Algunos días después ya me habían dado el alta así que estábamos en mi casa.
Los que vinieron a la ciudad para estar al pendiente de mi salud se habían marchado después de visitarme algunas veces en el hospital, sabía que tenían que prender directo así que no hubo drama.
—Terminé de acomodar mis cosas.— Roier me sacó de mis pensamientos
Después de todo habíamos decidido qué Roier se mudaría conmigo para estar más cerca de mí. No quería sentir que sería una carga para él pero parecía tan contento cuando llegó con sus maletas
—¿Te gustó la habitación?.— cuestioné con una pequeña sonrisa —Porque si no te gusta hay otras.—
Mi casa era tan grande que él podía tener su propio setup fuera de su habitación. Yo solo quería que estuviera lo más cómodo posible
—Estoy bien con esa, vine para cuidarte no para quejarme de las habitaciones.— sonrió
Estaba acostada en mi cama mientras veía mis redes. Había anunciado mi regreso a los streams en unos días, aún debía sentirme un poco mejor antes de exponerme de nuevo a todo ese teatro
—Oye.— lo llamé y se sentó junto a mí —¿Recuerdas que dijiste que cumplirías el más mínimo de mis caprichos?.—
Él asintió así que fuí a mi blog de notas, durante todos estos días había iniciado mi "lista de cosas que quería hacer antes de morir" y aunque aún no tenía muchas ya podríamos empezar
—Mira.— le pasé mi celular y él lo leyó, inmediatamente hizo una mueca triste —Sé que es muy pronto para pensar en esto pero me gustaría adelantarme a cualquier cosa que pudiera pasar, quiero hacer todo eso antes de irme.—
—No digas que te irás, aún no hay nada decidido.— pidió
Desde que se enteró se negaba a que yo simplemente aceptara mi destino, él parecía optimista, pensaba que habría solución
—Bueno, como sea.— reí un poco, no quería entrar en la misma discusión sobre mi muerte —¿Me ayudarás a terminar esa lista antes de medio año?.—
Roier me mostró una sonrisa hermosa y después asintió pasándome de nuevo mi celular
—Esto será complicado pero divertido.— dijo —¿Qué quieres hacer primero?.—
Mi lista por ahora tenía las que siempre quise hacer pero nunca me animé; saltar en paracaídas, ser voluntaria en un asilo, buscar un lugar sin tanta contaminación para ver las estrellas, hacer una gran fiesta, acampar en la playa, pintarme el cabello de rubio y cosas que seguramente recordaría escribir después
—Primero quiero hacer lo de teñirme.— exclamé, él se recostó a mi lado
—¿También tendré que teñirme yo?.— preguntó y fué inevitable reír —Dijiste que haríamos todo eso juntos y si es necesario lo puedo hacer.—
Me levanté un poco y lo miré
—Me encanta tu cabello así como es.— murmuré —No lo cambiaría por nada del mundo.—
Él también se levantó un poco, ambos simplemente nos miramos
—¿Entonces cuál será mi papel en todo eso?.— cuestionó —Estoy seguro que no me dejaras pintarte el cabello.—
—Ni loca, llevaré mi glamour hasta la muerte.— hablé y me miró mal
—Evitemos esa palabra.— pidió y asentí
Miré la hora de mi reloj, era poco más de media tarde
—Vayamos a la peluquería.— pedí —Serás mi acompañante y me dirás si me queda bien.—
Roier se levantó y me ayudó a levantarme. Tomé mi bolso con todas mis cosas y ya estábamos listos para salir
—Llevemos a Mushu.— dijo y asentí, él ya tenía la correa en sus manos
Buscó al perrito y cuando lo encontró se la puso.
