Al Loco Del Que Me Enamoré...

By anastark_

13K 1K 718

Dicen que todo depende de la perspectiva en la que se mire. Y en cierto modo, es cierto. A nosotros nos mirar... More

00. Prólogo
01. El Padrino
02. La Estrella De La Muerte
03. Norris El Idiota
04. Chicos Como Él
06. Cállate, Cameron
07. ¿Perezosos?
08. No Puedo Hacerlo
09. Migrañas Y Halloween
10. Estoy Enfermo, O Enamorado
11. Un Trago Y Un Baile
12. Ilusión Fallida
13. Compañero De Cumpleaños
14. Respóndeme, Lali
15. Nothing, Just An Inchident
16. Es Un Sueño
17. Chicas, Tengo Novio (Y Existe)
18. La Bella Y La Bestia
19. Mi Novio, El Gay
20. Demasiado Yo
21. El Momento Perfecto
22. Si Él Supiera...
23. La Beca
24. Marcas Y Maquillaje
25. Promesas Y Amenazas
26. El Más Inseguro Gana
27. Buen Chico

05. Un Desastre De Discoteca

509 33 51
By anastark_

- ¡ALAIA!

Pego un respingo al oír la voz de mi amiga, que me asusta considerablemente. Suelto mi teléfono, apagándolo, y me sonrojo sin pretenderlo, mirando a Erika.

- Te has pasado todo el trayecto en bus viendo edits en slow motion de Dios sabe qué, ¿se puede saber en qué andas metida? – Me dice frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

- Yo... Este... Quizás, y sólo quizás, me haya pasado todo el día viendo Tik Tok – respondo vagamente.

- ¿Qué clase de Tik Toks? – Inquiere enarcando una ceja.

Resoplo y enciendo mi teléfono, que al encender está ya en la susodicha aplicación. Lo primero que sale al cargar, es un edit similar a los que llevo viendo desde hace horas.

- No me lo puedo creer – se ríe ella, tomando mi móvil. – Oye, qué bien le queda esa canción.

- Erika, me estás haciendo sentir fatal – me lamento de forma exagerada, tapándome la cara con las manos.

- Si Lando supiera que pasas horas babeándole, ¿qué pensaría?

- Se reiría de mí por el resto de mi mísera y patética existencia – dramatizo con voz de fingida tristeza. Pero no puedo evitar soltar una risita. – He pasado de "imbécil en fase de enamorarse" a "niñata obsesionada".

- Bueno, yo me obsesiono con cada foto que publica Albert, no es tan diferente – intenta suavizarlo. – Mientras no hayas leído fanfics en Wattpad – añade, a lo que yo me atraganto con mi propia saliva. – Allie – dice abriendo mucho los ojos.

- ¡No es mi culpa! Algunos son realmente buenos – me defiendo inútilmente.

- ¿Algunos? ¿Cuántos has leído?

- No quiero responder a esa pregunta.

- ¡Alaia! – Se empieza a reír y niega con la cabeza. – ¿Tenían +18?

- Algunos sí – contesto en voz muy bajita.

- Dime que al menos no has leído los fanfics Carlando – doy la callada por respuesta y ella abre tanto la boca que su mueca me resulta graciosa. – ¿Tú es que no aprendes? Un gay te rompió el corazón y tú vas y lees cómo el chico que te gusta folla con otro tío.

- ¡Las historias de homosexuales son hermosas! – Digo sintiéndome muy ofendida. – Y un trío siempre es bienvenido.

- No consigues liarte con uno, te vas a liar con dos – se mofa riéndose, y aunque me hago la molesta, termino riéndome a carcajadas con ella. – ¿Desde cuándo no le ves? – Pregunta cuando dejamos de reírnos.

Hago memoria, y efectivamente hace poco más de una semana que no sé nada de él, desde la cena en casa de Harry. Después de eso se marchó al país donde sería la carrera ese fin de semana y ya no lo he vuelto a ver, aunque por sus historias de Instagram sé que está en Londres de nuevo. Seguramente haya visitado a Tyler, pero no mientras yo lo cuidaba.

- Diez días – digo cruzándome de brazos.

- ¿Y qué harás cuando lo veas?

- Sonrojarme al recordar la cantidad de escenas obscenas que he leído sobre él – susurro con la mirada perdida. – Dios, estoy enferma.

- Estás desesperada, chica – me corrige consiguiendo que la mire mal. – ¿Desde cuándo no estás con un chico?

