Travieso Amor

By rocio160315

18.9K 2.2K 3.8K

Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras espe... More

Aviso
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Extra 1
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Extra 2
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37

Capítulo 15

638 69 233
By rocio160315

Hola, Hola.

Espero que estén disfrutando.

No se olviden de comentar y votar mucho.

Feliz inicio de la semana.


Embarazada.

La sonrisa que tengo en el rostro nadie me la puede borrar, la felicidad que siento es tanta que tengo ganas de gritar, de saltar, pero en cambio de todo eso lo único que hago es llorar, llorar con una enorme sonrisa.

Inuyasha no me suelta, él está cargando conmigo sobre su cuerpo y comienza a besar mi rostro, todo mi rostro antes de bajarme y agacharse levanta el abrigo y besa todo mi vientre causándome cosquillas que me hacen reír sin control. Siento que el pecho me va a estallar de la emoción.

Mi esposo besa mis lágrimas, pero no puedo parar. Una vida en mi vientre, una vida se está formando ahí, una parte de Inuyasha y yo. Una personita que tanto busqué. Limpio mis lágrimas y es hacer nada, ya que un montón más siguen deslizándose.

—Un bebé, tendremos un bebé Inu—susurro con la voz entrecortada, los ojos de mi esposo nunca habían brillado tanto, es como si su felicidad y la mía iluminaran el lugar.

—Tendremos un bebé, maldición encanto, seremos padres—entonces me toma de la cintura pegando su boca a la mía de manera arrebatada, le correspondo con el mismo frenesí, pero él suaviza el beso de tal manera que siento una ternura enorme—gracias, gracias Kagome—Inuyasha se separa mirándome a los ojos fijamente—gracias por aparecer en mi vida, por amarme y ahora por darme este regalo, te amo tanto Encanto, joder, te amo—pega nuevamente su boca a la mía y sonrío en medio de mis lágrimas y del beso.

Cuando nos separamos él se sienta llevándome a su regazo, comienza a acariciar mi vientre con ternura. Nos permitimos este momento en silencio, solo sintiendo las emociones que nos recorren, sintiendo el amor más puro que he sentido por alguien, acabo de enterarme y ya lo amo con todo mi corazón.

—¿Crees que será niño o niña?—cuestiona Inuyasha besando mi cuello y luego mi rostro y tocando mi vientre.

—¿Qué quieres que sea?—inquiero con curiosidad. Él se queda en silencio analizando la pregunta y deja caer su rostro en mis pechos buscando comodidad.

—Quiero una versión en miniatura de ti—responde y comienza a reír—imagina cuando se cabree, seguro será igual a su madre—deja un beso en mis pechos y me mira—en realidad, no importa lo que sea niño o niña, solo quiero que nuestro bebé nazca fuerte y sano, solo pido eso—él sonríe—¿dónde crees que lo creamos?—llevo mis manos a su pelo y comienzo a peinarlo en silencio.

—Realmente no lo sé, no es como que lleve una cuenta de cuando hacemos el amor—él sonríe con picardía y muerde mi mentón con suavidad.

—No es mi culpa que seamos tan buenos en eso—sonrío y luego se me escapa una escandalosa risa que hace que Inuyasha sonría abiertamente.

—Te amo mucho—beso sus labios con una sonrisa, sonrisa que se borra cuando pienso en lo que haremos—tengo que ir a chequearme, quiero que todo vaya en orden, pero debemos buscar un médico que sea muy buen profesional y me atienda en secreto, no permitiré que Abi sepa de esto por ahora, no quiero que ella descubra mi embarazo por el momento—Inuyasha asiente tenso ante la mención de Abi.

—Sé que puede sonar un poco loco, pero me gustaría que las salidas sean mínimas, no quiero nada que te pueda lastimar—asiento despacio—eres tan hermosa—ruedo los ojos, aunque por dentro me derrito como una adolescente.

Tal parece que, aunque sigan pasando los años y a pesar de que mi esposo es bueno con las palabras de elogios hacia mí, nunca me llegaré a acostumbrar de manera definitiva. Amo que sea de esa manera, que no le de miedo confesarme cosas como estas, que me vea como lo más precioso que tiene en la vida.