Salimos de casa y caminamos tomados de la mano, estaba siendo muy feliz en este momento donde debería sentir que todo se estaba destruyendo
—¿A donde iremos?.— preguntó
—Hay un lugar a dos calles de aquí.— avisé —Es el único sitio donde voy a hacerme mis cambios de look.—
—Entonces tendré que agradecerles que siempre te dejan tan hermosa.— halagó y reí
—No sé si quieras ganar puntos pero así no lo harás.— dije y ahora él rió
—Tenía que intentarlo.— exclamó sin parar de reír
Cuando por fin llegamos al lugar entramos, no contábamos con que no aceptaban perros.
—Puedes ir a casa a dejar a mushu.— hablé y Roier negó
—Sería muy cruel para él que solo lo emocionamos con sacarlo y en tan poco tiempo lo vayamos a encerrar de nuevo.— dijo, lo pensé un poco y tenía razón —Nuestro hijo no merece tremenda ilusión.—
Reí al ver como seguía refiriéndose a Mushu como nuestro hijo, sentía un hueco de tan solo imaginar que nuestra familia estaría incompleta en menos de un año
—Entonces vé a comprar la comida y después lo llevas a casa.— dije —Así también quemas un poco de tiempo, me tardaré algunas horas con todo este proceso, estaré bien sola pero no olvides recogerme.—
Roier asintió y dejó un pequeño beso en mis labios
—Compraré todo para hacerte un bufet todos los días.— avisó y reí
Él se alejó con Mushu y yo simplemente me adentré más al lugar para pedir lo que me haría en el cabello.
Pasaron algunas horas y mi cambio de look había terminado, me veía al espejo del lugar y sin duda había quedado tan diferente que no me lo creía
Pagué y agradecí, salí del lugar pero no había señal de Roier así que saqué mi celular para llamarlo
—¿Hola?.— escuché su voz del otro lado de la llamada
—¿Dónde estás?.— pregunté —Ya terminé, oficialmente soy rubia.—
—¿Y dónde está la rubia?.— cuestionó ahora él y empezó a reír —¿Entiendes? Como la película.—
Reí aunque no me dio risa, siempre me contagiaba su buen humor
—Voy llegando.— avisó —Me acabo de enamorar de nuevo.—
Miré hacia adelante y ahí estaba él, tenía una gran sonrisa mientras me veía fijamente
Terminé la llamada y corrí la poca distancia hasta donde estaba
—Fué hermoso verte venir hasta mí pero no corras mucho.— exclamó abrazándome —No te esfuerces tanto.—
De nuevo estaba preocupado, no quería seguir alterandolo así que simplemente asentí.
—Vayamos a tu casa.— dijo separándose un poco y tomando mi mano
—Sería mejor que dijeras solo "vamos a casa", no tienes que aclarar que es mi casa.— dije mientras caminamos —Ahora los dos vivimos ahí.—
Él rió pero no discuto conmigo sobre eso. Después de un rato caminando y de que cada tres segundos Roier tomara algunas fotos porque "me veía linda" llegamos a casa.
Entramos y mushu corrió hasta donde estaba, parecía feliz de verme, supuse que le había gustado mi cambio de look
—Deberías ir a tu habitación.— dijo Roier
—¿Para qué?.— pregunté sentándome en el sofá
—No quería decírtelo pero cuando regresé con Mushu, él tiró algunas cosas de tu mueble.— contó —No supe como acomodarlas así que las dejé sobre tu cama para que tú las ordenaras.—
Me quejé un poco pero después me levanté para ir directo a mi habitación.
Entré y abrí mis ojos con sorpresa al ver las paredes y el techo lleno de esas estrellas qué brillan en la oscuridad
—¿Qué te parece?.— preguntó Roier parado desde la puerta —En tu lista dice que quieres mirar las estrellas, algunas veces es difícil verlas en el cielo así que te traje las estrellas a tu habitación, ahora puedes mirarlas cada noche.—
Había aprovechado el tiempo para comprar las estrellas y venir a pegarlas, sin duda esto era lo más lindo que alguien había hecho por mí