- ¿Desde nunca? La verdad es que sólo he dado picos. Nada de besos largos. Ni con lengua – hago una mueca de asco, y Erika se ríe.

- Me apuesto lo que sea a que no pondrías esa cara si Lando te besara con lengua...

- Si Lando me besara, simplemente, ME MORIRÍA – recalco muy dramáticamente, como siempre.

Ella se ríe y el autobús al fin llega a nuestra parada. Las dos bajamos juntas, ella muy segura de sí misma y yo tratando de imitarla. Me ha convencido para venir a una discoteca de aquí de Londres. Es bastante famosa, y exclusiva también, pero como su ligue, Albert, es el hijo de los dueños, Erika tiene vía libre, y yo con ella. No quería venir, pues odio estos ambientes. Me da vergüenza bailar en público, odio la mayoría de la música que ponen, y no bebo nada de alcohol. Ni siquiera me gustan las bebidas con gas, sólo bebo agua, batidos de chocolate y un par de tipos de zumos. Así que, sin beber, sin bailar, y sin cantar, ¿qué coño hago yo en un sitio así?

Absolutamente nada, porque tampoco ligo. Yo necesito tener mucha confianza con alguien para ser mínimamente cariñosa. Hay pocas personas a las que les permito el contacto físico. Siendo realistas, sólo soy cariñosa con Erika, Harry, Tyler, y mis padres. Ni siquiera mi hermano. Así que no, tampoco voy a venir a una fiesta a liarme con cualquiera.

Si he venido, ha sido por no dejar sola a mi amiga. A ella le hacía ilusión y como tampoco tiene muchas amigas (ella es mi única amiga aquí, así que no la juzgo), no he querido decirle que no.

Caminamos por la acera, ella viéndose totalmente sexy y hermosa con ese vestido ceñido y corto de color celeste. Lleva unos zapatos de plataforma blancos y un bolso blanco también, y me he fijado en que todas sus joyas son de plata, a pesar de que normalmente son de oro. Yo apenas tengo un anillo y un par de pendientes.

Y luego estoy yo. Me veo bien, me gusta cómo luzco. ¿Qué digo? Me veo de puta madre, estoy guapísima. Llevo un top negro que deja mi estómago al descubierto y una falda del mismo color, también corta, todo conjuntado con un diminuto bolso que me ha prestado mi amiga (no tengo ni un bolso, efectivamente) y unas converse negras. En resumen... Me siento hermosa, pero no cómoda.

Respiro hondo cuando llegamos a la entrada del local y nos saltamos toda la cola. Juro que como alguien nos llame la atención me echo a llorar.

- Erika, ¿qué haces?

- No te preocupes, tú y yo somos VIP – me guiña un ojo y yo sonrío algo forzadamente, asintiendo.

En cuanto el guarda de la entrada nos ve, nos deja pasar, y puedo respirar tranquila de nuevo.

- Soy menor de edad, ¿seguro que puedo estar aquí?

- No puedes, pero, ¿qué más da?

Trago saliva y asiento con la cabeza. Me voy a meter en un buen lío, me lo estoy viendo venir. Pero no digo nada y sigo a mi amiga por el pub lleno de gente. La música suena muy alta, y toda la pista de baile parece ocupada. Por suerte, nosotras no nos quedamos aquí, sino que vamos hacia una puerta con una cortina de brillantinas, custodiada por un guardia. Encima de la puerta, se lee: "Zona VIP". El guardia sonríe al ver a mi amiga y nos abre la puerta, dejándonos pasar con la misma facilidad que el hombre de la entrada.

Esta zona es más tranquila en comparación a la otra, al menos en el sentido de que no hay tanta gente. La música y las luces son las mismas, pero la bebida es mejor y todo parece más privado. Hay mesas y sillones, y dando un repaso a lo que me rodea... Aquí básicamente vienen los niños ricos a liarse con sus parejas y a emborracharse mucho.

- No irás a abandonarme para medio follar con Albert en algún rincón, ¿verdad? – Alzo la voz para que me escuche, y aunque sueno bromista, por dentro tengo hasta ganas de llorar sólo de pensar en quedarme aquí sola.

- Si hubiese venido a eso, no te habría pedido que me acompañaras – replica tomándome de la mano y sonriéndome. – Vamos a la barra.

Al final, yo pido una botellita de agua y ella un Martini. Toda una señorita. Me deja que pruebe y pongo una mueca de asco, porque me sabe horrible, y ella rompe a reír.

- ¡Mi primo pequeño pone la misma cara cuando mi tía le obliga a comerse la verdura! – Grita por encima de la música.