Pensar en todo lo que hemos pasado para llegar a este punto me llena de nostalgia. Fuimos el pecado en los brazos del otro, fuimos enemigos, amantes, dos personas que han cometido muchísimos errores, pero a pesar de eso, nos encontramos el uno al otro, una y otra vez, a pesar de las dificultades, del peligro. Inuyasha y yo siempre nos hemos pertenecido el uno al otro.

—Te amo—murmuro buscando su boca, besando los labios que me han tenido cautiva desde el primer día que los probé.

***

Siento calor.

Mucho calor.

Eso es lo que me despierta de mi sueño, frunzo el ceño dándome cuenta de que hay un poco de luz en la habitación, intento moverme, pero siento el pecho de mi esposo en mi espalda y las manos en mi vientre inmóviles, como si aun entre sueños busca cuidarnos.

Parpadeo, porque mis ojos se sienten algo cansados, el día de ayer fue demasiado emocionante, pero sonrío recordando que ahora una personita se forma en mi vientre. Trato de moverme porque la manera en que Inuyasha me tiene sujeta me tiene sudando, él parece lejano, no hace el más mínimo movimiento en apartarse haciendo que haga una mueca. Con algo de fuerza logro hacer que el agarre en mi se afloje y escapar de sus brazos.

Suspiro con alivio cuando siento algo de frescura en el cuerpo, me levanto y voy al baño cepillando mis dientes y orinando, vuelvo y me quedo mirando a Inuyasha dormir, frunce el ceño tocando el lugar donde estaba. Me acerco y subo a la cama despacio, paso una pierna por su cintura hasta quedar ahorcadas de él, me siento sobre el abdomen marcado de mi esposo y beso todo su rostro despertándolo.

Inuyasha parece confuso, pero luego me sonríe al notarme sobre él, lanza un bostezo y sujeta mis caderas con los ojos aun soñolientos.

—Buenos días Encanto—su voz ronca de las mañanas ocasiona que mis manos se paseen por su pecho desnudo, él sonríe negando al ver mis intenciones.

—Buenos días, esposo mío—susurro inclinándome para mordisquear su boca.

—A pesar de que muero por follarte, no habrá sexo entre nosotros ahora—enarco una ceja confundida por sus palabras, a Inuyasha le encanta el sexo en las mañanas—tengo miedo de que pueda lastimarlo—señala mi vientre y una sonrisa tierna se posa en mis labios.

—Eres lindo cuando quieres—es lo que le digo sonriendo—pero tienes razón, quiero el visto bueno primero, ha sido complicado que quedara en cinta—me encojo de hombros.

—Anoche conseguí una cita con una buena obstetra, es lo que necesitamos. Todo se manejará con mucho cuidado, prometo que todo irá bien—asiento sin dejar de acariciar su pecho, me encuentro fascinada por la forma de su cuerpo—hay un tema que aún no hemos tocado Kagome—la seriedad con la que menciona mi nombre me hace apartar la vista de pecho para posarla en sus ojos—Ken—respiro hondo apartándome de su cuerpo y bajando de la cama.

—No hay mucho que decir—me encojo de hombros.

—Hiciste estallar a Ken, me aparece algo por lo que debemos hablar—menciona y no digo nada.

Aunque en realidad era porque ni siquiera había pensado en Ken, no sé en qué clase de persona me vuelva eso, pero no me importa la muerte de Ken. Ni siquiera siento remordimiento o algo asociado a culpa, simplemente se siente como cuando matas una cucaracha que se había estado escondiendo de ti para seguir fastidiando, una vez muerta solo es una cucaracha muerta, nada por lo que preocuparse o molestarse en pensar.

Así me siento con la muerte de Ken, a pesar de que fui yo quien la provocó.

Sé que Naomi debe estar devastada, a pesar de lo extraño que era la relación de esos dos, a su retorcida manera se querían. Aun cuando se engañaban, se traicionaban a cada momento, ambicionaban por separado, eran de alguna manera un equipo. Naomi sabía por lo que, hacia Ken con esas niñas, y Ken sabía que Naomi se involucraba con políticos importantes, a los más de una vez, les mató la esposa.

