a Kat en ocasiones. Ansiedad. Estaba ansioso y ni siquiera sabía que era capaz de estarlo. Al darme cuenta de ello, regulé mi temperatura y miré a Kaia, quien me observaba compasiva.

—Sé que no te gusta, pero es lo correcto. Es eso o morir—habló suave.—Debo irme, pero te prometo que cuando esto acabe, podremos hacer algo divertido.

Sin más, Kaia me dio una última sonrisa y se fue.
No sabía qué hacer, habían cambiado absolutamente todo. Enfríe mi cuerpo y mi mente. Volví a entrar a la iglesia sigilosamente y me escondí dentro de un armario, donde solían guardar algunas túnicas, lejos del altar. Desde ahí podía observar a Demon, Kat y a la otra persona. La escuchaba hablar con Demon, su voz se me hacía familiar, pero no la reconocía, a demás tenía casi todo su rostro cubierto.

Ambos ataron a Kat—quien aún estaba inconsciente—de las muñecas y tobillos y luego salieron por la puerta trasera de la iglesia. Había muchísimas velas en el lugar y todo estaba inundado por el color carmesí, desde paredes, alfombras, velas y hasta atuendos.

Pronto vi a Kat despertarse de golpe. Su respiración se agitaba, pero ella se detenía por momentos para regularla. Con una rapidez que siquiera yo tenía, le quitó el seguro a sus ataduras, sin quitar sus ojos de la puerta por la cual Demon y la otra mujer habían salido.

Tan inteligente como siempre, esa es Kat, mi Kat.

Cuando los pasos empezaron a escucharse cerca de la habitación, ella se hizo la dormida. Segundos después, Demon y la otra mujer entraron de nuevo. Con muchísimas armas punzocortantes.

—¿Cuándo va a despertar?—habla la mujer. Nunca había escuchado esa voz en este lugar. Trataba de hacer mente, pero no se me daba una idea.

—Posiblemente, en unos minutos, ponte allá—Demon señala la puerta— de espaldas, tendrás tu momento cuando te lo diga.

Él salió por un momento, y entonces fue cuando la mujer volteó, y pude ver su rostro.

—¿Qué mierda?—murmuro para mí mismo cuando la reconozco.

Kat
Estoy cagada del miedo, he soltado las ataduras como estaba en el plan, dejándolas entreabiertas. Estoy aturdida aún. Me acomodo sobre el altar y entonces escucho los pasos de Demon acercarse.

Pero no está solo, hay alguien más. Una mujer
Me hago la dormida todo lo que puedo y cuando se supone que debo despertar, solo veo a Demon. Su rostro estaba sobre el mío, mientras mi cuerpo estaba sobre el altar, tenía velas a mi alrededor y el calor que emanaban me hacía sudar. Era como si fuese un bufé de millonarios raros.

—Al fin... ¡he ganado!—dice con entusiasmo mirándome.—Te he cazado y ahora estás aquí.—su mirada llena de gloria y emoción me traspasan el cerebro de una manera demasiado perturbadora.

—Me temo que te has equivocado—me abalanzo hacia él y clavo la daga que Adam me había prestado justo en su pecho, la cual escondía dentro de mi pantalón.—Nunca vas a ganarme, yo te cree, ¡yo los cree! Asimismo, Puedo destruirlos—mi voz suena tan fuerte como quiero. Llena de odio y rencor. Demon retrocede, aturdido, parece que ha funcionado.

—¿¡Qué mierda has hecho?! ¡Kaia!—grita con desesperación, a lo que sé, Kaia, la hermana de Adam, tenía poderes curativos. Y con esta Daga era la única arma con la que podía herir a los del portal.

—Kaia no va a venir, vas a morir y esto va a acabar porque no voy a permitir que sigan robando vidas—me acerco para clavar de nuevo daga en su pecho, pero entonces una voz femenina me interrumpe.

Una voz que reconocía demasiado bien. Era la voz de mi madre, quien traía a Kaia atada de manos. La llevó hacia Demon, y ella, con el pulso acelerado, se apresuró a curarlo. Antes de hacerlo, me lanzó una mirada de disculpa.

—No voy a permitir que arruines todo de nuevo —dice mi madre con un tono que retumba en mi cabeza. Va vestida con una toga roja y sostiene un cuchillo en su mano derecha—. Todo ha salido a la perfección... y ahora voy a ser yo misma quien te mate.

Siento que el mundo da vueltas, la confusión y el impacto me golpean con fuerza. No... no podía ser posible.

—Es un engaño, eres uno de ellos usando la imagen de mi madre, ella jamás...—la firmeza de mi voz se desaparece, siendo remplazada por balbuceos confusos.

—¿Jamás podría hacerte daño?—se burla—te equivocas, nadie ha tomado mi imagen, soy yo, Kat, tu madre—escupe con odio.

Sin darme cuenta, Demon me acorrala por la espalda, agarrándome del cuello. Forcejeo, pateo, muerdo y araño, pero nada parece hacerle efecto. Él me arrebata la daga y la tira al suelo, lejos de mi alcance. Mientras tanto, mi madre se acerca lentamente.