Nos reímos y niego con la cabeza, divertida por su comparación. Aunque probablemente, a mis casi dieciocho años, yo también ponga cara de asco al comer algunas verduras.

Todos son risas, pero de un momento a otro, ella deja de sonreír. Mira un punto por encima de mi hombro y se queda muy seria, como si acabase de ver un fantasma.

- ¿Estás bien, rubia? – Pregunto preocupada, girando mi cabeza para ver si consigo mirar lo mismo que ella.

- ¡Sí! ¡Todo perfecto! – Tira de mi brazo para que gire mi cabeza hacia ella de nuevo, pero ya es tarde, porque estoy viendo lo mismo que creo que ha visto ella.

Una sensación extraña se forma en la boca de mi estómago y siento unas terribles ganas de llorar. Decir que me siento la mayor mierda del universo es poco para cómo me estoy sintiendo. Pero no puedo apartar mis ojos.

- Allie, ¿te encuentras bien?

No respondo. No quiero decirle que sí, porque mentiría, pero tampoco que no, porque le arruinaría la noche.

Todos dicen que estar enamorado es maravilloso, que las mariposas son una sensación lindísima. Pues que alguien me explique por qué estoy viendo a Lando ahora mismo y lo único que quiero es morirme.

- Alaia, deja de mirar – mi amiga me obliga a girar el rostro, y al ver sus ojos verdes me derrumbo.

- Quiero irme de aquí, Erika – susurro, sintiendo incluso ganas de vomitar.

Y sé que ella es una amiga de verdad porque no duda en abrazarme por la cintura y sacarme de este infierno. Una cosa son los libros, las películas y la imaginación. Es divertido leer la típica escena de celos. Pero lo que yo estoy sintiendo, no tiene ni puta gracia. Nadie cuenta esta parte de estar enamorado y no ser correspondido, al parecer.

No sé si algún día borraré de mi mente la imagen de Lando bailando, viéndose increíblemente hermoso, pero besándose con chicos y con chicas por igual. Creo que si sólo hubiese besado a un par de chicas habría sobrevivido a la sensación. Pero verlo con un chico... Eso ha removido algo en mí que casi no tiene sentido.

Leer Carlando es divertido, porque es mentira. Pero verlo liándose con un hombre, igual de hermoso que él, me hace sentirme horriblemente miserable.

El amor es una puta mierda.

« ♪ »

Estoy sola en mi habitación de la residencia, incapaz de dormir, con el rostro arrasado en lágrimas y viendo por millonésima vez la serie de Sombra y Hueso. En marzo se estrena la temporada 2, cosa que me consuela, porque ya me sé los diálogos de esta temporada.

Cuando estoy mal, recurro a estas cosas: a las series, a la música, a los cómicos, a los libros, a la escritura. Y ahora mismo me siento fatal. Así que ver la serie basada en mis sagas de libros favoritas, me hace sentir segura. Ver a todos esos personajes que adoro, y esos que odio. Son uno de mis muchos lugares seguros.

Lo que siento, el modo en que me siento, es raro. No estoy enfadada, ni decepcionada. No puedo esperar nada de Lando, porque él no me ha dado nunca nada. Sólo nos hemos insultado un poco de vez en cuando. Pero eso no evita que me duela de este modo. Sé que, si mañana lo veo, me pondré nerviosa y me reiré de sus bromas, como si nada. Pero en el fondo me dolerá. Y no puedo culparle.

Ya son las tres de la mañana. Hace cuatro horas que salí de la residencia, y hace tres que volví. Y no he dejado de llorar. He reído un par de veces porque Jesper, uno de los personajes de la serie, es sencillamente brillante, pero de no ser por él, ni siquiera habría sonreído un poco.

Pauso la serie y cojo mi teléfono, buscando el número de Harry.

Yo: Estás despierto?

Me muerdo los labios, esperando su respuesta, y mientras entro al chat de Erika, que me dijo que si pasada la hora de cierre de puertas, ninguna de mis compañeras estaba aquí, le avisara para venir conmigo y pasar la noche haciéndome compañía.

Yo: Ven si quieres
Yo: No van a dormir aquí

Apago el móvil y lo dejo sobre mi estómago, siguiendo con la serie. Seguramente los dos estén dormidos, no sé qué demonios espero de ellos. Pero me equivoco, porque los dos responden.