Dos mentes totalmente retorcidas que de alguna manera se comprendían.

Es raro como desde pequeña busqué la aprobación de Ken, como quise desesperadamente que me amara, aunque sea un poco, aunque sea un fragmento del amor que le daba a Abi, pero nunca ocurrió. Ken fue quien más se mostró natural porque nunca fingió amarme, él me detestaba a pesar de que fui un plan de ellos desde el inicio, a pensar que yo no tenía la culpa de nada, él me odiaba.

Y con el tiempo yo aprendí a odiarlo a él también.

Aguanté tantos años de maltrato y abuso por parte de un hombre que no tenía derechos sobre mí. Aun de adulta fui tan ilusa de querer un poco de su cariño, aguantando golpes, como la vez que quisieron comprometerme con Sesshomaru. Realmente no puedo sentir nada por una persona que desde el inicio me enseñó a detestarlo, un hombre que me dio las armas para acabarlo.

Realmente la muerte de Ken no me afecta para nada.

—Ken nos iba a lastimar si no actuaba, simplemente quité una piedra de nuestro camino—me encojo de hombros—eso es todo—Inuyasha suspira y camina hacia mí, levanta mi rostro y hace que lo mire fijamente a los ojos.

—Estoy aquí para cualquier cosa que necesites, no me importa que esté muerto, me importa por si esto te ha podido afectar de alguna manera—asiento.

—No me digas cosas como esas que luego te quiero desvestir—susurro haciendo que sus ojos brillen con picardía.

—Créeme, tengo ganas de tomarte todo el día, cada hora, cada minuto. Ahora que sé que llevas en tu vientre mi hijo, créeme cuando te digo que me siento como un puto cavernícola—muerde mi labio—tomate una ducha, prepararé el desayuno—siento la piel caliente y realmente necesito bañarme o creo que saltaré sobre Inuyasha y le rogaré que me tome.

Me alejo al baño escuchando a Inuyasha cantar, me gusta su voz, suena tan bien, contrario a mí que cada que canto arruino una canción. Me baño y luego me visto con un traje gris, me peino y maquillo con rapidez y luego tomo mis lentes de sol. Salgo viendo a mi esposo entonar alguna canción de Sabrina Carpenter. Sonrío viendo como la interpreta movilizándose por la cocina, sus ojos dan conmigo y me quiña un ojo.

—En caso de que nos vayamos a la quiebra en algún momento, creo que podremos sobrevivir si te alquilamos—le digo sentándome y colando mis manos en el desayunador.

—Dudo que podamos hacer eso con lo celosa que eres—ruedo los ojos—te ves sexy cuando me celas, y cuando me amenazas eres ardiente—no puedo evitar reir.

—Hay algo realmente mal en tu cabeza si eso te parece sexy—Inuyasha se encoge de hombros y deja mi desayuno frente a mí. Comienzo a comer como si llevara tiempo de hambruna, él me observa y come menos que yo, cuando le pregunto me dice que no quiere abusar que luego vaya a vomitar. Me quedo mirándole en silencio—¿Y si tus síntomas son por el embarazo?—cuestiono despacio, Inuyasha sonríe.

—Eso sospeché desde que vi que las pruebas eran positivas. Mi suerte es una mierda, de entre tantos hombres, los síntomas me dan mi—beso su mejilla.

—Al menos me libraste de eso—me encargo de comer en lo que Inuyasha se ducha y se cambia.

Pongo una música e intento cantar, fracasando. Cantar nunca ha sido lo mío, es por eso que desde la habitación Inuyasha me grita que no arruine una canción que a él le gusta, lo mando al diablo y sigo cantando en voz alta para fastidiarlo.

Cuando él sale, realmente debo tener las hormonas en los cielos, solo con verlo ya quiero desvestirnos. Inuyasha toma mi mano dejando un beso en mi dorso para luego entrelazar nuestros dedos para salir de casa. Saludo a mis hombres que me aseguran que ya han estudiado el perímetro y todo está en orden.