—He esperado esto durante tantos años...—dice ella con una ilusión palpable en su voz.

La incertidumbre me da vueltas la cabeza. Las lágrimas me amenazan con salir y nuevamente me siento diminuta.

—¿Por qué lo has hecho? ¿Cómo...?— la debilidad de mi voz casi me hace desear ser yo quien se apuñala.

—Aww, hija mía...—dice burlonamente mientras juega con el cuchillo entre sus manos, sus ojos destellan diversión— porque eres una asesina. Mataste a tu padre, ¡a mi esposo!

Sigo forcejeando, pero Demon solo justa más su agarre.

—Apresúrate Eloísa, di tu discurso y termina ya—insiste con diversión.

—¡Mataste a mi esposo!— el tono de mi madre se torna acusatorio, su mirada se oscurece y toda la diversión desaparece— ¡Él era mi vida! Desde que llegaste, todo se fue al infierno, y fue aún peor cuando supe que lo mataste.

—No fue... fue un error, yo no quería hacerle daño, era solo una niña...— mis palabras se entrecortan entre sollozos, me siento paralizada por el peso de la culpa.

—¿Por qué lo confundiste con Nelson, verdad?— su voz suena burlona mientras se acerca amenazante.

—¡Lo sabías!— las palabras se me escapan, el dolor desgarrándome por dentro— ¡Lo sabías y aun así no hiciste nada!

—¡Sí, lo sabía! ¡Sabía lo que tu tío te hacía y no sabes cuánto disfrutaba viendo tu sufrimiento! Cuando llegaste a nuestras vidas, quería arrancarte de raíz, porque desde ese momento, la atención de tu padre se centró solo en ti, ¡dejándome a mí, su esposa, en segundo plano!—su voz retumba en la habitación, llena de rabia y resentimiento. Sus palabras golpean como puñales en mi piel, haciendo que me retuerza de dolor.

—¿Por qué?... Soy tu hija, no tuve la culpa—susurro con voz temblorosa, sintiendo cómo la realidad se desmorona a mi alrededor.

—¡Porque te odio con toda mi alma!—exclama con desesperación—¡No sabes lo que fue para mí la pérdida de tu padre! Fue esa desesperación la que me llevó a buscar cualquier medio para traerlo de vuelta... Y encontré, casualmente a Demon. Y así fue como descubrí que tú —me apunta con el filo de la hoja y los ojos llenos de furia y dolor—, su propia hija, habías arrebatado de mí al amor de mi vida.

El mundo se desploma a mis pies y me siento totalmente perdida.

—Así es... tu madre me buscó, así como tú, y juntos creamos un plan para acabar contigo —agrega Demon con frialdad.

—Todo fue una farsa... William Wake, la historia de Matt Hazelwood... los escritos, los recuerdos confusos. ¡Todo lo he planeado y lo he hecho yo!Te he criado en un ambiente inestable, confuso, te he llenado la cabeza de amor falso. Todo ha sido una mentira. Y ese muchacho, Adam, simplemente fue un anzuelo para atraparte. Un adolescente atractivo y misterioso. El pretendiente perfecto para la joven inestable, sin autoestima y carente de afecto. Todo encajó a la perfección... y ahora, yo misma te he dado la vida, y voy a arrebatártela como tú lo hiciste con tu padre.

—No tan rápido—menciono con voz débil, intentando contener el pánico que me consume. Mi madre me mira con confusión, pero cuando se da cuenta de lo que estoy a punto de hacer, su expresión se transforma en una mezcla de ira y desesperación. Gracias a uno de los movimientos de defensa que Adam me enseñó previamente, logro liberarme del agarre de Demon. Corro hacia la daga, pero mi madre se adelanta y la patea lejos antes de agarrarme del cabello con fuerza, colocando su cuchilla en mi cuello con un gesto amenazador.

—Esta vez no vas a escapar —me advierte con voz llena de rencor y determinación, mientras siento el filo del cuchillo presionando contra mi piel.

—¡Se te olvida que mi padre no es el único al que he matado! —mis palabras la desconciertan por un instante. Aprovecho el momento y le arrebato el cuchillo, hundiéndolo en su pecho sin pensarlo. Una vez, y otra, y otra vez. Un frenesí de furia me envuelve, ella cae al suelo, conmigo encima, y sin importarme mi entorno, mientras escucho la voz de Adam a mis espaldas. Ha salido de su escondite y ahora lucha contra Demon.

Mis manos se empapan de sangre, pero eso no me detiene. Mi madre sigue luchando, intenta clavarme las uñas en los ojos, pero cada puñalada que le doy es más profunda que la anterior.

—¡Te odio! ¡Te odio, arruinaste mi vida! —grito con cada embestida del cuchillo, recordando cada momento de dolor y traición— ¡Arruinaste mi infancia, mi adolescencia! —otro golpe en su pecho. Ella se ríe en sus últimos momentos, pero cuando salgo de ese frenesí, el cuerpo sin vida de mi madre yace bajo el mío, sin ninguna señal de vida.