Harry: Sip, insomnio
Harry: Pasa algo?
Yo: A Lando le gustan los tíos?
Harry: ???
Yo: Es gay, bisexual, o algo de eso?
Harry: No me corresponde a mí responder eso
Harry: Por q preguntas?
Yo: Curiosidad

Salgo del chat y veo que Erika me ha avisado de que viene para acá. Sólo tengo que olvidarme del tema, sin más. Será lo mejor, supongo. Pongo de nuevo la serie y me acomodo. Con suerte la presencia de mi amiga cubra esa sensación de soledad tan fuerte que siento ahora mismo.

« ♪ »

Le cuelgo a mi madre tras una larga hora de conversación, y no aparto mi mirada de Tyler, que juega con sus playmobils en el suelo del salón, sobre la alfombra, mientras yo paso a limpio unos apuntes. Los domingos con él suelen ser los días más tranquilos. Cuando hay carrera, se porta genial para que le deje verla, y cuando no, igualmente se comporta especialmente bien. Creo que es su día favorito de la semana.

Este domingo, por suerte para mí, no hay carrera. La noche del viernes es digna de olvidar y el triste sábado de ver películas de dibujos animados con mi única amiga, tampoco es muy reseñable. Con un poco de suerte, el peque me rescate de otro día tedioso. Tyler tiene un don para hacerme apreciar los más imperceptibles detalles, los más sutiles actos de cariño. Con él, algo muy pequeño parece enorme.

- Allie, tengo hambre – llama mi atención, mirándome con sus preciosos y grandes ojos verdes.

- ¿Quieres que vayamos a la cafetería de gofres? – Le pregunto, sonriendo genuinamente al ver su mueca de ilusión.

- ¡Vamos! – Se levanta de la alfombra y viene corriendo hacia mí, tirando de mi mano para que me levante del sofá.

En cuestión de minutos, los dos estamos listos, con mil capas de ropa para combatir el frío, y con mucha hambre, he de decir. Le envío un mensaje a Harry para que esté al tanto, y cuando estamos por salir, suena el timbre. Tyler se agarra a mi manita y yo abro la puerta, escuchándolo parlotear sobre lo mucho que le gusta el Manchester City. La culpa de esto es de su padre, que conste.

La sonrisa que yo tenía, muere en mi rostro cuando veo a Lando delante de mí, con una sonrisa encantadora, vistiendo tan bien como siempre y mirándome con esos impresionantes ojos verdes.

- ¿Os llevo a algún lado? – Inquiere agachándose para recibir a su ahijado, que se abraza a él, soltando mi mano.

- ¿Por qué has venido? – Murmuro sintiendo el corazón en la boca, el estómago cosquilleando y las ganas de llorar apareciendo.

- Harry me dijo que hoy lo cuidabas, y bueno... – se levanta con Tyler en brazos y me sonríe amablemente, una sonrisa que no le había visto hasta ahora. – Cameron tiene el día libre, así que pensamos en invitaros a algún dulce – se encoge de hombros y yo miro sobre su hombro el McLaren que hay aparcado a unos metros, y dentro veo a su hermana.

- Justo íbamos a salir a eso – digo sonriendo también.

Hace un gesto con la cabeza para que lo siga y eso hago, extrañada y agradada por su cambio de actitud. La sensación de malestar que he sentido al verlo se ha desvanecido por completo, porque... Joder, si es hermoso pero un capullo puedo soportarle, pero si es encantador no puedo hacer nada al respecto, sólo enamorarme más.

Creo que este es mi castigo divino por decir que no creo en Dios.

Nota de la autora:

Alaia se ha llevado el primer golpe de realidad, y ni siquiera podemos culpar a Lando porque él sólo está viviendo su vida.

Pero, ¿acaso Lando no se ha fijado en ella lo más mínimo? Cuando le lanza piropos, ¿se está burlando o realmente está coqueteando?

Bueno, el próximo capítulo nos lo cuenta él. A ver qué dice el señorito...

Os ama,

A💛.

Continue Reading

You'll Also Like

1.9K 126 10
Anna Ferrari, bisnieta de Enzo Ferrari pelea para convertirse en la primer piloto mujer de la F1 en 2023 dentro de la scuderia Ferrari Sin saber que...
41.4K 4.7K 18
¿Quién dijo que la bendición de la Luna es común? En un mundo omegaverse donde el modernismo ha suplantado las tradiciones y los destinados es cosa...
49.1K 1.5K 30
Carolina estuvo con la persona menos indicada en el pasado, a causa de eso le trae problemas a futuro, problemas que me pueden llegar que costar la v...