La clínica a la que iremos queda fuera de la ciudad, Inuyasha la buscó lejos para no alertar a nuestros enemigos. A pesar de que Inuyasha me busca conversación, termino durmiéndome en el auto con mi cabeza en su hombro. Sinceramente no sé cuánto tiempo pasa, pero para cuando despierto estamos estacionando.

Entramos por la puerta del personal, no cuestiono nada porque es Inuyasha quien me guía, con mucho cuidado llegamos a la planta que usaremos, la cual está despejada, mis hombres se encargan de cuidar todo. Respirando hondo ingreso al consultorio donde hay una mujer que se ve de algunos 35 años, con una sonrisa en los labios cuando ve a Inuyasha.

—Mi Taisho favorito, ¿Cómo has estado?—enarco una ceja viendo como Inuyasha se acerca a ella besando su mejilla.

—Te ves radiante, el matrimonio te ha sentado de maravilla—ella se ríe y luego me mira.

—Las fotografías no le hacen justicia, tu esposa es bellísima—le sonrío un poco—mi nombre es Ericka, espero acompañarte en todo este proceso. Ya Inuyasha me informó que quieren que se mantenga muy en secreto, yo cuidaré de que así sea. Tomen asiento—hago lo que me pide—primero te haremos una prueba de sangre, necesito confirmar el embarazo—asiento, aunque siento que las manos me comienzan a sudar.

Un chico entra y le dice que me tome una muestra de sangre y la lleve al laboratorio, él lo hace y cuando sale mi doctora inicia con las preguntas. Me escucha atenta, pero realmente me siento nerviosa de que pueda encontrar algo malo. Le hablo de cómo no he sentido ningún síntoma, lo único diferente es que Inuyasha dice que me crecieron las tetas y las caderas más anchas, además de que me da mucho sueño y como de una manera muy grotesca.

Media hora después traen los resultados, cuando menciona que es positivo siento que puedo llorar en cualquier momento.

—Positivo, tienes 10 semanas de embarazo, felicidades señora Taisho—sonrío y ella me da una sonrisa—ahora por favor sube a la camilla y deja tu vientre a mi vista—hago lo que me dice, Inuyasha se acera y abre el botón de mi pantalón y baja un poco el zíper, se coloca mi lado cuando la doctora se acera.

Coloca el gel frio en mi vientre ocasionando que me estremezca. La doctora tiene la mirada fija en la pantalla y sonríe feliz cuando da con algo.

—Aquí tienen—señala la pantalla, realmente no veo nada más que una sombra, pero saber que sea mi bebé me hace llorar como loca—creo que podemos...

Se queda en silencio y de repente, escucho el sonido más hermoso que he escuchado en toda mi vida. Mi respiración se altera, no puedo apartar la vista de la pantalla, siento los dedos de Inuyasha fríos contra los míos y cuando levanto la vista hacia él, veo las lágrimas que está derramando con una sonrisa en el rostro. Lo veo sacar su teléfono y comenzar a grabar como un niño emocionado.

—Esos son los latidos—susurra la doctora, Inuyasha se agacha y comienza a besarme con fuerza, con tantas emociones atravesándolo de la misma manera en que me ocurre a mi—todo está en orden, realmente se está desarrollando muy bien—Inuyasha se separa de mí.

—¿Podemos saber el sexo?—cuestiona mi esposo.

—Aún es muy pronto para esto, quizás en nuestra próxima cita puedan verlo—ella se acerca a mi pasándome un paño—por el momento usted es una mamá que me hará un trabajo fácil al seguir mis indicaciones—asiento sonriente.

—Por supuesto—murmuro limpiando mis mejillas.

La doctora me receta algunas vitaminas y me da instrucciones que me tienen concentrada en cada palabra que menciona, la mano de Inuyasha parece un metal fuerte contra la mía, él también está concentrado en lo que la doctora nos dice.

—Una pregunta—menciona Inuyasha antes de que demos por terminada la consulta.

—¿Cuál?—inquiere la doctora con una pequeña sonrisa, como si viera venir la pregunta que hará.