Me levanto con determinación, dejando atrás el cuerpo sin vida de mi madre, y me dirijo hacia Demon. Kaia y Adam han logrado atarlo al altar de manera que no pueda escapar.

—¡Malditos traidores! ¡Yo los he creado! —grita Demon, envuelto en furia mientras forcejea contra las cuerdas que lo atan.

Mi mirada se cruza con la de Kaia, a quien le dedico un sincero «gracias» antes de que abandone la habitación. Adam se acerca a mí, entregándome la daga en las manos.

—¿Quién es la presa ahora? —exclamo con éxtasis, observando el reloj que marca las 11:50 p.m.— Puede que haya cometido errores, pero eso no significa que no pueda corregirlos. Si yo misma los creé, también puedo destruirlos.

—Eso nunca sucederá —responde con firmeza—. Pronto vendrán los demás y serás solo un cadáver en sus manos.

La locura me consume por completo, y una risa desquiciada escapa de mis labios.

—Demasiado tarde —declaro, y con un movimiento rápido, la daga de Adam atraviesa el pecho de Demon, su cuello, y comienzo a enterrarla en cada lugar que puedo alcanzar, llevando a cabo un sacrificio de sangre—. ¡Púdrete en el infierno como lo que eres! ¡Ese es tu lugar!

—Kat... —la voz de Adam me interrumpe, y al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que el sitio se está derrumbando, y que Demon ya no sangra, pues se ha convertido en piedra.
Así mismo, su voz me trae vuelta a la realidad.
Corro hacia él y lo abrazo. Las yemas de sus dedos acarician mi rostro salpicado en sangre.

—Tienes que salir de aquí—dice con voz firme cuando el sitio empieza a transformarse en cenizas. Por otro lado, Kaia ya se había marchado.

Sin darme tiempo de responder, tira de mi mano y empezamos a correr en busca de una salida, escucho lamentos y gritos. Todos los inmortales empezaban a convertirse en piedra a mi alrededor.

Adam y yo nos lanzamos a través del caos, el polvo nos envuelve mientras él lucha por protegerme de la destrucción que nos rodea.

Corremos desesperados en busca de un espejo, sorteando escombros y esquivando obstáculos. Finalmente, encontramos uno, y ambos nos detenemos, con el aliento entrecortado por la tensión del momento.

—Vienes conmigo —declaro con firmeza, pero él se niega, tomándome delicadamente el rostro entre sus manos.

—No puedo. Si salgo, el portal no se cerrará por completo. Debes irte —su voz es suave, pero firme, llenando el aire cargado de despedida. Entonces lo veo sacar algo de el bolsillo de su pantalón—toma—me extiende su mano: era un pequeño colgante con una figura demasiado llamativa:Era un ojo,con destellos a su alrededor y el iris coloreado del mismo tono de los ojos de Adam. Lo tomo entre mis manos con fuerza mientras siento una punzada en el pecho—Lo hice para ti, te cuidará.

—No voy a dejarte —insisto, aferrándome a él con más fuerza, nuestros rostros quedan a centímetros de distancia, nuestras miradas se encuentran en un silencioso intercambio de amor y dolor.

—Vete... no puedo ir contigo. Te he hecho daño de una forma u otra, y no... —su voz se quiebra, pero el sonido del contador del reloj nos hace actuar. Diez segundos. Diez segundos para salir. Sin pensarlo demasiado, acorto la distancia entre ambos, acercándome para besarlo.

Nuestros labios se unen en un beso cargado de emociones intensas: dolor, angustia, confusión. Nos aferramos el uno al otro, llenando los vacíos con lo único real que tenemos en ese momento.

Cuando finalmente nos separamos, veo que sus ojos han cambiado a un color casi blanco. Me acaricia el rostro con ternura antes de hablar.

—Adam... —me adelanto, mi voz apenas es un susurro mientras el tiempo se agota.

Cinco segundos.

—Te quiero —se apresura a decir, y mi corazón se encoge ante sus palabras llenas de amor y despedida.

—También te quiero —respondo con voz temblorosa, antes de tocar el espejo y escapar de aquel lugar, dejando atrás todo lo que conocíamos.

Continue Reading

You'll Also Like

186K 7.3K 24
Esta es una historia sobre one shots e imaginas con famosas (lgbt) *** PEDIDOS CERRADOS POR EL MOMENTO *** Si quieren hacer una adaptación de un sho...
1.9M 88.9K 66
La asesinaron un 23 de octubre, y desde entonces todos se preguntan: ¿Qué le pasó a Elizabeth Parker? Venus, la protagonista, tras el reciente asesi...
323 81 9
adaptación Baewon Escritora @bluemomoring
20.3K 1.1K 25
El tiempo pasa rápido cuando no esperas nada de nadie. "Mi padre me rompió el corazón, es por eso que me enamoro de todos los chicos que me demuestr...