—¿Podemos seguir teniendo sexo?—casi me atraganto con mi propia saliva, mi rostro por alguna extraña razón adquiere un tono rojizo—tenemos algo de temor en que pueda afectar de alguna manera al bebé, Kagome y yo intentamos esto durante meses y los resultados siempre fueron negativos—él hace una mueca.

—La pregunta es válida, y si, pueden seguir teniendo sexo, de hecho, es recomendable que lo tengan, esto ayuda a la hora de parto—y a continuación nos da una larga explicación donde menciona músculos y muchas cosas más, pero yo solo absorbo que puedo follarme a mi esposo y creo que Inuyasha está igual por la mirada que me lanza. Sonrío un poco.

Ella también habla de cómo los tres primeros meses son esenciales y una parte de mi se siente culpable cuando recuerdo todo lo que he hecho estos dos meses pasados. El asunto con Abi, enfrentarme a Camaleón, todo el desastre.

Cuando la doctora finaliza nos despedimos de ella y salimos luego de que me aseguran que todo está en orden, también tengo a Inuyasha guiándome rápidamente al auto. Subimos a la parte trasera y comienza a comerme la boca de inmediato, como si necesitara eso para sentirse mejor, subo ahorcadas de él para besarlo más profundamente, siento pena de mi chofer quien sube la música a todo volumen buscando no escucharnos.

Quiero desvestir a mi esposo, quiero que me tome. Sus manos en mis caderas me advierten lo que me va a esperar cuando lleguemos a casa, pero entonces el beso cambia a uno más suave y dulce.

—Escuchaste sus latidos, ese es el sonido más hermoso que he escuchado, supera al sonido de tu risa encanto—la sonrisa en mis labios es autentica, la sensación de que hemos logrado algo tan hermoso.

—Lo sé, lo sé—él vuelve a besarme y estoy por comenzar a tocarlo de una manera que no debería, no con publico cerca cuando mi teléfono suena anunciando una llamada.

—Es Kuro—anuncia Inuyasha respondiendo de inmediato, no presto atencipon a lo que dice, yo solo estoy buscando su cuello para besarlo. Inuyasha se tensa haciendo que eleve la vista, tiene sus ojos clavados en mi y su cara de sorpresa me hace preocuparme de inmediato.

—¿Qué ocurre?—pregunto preocupada. Inuyasha intercambia algunas palabras con mi padre antes de colgar—¿Qué pasa?—inquiero molesta.

—Tu padre me llamó, es posible que tengan un documento muy importante en sus manos en este momento—la respiración se me altera.

—El testamento—susurro.

Inuyasha no dice nada, pero entiendot todo.

Papá encontró el testamento.

El testamento autentico del abuelo.



Holaaaaaaa.

Espero que todos estén bien, y que como siempre, hayan disfrutado del capítulo.

Preguntitas:

¿Les gustó el cap?

¿Momento fav?

¿Nuestros conejitos modo papis?

¿Alguien ya ama los momentos de embarazo de Kag y apenas descubrimos que está embarazada?

¿Qué creen de la doctora?

¿El Ken más ignorado que yo cuando les digo que voten y comenten y no me hacen caso?

¿El testamento?

Espero leernos en el proximo cap, un besito a todos.

Sayonara... 

Continue Reading

You'll Also Like

15.1K 1.7K 12
¿Qué hacía la foto de su becario en la página web de una agencia de mujeres y donceles de compañía? Carlos Sainz no sabía qué le sorprendía más, si s...
17.2K 2.5K 47
Kimiosea Bénel ha concluido sus estudios en la escuela más prestigiosa de Imperia y las infinitas posibilidades de lo que podrá hacer en el futuro, s...
710K 1.9K 5
Elizabeth se siente preparada para retomar su vida después de que tres desconocidos la violaran hace dos años. Es por eso por lo que, tras meditarlo...
83.1K 5.4K 44
Livana es una chica de dieciocho años que llega por alguna razón al la academia. No sabe la verdad de nada. Y eso le traerá horribles consecuencias...